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¡Despertad! 1971
g71 22/2 págs. 3-7

¿Cree usted todo lo que lee?

“TODO lo que sé es lo que leo en los periódicos.” Esa era la máxima del filósofo y humorista vaquero norteamericano Will Rogers.

¿Qué opina usted de ello? ¿Cree que es prudente creer todo lo que se lee?

Sin duda gran parte de la prensa pública trata de apegarse a los hechos tanto como le es posible. Y se puede aprender mucha información real y valiosa de lo que se imprime.

Pero es preciso tener presente que casi todas las publicaciones de este mundo son empresas comerciales. Por eso, algunos escritores, redactores y publicadores quizás complazcan a ciertos intereses, quizás teman ofender a lectores o anunciantes. O quizás tiendan a lo sensacional y fantástico para atraer lectores, aunque esto signifique falsear la verdad.

También, puede que un artículo se escriba de buena fe; pero ¿dónde obtuvo la información el reportero? ¿Cuál fue su fuente original? ¿Era confiable esa fuente, o se ha basado la información en algún rumor? ¿Ha reflejado la fuente o el informe prejuicios personales más bien que hechos imparciales?

Entonces hay la tendencia que tienen muchos lectores a creer lo que quieren creer en vez de pesar la evidencia. Así, si los hechos están desvirtuados, reflejan prejuicio, hasta son incorrectos, los que prefieren creer ese punto de vista quizás lo acepten apresuradamente. Pero, ¿cree usted que ése sea el proceder prudente y seguro, que haya de resultar en bien para la persona?

Por otra parte, quizás alguien crea que cierta cosa es correcta, y es posible que realmente sea correcta. Pero si, para apoyar esa creencia, echa mano de evidencia que tiene un fundamento débil y que más tarde queda desacreditada, el resultado podría ser que se debilitara su confianza en algo que quizás realmente sea verdadero.

“Brecha de credibilidad”

Cuando algo es creíble, se cree. En años recientes, cada vez más personas están conscientes de lo que a menudo se llama “brecha de credibilidad” en cuanto a la información que están obteniendo. Quizás lean algo, pero más tarde averigüen que no era de ninguna manera cierto. Así, existe una “brecha” entre lo que se informó y lo que finalmente resultó ser la verdad.

Un caso famoso de esto se dio en 1960. El gobierno del presidente estadounidense Dwight Eisenhower fue sorprendido en una falsedad flagrante acerca de un avión U-2 norteamericano que se había perdido sobre la Unión Soviética. Voceros de la administración alegaron que el avión era una nave meteorológica que accidentalmente se había extraviado sobre la Unión Soviética.

Sin embargo, resultó que el avión fue derribado con armas de fuego muy en el interior de Rusia y que el piloto fue capturado. Entonces funcionarios de la administración reconocieron que en realidad era un “avión espía,” y que vuelos de aquella clase se habían estado efectuando con pleno conocimiento de ellos por aproximadamente cuatro años. La alegación de que se trataba de un avión extraviado quedó expuesta como una falsedad deliberada.

En el libro Anything but the Truth, por William McGaffin y Erwin Knoll, se declara: “J. R. Wiggins, director del Post de Washington, ha hecho notar que ‘el gobierno que tan prestamente se esfuerza por justificar su derecho a mentir en una crisis jamás carecerá de mentiras ni de crisis.’”

En consecuencia, el proceder sabio es ejercer cuidado cuando uno lee acerca de asuntos políticos de este mundo. Pero también es necesario ejercer ese cuidado cuando uno lee sobre otras cosas. Esto hasta incluye alegaciones de que ciertos descubrimientos verifican la autenticidad de la Biblia.

¿Se ha verificado el “día que falta”?

Un ejemplo de esto es el caso del “día que falta.” Hace algunos meses el Sr. Harold Hill, de Baltimore, Maryland, hizo circular copias de un relato que entonces fue reimpreso extensamente en los periódicos por todos los Estados Unidos.

El Sr. Hill declaró que en el centro espacial de Greenbelt, Maryland, unos científicos estaban examinando con computadora la posición del Sol, la Luna y los planetas para determinar dónde estarían estos cuerpos en el futuro. Escudriñando siglos en una dirección y en otra, los cálculos de la computadora, según se informó, revelaron que en el pasado faltaba un día de 24 horas. Se dijo que uno de los científicos recordó el relato bíblico de Josué, capítulo 10, que dice que el ‘sol se detuvo’ por aproximadamente un día entero. Según se afirmó, la computadora fue puesta a trabajar de nuevo y encontró que el tiempo que faltaba según el relato de Josué era de 23 horas y 20 minutos.

Sin embargo, continuaba el relato: ¿Qué hay de los otros 40 minutos? Según se informó, el mismo científico recordó entonces el relato bíblico de Segundo de 2 Reyes, capítulo 20, que dice que al rey Ezequías se le dio una señal como prueba de que se recuperaría de su enfermedad. La señal fue que la sombra de un reloj de Sol regresaría “diez grados” (Authorized Version), que es 40 minutos de tiempo. Por consiguiente, juntos, los dos relatos bíblicos componen las 24 horas, el “día que falta” que se dice que la computadora había hallado.

¿Era cierto este informe que se había publicado? Una carta en que se solicitaba información fue enviada al Sr. Hill pidiéndole más detalles en cuanto a su relato. En su respuesta él dijo: “Lamento informarles que se me ha traspapelado la documentación relativa a los nombres y lugares conectados con el relato del ‘día que falta,’ pero con gusto la enviaré cuando la encuentre.” Eso fue hace muchos meses. Hasta esta fecha no ha aparecido ninguna documentación.

Además, la revista ¡Despertad! envió una carta en solicitud de información al Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio en Greenbelt, Maryland. Pidió a los funcionarios de ese lugar una verificación del relato. El jefe de la Oficina de Asuntos Públicos del centro, Edward Mason, contestó por carta: “No sabemos nada en cuanto al Sr. Harold Hill y de ninguna manera podemos corroborar la referencia al ‘día que falta’ del artículo.” Añadió el Sr. Mason: “Aunque utilizamos las posiciones planetarias como necesarias para determinar en nuestras computadoras las órbitas de las naves espaciales, no he descubierto que ‘astronautas y científicos espaciales de Greenbelt’ hayan tenido que ver con el relato del ‘día que falta’ que se atribuye al Sr. Hill.”

¿Existe verificación de este informe de descubrimientos hechos por medio de computadoras? Sería bueno no decir que existe a menos que se presente documentación sólida, particularmente tomando en cuenta el hecho de que el Sr. Hill alega haber ‘visto personalmente al Señor Jesucristo.’

También, es preciso que se considere como muy extraño, por no decir más, el que se cuente un relato casi idéntico en el libro The Harmony of Science and Scripture, por Harry Rimmer. ¡Pero ese libro se publicó por primera vez en 1936! En un capítulo intitulado “La ciencia moderna y el día largo de Josué” Rimmer hace referencia a un libro que escribió en 1890 el profesor C. A. Totten, de Yale, y alega que “establece el caso fuera de toda duda.”

En la versión de Rimmer del relato de Totten, es de un “astrónomo consumado” de quien se dice que descubrió que la Tierra estaba fuera de horario por 24 horas. Al tratar de demostrarlo, el astrónomo, según se informa, descubrió por sus cálculos astronómicos que el tiempo del “día que falta” solo alcanzaba a 23 horas y 20 minutos. Pero entonces el profesor Totten, según se informa, llamó la atención del astrónomo al hecho de que Josué no dijo que era un día entero, sino “aproximadamente” el espacio de un día. Entonces se dice que encontró que el relato del rey Ezequías suministraba los otros 40 minutos.

Estos dos relatos son casi idénticos. ¡Sin embargo, el moderno, de 1970, atribuye el descubrimiento a científicos espaciales y computadoras de Greenbelt (los cuales a su vez lo niegan); el relato más viejo, de 1936, lo atribuye a un “astrónomo consumado” a quien se menciona en un libro escrito por otra persona en 1890!

Sin embargo, el que no haya verificación de esas alegaciones no altera la veracidad de la Biblia. La Biblia es la Palabra de Dios. Dice la verdad, porque Dios no puede mentir. (2 Tim. 3:16, 17; Juan 17:17; Tito 1:2) Los cristianos tienen una abundancia de evidencia que muestra que la Biblia es lo que afirma ser, la Palabra de Dios. No tienen que edificar la fe, ni sería prudente que trataran de hacerlo, en algo de lo cual no se pueda probar que tenga fundamento sólido.

¿Se ha hallado el arca de Noé?

En 1969 también hubo mucha publicidad en cuanto a una expedición que fue enviada para hallar el arca de Noé en el monte Ararat. Gran parte de esta publicidad gira en torno de las alegaciones de Fernand Navarra.

Science News del 13 de junio de 1970 declaró: “En 1955, Fernand Navarra, un industrial y explorador aficionado francés, encontró en el monte Ararat, al este de Turquía, según cálculos, 50 toneladas de madera enterradas en la saliente de una masa de hielo glacial. El sitio del hallazgo está a 4.267 metros de altura, a miles de metros sobre la línea de los árboles y a más de 480 kilómetros de los árboles más cercanos de todo tamaño. . . . Navarra ha alegado que el artefacto es un pedazo del Arca Bíblica de Noé.”

Algunos calcularon que la madera tenía de 4.000 a 5.000 años de edad. Sin embargo, otros cálculos usando medidas de radiocarbono dieron cifras más recientes, aunque la contaminación de la madera con carbono-14 formado más recientemente en la atmósfera superior y que hubiese descendido en la lluvia y la nieve pudiera haber influido en las medidas.

Después, en 1969, se encontró más madera cerca del sitio investigado en 1955. Se esperaba efectuar excavación adicional en el verano de 1970 bajo la dirección de la Fundación de Investigación, Inc. Sin embargo, Turquía impidió a la expedición el acceso al monte Ararat, citando “razones de seguridad.” Se hicieron esfuerzos por lograr la revocación de esta decisión.

Esta no es la primera alegación de que posiblemente se ha hallado el Arca. Ha habido muchos informes sensacionales durante los siglos pasados. Algunos alegan haber visto un barco. Otros, la proa de una nave. Otro informe dice que un equipo investigador encontró y examinó varias habitaciones en una estructura semejante a barco. Pero no fue posible investigar esas alegaciones y establecerlas fuera de duda.

Hace unos diez años, se vio en el monte Ararat una forma que sí parecía de un barco. Se publicaron fotografías de ella en varias revistas. Pero algunos investigadores fueron al sitio y encontraron que solo era una muy extraña formación de tierra. Es verdad que el interés actual no está concentrado en ese lugar, sino en otras partes de la montaña.

Sin embargo, sería prudente ejercer precaución. Aunque la madera fuese prediluviana, ¿fue el Arca la única estructura desbastada a mano de aquel tiempo? ¿No es posible que restos de estructuras destruidas por el Diluvio hubieran sido llevadas por las aguas a diferentes lugares, incluso el monte Ararat? ¿No es posible, también, que se haya construido una estructura de madera en el monte Ararat mucho después del diluvio del día de Noé?

Quizás algunos quieran creer que lo que está allí es el arca de Noé y por eso aleguen dogmáticamente que lo es, antes de que se obtenga evidencia concluyente. Pero, ¿qué hay si más tarde la evidencia prueba que no era el Arca? ¿Debilitará eso su creencia en el Diluvio y en el relato bíblico del arca de Noé? No sería la primera vez que la fe de algunas personas hubiese sido perjudicada por haber creído evidencia infundada mientras que el acontecimiento mismo fuera verdad.

Por consiguiente, hasta que haya mucha más evidencia de la que hay en la actualidad, no sería el proceder sabio cifrar uno sus esperanzas en un hallazgo de esa clase que verificara un relato bíblico. Realmente, los cristianos no lo necesitan. Tienen el registro de la propia Palabra de Dios sobre el asunto. Él fue testigo ocular de todo el acontecimiento. Así, también, tenemos el registro de Noé, que fue testigo ocular de ello en la Tierra. Y tenemos el registro de que Jesucristo mismo aceptó el diluvio global como hecho histórico.—Gén. 6:1–8:22; Luc. 17:26, 27.

También, hay los relatos del diluvio que son comunes en casi toda raza o cultura. No es probable que sea coincidencia el que el relato esté tan ampliamente esparcido. También, es un hecho bien establecido que muerte súbita en agua, y en muchos casos por congelamiento rápido, segó súbitamente la vida de millones de cosas vivas en el pasado. Se han hallado restos de éstas en cantidades enormes en lugares como Alaska y Siberia. Algunos animales se congelaron tan rápidamente que todavía había vegetación en su boca y su estómago.

No obstante, aunque los restos del arca de Noé se encontraran y se identificaran definitivamente, ¿quedarían los críticos más convencidos acerca de la exactitud de la Biblia? ¿Cifrarían entonces su confianza en ella y en su Autor? Bueno, ¿han convencido a los críticos los Rollos del Mar Muerto de Isaías de modo que cifren más fe en la Biblia y en su Autor que la que tenían antes? No, en vez de eso han pasado años argumentando trivialmente acerca de detalles de deletreo, formas de letras, la doctrina de los esenios, etc. Han pasado por alto el verdadero punto en cuanto a la conservación de la Palabra de Dios, y el cifrar uno su confianza en ella y en su Autor.

¿Quedarían los críticos del diluvio global “persuadidos si se levanta alguien [digamos, Noé mismo] de entre los muertos” y los lleva al Arca? (Luc. 16:31) No es probable que sea así. Jesús levantó a algunos de entre los muertos y eso no convenció a sus críticos. Más: ¡cuando Jesús resucitó a un hombre llamado Lázaro, los críticos religiosos quisieron dar muerte a Jesús! ¡Y no solo eso, sino que “entraron en consejo para matar también a Lázaro”!—Juan 11:45-53; 12:9-11.

No, no es hechos acerca de la veracidad de la Biblia lo que falta. Hay una abundancia de éstos y sólidamente dan testimonio de que la Biblia es la Palabra de Dios. Lo que falta en lo que toca a los críticos es la correcta condición del corazón. No quieren creer. Tampoco quieren sujetarse a los arreglos o leyes morales de Jehová Dios.

¿Cerrando los ojos al bautismo?

Otro ejemplo de lo extraviador y completamente falso que puede ser un detalle fue un artículo de que informó la Prensa Asociada de Mufulira, Zambia.

El despacho de la Prensa Asociada decía: “Se supone que los miembros de la secta de la Watchtower cierren bien los ojos cuando sus compañeros de creencia religiosa se someten a sus ritos bautismales. Afortunadamente, alguien tenía los ojos abiertos cuando Davison Kapysa fue sumergido en el río Kafue en presencia de 200 miembros de la Watchtower. Un cocodrilo cogió la pierna de Kapysa, pero el atisbador solitario dio la alarma antes de que el reptil pudiera llevarse a su víctima arrastrándolo.”

Por este informe, un lector no informado pudiera concluir que cuando los testigos de Jehová están presentes en un bautismo tienen que cerrar los ojos mientras se bautiza a alguien. No obstante, si la Prensa Asociada hubiera consultado sobre el asunto con algún representante de los testigos de Jehová hubiera sabido que esa información es errónea, porque la verdad es lo diametralmente opuesto a eso. Los testigos de Jehová que están presentes en los bautismos están allí para ser observadores y testigos oculares. ¡Difícilmente podrían serlo si tuvieran cerrados los ojos mientras otros estuvieran siendo bautizados!

Pese lo que usted lea

Habiendo tanta propaganda en el mundo hoy, es bueno ejercer precaución. Cuando lea sobre asuntos importantes, analice los hechos disponibles. Pregúntese: ¿Hay un fundamento sólido para lo que se dice, o es simple rumor? ¿Es confiable la fuente? Si la evidencia es débil, espere más verificación.

Otro punto que se debe considerar es éste: ¿quiénes, con mayor probabilidad, imprimirán la verdad... los que están dedicados al Dios de la verdad, Jehová, y que no efectúan su trabajo por ganancia comercial, o los que tratan de lucrar, que tienen anunciantes y otros intereses creados en los cuales es preciso que se interesen? La respuesta es obvia.

[Ilustración de la página 4]

El titular dice: “Computadora halla día perdido”

¿Han confirmado realmente los científicos un relato bíblico por medio de una computadora?

[Ilustración de la página 5]

¿Se ha hallado una parte del arca de Noé?

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