Dirijamos estudios bíblicos progresivos (2.a parte)
Preparación para el estudio
1 Enseñar eficazmente durante un estudio de la Biblia conlleva más que analizar la información y buscar los textos bíblicos que no están copiados. Debemos presentar los datos de modo que toquen el corazón del estudiante. Para ello, hay que prepararse muy bien de acuerdo con las necesidades de este (Pro. 15:28).
2 Cómo prepararse. Comience orando a Jehová por la persona y sus necesidades. Pídale ayuda para llegar al corazón del estudiante (Col. 1:9, 10). A fin de captar el tema con claridad, dedique unos minutos a examinar el título del capítulo o lección, los subtítulos y las ilustraciones. Pregúntese: “¿Cuál es la idea central de la información?”. Si así lo hace, cuando dirija el estudio, se centrará en los puntos principales.
3 Repase detenidamente el contenido de cada párrafo. Localice las respuestas a las preguntas impresas y subraye solo las palabras y frases clave. Busque la relación entre los textos bíblicos citados y la idea principal del párrafo, y escoja los que va a leer en el estudio. Tal vez le resulte útil hacer breves anotaciones en el margen de la página. El estudiante debe ver claro que lo que aprende procede de la Palabra de Dios (1 Tes. 2:13).
4 Particularice la lección. A continuación, prepárese la lección pensando en el estudiante en particular. Intente prever sus preguntas y las ideas que le costará entender o aceptar. Pregúntese: “¿Qué debe comprender o en qué debe mejorar para progresar en sentido espiritual? ¿Cómo puedo llegarle al corazón?”. Adapte la lección en función de las respuestas a estas cuestiones. Habrá ocasiones en las que tenga que preparar un ejemplo, una explicación o una serie de preguntas que ayuden al estudiante a captar el significado de algún punto o texto bíblico (Neh. 8:8). Sin embargo, evite añadir datos adicionales que no aporten mucho al tema central. Un breve repaso final permitirá al estudiante recordar las ideas principales.
5 ¡Cuánto nos alegra que los nuevos produzcan fruto justo para la alabanza de Jehová! (Fili. 1:11.) Si queremos ayudarlos a lograr esa meta, preparémonos bien cada vez que vayamos a dirigir un estudio de la Biblia.