“Su ropa está comida por la polilla”
Como muestra la imagen, las polillas pueden echar a perder la ropa (en la foto se ve una polilla común de la ropa [Tineola bisselliella] con sus orugas o larvas). En su carta, Santiago habla del daño que produce la polilla para ilustrar que no es sensato confiar en las riquezas (Snt 5:2). En el siglo primero de nuestra era, cosas como el grano, el aceite de oliva y la ropa solían indicar el nivel económico de una persona. Ahora bien, hasta las prendas de vestir más caras pueden terminar arruinadas por las larvas de la polilla. Son estos gusanitos y no las polillas adultas los que se alimentan de los tejidos. Tienen un enorme apetito y son capaces de devorar todos los materiales con los que se confeccionaba la ropa en tiempos bíblicos, como lana, lino, pelo de cabra o de camello e incluso cuero. En las Escrituras Hebreas se habla de las polillas y su capacidad destructiva (Job 13:28; Is 51:8). Y Jesús, en el Sermón del Monte, se refiere al daño que producen para ilustrar que lo más sabio es acumular “tesoros en el cielo” en vez de confiar en las riquezas materiales (Mt 6:19, 20).
Reconocimiento:
Clemson University Department of Entomology, Cooperative Extension Service
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