Referencias para la “Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos”
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3-9 DE MARZO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 3
Demuestre que confía en Jehová
Proverbios 3:5, 6 | “No te apoyes en tu propio entendimiento”
“Confía en Jehová con todo tu corazón”. Demostramos que confiamos en Dios cuando hacemos las cosas a su manera. Debemos confiar en él con todo el corazón, por completo. En la Biblia, por lo general se utiliza la palabra corazón para referirse a la persona que somos por dentro: nuestras emociones, motivos, pensamientos y actitudes. Por eso, confiar en Dios con todo el corazón es más que un sentimiento; es una elección que hacemos porque estamos totalmente convencidos de que nuestro Creador sabe lo que es mejor para nosotros (Romanos 12:1).
“No te apoyes en tu propio entendimiento”. Necesitamos confiar en Dios porque no podemos depender de nuestra manera de ver las cosas, que es imperfecta. Si tomamos decisiones de manera independiente o nos dejamos llevar solo por nuestros sentimientos, puede que tomemos decisiones que, aunque al principio parezcan buenas, al final nos traigan muchos problemas (Proverbios 14:12; Jeremías 17:9). Dios es mucho más sabio que nosotros (Isaías 55:8, 9). Si dejamos que él nos guíe, nos irá bien en la vida (Salmo 1:1-3; Proverbios 2:6-9; 16:20).
Proverbios 3:5, 6 | “No te apoyes en tu propio entendimiento”
“Tómalo en cuenta en todos tus caminos”. Deberíamos tomar en cuenta lo que Dios piensa sobre las cosas importantes de nuestra vida; su opinión también debería importarnos a la hora de tomar decisiones. ¿Cómo lo hacemos? Orándole para pedirle que nos guíe y siguiendo los consejos que nos da en la Biblia (Salmo 25:4; 2 Timoteo 3:16, 17).
“Él hará rectas tus sendas”. Dios nos ayuda a vivir de acuerdo con sus justas normas y así hace derechos nuestros caminos (Proverbios 11:5). Al hacer eso, nos ahorramos muchos problemas y somos mucho más felices (Salmo 19:7, 8; Isaías 48:17, 18).
No deje de progresar
Después de atravesar muchas circunstancias en la vida, alguien quizá tienda a pensar: “Ya he pasado por esto antes. Sé lo que tengo que hacer”. ¿Es prudente esta actitud? Proverbios 3:7 advierte: “No te hagas sabio a tus propios ojos”. Está claro que las vivencias deberían ampliar nuestra visión de los factores implicados en diversas situaciones. Pero si progresamos en sentido espiritual, las experiencias vividas también han de grabarnos en la mente y el corazón que la bendición de Jehová es imprescindible para salir airosos. Por tanto, el progreso no se evidencia por la seguridad en nosotros mismos con la que encaramos las dificultades, sino por la disposición de buscar la guía de Jehová en la vida. Se demuestra por la convicción de que nada sucede sin el permiso de nuestro Padre celestial, así como por la relación de confianza y afecto que con él mantenemos.
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Puntos sobresalientes del libro de Proverbios
3:3. Debemos valorar las cualidades de la bondad amorosa y el apego a la verdad, y sentirnos orgullosos de manifestarlas, como si luciéramos un collar muy valioso. También debemos grabarlas en el corazón, convirtiéndolas en parte de nosotros.
10-16 DE MARZO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 4
“Protege tu corazón”
Cómo proteger el corazón
4 En Proverbios 4:23, se usa el término “corazón” para referirse a “lo interior” o “el yo secreto” (lea Salmo 51:6). En otras palabras, el corazón representa nuestros pensamientos, sentimientos, motivos y deseos. No es lo que parecemos ser por fuera, sino lo que de verdad somos por dentro.
Cómo proteger el corazón
10 A fin de proteger el corazón, debemos ser capaces de identificar los peligros y reaccionar de inmediato. Las palabras de Proverbios 4:23 nos recuerdan a los centinelas de los tiempos del rey Salomón. Ellos hacían guardia sobre las murallas de la ciudad y, si veían acercarse un peligro, daban la voz de alarma. Esta imagen nos ayuda a entender lo que debemos hacer para impedir que Satanás nos corrompa la mente.
11 En la antigüedad, los centinelas colaboraban con los porteros de la ciudad (2 Sam. 18:24-26). Juntos la protegían asegurándose de que las puertas estuvieran cerradas cuando se acercaba un enemigo (Neh. 7:1-3). Nuestra conciencia educada por la Biblia puede actuar como un centinela. ¿Cómo? Dando la voz de alarma cuando Satanás intente atacar nuestro corazón, es decir, cuando intente influir en nuestros pensamientos, sentimientos, motivos o deseos. Siempre que la conciencia nos advierta, tenemos que prestarle atención y, por decirlo así, cerrarle las puertas a Satanás.
Cómo proteger el corazón
14 Para proteger el corazón, no solo debemos cerrarles el paso a las malas influencias, sino también abrírselo a las positivas. Pensemos de nuevo en el ejemplo de la ciudad amurallada. El portero cerraba las puertas para impedir que entrara el enemigo. Pero en otros casos las abría para permitir la entrada de alimentos y otras provisiones. De no hacerlo, los habitantes morirían de hambre. De modo parecido, tenemos que abrir con regularidad nuestro corazón para que entren las enseñanzas de Jehová.
“Protejamos el corazón”
¿Por qué debemos proteger el corazón? Dios dirigió al rey Salomón para que escribiera: “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida” (Proverbios 4:23). Así que la calidad de nuestra vida ahora y nuestra esperanza para el futuro dependen de nuestro corazón simbólico. A fin de cuentas, Dios ve lo que hay en él (1 Samuel 16:7). Por tanto, la clase de persona que somos por dentro, o “la persona secreta del corazón”, determina lo que Dios opina de nosotros (1 Pedro 3:4).
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¿Estamos dispuestos a esperar a que Jehová actúe?
4 Proverbios 4:18 nos dice que “la senda de los justos es como la luz brillante de la mañana, que brilla cada vez más hasta que es pleno día”. Estas palabras nos muestran con claridad que Jehová le enseña a su pueblo su propósito de manera progresiva. Ahora bien, este versículo también se puede aplicar de manera más amplia al progreso espiritual del cristiano. Este es un proceso que toma tiempo, no se puede acelerar. Si estudiamos con cuidado y ponemos en práctica los consejos que recibimos mediante la Palabra de Dios y su organización, poco a poco adoptaremos la personalidad de Cristo y conoceremos mejor a Dios. Jesús explicó este punto con un ejemplo. Vamos a verlo.
17-23 DE MARZO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 5
Manténgase lejos de la inmoralidad sexual
Podemos ser castos en un mundo inmoral
En este proverbio, a la persona descarriada se la llama “mujer extraña”, prostituta. Las palabras con las que seduce a su víctima son tan dulces como la miel y tan suaves como el aceite de oliva. ¿No empiezan así la mayoría de las insinuaciones inmorales? Veamos, por ejemplo, el caso de una atractiva secretaria de 27 años de edad llamada Amy. Ella nos cuenta: “Hay un compañero de trabajo que me presta mucha atención y me elogia siempre que tiene oportunidad. Me agrada que otras personas se fijen en mí, pero me doy perfecta cuenta de que su interés es estrictamente sexual. No me voy a dejar engañar por sus insinuaciones”. Las palabras halagadoras del seductor o la seductora suelen resultar atrayentes, a menos que reconozcamos su verdadera naturaleza. Para ello es necesario que empleemos la capacidad de pensar.
Podemos ser castos en un mundo inmoral
Las consecuencias de la inmoralidad son tan amargas como el ajenjo y tan agudas como una espada de dos filos: dolorosas y mortíferas. Los amargos resultados de esa conducta suelen ser una conciencia atribulada, un embarazo no deseado o una enfermedad de transmisión sexual. Y pensemos también en el tremendo dolor emocional que siente el cónyuge de la persona infiel. Una infidelidad puede ocasionar heridas tan profundas que duren toda la vida. En efecto, la infidelidad hace daño.
Podemos ser castos en un mundo inmoral
Tenemos que alejarnos todo lo posible de la influencia de las personas inmorales. ¿Por qué deberíamos exponernos a sus caminos escuchando música degradante, viendo espectáculos que corrompen o mirando pornografía? (Proverbios 6:27; 1 Corintios 15:33; Efesios 5:3-5.) Y qué insensato es llamar su atención coqueteando o vistiéndonos y arreglándonos con inmodestia (1 Timoteo 4:8; 1 Pedro 3:3, 4).
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Podemos ser castos en un mundo inmoral
Así destaca Salomón el elevado precio que se paga por sucumbir a la inmoralidad. El adulterio y la pérdida de la dignidad van de la mano. ¿No es realmente humillante no ser más que un medio para satisfacer nuestra propia pasión inmoral o la de otra persona? ¿No revela falta de amor propio el entregarse a la intimidad sexual con quien no es nuestro cónyuge?
24-30 DE MARZO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 6
¿Qué aprendemos de las hormigas?
it-1 1175, 1176
Hormiga
‘Sabiduría instintiva.’ Como es natural, la ‘sabiduría’ de las hormigas no procede de raciocinio inteligente, sino que es fruto del instinto con que el Creador las ha dotado. La Biblia dice que la hormiga ‘prepara su alimento en el verano y recoge su abastecimiento en la siega’. (Pr 6:8.) Una de las especies más comunes que se hallan en Palestina es la hormiga recolectora (Messor semirufus), que almacena grano en abundancia durante la primavera y el verano, y luego lo utiliza en las demás estaciones, como en el invierno, cuando se hace difícil obtener alimento. Esta hormiga suele encontrarse cerca de las eras, donde hay muchas semillas y grano. Si la lluvia humedece las semillas almacenadas, la hormiga cosechadora las saca al sol para que se sequen. También corta con sus mandíbulas el embrión de la semilla para que esta no germine mientras está almacenada. Las colonias de hormigas cosechadoras se distinguen por los caminos que estas trazan, así como por las cáscaras de las semillas que dejan fuera de la entrada.
Características ejemplares. Una breve investigación sobre la hormiga da más crédito a la exhortación: “Vete donde la hormiga, oh perezoso; mira sus caminos y hazte sabio”. (Pr 6:6.) No solo se distingue por su previsión instintiva, sino también por su perseverancia y determinación, pues a menudo lleva o arrastra con gran tenacidad objetos cuyo peso dobla o triplica el suyo, y hace todo lo posible por llevar a buen término su tarea sin volver nunca atrás aunque caiga o resbale por una cuesta empinada. Es asombrosamente cooperadora, mantiene el hormiguero muy limpio y se interesa por sus compañeras, ayudando a veces a las que se han lastimado o agotado a regresar al hormiguero.
Protejamos nuestra reputación
¿No deberíamos nosotros ser industriosos también como la hormiga? Trabajar arduamente e intentar mejorar la calidad de nuestro trabajo nos beneficia, sea que nos supervisen o no. Efectivamente, en la escuela, en nuestro lugar de trabajo y cuando participamos en actividades espirituales, debemos hacerlo todo tan bien como nos sea posible. Tal como a la hormiga le beneficia su laboriosidad, Dios quiere que nosotros ‘veamos el bien por todo nuestro duro trabajo’ (Eclesiastés 3:13, 22; 5:18). La conciencia limpia y la satisfacción personal son las recompensas del trabajo arduo (Eclesiastés 5:12).
Salomón se vale de dos preguntas retóricas para despertar al perezoso de su indolencia: “¿Hasta cuándo, oh perezoso, te quedarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?”. Imitando su modo de hablar, el rey añade: “Un poco más de sueño, un poco más de dormitar, un poco más de cruzar las manos para estar acostado, y tu pobreza ciertamente vendrá justamente como algún vagabundo, y tu carencia como un hombre armado” (Proverbios 6:9-11). Mientras el perezoso está acostado, la pobreza se apodera de él con la rapidez de un asaltante y la escasez lo ataca como lo haría un hombre armado. Los campos del perezoso pronto se llenan de mala hierba y de ortigas (Proverbios 24:30, 31). Sus empresas comerciales no tardan en sufrir reveses. ¿Por cuánto tiempo tolerará a un vago su patrono? ¿Puede esperar el estudiante perezoso tener éxito en la escuela?
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Protejamos nuestra reputación
Las siete categorías fundamentales que menciona el proverbio abarcan prácticamente todo tipo de males. Los “ojos altaneros” y “un corazón que fabrica proyectos perjudiciales” son pecados que se cometen con el pensamiento. “Una lengua falsa” y “un testigo falso que lanza mentiras” aluden a tipos de transgresiones que se cometen con las palabras. Las “manos que derraman sangre inocente” y los “pies que se apresuran a correr a la maldad” tienen que ver con obras impías. Y para Jehová es especialmente odioso el que gusta de provocar contiendas entre personas que de otro modo morarían juntas en paz. El incremento de seis a siete indica que la lista no es completa, ya que los seres humanos siguen multiplicando sus malas obras.
31 DE MARZO A 6 DE ABRIL
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 7
Evitemos las situaciones peligrosas
“Guarda mis mandamientos y continúa viviendo”
La ventana por la que mira Salomón tiene una celosía, al parecer un enrejado de listones de madera que a veces tiene complejos calados. Al ir atenuándose la luz crepuscular, la oscuridad nocturna invade las calles. El rey observa a un joven muy vulnerable que, como no tiene discernimiento —es decir, buen juicio—, es falto de corazón. Seguramente sabe la clase de vecindario en que ha entrado y a qué se expone. Con todo, se acerca a “la esquina de [una mujer]”, que queda de camino a la casa de ella. ¿Quién es esta mujer? ¿Cuáles son sus intenciones?
“Guarda mis mandamientos y continúa viviendo”
Los labios de esta mujer son melosos. Adopta un rostro descarado y se expresa con confianza. Todo cuanto dice está fríamente calculado para seducir al joven. Finge ser justa al afirmar que ha ofrecido sacrificios de comunión ese mismo día y que ha pagado sus votos, con lo que insinúa que no carece de espiritualidad. Los sacrificios de comunión que se ofrecían en el templo consistían en carne, harina, aceite y vino (Levítico 19:5, 6; 22:21; Números 15:8-10). Así da a entender que hay mucho que comer y beber en su casa, puesto que la persona que hacía tales ofrendas podía tomar parte del sacrificio de comunión para su familia y para sí. Está claro lo que quiere indicar: que el chico pasará un buen rato allí. Ella había salido de casa expresamente a buscarlo. Hay que ser muy crédulo para tragarse un cuento tan tierno. “Es cierto que buscaba a alguien —dice un biblista—, pero ¿de verdad salió a buscarlo a él en particular? Solo se lo creería un tonto, quizás como este.”
Después de haberlo atraído apelando a la vista con su vestimenta; al oído, con sus halagos; al tacto, con un abrazo, y al gusto, con el sabor de sus labios, la seductora recurre al sentido del olfato. Dice: “He adornado mi diván con colchas, con cosas de muchos colores, lino de Egipto. He rociado mi cama con mirra, áloes y canela” (Proverbios 7:16, 17). De manera primorosa ha arreglado su cama con lino de Egipto de vivos colores y la ha perfumado con fragancias selectas de mirra, áloes y canela.
“De veras ven, saciémonos bebiendo del amor hasta la mañana; sí, gocemos el uno del otro con expresiones de amor.” La invitación implica mucho más que una agradable cena para dos. Le promete que gozará de relaciones sexuales con ella. Para el joven la invitación suena como una excitante aventura. Para terminar de convencerlo, ella añade: “Porque el esposo no está en casa; se ha ido viajando por un camino de bastante distancia. Una bolsa de dinero ha llevado en la mano. El día de la luna llena vendrá a su casa” (Proverbios 7:18-20). Le garantiza seguridad total, pues su esposo está en un viaje de negocios y no regresará pronto. ¡Con qué habilidad engaña al joven! “Lo ha extraviado con la abundancia de su persuasiva. Por la suavidad de sus labios lo seduce.” (Proverbios 7:21.) Haría falta un hombre del calibre de José para resistir una invitación tan seductora (Génesis 39:9, 12). ¿Tendrá este muchacho la talla moral que se requiere?
“Guarda mis mandamientos y continúa viviendo”
La invitación le resulta irresistible al joven, que no hace caso al sentido común y va tras la mujer ‘como toro al degüello’. Tal como el hombre que está atado con grilletes no puede escapar de la disciplina, así él es conducido al pecado. No verá el peligro de su proceder hasta que ‘una flecha le abra el hígado’, es decir, hasta que reciba una herida que puede provocarle la muerte. Esta puede ser física, pues se ha expuesto a contraer una enfermedad mortífera de transmisión sexual, pero también puede ser una muerte espiritual; “está envuelta su misma alma”. Todo su ser y toda su vida se han visto muy afectados, y él ha pecado gravemente contra Dios. De esta manera, se apresura a caer en las garras de la muerte tal como un pájaro cae en la trampa.
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“Guarda mis mandamientos y continúa viviendo”
“Átalos [mis mandamientos] sobre tus dedos —pasa a decir Salomón—, y escríbelos sobre la tabla de tu corazón.” (Proverbios 7:3.) Los dedos siempre están a la vista y son imprescindibles para realizar lo que nos proponemos. De igual modo, en todo lo que hagamos siempre debemos tener presente el recordatorio y la guía de las lecciones que aprendimos cuando nos criaron según las Escrituras o cuando adquirimos el conocimiento bíblico. Debemos grabar tales mandamientos en la tabla del corazón, o lo que es lo mismo, incorporarlos a nuestra forma de ser.
7-13 DE ABRIL
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 8
Escuchemos a la sabiduría personificada
“Amo al Padre”
7 En el versículo 22, la sabiduría afirma: “Jehová me produjo como el principio de su actividad, el primero de sus logros de hace mucho tiempo”. Estas palabras tienen que referirse a algo más que simplemente a la sabiduría. ¿Por qué decimos esto? Porque Jehová siempre ha existido y siempre ha sido sabio, así que la sabiduría nunca fue producida, no tuvo principio (Salmo 90:2). En cambio, el Hijo de Dios sí fue producido o creado por Jehová. Él es “el primero de sus logros”, de hecho, es “el primogénito de toda la creación” (Colosenses 1:15). El Hijo existió antes que los cielos y la Tierra, como se describe en Proverbios. Y en su función de la Palabra, o el portavoz de Dios, era la expresión perfecta de la sabiduría de Jehová (Juan 1:1).
“Amo al Padre”
8 ¿A qué se dedicó el Hijo durante el inmenso periodo de tiempo que vivió antes de venir a la Tierra? El versículo 30 dice que estuvo junto a Dios como “un obrero experto”. ¿Qué quiere decir eso? Colosenses 1:16 explica: “Por medio de él todo lo demás fue creado en los cielos y en la tierra [...]. Todo lo demás ha sido creado mediante él y para él”. Así que Jehová —el Creador— utilizó a su Hijo —su “obrero experto”— para dar existencia a todo lo demás: desde las criaturas espirituales hasta el vasto universo. Eso incluye la Tierra y su asombrosa variedad de animales y plantas, así como la obra maestra de la creación terrestre, el ser humano. Hasta cierto punto, podemos asemejar la colaboración entre el Padre y el Hijo a la de un arquitecto y un constructor. Este último se especializa en realizar los ingeniosos proyectos del arquitecto. Cuando algo de la creación nos llena de asombro, en realidad le damos el mérito al Gran Arquitecto (Salmo 19:1). Pero también nos recuerda el largo periodo de tiempo que el Creador y su “obrero experto” trabajaron felices juntos.
9 Cuando dos seres humanos imperfectos trabajan en contacto muy estrecho, a veces les cuesta llevarse bien. Pero este no fue el caso de Jehová y su Hijo. El Hijo trabajó con el Padre por millones y millones de años, y aseguró: “Siempre me sentía feliz delante de él” (Proverbios 8:30). Como vemos, le daba mucha alegría estar junto a su Padre, y ese sentimiento era mutuo. El Hijo fue pareciéndose cada vez más su Padre al imitar sus cualidades; por eso no nos extraña que entre ellos se desarrollara una relación tan estrecha. Bien podemos decir que los unían los lazos de amor más antiguos y más fuertes de todo el universo.
Valoremos el papel de Jesús, el David y el Salomón Mayor
14 Solo ha habido un hombre más sabio que Salomón, y ese fue Jesucristo. Él mismo dijo que era “algo más que Salomón” (Mat. 12:42). Jesús pronunció “dichos de vida eterna” (Juan 6:68). Por ejemplo, en el Sermón del Monte amplió algunos principios que aparecen en el libro de los Proverbios. Salomón habló de varias cosas que producen felicidad a los siervos de Jehová (Pro. 3:13; 8:32, 33; 14:21; 16:20). Y Jesús, por su parte, recalcó que lo que produce verdadera felicidad son los asuntos espirituales, todo aquello que está relacionado con la adoración a Jehová y el cumplimiento de sus promesas. Dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos” (Mat. 5:3). Quienes ponen en práctica los principios contenidos en las enseñanzas de Jesús se acercan a Jehová, “la fuente de la vida” (Sal. 36:9; Pro. 22:11; Mat. 5:8). Cristo representa “la sabiduría de Dios” (1 Cor. 1:24, 30). Y como Rey Mesiánico, tiene “el espíritu de sabiduría” (Isa. 11:2).
Busquemos perlas escondidas
La sabiduría está clamando. ¿Puede escucharla?
▪ En palabras de The World Book Encyclopedia, la Biblia es “el libro de mayor difusión de la historia, el que más veces se ha traducido y a más idiomas”. Está disponible completa o en parte en más de 2.600 idiomas, lo cual la ha puesto al alcance de más del 90 % de la familia humana.
▪ La sabiduría también está clamando en un sentido más literal. En Mateo 24:14 leemos: “Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin [del presente mundo]”.
14-20 DE ABRIL
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 9
No sea un burlón, sea sabio
“Escucha las palabras de los sabios”
4 Siendo realistas, los consejos que más nos cuesta aceptar son los directos, y puede que hasta nos ofendan. ¿Por qué? No tenemos ningún problema en reconocer que somos imperfectos. Pero, cuando alguien nos señala un defecto o un error concreto, puede que nos cueste aceptarlo (lea Eclesiastés 7:9). Quizá pongamos excusas, cuestionemos la motivación de la persona que nos dio el consejo o nos ofendamos por la manera en la que nos habló. O hasta es posible que pensemos: “¿Qué derecho tiene a aconsejarme a mí? ¡Él también se equivoca!”. Es más, si no nos gusta el consejo, puede que lo ignoremos o que hablemos con otra persona esperando que nos diga lo que queremos oír.
“Escucha las palabras de los sabios”
12 La humildad nos ayudará a aceptar los consejos. Esta cualidad nos hace recordar lo imperfectos que somos y lo insensatos que podemos llegar a ser a veces. Como ya vimos, Job tenía un modo de pensar equivocado, pero más tarde lo corrigió. Fue humilde y aceptó los consejos de Elihú aunque era un hombre mucho más joven que él (Job 32:6, 7). Jehová bendijo a Job por ser humilde. La humildad también nos ayuda a nosotros a seguir los consejos, incluso cuando pensamos que no los necesitamos o cuando la persona que nos aconseja es más joven que nosotros. Un anciano de Canadá dice: “Nosotros no nos vemos como nos ven los demás. Así que, ¿cómo vamos a progresar si nadie nos aconseja?”. ¿Quién no necesita seguir cultivando el fruto del espíritu y seguir mejorando como maestro? (Lea Salmo 141:5).
13 Veamos los consejos como una muestra del amor de Dios. Jehová quiere lo mejor para nosotros (Prov. 4:20-22). Cuando él nos da consejos mediante su Palabra, una publicación bíblica o un hermano maduro, nos demuestra que nos ama. Y, como dice Hebreos 12:9, 10, “lo hace para nuestro beneficio”.
14 Centrémonos en lo que nos dicen, no en cómo nos lo dicen. A veces, pudiera parecernos que la persona que nos dio un consejo no lo hizo de la mejor manera. Claro, el que da un consejo debe esforzarse por darlo de modo que resulte fácil aceptarlo (Gál. 6:1). Pero, si somos nosotros los que recibimos el consejo, debemos centrarnos en el mensaje, incluso si pensamos que no nos lo dieron de la mejor manera. Podríamos preguntarnos: “Aunque no me gusta la manera en la que la persona me dio el consejo, ¿tendrá algo de razón? ¿Puedo pasar por alto sus defectos y beneficiarme de lo que me dijo?”. Sería bueno que encontráramos la manera de aprovechar cualquier consejo que nos den (Prov. 15:31).
‘Por la sabiduría nuestros días llegarán a ser muchos’
La respuesta del sabio a la censura es la contraria a la del burlón. Salomón declara: “Da una censura a un sabio, y te amará. Da a un sabio, y se hará aún más sabio” (Proverbios 9:8b, 9a). El sabio reconoce que “ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo, después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia” (Hebreos 12:11). Aunque el consejo tal vez parezca doloroso, ¿por qué deberíamos contradecirlo o ponernos a la defensiva si aceptarlo nos hará más sabios?
“Imparte conocimiento a alguien justo, y aumentará en saber”, añade el sabio monarca (Proverbios 9:9b). Por sabios o maduros que seamos, siempre debemos seguir aprendiendo. Cuánto nos deleita ver incluso a los que están en el ocaso de su vida abrazar la verdad y dedicarse a Jehová. Esforcémonos también por mantener el deseo de aprender y por tener la mente activa.
‘Por la sabiduría nuestros días llegarán a ser muchos’
Emplearse a fondo para obtener sabiduría es una responsabilidad personal. Salomón destaca este hecho como sigue: “Si te has hecho sabio, te has hecho sabio a favor de ti mismo; y si te has burlado, lo soportarás, tú solo” (Proverbios 9:12). El sabio lo es para su propio beneficio, y la culpa de que el burlón sufra es solo suya. En realidad, uno siega lo que siembra. Por lo tanto, ‘prestemos atención a la sabiduría’ (Proverbios 2:2).
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Puntos sobresalientes del libro de Proverbios
9:17. ¿Qué son “las aguas hurtadas”, y por qué son “dulces”? La Biblia asemeja el disfrute de las relaciones sexuales con el cónyuge a beber agua refrescante de un pozo. Así pues, las aguas hurtadas simbolizan las relaciones sexuales inmorales mantenidas en secreto (Proverbios 5:15-17). La idea de hacer algo malo sin ser descubierto da a esas aguas la apariencia de ser dulces.
21-27 DE ABRIL
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 10
¿Qué nos hace verdaderamente ricos?
‘Las bendiciones son para el justo’
El justo se beneficia de otra manera. “El que trabaja con mano floja será persona de escasos recursos, pero la mano del diligente es lo que enriquece a uno. El hijo que actúa con perspicacia recoge durante el verano; el hijo que actúa vergonzosamente está profundamente dormido durante la siega.” (Proverbios 10:4, 5.)
Las palabras que el rey dirige a quienes laboran en la siega son especialmente significativas. La temporada de la cosecha no es tiempo de dormir, sino de ser diligente y trabajar muchas horas. Sí, hay que actuar con urgencia.
Jesús pensaba en una cosecha, no de cereales, sino de personas, cuando dijo a sus discípulos: “La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies [Jehová Dios] que envíe obreros a su siega” (Mateo 9:35-38). La asistencia a la Conmemoración de la muerte de Jesús del año 2000 superó los catorce millones de personas, lo que supone más del doble de la cantidad de testigos de Jehová. ¿Quién puede negar, entonces, que ‘los campos están blancos para la siega’? (Juan 4:35.) Los adoradores verdaderos del Amo le piden más obreros y, al mismo tiempo, actúan en armonía con sus oraciones al esforzarse vigorosamente en la obra de hacer discípulos (Mateo 28:19, 20). ¡Y con qué generosidad ha bendecido Jehová su labor! Durante el año de servicio 2000 se bautizaron más de doscientos ochenta mil nuevos seguidores de Jesucristo, que también intentan por todos los medios ser maestros de la Palabra de Dios. Sintamos gozo y satisfacción durante la siega teniendo una participación plena en la obra de hacer discípulos.
Andemos en ‘la senda de la rectitud’
Salomón destaca la importancia de la justicia al decir: “Las cosas valiosas del rico son su pueblo fuerte. La ruina de los de condición humilde es su pobreza. La actividad del justo resulta en vida; el producto del inicuo resulta en pecado” (Proverbios 10:15, 16).
Las riquezas pueden protegernos de algunas incertidumbres de la vida, tal como un pueblo fortificado da cierta seguridad a sus habitantes, mientras que la pobreza puede ser desastrosa cuando surgen situaciones inesperadas (Eclesiastés 7:12). Ahora bien, es posible que el sabio rey también insinuara un peligro tanto para el rico como para el pobre. El rico quizá se incline a depositar toda la confianza en las riquezas, imaginándose que sus posesiones valiosas son “como un muro protector” (Proverbios 18:11). Y el pobre tal vez piense, equivocadamente, que su pobreza lo condena a un futuro sin esperanza. Por consiguiente, ninguno se hace un buen nombre ante Dios.
No obstante, sea que el justo tenga mucho o poco en sentido material, su rectitud lo conduce a la vida. ¿En qué sentido? Pues bien, está contento con lo que tiene. No permite que su situación económica interfiera con su buena relación con Dios. Sea rico o pobre, la vida del justo le trae felicidad ahora y le da la esperanza de vida eterna en el futuro (Job 42:10-13). El malvado no se beneficia aunque adquiera riquezas. En lugar de agradecer el valor protector de estas y vivir en conformidad con la voluntad divina, emplea sus bienes para llevar una vida de pecado.
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Bendición
Jehová bendice al hombre. “La bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella.” (Pr 10:22.) Jehová bendice a los que aprueba al protegerlos, favorecerlos, guiarlos, hacer que prosperen y cubrir sus necesidades, con el consecuente beneficio para esas personas.
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El placer de andar en integridad
18 “La bendición de Jehová”: esa es la clave de la prosperidad espiritual de su pueblo, y se nos asegura que “él no añade dolor con ella” (Proverbios 10:22). Entonces, ¿por qué les sobrevienen pruebas tan dolorosas a muchos siervos leales de Dios? Las dificultades y la aflicción se deben a tres razones principales: 1) nuestra propia inclinación al pecado (Génesis 6:5; 8:21; Santiago 1:14, 15); 2) Satanás y sus demonios (Efesios 6:11, 12), y 3) el mundo impío (Juan 15:19). Aunque Jehová permite que nos sucedan desgracias, él no las causa. Al contrario, “toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba, porque desciende del Padre de las luces celestes” (Santiago 1:17). En efecto, las bendiciones de Jehová no traen dolores consigo.
28 ABRIL A 4 DE MAYO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 11
¡No lo diga!
La integridad guía a los rectos
Tanto la integridad de los rectos como la maldad de los inicuos repercuten en otras personas. “Por su boca el que es apóstata arruina a su semejante —dice el rey de Israel—, pero por conocimiento son librados los justos.” (Proverbios 11:9.) ¿Quién puede negar que la calumnia, el chisme malicioso, el habla obscena y la conversación ociosa perjudican a los demás? Por otra parte, el habla del justo es pura, bien pensada y considerada. Se le libra por conocimiento, pues su integridad le aporta los razonamientos necesarios para demostrar que sus acusadores mienten.
La integridad guía a los rectos
Los ciudadanos rectos promueven la paz y el bienestar, y edifican a otros miembros de la comunidad. Así, el pueblo recibe ensalzamiento, prospera. Sin embargo, quienes hablan de manera calumniadora, dañina o errónea provocan malestar, infelicidad, desunión y problemas, particularmente si son personas influyentes. Ese pueblo sufre desorden, corrupción, deterioro moral y quizá también económico.
El principio expuesto en Proverbios 11:11 es aplicable con igual fuerza a los siervos de Jehová que se reúnen en congregaciones, comparables a pueblos. Una congregación en la que ejercen influencia personas espirituales —rectas y guiadas por su integridad— constituye una comunidad feliz, activa y servicial que honra a Dios. Jehová bendice a dicha congregación, y esta prospera espiritualmente. De vez en cuando, puede que haya unos pocos que quizá se sientan descontentos e insatisfechos, que encuentren faltas y critiquen con amargura la forma en que se hacen las cosas. Estos se asemejan a una “raíz venenosa” que puede extenderse y envenenar a otros que no habían sido afectados en un principio (Hebreos 12:15). Tales personas suelen ambicionar más autoridad y prominencia. Esparcen rumores de que existe, por ejemplo, injusticia o prejuicio racial en la congregación o de parte de los ancianos. Sin duda, su boca puede provocar divisiones en la congregación. ¿No deberíamos hacer oídos sordos a estos rumores y esforzarnos por ser personas espirituales que contribuyen a la paz y unidad de la congregación?
La integridad guía a los rectos
Alguien “falto de corazón”, es decir, que no tiene buen juicio, puede hacer mucho daño. Lleva su habla ociosa hasta el extremo de la calumnia o la injuria. Los ancianos nombrados deben poner fin con prontitud a tal influencia nociva. A diferencia del que es “falto de corazón”, el hombre de discernimiento sabe cuándo guardar silencio. En vez de revelar confidencias, las encubre. Consciente del gran perjuicio que acarrea perder el control de la lengua, el que tiene discernimiento es “fiel en espíritu”. Es leal a sus hermanos en la fe y no divulga asuntos confidenciales que pudieran ponerles en peligro. Estas personas íntegras son muy valiosas en la congregación.
Busquemos perlas escondidas
g20.1 11, recuadro
Cómo controlar el estrés
LA BONDAD ES EL ANTÍDOTO CONTRA EL ESTRÉS
“El hombre bueno se beneficia a sí mismo, pero la persona cruel se perjudica a sí misma” (PROVERBIOS 11:17).
En su libro Overcoming Stress (Cómo superar el estrés), el doctor Tim Cantopher explica que la bondad es el antídoto contra el estrés. Cuando somos bondadosos con otros, nuestra salud mejora y somos más felices. En cambio, una persona cruel y desagradable no es feliz porque acaba aislada de los demás.
También disminuimos el estrés cuando somos considerados con nosotros mismos. Por ejemplo, no nos exijamos demasiado, tampoco nos menospreciemos ni nos critiquemos con dureza. Jesús dijo: “Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo” (Marcos 12:31).