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¡Despertad! 1971
g71 22/4 págs. 17-19

El acné... infortunio de los adolescentes

¿ERES un joven adolescente atribulado por el acné? No lo tomes muy en serio. Sin duda te parece mucho peor a ti que a otros. Quizás te sientas particularmente afectado por ello porque has llegado a estar muy consciente de tu apariencia, muy probablemente debido a tu interés floreciente en el sexo opuesto.

De hecho, si eres muchacho, el que tengas acné hasta pudiera decirse que es algo de lo cual estar agradecido. ¿Preguntas por qué? Porque, entre otras cosas, es evidencia de que no eres eunuco. Los eunucos no están plagados de acné, porque el acné es causado por las hormonas masculinas o andrógenas. Prueba de esto se ve en que el acné brota en los eunucos cuando se les administran hormonas masculinas. (Las hormonas femeninas tienen el efecto contrario. Es por eso que algunos doctores administran estas hormonas femeninas a las muchachas que padecen de acné.) Y entre otras cosas, puesto que el acné tanto en los varones como en las hembras es el resultado de un aumento de actividad de las llamadas “hormonas masculinas,” se pudiera decir que es una indicación de que estás progresando físicamente, y se espera que también mental y emocionalmente, hacia la edad adulta.

Pero, exactamente, ¿cómo obra esta hormona de manera que cause el acné?

Tu piel tiene varias capas principales. La capa superior, que se conoce como epidermis, puede estar subdividida en varias capas, de las cuales la capa superior pudiera asemejarse a los tejamaniles de un techo. Debajo de la epidermis está la dermis, en la que se encuentran los vasos sanguíneos, los nervios, las glándulas sudoríparas y oleaginosas y las raíces del cabello. Las glándulas sudoríparas tienen sus propias aberturas o poros que van de la dermis hasta la parte superior de la piel. Los cabellos descansan en diminutas aberturas junto a las cuales hay de dos a cinco glándulas oleaginosas que lubrican la piel así como la mantienen blanda y suave y sirven para protegerla.

En la pubertad parece que las “hormonas masculinas,” tanto en los muchachos como en las muchachas, aumentan la producción de aceite de estas glándulas. También parece que las células de la capa superior de la piel crecen más rápidamente de lo que son descartadas. Como resultado de esto, un 80 por ciento tanto de las muchachas como de los muchachos tienen un encuentro con el acné, los muchachos más severamente que las muchachas, pero las muchachas más temprano que los muchachos. Un caso severo de acné invariablemente está asociado con una piel muy aceitosa, condición que a menudo continúa aun después de desaparecer el acné. Otra explicación pudiera ser que la proximidad de la pubertad ejerce una tensión sobre los riñones, con el resultado de que la piel queda sobrecargada con el problema de remover las impurezas de la sangre. Es un hecho conocido que el sudar tiene un efecto provechoso en los que padecen de enfermedades renales.

Factores agravantes

Puesto que la pubertad viene acompañada de un aumento en la actividad hormonal, ¿significa eso que no se puede hacer nada en cuanto al acné? No necesariamente, aunque es muy probable que en casos severos la susceptibilidad al acné sea hereditaria. Esto se discierne por el hecho de que los jóvenes que padecen de casos severos de acné a menudo tienen padres que fueron plagados de la misma manera por el acné en su juventud.

Entre las cosas que pudieran agravar el acné están el no mantener limpia la piel, o el usar jabones irritantes o el hábito de exprimirse las espinillas o barros.

Tomando en cuenta el hecho de que la oleaginosidad de la piel está asociada con el acné, el exponerla a aceites podría empeorarla. Por eso, si la ocupación de uno requiriera que uno estuviera donde hay aceite o productos oleaginosos, o en contacto con éstos, esto podría empeorar su acné. Un informe interesante se publicó en Archives of Dermatology para mayo de 1970, sobre el tema de “acné causado por pomada.” Se descubrió que esto afecta a los africanos que usan pomadas para mantener lacio su cabello. Un hecho interesante es que mostró que la vaselina común o los productos oleaginosos minerales tenían mucho menos probabilidad de causar una condición de acné que los productos elegantes, caros y de amplia publicidad.

También se reconoce generalmente que los problemas emocionales pueden agravar o causar el acné. Así, pues, el Dr. Morris Fishbein, prominente autor y editor médico, hizo notar que “hasta el antagonismo entre el que padece de acné y los padres o los asociados allegados” puede causar un caso persistente de acné. Y por eso no sorprende el que prominentes dermatólogos, como el Dr. Gordon Sauer, opinen que la tensión nerviosa, como cuando los jóvenes se preocupan indebidamente por los exámenes o los deportes escolares, así como el no descansar ni dormir lo suficiente, pueden ser responsables del acné.

Hace muchos años se creía que el sexo tenía algo que ver con el acné, ya que acompañaba a la pubertad, cuando el joven llega a estar consciente del sexo. Sin embargo, aunque las autoridades médicas modernas, por gran mayoría, fuertemente recalcan que simplemente no hay conexión alguna entre la masturbación y el acné, todavía podría haber una relación, indirectamente. ¿Por qué? Porque si esa práctica crea un problema emocional que cause preocupación al individuo, esto podría tener relación con el hecho de que él padeciera de acné. Pero los jóvenes pueden padecer de acné sin participar en esa práctica, y, por otra parte, bien podría ser que estén participando en ella y sin embargo no tengan acné.

Y finalmente hay el asunto de la dieta. Aunque por muchos años los especialistas de la piel se inclinaban a opinar que la dieta desempeñaba un papel decisivo en el acné, la profesión médica de manera general ha descartado el punto de vista de que la dieta tenga relación alguna con él.

¿Qué se puede hacer?

Hay dos enfoques disponibles para el que padece de acné, y ambos se pueden utilizar. Hay el remedio tópico. Es decir, el remedio se aplica localmente, a la piel. Hay acuerdo general en que, puesto que el acné es peor en el invierno que en el verano, la luz del Sol tiene un efecto provechoso sobre el acné. Sin embargo, no es tan general el acuerdo en cuanto a usar lámparas de radiación para el tratamiento del acné. Si se usan, se debe ejercer cuidado para que uno no se queme la piel. Es mejor empezar con períodos muy cortos de exposición a las lámparas y luego gradualmente aumentar la cantidad.

Los dermatólogos por lo general recomiendan precauciones extras para mantener limpia la piel. Los que más recientemente han escrito sobre este tema recomiendan que se limpie la piel a menudo y a grado cabal con un jabón que tenga mucho efecto secador. Esto podría ser un jabón de lavar la ropa de los que se usaban hace mucho tiempo o algún jabón moderno medicinado. Puesto que por lo general no es conveniente lavarse la cara a menudo todos los días, estos especialistas de la piel recomiendan lociones astringentes. También se dice que el nadar ayuda. De hecho, según autoridades modernas como el Dr. Milton Ross, el problema del acné básicamente es un asunto de “unas cuantas onzas de jabón, medicación y concienzudo trabajo duro.” Puede que a menudo sea así, aunque no siempre.

El enfoque sistemático

El enfoque sistemático considera al acné como más o menos un síntoma y trata de llegar a las causas contribuyentes. Este enfoque reconoce que la tensión probablemente desempeña un papel prominente en el acné. De modo que la situación se pudiera mejorar si tú aprendes a no preocuparte indebidamente en cuanto a los exámenes escolares, los acontecimientos deportivos o los problemas personales. Especialmente trata de cooperar con tus padres, aprecia sus buenos puntos y no exageres en tu mente sus faltas. Esto puede servir mucho para aliviar la tensión en casa. Recuerda que la Biblia dice que el amor edifica y cubre las debilidades de otros. El amor en el círculo de tu familia bien puede significar la diferencia entre el que tengas un caso leve o un caso severo de acné.—1 Cor. 8:1; 1 Ped. 4:8.

También se recomienda el ejercicio, porque lo que mejore tu salud general también obrará contra el acné. Se desprende, por lo tanto, que debes encargarte de descansar y dormir lo suficiente. Aprende a ejercer gobierno de ti mismo apagando el aparato de TV cuando sea hora de dormir.

Algunos recomiendan las vitaminas. Aunque en ciertos casos no han resultado eficaces, en otros sí. Y aunque la vitamina A es la vitamina que por lo general se receta para los que padecen de acné, se dice que también las vitaminas B, C y D ayudan.

¿Qué hay de la dieta? Puesto que la tendencia moderna es pasar por alto la dieta casi del todo al tratar el problema, ¿qué debe hacer un adolescente que tiene un problema serio de acné?

No seas como la joven que escribió a una conocida autoridad médica quejándose del acné que persistía a pesar de doctores y medicación y que dijo que seguía comiendo dulces y pasteles porque los doctores decían que la dieta no tenía nada que ver con el acné. Más bien, sé sabio y experimenta. Averígualo por ti mismo. Una dieta bien equilibrada es esencial para la salud de todos. El Dr. Sauer, profesor de Dermatología, recomienda: NO COMAS chocolate, pasta de cacahuetes, helado y cosas semejantes. Evita excesos de dulces y grasas, especialmente las papas o patatas fritas y los alimentos sazonados con especias. Come pocas ostras y mariscos semejantes. Trata de prescindir de medicinas para los nervios y dolores de cabeza. Si esa abnegación produce alivio, ¿verdad que vale la pena? Por otra parte, asegúrate de comer suficientes frutas y hortalizas.

¿Por qué no sigues estas sugerencias durante dos o tres semanas? y, si no se nota ningún mejoramiento, puede ser que debas buscar tu remedio en una dirección diferente. Quizás necesites más vitaminas, ejercicio, más descanso y más sueño para librarte de las tensiones. O quizás sería bueno que vieras a un dermatólogo para obtener tratamiento médico.

Pero, después de todo lo que se ha dicho y hecho, es bueno que ustedes, los adolescentes que afrontan el problema del acné, recuerden unos cuantos principios básicos. Concéntrense en desarrollar una buena disposición alegre y las excelentes cualidades que hacen que la gente disfrute de la compañía de ustedes. Propónganse estar siempre nítidos y limpios. No se impacienten con el problema, porque muy probablemente descubrirán que solo es un mal temporal. Recuerden que hasta puede ser una bendición disfrazada si los hace a ustedes menos vanidosos y más compasivos con el sufrimiento que otras personas tienen que aguantar. Puesto que muchísimas personas tuvieron el mismo problema en su juventud, la mayoría de ellas entenderá. Aprecien y agradezcan a Dios las bendiciones que tienen, entre las cuales la juventud y la fuerza no son las menores.—Pro. 20:29.

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