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Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos 2018
mwbr18 noviembre págs. 1-12

Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos

5-11 DE NOVIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA | JUAN 20, 21

“¿Me amas más que a estos?”

(Juan 21:1-3) Después de estas cosas Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberíades; pero hizo la manifestación de esta manera. 2 Estaban juntos Simón Pedro y Tomás, que se llamaba El Gemelo, y Natanael de Caná de Galilea y los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. 3 Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos le dijeron: “Vamos también nosotros contigo”. Salieron y subieron a la barca, mas durante aquella noche no pescaron nada.

(Juan 21:4-14) Sin embargo, justamente cuando estaba amaneciendo, Jesús estuvo de pie en la playa, pero los discípulos, por supuesto, no discernieron que era Jesús. 5 Entonces Jesús les dijo: “Niñitos, no tienen nada de comer, ¿verdad?”. Le contestaron: “¡No!”. 6 Él les dijo: “Echen la red al lado derecho de la barca, y hallarán”. Entonces la echaron, pero ya no podían sacarla a causa de la multitud de peces. 7 Por lo tanto, aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se ciñó su prenda de vestir de encima, porque estaba desnudo, y se lanzó al mar. 8 Pero los otros discípulos vinieron en la barquilla, pues no estaban lejos de tierra, solamente a unos noventa metros de ella, arrastrando la red de peces. 9 Sin embargo, cuando salieron de la barca a tierra, contemplaron un fuego de carbón puesto allí, y pescado puesto encima, y pan. 10 Jesús les dijo: “Traigan de los peces que acaban de pescar”. 11 Simón Pedro, por lo tanto, subió a bordo, y sacó a tierra la red llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres. Pero aunque había tantos, la red no se reventó. 12 Jesús les dijo: “Vengan, desayúnense”. Ni uno de los discípulos tuvo el ánimo de inquirir de él: “Tú, ¿quién eres?”, porque sabían que era el Señor. 13 Jesús se acercó y tomó el pan y se lo dio, y así mismo el pescado. 14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de haber sido levantado de entre los muertos.

(Juan 21:15-19) Pues bien, cuando se hubieron desayunado, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos?”. Él le dijo: “Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño”. Le dijo: “Apacienta mis corderos”. 16 De nuevo le dijo, por segunda vez: “Simón hijo de Juan, ¿me amas?”. Él le dijo: “Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño”. Le dijo: “Pastorea mis ovejitas”. 17 Le dijo por tercera vez: “Simón hijo de Juan, ¿me tienes cariño?”. Pedro se contristó de que por tercera vez le dijera: “¿Me tienes cariño?”. De modo que le dijo: “Señor, tú sabes todas las cosas; tú bien sabes que te tengo cariño”. Le dijo Jesús: “Apacienta mis ovejitas. 18 Muy verdaderamente te digo: Cuando eras más joven, tú mismo te ceñías y andabas por donde querías. Pero cuando envejezcas extenderás las manos y otro te ceñirá y te cargará a donde no desees”. 19 Esto lo dijo para significar con qué clase de muerte glorificaría a Dios. Entonces, cuando hubo dicho esto, le dijo: “Continúa siguiéndome”.

nwtsty notas de estudio para Jn 21:15, 17

Jesús dijo a Simón Pedro: Jesús y Pedro tuvieron esta conversación poco después de que Pedro lo negara tres veces. Jesús le preguntó tres veces seguidas qué sentía por él, y eso entristeció a Pedro (Jn 21:17). En el relato de Juan 21:15-17 se usan dos verbos griegos: agapáo, amar, y filéo, tener cariño. En dos ocasiones, Jesús le preguntó: “¿Me amas?”. Y, las dos veces, Pedro le dijo de todo corazón que sí. Finalmente, Jesús le preguntó: “¿Me tienes cariño?”. Y, de nuevo, Pedro le aseguró que sí. Cada vez que Pedro le decía que lo amaba, Jesús le recalcaba que el amor y el cariño que sentía por él deberían motivarlo a alimentar y “pastorear” en sentido espiritual a sus discípulos, llamados aquí corderos u “ovejitas” (Jn 21:16, 17; 1Pe 5:1-3). Jesús le dio la oportunidad a Pedro de confirmarle su amor en tres ocasiones y después le dio la responsabilidad de cuidar de las ovejas. Así, Jesús dejó claro que le había perdonado por haberlo negado tres veces.

¿me amas más que a estos?: La expresión griega que se traduce “más que a estos” puede tener varios significados. Algunos eruditos prefieren traducirla como “¿me amas más a mí que a estos otros discípulos?” o “¿me amas más a mí que estos discípulos?”. Sin embargo, el significado más probable es “¿me amas más a mí que a estas cosas?”, refiriéndose a los pescados o al negocio de la pesca. Así que, al parecer, lo que Jesús le quiso decir a Pedro fue: “¿Me amas más a mí de lo que amas las posesiones o las metas materialistas? Si es así, alimenta a mis corderos”. En vista del pasado de Pedro, la pregunta parecía apropiada. Aunque fue uno de los primeros discípulos de Jesús (Jn 1:35-42), no abandonó inmediatamente su negocio de la pesca para seguirlo. Por eso, algunos meses después, Jesús invitó a Pedro a dejar su próspero negocio para ser “pescador” de hombres (Mt 4:18-20; Lu 5:1-11). De nuevo, poco después de la muerte de Jesús, Pedro se fue a pescar y los otros apóstoles fueron con él (Jn 21:2, 3). De modo que, al parecer, Jesús aquí está haciendo ver a Pedro la necesidad de tomar una decisión. ¿Daría prioridad al negocio de la pesca, representado por el montón de peces, o daría prioridad a alimentar espiritualmente a los “corderos” o discípulos de Jesús? (Jn 21:4-8).

por tercera vez: Pedro había negado a Cristo tres veces, y Jesús ahora le da la oportunidad de reafirmar su amor por él tres veces. En las tres ocasiones, Jesús le dice que ponga en primer lugar los asuntos espirituales para demostrarle su amor. Junto a otros cristianos responsables, Pedro alimentó, fortaleció y pastoreó al rebaño de discípulos fieles porque, aunque eran cristianos ungidos, seguían necesitando alimento espiritual (Lu 22:32).

Busquemos perlas escondidas

(Juan 20:17) Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”.

nwtsty nota de estudio para Jn 20:17

Deja de colgarte de mí: El verbo griego háptomai puede significar “tocar” o “agarrar”. Algunas traducciones vierten así las palabras de Jesús: “No me toques”. Sin embargo, a Jesús no le parecía mal que María Magdalena sencillamente lo tocara, pues no se opuso a que otras mujeres le abrazaran los pies cuando lo vieron después de su resurrección (Mt 28:9). Al parecer, María Magdalena pensaba que Jesús estaba a punto de ascender al cielo y, como deseaba intensamente estar con su Señor, lo agarraba con firmeza y no dejaba que se fuera. Para asegurarle que todavía no se iba a marchar, Jesús le dijo a María que dejara de colgarse de él y fuera a decirles a sus discípulos que había resucitado.

(Juan 20:28) En contestación, Tomás le dijo: “¡Mi Señor y mi Dios!”.

nwtsty nota de estudio para Jn 20:28

¡Mi Señor y mi Dios!: Lit.: “¡El Señor de mí y el Dios (ho theós) de mí!”. Algunos eruditos creen que esta expresión es una exclamación de asombro hecha ante Jesús, pero dirigida en realidad a Dios, su Padre. Sin embargo, otros afirman que, según el griego original, las palabras fueron dirigidas a Jesús. Aunque ese fuera el caso, la expresión “mi Señor y mi Dios” tendría que concordar con el resto de las Escrituras inspiradas. El registro muestra que, antes, Jesús había pedido a María que les diera a sus discípulos este mensaje: “Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”, por lo que no hay razón para creer que Tomás pensara que Jesús era el Dios todopoderoso (Jn 20:17). Tomás había escuchado a Jesús dirigirse a su “Padre” en oración y llamarle “el único Dios verdadero” (Jn 17:1-3). De modo que Tomás pudo haberse dirigido a Jesús como “mi Dios” por las siguientes razones: para él, Jesús era “un dios”, pero no el Dios todopoderoso (vea la nota de estudio para Jn 1:1). O quizás se dirigió a Jesús igual que otros siervos de Dios se dirigieron a los mensajeros angélicos de Jehová, como lo muestran las Escrituras Hebreas. Seguro que Tomás conocía relatos en los que la persona, o en ocasiones el propio escritor bíblico, hablaba con un ángel como si estuviera hablando con Jehová (compare con Gé 16:7-11, 13; 18:1-5, 22-33; 32:24-30; Jue 6:11-15; 13:20-22). Por lo tanto, Tomás quizás llamó a Jesús “mi Dios” en ese sentido, porque reconocía que era el representante y portavoz del Dios verdadero.

Algunos afirman que el uso del artículo definido griego antes de las palabras “señor” y “dios” indica que estas palabras hacen referencia al Dios todopoderoso. Sin embargo, en este contexto, tal vez se use el artículo definido solo por razones gramaticales. En griego hay ocasiones en las que un sustantivo en caso nominativo precedido por el artículo definido se usa como vocativo. Eso es lo que sucede, por ejemplo, en Lucas 12:32 (lit.: “el rebaño pequeño”) y Colosenses 3:18–4:1 (lit.: “las esposas”, “los esposos”, “los hijos”, “los padres”, “los esclavos” y “los amos”). Si tradujéramos literalmente 1 Pedro 3:7, ocurriría algo parecido: en vez de “esposos” diría “los esposos”. De modo que, en este caso, el uso del artículo no es relevante para determinar qué pensaba Tomás cuando hizo esta exclamación.

(Juan 1:1) En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios.

nwtsty nota de estudio para Jn 1:1

la Palabra era un dios: O “la Palabra era divina [alguien parecido a Dios]”. Con esta expresión, Juan describe una cualidad o característica de “la Palabra” (en griego ho lógos; vea la nota de estudio sobre la Palabra para este versículo), es decir, de Jesucristo. Aquí se le describe como “un dios”, “alguien parecido a un dios” o “un ser divino” porque ocupa una posición destacada en el universo: es el Hijo primogénito de Dios y el medio por el que Dios creó todas las cosas. Muchos traductores vierten esta expresión como “la Palabra era Dios”, igualando así a Jesús con el Dios todopoderoso. Sin embargo, hay buenas razones para afirmar que Juan no quiso decir que “la Palabra” fuera el Dios todopoderoso. En primer lugar, tanto la frase que va antes como la que va después dejan claro que “la Palabra” estaba “con Dios”. Por otro lado, la palabra griega theós aparece tres veces en los versículos 1 y 2. El primer y el tercer theós van precedidos por el artículo definido, mientras que el segundo no. Muchos expertos concuerdan en que este detalle es significativo. Cuando theós va precedido del artículo definido, hace referencia al Dios todopoderoso, pero, en esta frase, la ausencia del artículo definido hace que theós funcione como un adjetivo que describe una característica de “la Palabra”. Por esa razón, varias traducciones de la Biblia al inglés, al francés y al alemán vierten este versículo de forma parecida a la Traducción del Nuevo Mundo, dando a entender que “la Palabra” era “divina”, “de naturaleza divina”, “un dios”, “alguien parecido a un dios” o “un ser divino”. Este punto de vista cuenta con el apoyo de las antiguas traducciones del Evangelio de Juan al copto sahídico y al copto bohaírico (probablemente de los siglos tercero y cuarto), donde se traducen de manera diferente los dos theós de Juan 1:1. Estas traducciones destacan una característica de “la Palabra”: su parecido con Dios. Sin embargo, no dan a entender que sea igual a su Padre, el Dios todopoderoso. En armonía con este versículo, Colosenses 2:9 dice que Cristo posee “toda la plenitud de la cualidad divina”. Y, según 2 Pedro 1:4, los coherederos de Cristo también son “partícipes de la naturaleza divina”. Además, en la Septuaginta, se suele usar la palabra griega theós como equivalente de las palabras hebreas que se traducen Dios (‘el y ‘elohím), que probablemente significan “poderoso” o “fuerte”. Estas palabras hebreas se utilizan para referirse al Dios todopoderoso, a otros dioses y a hombres. Decir que “la Palabra” es “un dios” o alguien “poderoso” concuerda con Isaías 9:6, donde se predice que al Mesías se le llamaría “Dios Poderoso”, no “el Dios todopoderoso”, y que sería el “Padre Eterno” de todos aquellos que tuvieran el honor de ser sus súbditos. El celo de su propio Padre, “Jehová de los ejércitos”, se encargaría de que eso se cumpliera (Isa 9:7).

Lectura de la Biblia

(Juan 20:1-18) El primer día de la semana, María Magdalena vino a la tumba conmemorativa temprano, mientras todavía había oscuridad, y contempló la piedra ya quitada de la tumba conmemorativa. 2 De modo que corrió y vino a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien le tenía cariño Jesús, y les dijo: “Han quitado al Señor de la tumba conmemorativa, y no sabemos dónde lo han puesto”. 3 Entonces Pedro y el otro discípulo salieron y se dirigieron hacia la tumba conmemorativa. 4 Sí, los dos juntos echaron a correr; pero el otro discípulo corrió delante de Pedro, más aprisa, y llegó primero a la tumba conmemorativa. 5 Y, agachándose, contempló las vendas echadas, sin embargo no entró. 6 Entonces llegó también Simón Pedro, que le seguía, y entró en la tumba conmemorativa. Y vio las vendas echadas, 7 también el paño que había estado sobre la cabeza de él, no echado con las vendas, sino aparte, arrollado en un lugar. 8 En aquel momento, pues, el otro discípulo que había llegado primero a la tumba conmemorativa también entró, y vio y creyó. 9 Porque todavía no discernían la escritura de que él tenía que levantarse de entre los muertos. 10 De modo que los discípulos se volvieron a casa. 11 María, sin embargo, se quedó de pie fuera, junto a la tumba conmemorativa, llorando. Entonces, mientras lloraba, se agachó para mirar dentro de la tumba conmemorativa 12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabeza y uno a los pies donde había yacido el cuerpo de Jesús. 13 Y le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras?”. Les dijo: “Han quitado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto”. 14 Después de decir estas cosas, ella se volvió atrás y vio a Jesús de pie, pero no discernió que era Jesús. 15 Jesús le dijo: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella, imaginándose que era el hortelano, le dijo: “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo quitaré”. 16 Jesús le dijo: “¡María!”. Al volverse, le dijo ella en hebreo: “¡Rabboni!” (que significa: “¡Maestro!”). 17 Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”. 18 María Magdalena fue y llevó las nuevas a los discípulos: “¡He visto al Señor!”, y que él le había dicho estas cosas.

12-18 DE NOVIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA | HECHOS 1-3

“Se derrama espíritu santo sobre la congregación cristiana”

(Hechos 2:1-8) Ahora bien, mientras estaba en progreso el día [de la fiesta] del Pentecostés, todos se hallaban juntos en el mismo lugar, 2 y de repente ocurrió desde el cielo un ruido exactamente como el de una brisa impetuosa y fuerte, y llenó toda la casa en la cual estaban sentados. 3 Y lenguas como de fuego se les hicieron visibles y fueron distribuidas en derredor, y una se asentó sobre cada uno de ellos, 4 y todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes, así como el espíritu les concedía expresarse. 5 Sucedía que moraban en Jerusalén judíos, varones reverentes, de toda nación de las que hay bajo el cielo. 6 De modo que, cuando este sonido ocurrió, la multitud se juntó, y se azoraron, porque cada uno los oía hablar en su propio lenguaje. 7 En verdad, estaban pasmados, y empezaron a admirarse y a decir: “Pues miren, todos estos que están hablando son galileos, ¿verdad? 8 Y sin embargo, ¿cómo es que oímos, cada uno de nosotros, nuestro propio lenguaje en que nacimos?

(Hechos 2:14) Pero Pedro se puso de pie con los once y levantó la voz y les hizo esta expresión: “Varones de Judea y todos ustedes los que son habitantes de Jerusalén, séales conocido esto, y presten oído a mis dichos.

(Hechos 2:37, 38) Ahora bien, cuando aquellos oyeron esto se sintieron heridos en el corazón, y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: “Varones, hermanos, ¿qué haremos?”. 38 Pedro les [dijo]: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo.

(Hechos 2:41) Por lo tanto, los que abrazaron su palabra de buena gana fueron bautizados, y en aquel día unas tres mil almas fueron añadidas.

(Hechos 2:42-47) Y continuaron dedicándose a la enseñanza de los apóstoles y a compartir [unos con otros], a tomar comidas y a oraciones. 43 En realidad, empezó a sobrevenirle temor a toda alma, y muchos portentos presagiosos y señales ocurrían mediante los apóstoles. 44 Todos los que se hacían creyentes estaban juntos, teniendo todas las cosas en común, 45 y se pusieron a vender sus posesiones y propiedades y a distribuir el [producto] a todos, según la necesidad que cualquiera tuviera. 46 Y día tras día asistían constantemente y de común acuerdo al templo, y tomaban sus comidas en hogares particulares y participaban del alimento con gran regocijo y sinceridad de corazón, 47 alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Al mismo tiempo, Jehová continuó uniendo diariamente a ellos los que se iban salvando.

w86 1/12 pág. 29 párrs. 4, 5, 7

Contribuciones que regocijan el corazón

En el mismísimo día que fue formada la congregación cristiana en el año 33 E.C., los 3.000 recién bautizados se sintieron movidos a “compartir unos con otros, a tomar comidas y a [hacer] oraciones”. ¿Con qué propósito? Para fortalecer su fe tierna por medio de ‘continuar dedicándose a la enseñanza de los apóstoles’. (Hechos 2:41, 42.)

Los judíos y los prosélitos habían ido a Jerusalén con planes de quedarse sólo durante la fiesta del Pentecostés. Pero los que llegaron a ser cristianos deseaban quedarse por más tiempo para aprender más y poder fortalecer su nueva fe. Esto creó una emergencia con relación al alimento y alojamiento. Algunos de los visitantes no tenían suficientes fondos, mientras que a otros les sobraban. De manera que se hizo un fondo común temporal y se distribuyeron cosas materiales entre los que estaban en necesidad. (Hechos 2:43-47.)

La venta de propiedades y la distribución en común de todas las cosas era estrictamente voluntaria. Nadie estaba obligado a vender o a donar algo; esto tampoco promovía la pobreza. La idea que se expresa no es que los miembros más ricos vendieron todas sus propiedades y se hicieron pobres. Más bien, movidos por la compasión que sentían por sus compañeros de creencia que estaban en aquellas circunstancias, vendieron propiedades y contribuyeron todas las ganancias para proveer lo que se necesitaba para el adelantamiento de los intereses del Reino. (Compárese con 2 Corintios 8:12-15.)

Busquemos perlas escondidas

(Hechos 3:15) mientras que mataron al Agente Principal de la vida. Pero Dios lo ha levantado de entre los muertos, del cual hecho nosotros somos testigos.

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Jesucristo

“Agente Principal de la vida.” Por bondad inmerecida de su Padre, Cristo Jesús entregó su vida humana perfecta en sacrificio, lo que hizo posible que sus seguidores escogidos pudiesen estar en unión con él reinando en el cielo y que hubiera súbditos terrestres de dicho Reino. (Mt 6:10; Jn 3:16; Ef 1:7; Heb 2:5; véase RESCATE.) De este modo llegó a ser el “Agente Principal [“Príncipe”, ENP; Ga; NC, 1981; Besson; “Caudillo”, BC] de la vida” para toda la humanidad. (Hch 3:15.) El término griego que se usa en este pasaje significa básicamente “caudillo principal”, y es una palabra emparentada con la que se aplicó a Moisés (Hch 7:27, 35) en su papel de “gobernante” de Israel.

(Hechos 3:19) “Arrepiéntanse, por lo tanto, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de parte de la persona de Jehová

cl pág. 265 párr. 14

Un Dios “listo para perdonar”

14 El perdón de Jehová se representa también en Hechos 3:19: “Arrepiéntanse, por lo tanto, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados”. Las palabras en cursiva traducen un verbo griego que puede significar “quitar frotando”, “cancelar” o “aniquilar”. En opinión de algunos entendidos, transmite la imagen de borrar palabras escritas con tinta. ¿Cómo era posible borrar este líquido? Gracias a que se trataba por lo general de una mezcla de carbón, goma y agua, lo cual permitía despintar las letras con una esponja mojada si no había pasado mucho tiempo. De esta manera se ilustra bellamente la misericordia de Dios. Cuando él nos absuelve de un pecado, es como si lo eliminara pasándole la esponja.

Lectura de la Biblia

(Hechos 2:1-21) Ahora bien, mientras estaba en progreso el día [de la fiesta] del Pentecostés, todos se hallaban juntos en el mismo lugar, 2 y de repente ocurrió desde el cielo un ruido exactamente como el de una brisa impetuosa y fuerte, y llenó toda la casa en la cual estaban sentados. 3 Y lenguas como de fuego se les hicieron visibles y fueron distribuidas en derredor, y una se asentó sobre cada uno de ellos, 4 y todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes, así como el espíritu les concedía expresarse. 5 Sucedía que moraban en Jerusalén judíos, varones reverentes, de toda nación de las que hay bajo el cielo. 6 De modo que, cuando este sonido ocurrió, la multitud se juntó, y se azoraron, porque cada uno los oía hablar en su propio lenguaje. 7 En verdad, estaban pasmados, y empezaron a admirarse y a decir: “Pues miren, todos estos que están hablando son galileos, ¿verdad? 8 Y sin embargo, ¿cómo es que oímos, cada uno de nosotros, nuestro propio lenguaje en que nacimos? 9 Partos y medos y elamitas, y los habitantes de Mesopotamia, y de Judea y de Capadocia, de Ponto y del [distrito de] Asia, 10 y de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las partes de Libia, que está hacia Cirene, y residentes temporales procedentes de Roma, tanto judíos como prosélitos, 11 cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas acerca de las cosas magníficas de Dios”. 12 Sí, todos estaban pasmados y perplejos, y se decían unos a otros: “¿Qué querrá decir esto?”. 13 Sin embargo, otros se mofaban de ellos y decían: “Están llenos de vino dulce”. 14 Pero Pedro se puso de pie con los once y levantó la voz y les hizo esta expresión: “Varones de Judea y todos ustedes los que son habitantes de Jerusalén, séales conocido esto, y presten oído a mis dichos. 15 Estos, de hecho, no están borrachos, como suponen ustedes, pues es la hora tercera del día. 16 Por el contrario, esto es lo que se dijo por medio del profeta Joel: 17 ‘“Y en los últimos días —dice Dios— derramaré algo de mi espíritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas profetizarán, y sus jóvenes verán visiones y sus viejos soñarán sueños; 18 y aun sobre mis esclavos y sobre mis esclavas derramaré algo de mi espíritu en aquellos días, y profetizarán. 19 Y daré portentos presagiosos en el cielo arriba y señales en la tierra abajo, sangre y fuego y neblina de humo; 20 el sol será convertido en oscuridad y la luna en sangre antes que llegue el grande e ilustre día de Jehová. 21 Y todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo”’.

19-25 DE NOVIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA | HECHOS 4, 5

“Siguieron hablando la palabra de Dios con valor”

(Hechos 4:5-13) Al día siguiente se efectuó en Jerusalén la reunión de sus gobernantes y de los ancianos y de los escribas 6 (también de Anás el sacerdote principal, y de Caifás, y de Juan, y de Alejandro, y de cuantos eran de la parentela del sacerdote principal), 7 y los pusieron de pie en medio de ellos y empezaron a inquirir: “¿Con qué poder o en nombre de quién hicieron esto?”. 8 Entonces Pedro, lleno de espíritu santo, les dijo: “Gobernantes del pueblo y ancianos, 9 si a nosotros se nos examina este día, sobre la base de una acción buena hecha a un hombre enfermizo, en cuanto a por quién ha recibido la salud este, 10 séales conocido a todos ustedes y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien ustedes fijaron en un madero, pero a quien Dios levantó de entre los muertos, por este se halla este hombre de pie aquí sano delante de ustedes. 11 Esta es ‘la piedra que fue tratada por ustedes los edificadores como de ningún valor, que ha llegado a ser cabeza del ángulo’. 12 Además, no hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre debajo del cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos”. 13 Ahora bien, al contemplar la franqueza de Pedro y de Juan, y al percibir que eran hombres iletrados y del vulgo, se admiraban. Y empezaron a reconocer, acerca de ellos, que solían estar con Jesús;

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De la palabra hablada al texto sagrado: La escritura y los primeros cristianos

¿Eran analfabetos los apóstoles?

La Biblia dice lo siguiente acerca de los gobernantes y los ancianos de Jerusalén: “Al contemplar la franqueza de Pedro y de Juan, y al percibir que eran hombres iletrados y del vulgo, se admiraban” (Hechos 4:13). En español, la palabra iletrado significa “con poca instrucción” e incluso “analfabeto”. ¿Serían analfabetos los apóstoles? Un comentario bíblico da la siguiente explicación: “Es poco probable que estas expresiones se usaran en sentido literal, como si Pedro no hubiera recibido educación o no supiera leer y escribir [y lo mismo cabe decir de Juan]. No son más que un reflejo de las profundas diferencias sociales existentes entre aquellos jueces y los apóstoles” (The New Interpreter’s Bible).

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Puntos sobresalientes del libro de Hechos

4:13 ¿Eran Pedro y Juan hombres analfabetos y sin instrucción? No, no lo eran. Se les llamó “iletrados y del vulgo” porque no habían asistido a las escuelas rabínicas para recibir formación religiosa.

(Hechos 4:18-20) Con eso, los llamaron y les ordenaron que en ningún lugar hicieran expresión alguna ni enseñaran sobre la base del nombre de Jesús. 19 Pero, en respuesta, Pedro y Juan les dijeron: “Si es justo a vista de Dios escucharles a ustedes más bien que a Dios, júzguenlo ustedes mismos. 20 Pero en cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído”.

(Hechos 4:23-31) Después de haber sido puestos en libertad, ellos fueron a su propia gente e informaron las cosas que los sacerdotes principales y los ancianos les habían dicho. 24 Al oír esto, ellos levantaron la voz de común acuerdo a Dios y dijeron: “Señor Soberano, tú eres Aquel que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas [que hay] en ellos, 25 y que por espíritu santo dijiste por boca de nuestro antepasado David, tu siervo: ‘¿Por qué se pusieron tumultuosas las naciones, y los pueblos meditaron cosas vacías? 26 Los reyes de la tierra tomaron su posición y los gobernantes se reunieron en masa como uno solo contra Jehová y contra su ungido’. 27 De veras, pues, tanto Herodes como Poncio Pilato con [hombres de] naciones y con pueblos de Israel realmente fueron reunidos en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, 28 a fin de hacer cuantas cosas tu mano y consejo habían predeterminado que sucedieran. 29 Y ahora, Jehová, da atención a sus amenazas, y concede a tus esclavos que sigan hablando tu palabra con todo denuedo, 30 mientras extiendes tú la mano para hacer curaciones y mientras ocurren señales y portentos presagiosos mediante el nombre de tu santo siervo Jesús”. 31 Y cuando hubieron hecho ruego, el lugar donde estaban reunidos fue sacudido; y todos sin excepción quedaron llenos del espíritu santo, y hablaban la palabra de Dios con denuedo.

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Apóstol

Actividad en la congregación cristiana. El derramamiento del espíritu de Dios en el Pentecostés fortaleció de forma muy notable a los apóstoles. Los primeros cinco capítulos de Hechos de Apóstoles dan testimonio de la gran intrepidez y denuedo con que estos hombres declararon las buenas nuevas y la resurrección de Jesús, a pesar de que los gobernantes los encarcelaron, golpearon y amenazaron de muerte. En aquella primera época que siguió al Pentecostés, la dirección dinámica de los apóstoles bajo el poder del espíritu santo resultó en una expansión sorprendente de la congregación cristiana. (Hch 2:41; 4:4.) En un principio su ministerio se concentró en Jerusalén, más tarde se extendió a Samaria y, con el tiempo, a todo el mundo conocido. (Hch 5:42; 6:7; 8:5-17, 25; 1:8.)

Busquemos perlas escondidas

(Hechos 4:11) Esta es ‘la piedra que fue tratada por ustedes los edificadores como de ningún valor, que ha llegado a ser cabeza del ángulo’.

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Piedra angular

El Salmo 118:22 revela que la piedra que los edificadores rechazaron “ha llegado a ser cabeza del ángulo” (heb. roʼsch pin·náh). Jesús citó y se aplicó esta profecía a sí mismo como “la principal piedra angular” (gr. ke·fa·lḗ gō·ní·as, cabeza del ángulo). (Mt 21:42; Mr 12:10, 11; Lu 20:17.) Tal como la piedra que corona un edificio, Jesucristo es la piedra de remate de la congregación cristiana de ungidos, semejante a un templo espiritual. Pedro también aplicó el Salmo 118:22 a Cristo, indicando que era “la piedra” rechazada por los hombres, pero escogida por Dios para ser “la cabeza del ángulo”. (Hch 4:8-12; véase también 1Pe 2:4-7.)

(Hechos 5:1) Sin embargo, cierto varón, por nombre Ananías, junto con Safira su esposa, vendió una posesión

w13 1/3 pág. 15 párr. 4

Pedro y Ananías mintieron. ¿Cuál es la lección?

Ananías y su esposa venden un campo para compartir el dinero con sus nuevos hermanos. Cuando Ananías entrega el dinero a los apóstoles dice que eso es todo lo que le dieron; pero no es cierto, se ha quedado con una parte. Con la ayuda de Dios, Pedro descubre el plan y le dice: “No has tratado con engaño a los hombres, sino a Dios”. Al instante, Ananías cae muerto. Unas tres horas más tarde llega su mujer. Sin saber lo que ha pasado con su marido, repite la mentira y ella también cae muerta.

Lectura de la Biblia

(Hechos 5:27-42) De modo que los trajeron y los pusieron de pie en el salón del Sanedrín. Y el sumo sacerdote los interrogó, 28 y dijo: “Les ordenamos positivamente que no siguieran enseñando sobre la base de este nombre, y sin embargo, ¡miren!, han llenado a Jerusalén con su enseñanza, y están resueltos a traer la sangre de este hombre sobre nosotros”. 29 En respuesta, Pedro y los [otros] apóstoles dijeron: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres. 30 El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo en un madero. 31 A este, Dios lo ensalzó a su diestra como Agente Principal y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. 32 Y nosotros somos testigos de estos asuntos, y también lo es el espíritu santo, el cual Dios ha dado a los que le obedecen como gobernante”. 33 Cuando oyeron esto, se sintieron cortados profundamente, y querían eliminarlos. 34 Pero se levantó cierto hombre en el Sanedrín, un fariseo de nombre Gamaliel, maestro de la Ley estimado por todo el pueblo, y dio mandato de que sacaran fuera a los hombres por un momento. 35 Y les dijo: “Varones de Israel, presten atención a ustedes mismos en cuanto a lo que piensan hacer respecto a estos hombres. 36 Por ejemplo, antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que él mismo era alguien, y un número de varones, como cuatrocientos, se unió a su partido. Pero él fue eliminado, y todos los que le obedecían fueron dispersados y vinieron a nada. 37 Después de él se levantó Judas el galileo en los días de la inscripción, y atrajo gente en pos de sí. Y sin embargo ese hombre pereció, y todos los que le obedecían fueron esparcidos por todas partes. 38 De modo que, en las presentes circunstancias, les digo: No se metan con estos hombres, sino déjenlos (porque si este proyecto o esta obra proviene de hombres, será derribada; 39 pero si proviene de Dios, no podrán derribarlos); de otro modo, quizás se les halle a ustedes luchadores realmente contra Dios”. 40 De modo que le hicieron caso, y, mandando llamar a los apóstoles, los fustigaron, y les ordenaron que dejaran de hablar sobre la base del nombre de Jesús, y los dejaron ir. 41 Estos, por lo tanto, se fueron de delante del Sanedrín, regocijándose porque se les había considerado dignos de sufrir deshonra a favor del nombre de él. 42 Y todos los días en el templo, y de casa en casa, continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús.

26 DE NOVIEMBRE A 2 DE DICIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA | HECHOS 6-8

“La congregación cristiana recién formada se enfrenta a pruebas”

(Hechos 6:1) Ahora bien, en estos días, cuando aumentaban los discípulos, se suscitó una murmuración de parte de los judíos de habla griega contra los judíos de habla hebrea, porque a sus viudas se las pasaba por alto en la distribución diaria.

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“Tenemos que obedecer a Dios como gobernante”

17 Pero la joven congregación tendría que enfrentarse a un peligro más sutil, una amenaza desde el interior. ¿De qué se trataba? Pues bien, recordemos que muchos de los recién bautizados eran extranjeros que se habían quedado temporalmente en Jerusalén para profundizar su fe. Y los discípulos de la ciudad habían donado con gusto fondos para proporcionarles alimentos y cubrir otras necesidades (Hech. 2:44-46; 4:34-37). Llegados a este punto, se produjo una situación delicada: mientras que las viudas de lengua hebrea se beneficiaban de “la distribución diaria [de comida]”, no ocurría igual con las de lengua griega, sino que “se las pasaba por alto” (Hech. 6:1). Al parecer, eran víctimas de trato discriminatorio, una de las formas de conducta que más divisiones puede crear.

(Hechos 6:2-7) De modo que los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: “No es cosa grata el que nosotros dejemos la palabra de Dios para distribuir [alimento] a las mesas. 3 Por eso, hermanos, búsquense siete varones acreditados de entre ustedes, llenos de espíritu y de sabiduría, para que los nombremos sobre este asunto necesario; 4 pero nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra”. 5 Y lo que se habló fue grato a toda la multitud, y seleccionaron a Esteban, varón lleno de fe y de espíritu santo, y a Felipe y a Prócoro y a Nicanor y a Timón y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; 6 y los colocaron delante de los apóstoles, y, después de haber orado, estos les impusieron las manos. 7 Por consiguiente, la palabra de Dios siguió creciendo, y el número de los discípulos siguió multiplicándose muchísimo en Jerusalén; y una gran muchedumbre de sacerdotes empezó a ser obediente a la fe.

bt pág. 42 párr. 18

“Tenemos que obedecer a Dios como gobernante”

18 Los apóstoles, actuando como el consejo, o cuerpo, que gobernaba la creciente congregación, señalaron que sería imprudente que ellos “[dejaran] la palabra de Dios para distribuir alimento” (Hech. 6:2). Así que explicaron a los discípulos que, para atender este “asunto necesario”, querían nombrar a siete varones “llenos de espíritu y de sabiduría” y les pidieron sus recomendaciones (Hech. 6:3). Hacían falta hombres capacitados, pues no se trataba tan solo del servicio de comidas, sino del manejo de fondos, la adquisición de provisiones y la contabilidad. Todos los seleccionados tenían nombres griegos, lo que tal vez los hiciera más aceptables para las viudas ofendidas. Los apóstoles analizaron las recomendaciones a la luz de la oración y luego designaron a estos siete hermanos para que atendieran este “asunto necesario”.

(Hechos 7:58–8:1) Y después de echarlo fuera de la ciudad, se pusieron a arrojarle piedras. Y los testigos pusieron sus prendas de vestir exteriores a los pies de un joven llamado Saulo. 59 Y siguieron arrojándole piedras a Esteban mientras él hacía petición y decía: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. 60 Entonces, doblando las rodillas, clamó con fuerte voz: “Jehová, no les imputes este pecado”. Y después de decir esto, se durmió [en la muerte].

8 Saulo, por su parte, aprobaba el asesinato de él. En aquel día se levantó gran persecución contra la congregación que estaba en Jerusalén; todos salvo los apóstoles fueron esparcidos por las regiones de Judea y de Samaria.

Busquemos perlas escondidas

(Hechos 6:15) Y mientras todos los que estaban sentados en el Sanedrín lo miraban con fijeza, vieron que su rostro era como el rostro de un ángel.

bt pág. 45 párr. 2

“Esteban, lleno de gracia y de poder”

2 Lo extraordinario del caso es que su semblante no refleja ningún miedo. Hasta los magistrados no pueden menos que notar que es “como el rostro de un ángel” (Hech. 6:15). En efecto, refleja la valentía, la paz y la serenidad que caracteriza a los mensajeros celestiales de Jehová. Tan evidente es su tranquilidad que la ven hasta estas autoridades cegadas por el odio. Pero ¿cómo es posible que esté tan calmado?

(Hechos 8:26-30) Sin embargo, el ángel de Jehová habló a Felipe y dijo: “Levántate y ve hacia el sur, al camino que baja de Jerusalén a Gaza”. (Este es un camino por el desierto árido.) 27 Ante aquello, él se levantó y se fue, y, ¡mira!, un eunuco etíope, hombre en poder bajo Candace reina de los etíopes, y que estaba sobre todo el tesoro de ella. Él había ido a Jerusalén para adorar, 28 pero volvía, y estaba sentado en su carro y leía en voz alta al profeta Isaías. 29 De modo que el espíritu dijo a Felipe: “Acércate y únete a este carro”. 30 Felipe corrió al lado y le oyó leer en voz alta a Isaías el profeta, y dijo: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”.

bt pág. 58 párr. 16

“Declaró las buenas nuevas acerca de Jesús”

16 Nosotros tenemos el honor de participar en la misma obra que Felipe. No tenemos por qué limitarnos a la predicación en un marco formal. Para hablar del mensaje, podemos aprovechar otras ocasiones, entre ellas los viajes. Y a menudo resulta obvio que la conversación con una persona de buen corazón no ha sido mera casualidad. Esto no debería extrañarnos, pues la Biblia señala que los ángeles dirigen la predicación a fin de que las “noticias gozosas” lleguen “a toda nación y tribu y lengua y pueblo” (Rev. 14:6). Además, el propio Jesús predijo que ellos intervendrían en la evangelización. Al dar su parábola del trigo y la mala hierba, mencionó que durante la cosecha —la conclusión del actual orden mundial— “los segadores” serían “los ángeles”. En cumplimiento de su labor, arrancarían del Reino “todas las cosas que hacen tropezar, y a los que cometen desafuero”, pero también recolectarían a los futuros herederos del gobierno celestial y a la “gran muchedumbre” de “otras ovejas” que Jehová atraería a su organización (Mat. 13:37-41; Rev. 7:9; Juan 6:44, 65; 10:16).

Lectura de la Biblia

(Hechos 6:1-15) Ahora bien, en estos días, cuando aumentaban los discípulos, se suscitó una murmuración de parte de los judíos de habla griega contra los judíos de habla hebrea, porque a sus viudas se las pasaba por alto en la distribución diaria. 2 De modo que los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: “No es cosa grata el que nosotros dejemos la palabra de Dios para distribuir [alimento] a las mesas. 3 Por eso, hermanos, búsquense siete varones acreditados de entre ustedes, llenos de espíritu y de sabiduría, para que los nombremos sobre este asunto necesario; 4 pero nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra”. 5 Y lo que se habló fue grato a toda la multitud, y seleccionaron a Esteban, varón lleno de fe y de espíritu santo, y a Felipe y a Prócoro y a Nicanor y a Timón y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; 6 y los colocaron delante de los apóstoles, y, después de haber orado, estos les impusieron las manos. 7 Por consiguiente, la palabra de Dios siguió creciendo, y el número de los discípulos siguió multiplicándose muchísimo en Jerusalén; y una gran muchedumbre de sacerdotes empezó a ser obediente a la fe. 8 Ahora bien, Esteban, lleno de gracia y de poder, ejecutaba grandes portentos presagiosos y señales entre el pueblo. 9 Pero se levantaron ciertos hombres de aquellos de la llamada Sinagoga de los Libertos, y de los cireneos y alejandrinos y de los de Cilicia y Asia, para disputar con Esteban; 10 y, sin embargo, no podían mantenerse firmes contra la sabiduría y el espíritu con que él hablaba. 11 Entonces, en secreto, indujeron a unos varones a decir: “Le hemos oído hablar dichos blasfemos contra Moisés y contra Dios”. 12 Y alborotaron al pueblo y a los ancianos y a los escribas, y, cayendo sobre él de repente, lo tomaron por la fuerza y lo condujeron al Sanedrín. 13 Y presentaron testigos falsos, que dijeron: “Este hombre no cesa de hablar cosas contra este lugar santo y contra la Ley. 14 Por ejemplo, le hemos oído decir que este Jesús el Nazareno derribará este lugar y cambiará las costumbres que Moisés nos transmitió”. 15 Y mientras todos los que estaban sentados en el Sanedrín lo miraban con fijeza, vieron que su rostro era como el rostro de un ángel.

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