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  • La edad avanzada no impide aprender la verdad de la Biblia

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  • La edad avanzada no impide aprender la verdad de la Biblia
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g72 22/8 pág. 24

La edad avanzada no impide aprender la verdad de la Biblia

A MENUDO las personas de edad avanzada expresan la opinión de que son demasiado viejas para aprender cosas nuevas. Sin embargo, aún personas en sus ochenta han hecho cambios en el aspecto más vital de su vida, es decir, en su adoración a Dios. La vejez, junto con otros obstáculos, no les ha impedido aprender la verdad de la Biblia que enseñan los testigos cristianos de Jehová.

Por ejemplo, está el caso de una anciana yugoslava que vivía en Austria. Hablaba un alemán muy entrecortado y apenas podía leer el idioma. Su hogar estaba lleno de cuadros de “santos.” Pero era muy sincera y accedió a un estudio de la Biblia con un testigo de Jehová. Al principio se requería casi media hora para estudiar un solo párrafo en la publicación que se usaba como base para el estudio, pues hubo que enseñarle a leer alemán.

Aunque no se podía abarcar mucho material durante el transcurso de cada estudio, esta anciana definitivamente se estaba beneficiando. Su interés se despertó a tal grado que se sintió impulsada a concurrir a las reuniones de los testigos de Jehová. Esto exigió de ella gran esfuerzo. Tenía que caminar una hora y media para llegar a la parada de ómnibus más próxima y luego viajar cerca de 8 kilómetros para llegar al Salón del Reino. Lo que esta anciana aprendió de la Biblia la impulsó a deshacerse de sus “santos,” a cortar vínculos políticos y toda conexión con la Iglesia Católica Romana, y dejar de fumar. Aunque tenía ochenta y dos años de edad, decidió compartir la verdad de la Biblia con otros y bautizarse.

En Bolivia, la esposa de un ministro viajero de los testigos de Jehová habló con una señora de ochenta y un años de edad que estaba leyendo su Biblia católica. Al preguntársele si le gustaría entender la Biblia, esta anciana respondió: ‘Por supuesto. Por años he estado leyendo la Biblia como un papagayo. Me gustaría entender lo que dice.’

Se comenzó un estudio bíblico en su hogar. Durante un período de tres días los estudios fueron conducidos por la esposa del ministro viajero. Después que ella partió con su esposo a otra localidad, otra persona continuó con el estudio. Solo ocho días después la anciana quemó todos sus cuadros religiosos, destruyó sus imágenes, y dio a saber al sacerdote local que ahora ella era una testigo de Jehová y que no quería que se le siguiera considerando como católica. Ha comenzado a relatar a otros las cosas que ha aprendido y concurre a todas las reuniones de los testigos de Jehová.

Una anciana de ochenta y un años de edad ha hecho similar progreso rápido en Francia. Durante el primer mes de estudiar la Biblia con los testigos de Jehová quemó una caja de libros que trataban de prácticas ocultas. También destruyó treinta y cuatro medallas religiosas, algunas estatuas, su rosario y crucifijo, el cual hasta ese entonces ella se colocaba encima cada noche para protegerse de los espíritus malignos. Cinco meses después de su primer estudio, comenzó a asistir a todas las reuniones de los testigos de Jehová. Después, empezó a participar en el ministerio de puerta en puerta y más tarde fue bautizada.

En un país de la América Central un Testigo hizo arreglos para estudiar la Biblia con una anciana de ochenta y cuatro años de edad. Pensó para sí: ‘¿Qué provecho puede salir de esto? Ella ni siquiera sabe leer y su yerno se opone.’ Sin embargo, al segundo estudio hubo otras tres personas presentes y más tarde concurrieron hasta catorce personas. Debido a la oposición de su yerno, la señora alquiló una pieza para sí misma y le dijo al Testigo: ‘Ahora mi yerno puede enojarse todo lo que quiera, pero no podrá impedir nuestro estudio en mi casa.’ Cuando se le preguntó qué había hecho para que tanta gente se reuniera en su casa para el estudio, contestó: ‘Bueno, lo que estamos aprendiendo es tan bueno, que para no olvidarlo, tan pronto se va usted voy a mis vecinos a contarles lo que aprendí.’

Desde el tercer estudio esta anciana comenzó a concurrir con regularidad a las reuniones de los testigos de Jehová, y siempre llevaba consigo a personas interesadas. Aunque tiene que mantenerse económicamente, es una celosa proclamadora del mensaje de la Biblia. Ahora, como una testigo de Jehová bautizada, dice a la edad de ochenta y seis años: ‘Estoy aprendiendo a leer y escribir. Mi mayor deseo es leer la Palabra de Dios para poder decirle a la gente más acerca de nuestro Padre Jehová.’

¡Cuán ciertas son las palabras de Jesús: “Mis ovejas escuchan mi voz”! (Juan 10:27) Es evidente que la edad no impide que las personas de corazón recto tomen acción positiva en respuesta a la verdad expuesta en la Biblia.

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