Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos
6-12 DE JULIO
TESOROS DE LA BIBLIA | ÉXODO 6, 7
“Ahora verás lo que le haré al faraón”
Moisés
Asimismo, hubo un cambio notable en los hombres de Israel. Al principio habían aceptado las credenciales de Moisés, pero cuando se les impuso condiciones de trabajo más duras por orden de Faraón, se quejaron contra él hasta el punto de que Moisés, desalentado, pidió ayuda a Jehová. (Éx 4:29-31; 5:19-23.) El Altísimo lo fortaleció diciéndole que había llegado el momento de realizar lo que Abrahán, Isaac y Jacob habían esperado, a saber, revelar completamente el significado de su nombre Jehová libertando a Israel y estableciéndolo como una gran nación en la Tierra Prometida. (Éx 6:1-8.) Ni siquiera entonces escucharon a Moisés los hombres de Israel. Pero después de la novena plaga, estuvieron totalmente de su lado, y cooperaron de tal modo que después de la décima plaga pudo organizarlos y sacarlos de Egipto de una manera ordenada, “en orden de batalla”. (Éx 13:18.)
Moisés
Ante Faraón en Egipto. Moisés y Aarón eran entonces figuras clave de una ‘batalla de dioses’. Por mediación de los sacerdotes magos, cuyos jefes eran al parecer Janes y Jambres (2Ti 3:8), Faraón invocó los poderes de todos los dioses de Egipto contra el poder de Jehová. El primer milagro que realizó Aarón ante Faraón por instrucción de Moisés demostró la supremacía de Jehová sobre los dioses de Egipto, aunque Faraón se hizo más obstinado. (Éx 7:8-13.) Más tarde, cuando llegó la tercera plaga, incluso los sacerdotes tuvieron que admitir: “¡Es el dedo de Dios!”. Y la plaga de diviesos los afectó tanto, que ni siquiera pudieron comparecer ante Faraón para oponerse a Moisés durante esa plaga. (Éx 8:16-19; 9:10-12.)
Las plagas ablandan a unos y endurecen a otros. Moisés y Aarón anunciaron cada una de las diez plagas. Las plagas se produjeron según se habían anunciado, lo que demostró que Moisés era el representante de Dios. El nombre de Jehová se declaró y divulgó por todo Egipto, ablandando a unos y endureciendo a otros con respecto a ese nombre: los israelitas y algunos egipcios se ablandaron, y Faraón, sus consejeros y partidarios se endurecieron. (Éx 9:16; 11:10; 12:29-39.) En vez de creer que habían ofendido a sus dioses, los egipcios sabían que era Jehová el que estaba juzgando a sus dioses. Para cuando ya se habían ejecutado nueve plagas, Moisés también se había hecho “muy grande en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón y a los ojos del pueblo”. (Éx 11:3.)
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Todopoderoso
Jehová empleó el título “Dios Todopoderoso” (ʼEl Schad·dái) cuando le hizo a Abrahán la promesa referente al nacimiento de Isaac, una promesa que requería gran fe en el poder de Jehová para cumplirla. A partir de entonces se usaba cuando se decía que Dios era el que bendeciría a Isaac y Jacob, los herederos del pacto abrahámico. (Gé 17:1; 28:3; 35:11; 48:3.)
En armonía con esto, Dios dijo a Moisés tiempo después: “Yo solía aparecerme a Abrahán, Isaac y Jacob como Dios Todopoderoso [beʼÉl Schad·dái], pero en cuanto a mi nombre Jehová no me di a conocer a ellos”. (Éx 6:3.) Estas palabras no podían querer decir que aquellos patriarcas desconocieran el nombre de Jehová, pues tanto ellos como sus antepasados lo utilizaron con frecuencia. (Gé 4:1, 26; 14:22; 27:27; 28:16.) En realidad, en el libro de Génesis, donde se narran las vidas de los patriarcas, el término “Todopoderoso” solo aparece seis veces, mientras que el nombre personal Jehová se escribió 172 veces en el texto hebreo original. No obstante, aunque los patriarcas comprendían por su propia experiencia que Dios merecía el título “Todopoderoso”, no habían tenido oportunidad de apreciar a plenitud el significado y las implicaciones que encierra su nombre personal, Jehová. The Illustrated Bible Dictionary (edición de J. D. Douglas, 1980, vol. 1, pág. 572) comenta a este respecto: “La revelación anterior, dada a los patriarcas, se refería a promesas pertenecientes al futuro lejano; significaba que podían confiar en que Él, Yahweh, era un Dios (ʼel) capaz (un posible significado de sadday) de cumplirlas. La revelación en la zarza fue más grande y personal, pues el poder de Dios y Su presencia inmediata y permanente estaban implícitos en el nombre familiar de Yahweh”.
Moisés
La falta de confianza en sí mismo no descalificó a Moisés. Sin embargo, Moisés demostró falta de confianza en sí mismo, y arguyó que no podía hablar con fluidez. Este era un Moisés cambiado, bastante diferente del que por propia voluntad se había ofrecido como libertador de Israel cuarenta años antes. Persistió en señalar inconvenientes en lo que Jehová le decía, y finalmente le pidió que le excusara de aquella misión. Aunque Jehová se molestó por esta actitud, no lo rechazó, sino que designó a su hermano Aarón para que fuese su portavoz. Como Moisés era el representante de Dios, sería para Aarón como “Dios”, y Aarón hablaría en representación suya. Parece ser que con ocasión del encuentro que tuvieron con los hombres de mayor edad de Israel y los enfrentamientos con Faraón, Dios dio instrucciones y mandatos a Moisés, quien a su vez se los comunicó a Aarón para que hablara ante Faraón (un sucesor del Faraón del que había huido Moisés cuarenta años antes). (Éx 2:23; 4:10-17.) Posteriormente, Jehová llamó a Aarón “profeta” de Moisés, queriendo decir que así como Moisés era el profeta de Dios, dirigido por Él, de manera similar Aarón sería dirigido por Moisés. También le dijo a Moisés que sería hecho “Dios para Faraón”, es decir, que recibiría poder divino y autoridad sobre Faraón, de modo que no tenía por qué temer al rey de Egipto. (Éx 7:1, 2.)
13-19 DE JULIO
TESOROS DE LA BIBLIA | ÉXODO 8, 9
“El orgulloso faraón ayudó sin saberlo a que se cumpliera el propósito de Dios”
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Terquedad
En la relación que Jehová Dios ha mantenido con la humanidad, ha permitido con paciencia que determinadas personas y naciones continúen existiendo pese a merecer la muerte. (Gé 15:16; 2Pe 3:9.) Mientras que algunos respondieron favorablemente a esta concesión al hacerse acreedores de la misericordia (Jos 2:8-14; 6:22, 23; 9:3-15), otros se endurecieron aún más contra Jehová y contra su pueblo. (Dt 2:30-33; Jos 11:19, 20.) Como Jehová no impide que algunas personas se hagan testarudas, se dice que ‘deja que se obstinen’ o ‘endurezcan sus corazones’. Cuando finalmente ejecuta venganza sobre los tercos, demuestra su gran poder y hace que se reconozca su nombre. (Compárese con Éx 4:21; Jn 12:40; Ro 9:14-18.)
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Iniquidad
Además, Jehová Dios se vale de las circunstancias de tal manera que, sin advertirlo, los inicuos colaboren con su propósito. Aunque se oponen a Dios, Él puede restringirlos al grado necesario para proteger a sus siervos íntegros, e incluso puede hacer que sus acciones realcen la justicia divina. (Ro 3:3-5, 23-26; 8:35-39; Sl 76:10.) Esta idea se expresa en Proverbios 16:4: “Todo lo ha hecho Jehová para su propósito, sí, hasta al inicuo para el día malo”.
Un ejemplo es el de Faraón, a quien Jehová hizo saber por medio de Moisés y Aarón que debía liberar a los israelitas sometidos a esclavitud. Dios no hizo inicuo a este gobernante egipcio, pero permitió que continuase vivo y también manejó las circunstancias para que mostrasen que era inicuo y merecedor de muerte. El propósito de Jehová al hacer esto se revela en Éxodo 9:16: “Por esta causa te he mantenido en existencia, a fin de mostrarte mi poder y para que mi nombre sea declarado en toda la tierra”.
Las diez plagas derramadas sobre Egipto, que culminaron con la aniquilación de Faraón y sus fuerzas militares en el mar Rojo, fueron una demostración impresionante del poder de Jehová. (Éx. 7:14-12:30; Sl 78:43-51; 136:15.) Las naciones vecinas todavía hablaban de este suceso muchos años después, y de esta manera el nombre de Dios fue declarado por toda la Tierra. (Jos 2:10, 11; 1Sa 4:8.) Si Jehová hubiese ejecutado inmediatamente a Faraón, no habría sido posible esta grandiosa demostración de su poder para su gloria y la liberación de su pueblo.
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Tábano
No se sabe con certeza qué insecto en particular designa la palabra hebrea mencionada en las Escrituras al hablar de la cuarta plaga de Egipto, la primera que no afectó a los israelitas en Gosén. (Éx 8:21, 22, 24, 29, 31; Sl 78:45; 105:31.) ʽA·róv se ha traducido, aunque no siempre de manera uniforme, de diversos modos: “tábanos” (EMN, 1988; FS; NC; Mod; NM; VP), “moscas” (ATI; Val, 1989), “insectos” (BAS), “mosca de perro” (LXX), “mosquitos” (Val, 1989, nota [Éx 8:21]), “todo género de moscas” (Scío; compárese con BR, TA) y “mezcla de animales dañinos” (HM; compárese con DK).
El término castellano “tábano” abarca diversas especies. La hembra del tábano horada la piel de animales y personas para chupar su sangre, y produce terribles picaduras. En algunas comarcas africanas se desarrollan en tal cantidad que imposibilitan la permanencia y hasta el tránsito por ellas. Por lo tanto, una plaga de tales insectos debió acarrear gran sufrimiento a los egipcios y sus ganados, y, en ciertos casos, incluso la muerte.
Puntos sobresalientes del libro de Éxodo
8:26, 27. ¿Por qué dijo Moisés que los sacrificios de Israel serían “cosa detestable a los egipcios”? Se veneraban muchos animales en Egipto. Así que la mención de sacrificios justificaba y hacía más persuasiva la insistencia de Moisés de que se permitiera a Israel salir al desierto para ofrecer sacrificios a Jehová.
20-26 DE JULIO
TESOROS DE LA BIBLIA | ÉXODO 10, 11
“Moisés y Aarón fueron muy valientes”
Imite a Jesús: predique con valor
Pensemos ahora en lo valiente que fue Moisés al dirigirse al faraón de Egipto, un gobernante que era considerado, no un simple representante de los dioses, sino un dios mismo, el hijo del dios solar Ra. Es probable incluso que este rey hiciera lo que otros faraones: adorar su propia imagen. A este poderoso, arrogante y terco monarca nadie podía decirle lo que tenía que hacer. Su palabra era ley. Fue ante este individuo que Moisés, un humilde y manso pastor, tuvo que presentarse repetidas veces y sin invitación. ¿Y qué le dijo Moisés al faraón? Le pidió que dejara salir del país a millones de esclavos israelitas y le advirtió que si no lo hacía, Dios castigaría a Egipto con devastadoras plagas. ¿Habrá necesitado valor Moisés? ¡Claro que sí! (Núm. 12:3; Heb. 11:27.)
Moisés
Se necesitó valor y fe para enfrentarse a Faraón. Moisés y Aarón estuvieron a la altura de las circunstancias gracias a la fuerza que recibieron del espíritu de Jehová. Solo hay que pensar en el esplendor de la corte de Faraón, el rey de la potencia mundial indiscutida de aquel tiempo. Tenían ante sí al altivo Faraón, de quien se decía que era un dios, con su séquito de consejeros, comandantes militares, guardas y esclavos, y también a los líderes religiosos, los sacerdotes magos, sus principales opositores. Estos hombres eran, aparte del mismo Faraón, los más influyentes del imperio. Todo este impresionante despliegue tenía el propósito de respaldar a Faraón en apoyo de los dioses de Egipto. Y Moisés y Aarón se presentaron ante Faraón, no solo una vez, sino varias veces. El corazón de Faraón se endurecía cada vez más, porque estaba resuelto a no perder a sus valiosos esclavos hebreos. Tanto fue así, que después de anunciar la octava plaga, a Moisés y Aarón se les echó de delante de Faraón, y después de la novena plaga, se les ordenó que no intentaran ver de nuevo el rostro de Faraón bajo pena de muerte. (Éx 10:11, 28.)
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Los testigos contra los dioses falsos
Mientras los israelitas aún estaban en Egipto, Jehová envió a Moisés ante Faraón y dijo: “Entra a donde Faraón, porque yo... yo he dejado que se hagan insensibles su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de poner estas señales mías justamente delante de él, y a fin de que declares a oídos de tu hijo y del hijo de tu hijo cuán severamente he tratado con Egipto, y mis señales que he establecido entre ellos; y ciertamente sabrán ustedes que yo soy Jehová”. (Éxodo 10:1, 2.) Los israelitas obedientes contaban a sus hijos las obras poderosas de Jehová. Los hijos, a su vez, las relataban a sus propios hijos, y se seguía este procedimiento de generación en generación. De esta manera se recordaban las poderosas hazañas de Jehová. Del mismo modo, los padres hoy tienen la responsabilidad de dar testimonio a sus hijos. (Deuteronomio 6:4-7; Proverbios 22:6.)
Éxodo
De este modo, mediante una espectacular manifestación de su poder, Jehová exaltó su nombre y libró a Israel. Ya a salvo en la orilla oriental del mar Rojo, Moisés dirigió a los hijos de Israel en canción, mientras su hermana Míriam, la profetisa, tomó una pandereta en su mano y dirigió a todas las mujeres con panderetas y en danzas, respondiendo en canción a los hombres. (Éx 15:1, 20, 21.) Se había producido una total separación entre Israel y sus enemigos. Una vez salieron de Egipto, no se permitió que hombre o bestia les causara daño; ningún perro ni siquiera les gruñó ni movió su lengua contra ellos. (Éx 11:7.) Aunque en el relato del éxodo no se dice que Faraón entrase en el mar con sus fuerzas militares y fuese destruido, el Salmo 136:15 especifica que Jehová “sacudió a Faraón y su fuerza militar al mar Rojo”.
27 DE JULIO A 2 DE AGOSTO
TESOROS DE LA BIBLIA | ÉXODO 12
“¿Qué significa la Pascual para los cristianos?”
“Serán ustedes completamente dichosos”
Jesús murió el 14 de nisán del año 33 de nuestra era. Precisamente en esa fecha tenía lugar la gozosa celebración anual de la Pascua en Israel. Ese día, las familias comían un cordero sin defectos, lo que les traía a la memoria la sangre del cordero que preservó a los primogénitos israelitas cuando el ángel de la muerte exterminó a los primogénitos de Egipto el 14 de nisán de 1513 antes de nuestra era (Éxodo 12:1-14). El cordero pascual fue un símbolo de Jesús, de quien el apóstol Pablo dijo: “Cristo nuestra pascua ha sido sacrificado” (1 Corintios 5:7). Al igual que la sangre de aquel cordero, la sangre de Jesús salva a muchas personas (Juan 3:16, 36).
Pascua
Ciertos aspectos de la observancia de la Pascua se cumplieron en Jesús. Un cumplimiento está relacionado con el hecho de que la sangre salpicada sobre las casas de Egipto libró al primogénito de ser muerto a manos del ángel destructor. Pablo dice a este respecto que los cristianos ungidos son la congregación de los primogénitos (Heb 12:23), y que Cristo es su libertador por medio de su sangre. (1Te 1:10; Ef 1:7.) Además, al cordero pascual no debía quebrársele ningún hueso. Asimismo, se había profetizado que a Jesús no se le quebraría ninguno de sus huesos, y se cumplió al tiempo de su muerte. (Sl 34:20; Jn 19:36.) Por lo tanto, la Pascua que los judíos observaron durante siglos fue una de aquellas cosas en que la Ley proveyó una sombra de las cosas por venir y señaló a Jesucristo, “el Cordero de Dios”. (Heb 10:1; Jn 1:29.)
“Tiene que servirles de memoria”
Las nuevas generaciones aprenderían importantes lecciones, que se transmitirían de padres a hijos. Una de ellas sería que Jehová protege a sus siervos. Los niños aprenderían que no es un Dios abstracto y lejano, sino vivo y real, que se interesa por su pueblo e interviene en su favor, como lo demostró al mantener con vida a los primogénitos israelitas “cuando plagó a los egipcios”.
Hoy día, los padres cristianos no tienen la obligación de relatarles cada año a sus hijos la historia de aquella Pascua. Sin embargo, ¿les enseña usted a sus hijos la lección que encierra, que Dios es el Protector de su pueblo? ¿Perciben ellos que está profundamente convencido de que Jehová sigue protegiendo a sus siervos? (Sal. 27:11; Is. 12:2.) ¿Y les inculca esta lección, no dándoles un discurso, sino conversando amigablemente? De ese modo les ayudará a confiar más en Jehová.
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Pascua
Aunque las diez plagas de Egipto fueron un juicio contra los dioses de Egipto, la décima, la muerte de los primogénitos, lo fue en especial. (Éx 12:12.) Como el carnero era el animal sagrado del dios Ra, el salpicar la sangre del cordero pascual en las jambas de las puertas habría sido una blasfemia a los ojos de los egipcios. El toro también era sagrado, de ahí que la muerte de sus primogénitos asestaría un golpe al dios Osiris. Y a Faraón mismo se le veneraba como el hijo de Ra, por lo que la muerte de su primogénito pondría de manifiesto la impotencia tanto de Ra como de Faraón.
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Convocación
Una característica singular de estas “convocaciones santas” era que durante ellas no se permitía hacer ningún trabajo laborioso. Por ejemplo, los días primero y séptimo de la fiesta de las tortas no fermentadas eran “convocaciones santas”, y concerniente a ellas Jehová mandó: “No ha de hacerse ningún trabajo en ellos. Solo lo que cada alma necesite comer, solo eso puede hacerse para ustedes”. (Éx 12:15, 16.) No obstante, durante las “convocaciones santas” los sacerdotes se ocupaban en ofrecer sacrificios a Jehová (Le 23:37, 38), lo que no violaba ningún mandato sobre no hacer trabajo cotidiano normal. Esas ocasiones no eran períodos de ocio para la gente, sino que eran tiempos de gran beneficio espiritual. El sábado semanal el pueblo se reunía para adorar en público y recibir instrucción. Eran edificados por la lectura pública y la explicación de la Palabra escrita de Dios, como ocurría en las sinagogas de tiempos posteriores. (Hch 15:21.) Por lo tanto, aunque la gente no hacía trabajo laborioso alguno durante el sábado u otras “convocaciones santas”, se dedicaba a la oración y meditación en el Creador y sus propósitos. (Véase ASAMBLEA.)