Una razón para modestia médica
● Hay miembros de la profesión médica que se inclinan a expresarse muy dogmáticamente. Por eso, con frecuencia, están absolutamente seguros de que su juicio es correcto y que el ‘lego’ no debe ponerlo en tela de juicio. Pero, ¿cuál es la realidad?
Pone de relieve los errores que cometen los médicos al diagnosticar para los pacientes el artículo que se publicó en New York State Journal of Medicine del 1 de agosto de 1967. Se intitula “Falta de correlación entre diagnósticos antemortem y postmortem.” Es decir, muestra dónde las autopsias contradijeron el diagnóstico que hizo el médico mientras vivía el paciente. Después de declarar: “En la literatura abundan los ejemplos de discrepancias entre antemortem y postmortem,” el artículo suministra algunas estadísticas en cuanto a once clases de condiciones de enfermedad.
Entre otras cosas informa que en la embolia pulmonar, como un coágulo de sangre en el sistema circulatorio de los pulmones, menos del 50 por ciento había sido diagnosticado correctamente; yendo los errores de 10 a 89 por ciento, dependiendo de la serie. Se descubrió que los diagnósticos de hemorragia gastrointestinal, es decir, hemorragia desde el estómago o los intestinos, estaban equivocados el 33 por ciento de las veces. La mayoría de los casos de infartación renal (secciones de tejido muerto en los riñones) no se reconocían antes de la muerte; lo mismo era cierto en la gran mayoría de los casos de miocarditis, es decir, inflamación de la pared muscular del corazón.
En Francia, autopsias de 1.000 casos mostraron que solo el 55,4 por ciento de los casos habían sido diagnosticados con exactitud de antemano. Y en 23,5 por ciento se descubrieron graves condiciones de enfermedades secundarias solo después de la muerte.
Un caso a propósito: Una señora que tenía el hábito de atragantarse mientras comía murió de sofocación mientras comía en un restaurante. Dos doctores diagnosticaron el caso como una forma seria de ataque al corazón. Sin embargo, una autopsia demostró que se había asfixiado con un pedazo de bistec. Un diagnóstico correcto pudo haberle salvado la vida.
Este artículo médico comenta además: “El hecho de que muchas veces las autopsias corrigen los diagnósticos . . . es un comentario objetivo sobre lo mucho que todavía tiene que aprender la medicina.”
Puesto que la realidad es ésta, ¿verdad que la modestia es una virtud digna de ser cultivada por los miembros de la profesión médica?