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g72 22/11 págs. 8-12

¿Qué puede hacer con su dolor de cabeza?

Por el corresponsal médico de “¡Despertad!” en las Islas Británicas

CASI toda persona en algún tiempo en la vida sabe lo que significa tener un dolor de cabeza. Recuerde ese último ataque de gripe o a ese romadizo cuando sus cavidades y conductos del aire estaban llenos de catarro. Ese dolor sordo o pulsátil que sentía dentro de la cabeza era solo uno de los deprimentes síntomas que le hacían estar consciente de su enfermedad. Cada vez que tosía o estornudaba parecía empeorar el dolor de cabeza. ¡Cuán feliz se sintió de poder descansar su cabeza sobre la almohada, y qué alivio cuando al despertar descubrió que su dolor de cabeza se había ido! Si esa es la única clase de dolor de cabeza que ha experimentado, entonces debe estar agradecido.

Muchas personas en la actualidad —y algunas casi diariamente— sufren de dolores de cabeza que no están acompañados de alguna obvia enfermedad subyacente. Esos dolores de cabeza pueden ser fuertes y pueden dejarlo a uno imposibilitado y no siempre son fáciles de aliviar. Tal vez éste sea el tipo de dolor de cabeza que le es más familiar y sin duda uno del que estaría muy agradecido de poder librarse.

Pero, ¿por qué sufre la gente de dolores de cabeza? ¿Qué es lo que en realidad duele cuando uno tiene dolor de cabeza? ¿Hay diferentes clases de dolores de cabeza? ¿Qué factores provocan los dolores de cabeza? Las respuestas a estas preguntas podrán ayudarle a comprender mejor lo que uno puede hacer con su dolor de cabeza.

Un mecanismo protector

La gente experimenta dolor debido a un mecanismo protector que forma parte del cuerpo. Se le podría asemejar a un sistema de alarma que nos dice que algún tejido sensitivo al dolor está recibiendo estímulo y que se requiere alguna acción para remover el cuerpo del contacto con el estímulo nocivo.

Así sucede con el dolor de cabeza. Le informa que no todo anda bien. Para su alivio físico y mental, así como para su bienestar, es preciso tomar acción. Por lo tanto es muy natural que uno esté interesado en saber qué hacer con sus dolores de cabeza.

Pero, ¿qué es lo que en realidad duele cuando uno está sufriendo de dolores de cabeza? ¿Qué tejidos sensitivos al dolor están implicados? Sorprendentemente, el cerebro en sí no es un tejido sensitivo al dolor. Aunque el mecanismo de la percepción del dolor es una función importante del cerebro, los cirujanos y los psicólogos han demostrado que cuando surgen dolores de cabeza en el cráneo, se deben, no a la irritación del cerebro, sino al tirar o estirar de los vasos sanguíneos o membranas que envuelven el cerebro. De manera similar, en la mayoría de los casos, cuando los dolores de cabeza surgen fuera del cráneo la sensación de dolor se debe al estímulo de las delgadas fibras nerviosas en las paredes arteriales o dentro de los poderosos músculos de la cabeza y el cuello.

Por lo tanto es comprensible el que la ubicación del origen del estímulo doloroso pueda determinar las características del dolor de cabeza. Así es que si las arterias están implicadas, el dolor de cabeza puede ser de naturaleza pulsátil debido a la pulsación de la pared del vaso con cada latido del corazón. En contraste, si son los músculos los que están implicados, el dolor de cabeza es más constante y de una clase más dolorosa.

Por lo que hemos considerado hasta ahora, es evidente que no todos los dolores de cabeza son iguales. Por lo tanto, lo que uno puede hacer con su dolor de cabeza depende de la clase de dolor de cabeza en particular que se sufre y qué es lo que lo provoca.

Diferentes clases de dolores de cabeza

Como un síntoma de alarma, el dolor de cabeza puede ser iniciado por una variedad de condiciones, algunas graves y peligrosas para la vida, otras de naturaleza mucho más benigna. Las diferentes clases de dolores de cabeza caen dentro de dos categorías principales: primero, aquéllos asociados con alguna enfermedad subyacente, a los cuales se hace referencia como dolores de cabeza “orgánicos,” y segundo, los dolores de cabeza “funcionales,” que se deben a algún desorden funcional.

Los dolores de cabeza orgánicos incluyen a los que se deben a una infección o condición alérgica que afectan la nariz y las cavidades respiratorias, desórdenes dentales y maxilares, enfermedad de los ojos y los oídos, cambios degenerativos en las vértebras espinales del cuello, inflamación de las arterias de la frente, así como condiciones más graves como un tumor en el cerebro, y la inflamación de las meninges o membranas que envuelven el cerebro. En estas condiciones, el dolor de cabeza es solo uno de los varios síntomas y señales que caracterizan a la enfermedad y que pueden requerir atención médica urgente.

Quizás le alivie saber que la gran mayoría de los dolores de cabeza, tal vez alrededor del 90 por ciento, son de la clase funcional y no se deben a enfermedad de la estructura sea exterior o interior del cráneo. Aunque por lo general se les considera de naturaleza benigna, no obstante son una alarma de una función perturbada en relación con alguna actividad de la vida. Probablemente éste es el dolor de cabeza corriente que usted ha experimentado.

Aun así, si uno ha comenzado a desarrollar un dolor de cabeza persistente con otros síntomas o sin ellos, o si en las últimas semanas o meses ha habido un cambio en la naturaleza de su dolor de cabeza, sería prudente consultar con un médico. Si hay algún desorden subyacente grave, entonces puede iniciarse el tratamiento apropiado sin una demora innecesaria.

Dolores de cabeza cotidianos

Si uno ha padecido de dolores de cabeza de vez en cuando por muchos años, es muy probable que su dolor de cabeza sea de la clase llamada “tensión” o de la menos corriente jaqueca o “migraña.” Quizás usted se pregunte cómo se puede reconocer la diferencia.

Si uno sufre de dolor de cabeza por tensión, el dolor es de la clase constante o uniforme. Se siente en los músculos de la parte de atrás de la cabeza o a ambos lados de ésta; con menos frecuencia se siente encima de los ojos. Uno siente como si su cabeza estuviera agarrada dentro de una prensa pequeña o sujeta por una venda apretada; alternativamente, uno puede sentir solo una sensación de peso o presión sobre la cabeza. Los dolores de cabeza producidos por la tensión se deben a excesiva o constante contracción de los músculos del cuero cabelludo y de los poderosos músculos del cuello que sostienen la cabeza. Por esta razón también se conocen como dolores de cabeza producidos por contracción muscular.

La jaqueca es bastante diferente. La palabra “migraña” se deriva de una palabra latina que significa “medio cráneo” y es apropiada porque, en la mayoría de los casos, el dolor afecta solo a un lado de la cabeza. En contraste al dolor de cabeza producido por tensión el dolor pronto se convierte en la clase palpitante o pulsátil debido a que se origina principalmente en las arterias demasiado dilatadas de la parte externa del cráneo. A menudo hay una sensación de náusea u otra perturbación digestiva, y el dolor puede ser tan intenso que interfiera con el trabajo y obligue al individuo a recostarse. Es posible que más de un miembro de la familia sufra de esta clase de dolor de cabeza, porque la tendencia a desarrollar jaqueca es hereditaria. En los casos de jaqueca “clásica,” diferente a la jaqueca corriente, el ataque puede ser anunciado por un aviso de dolor de cabeza o “aura,” como puntos o destellos de luz delante de los ojos.

Estos rasgos característicos le pueden ser de alguna utilidad para diferenciar los dolores de cabeza de la clase de “tensión” y “jaqueca.” Sin embargo, diferenciar entre los dos quizás no siempre sea fácil; por cierto, uno puede estar sujeto a ambos. Sea que uno sufra de dolor de cabeza por tensión o por ataques recurrentes de jaqueca, es mucho lo que uno puede hacer para atenuar la seriedad de su dolor de cabeza, reducir su frecuencia, y tal vez hasta prevenir su repetición.

Tratando su dolor de cabeza

En el tratamiento inmediato de su dolor de cabeza, el remedio más simple que las circunstancias permiten es prescribirse a sí mismo un analgésico o droga para aliviar el dolor. Muchas preparaciones reciben extensa publicidad y son fáciles de obtener en forma de polvos y tabletas que contienen mezclas de drogas. Las preparaciones que contienen amidopirina o fenacetina pueden ser nocivos y es mejor que sean evitados. Es más seguro usar drogas más sencillas, por ejemplo la aspirina en su forma soluble, o si la aspirina le provoca indigestión, entonces el paracetamol es una alternativa eficaz. Por lo general la dosis recomendada puede repetirse después de tres o cuatro horas si es necesario. Con esta simple medida, su dolor de cabeza producido por tensión puede desaparecer, o su ataque de jaqueca puede aminorar.

Sin embargo, cuando lo permiten las circunstancias otros procedimientos pueden traer alivio con o aun sin el uso de drogas analgésicas. Su dolor de cabeza producido por tensión o por contracción muscular quizás reaccione con solo un breve período de descanso y relajación. Si uno puede interrumpir sus actividades rutinarias y puede acostarse por media hora o más en una habitación tranquila, semioscura, sin duda sentirá los beneficios. También es provechoso el calor aplicado localmente a la cabeza o al cuello por medio de toallas calientes o calor radiante, o hasta un baño caliente. Adicionalmente, si uno tiene un amigo que puede dar un masaje suave o fricción a los músculos del cuello por solo diez o quince minutos, esto hará mucho para ayudar a relajar los músculos responsables de su dolor de cabeza producido por tensión.

Por lo general medidas parecidas pueden ser eficaces en el tratamiento inmediato de su ataque de jaqueca. Solo que en vez de calor aplicado localmente, uno obtendrá mucho mayor alivio aplicando compresas frías o aun paquetes de hielo a la cabeza. Esas compresas ayudan a reducir la distensión excesiva de las arterias que dan principio a este tipo de dolor de cabeza. Repetidas tazas de té o café fuerte pueden también traer alivio debido a que producen un efecto similar sobre los vasos sanguíneos debido a la acción de la cafeína. Sin embargo, su jaqueca puede ser tan fuerte que lo obligue a acostarse, y todo lo que uno quiere hacer es “dormir hasta curarse.” En tales circunstancias es prudente someterse a las demandas del cuerpo.

Si su dolor de cabeza no puede ser aliviado con las medidas mencionadas, entonces sería prudente buscar el consejo de un médico.

Sin embargo, teniendo presente que su dolor de cabeza es parte de un mecanismo protector que forma parte de su cuerpo, no sería prudente el tratar continuamente solo con el efecto y no tratar de hacerle frente a la causa. Por eso, ¿qué puede hacer uno para reducir la frecuencia de los dolores de cabeza o, mejor aún, evitar su repetición? La respuesta depende a sumo grado de cómo uno puede evitar o eliminar algunos de los factores que predisponen.

Factores que predisponen

Entre los bien reconocidos factores que predisponen, hasta en los que no tienden a tener dolores de cabeza, están la excesiva indulgencia con la comida o el alcohol, o el estar expuesto a una atmósfera sofocante, mal ventilada.

El dolor de cabeza producido por tensión frecuentemente ocurre después de fatiga o presión, o puede estar relacionado con episodios de ansiedad o conflicto en el trabajo o en el hogar. Las jaquecas también pueden ser inducidas por fatiga, presión, ansiedad y excitación exagerada. De hecho, la excitación y las emociones se alistan entre los primeros factores que predisponen. Comentando sobre esto, el Dr. Oliver W. Sacks, en su libro Migraine: The Evolution of a Common Disorder (1970), escribe: “Las emociones violentas exceden a toda otra circunstancia aguda en provocar reacciones de jaqueca, y en muchos pacientes —especialmente los que sufren de jaqueca clásica— son responsables por la gran mayoría de los ataques experimentados . . . encontramos en la práctica que repentinos ataques de furia son el causante más corriente, aunque el susto (pánico) puede ser igualmente potente en pacientes más jóvenes. El júbilo repentino (como en un momento de triunfo o de buena fortuna) puede producir el mismo efecto.” Además de la presión emocional, puede haber otros factores contribuyentes como la exposición a luces brillantes, demasiado ruido, hambre, alcohol, el comer de ciertos alimentos como queso, chocolate, pepinos, tomates, comidas grasas, trigo, cebolla y hasta naranjas.

Si, como es probable, uno o más de estos factores que predisponen son aplicables en su caso, entonces existe toda posibilidad de que evitando o eliminando estos factores uno pueda reducir la frecuencia de los dolores de cabeza, o aun prevenirlos.

Preveniendo su dolor de cabeza

Dado que los factores que predisponen para un dolor de cabeza afectan casi todo aspecto de la vida, será necesario hacer algunos reajustes en las actividades de su vida. Es posible que tenga que dar atención no solo a su dieta y hábitos de comer, sino a las condiciones de su trabajo y hogar, su descanso, reposo, actividades de recreación, y tal vez, a algo aun más importante, a su actitud mental o actitud hacia la vida.

Una dieta bien equilibrada tomada con regularidad y en moderación ayudará a prevenir los dolores de cabeza producidos por excesiva indulgencia e indigestión, o la jaqueca que quizás haya sido inducida por hambre. Es fácil excluir cualquier alimento en particular o bebida alcohólica que en el caso de uno pueda parecer estar asociado con el dolor de cabeza.

Si las condiciones en su trabajo o la naturaleza de su trabajo lo llevan a una presión y fatiga indebida puede ser que lo que se requiera sea un cambio, o si esto no es práctico, entonces quizás sea necesario un mejor horario de trabajo. Por cierto no sería prudente trabajar horas extras en detrimento de su salud. Si usted es un ama de casa y trabaja en el hogar, un horario práctico para su rutina cotidiana le será muy útil para evitar presión y fatiga indebida. Sea en el trabajo o en el hogar, es importante asegurarse de una ventilación adecuada e iluminación apropiada.

Es aconsejable obtener no solo suficiente sueño, sino un sueño descansado. Para este propósito uno puede necesitar una almohada más blanda o más dura, una almohada más o una menos, o hasta un nuevo colchón si es que uno quiere evitar una mala postura y tensión muscular que pueda contribuir a algunos dolores de cabeza.

El reajustar sus actividades puede requerir un período corto de descanso cada día, tal vez solo diez a quince minutos después de las comidas. Si uno puede aprender a relajar todos los músculos, especialmente los músculos faciales, uno puede hacer mucho para aliviar la tensión muscular.

Será beneficioso y agradable dedicar tiempo para actividad de recreación moderada, preferiblemente una que pueda ser disfrutada con otros en la familia, una que no demande demasiada energía y que producirá un cambio agradable a su rutina cotidiana; por ejemplo, una visita al parque zoológico, un viaje a la playa, o sencillamente una caminata por el campo con la oportunidad de estudiar la creación en toda su variedad.

Tal vez la más difícil alteración que se precise y la que con más probabilidad tendrá buen éxito en contrarrestar la tensión, la presión y la fatiga es el reajuste mental de su perspectiva o actitud hacia la vida y sus problemas. Si uno puede cultivar el “espíritu tranquilo y apacible,” aprendiendo a permanecer sereno cuando la gente o las circunstancias tienden a irritarlo, si puede llegar a apreciar el valor del contentamiento en contraste con la exigente e interminable búsqueda de posesiones materiales y placeres, y si uno puede desarrollar un interés altruista en el bienestar de otros y no estar demasiado preocupado en sí mismo, habrá progresado mucho en lo que se refiere a eliminar esas presiones y tensiones emocionales que tan a menudo resultan en los dolores de cabeza producidos por tensión o jaqueca.—1 Ped. 3:3, 4; 1 Tim. 6:6-8.

Bajo el sistema actual con todas sus presiones, quizás sea muy difícil el evitar o erradicar los factores que son conducentes a los ataques de los dolores de cabeza. Aunque es mucho lo que se puede hacer a manera de tratamiento y prevención, la eliminación final a todo cautiverio al dolor, tanto de origen orgánico como funcional, tiene que esperar hasta la restauración del hombre a salud perfecta en el Paraíso restaurado aquí en la Tierra bajo el gobierno del reino de Dios. Entonces y solo entonces puede él esperar disfrutar de la vida completamente libre de todos los dolores de cabeza.—Rev. 21:4, 5.

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