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g73 8/8 págs. 8-10

Las Bahamas procuran la independencia

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en las Bahamas

EL ESPÍRITU de independencia y autodeterminación está en todas partes. No solo quieren las personas estar libres para decidir lo que es bueno y malo para sí mismas, sino que comunidades enteras y colonias de personas están luchando por el derecho de gobernarse a sí mismas. La Comunidad de las Bahamas no es una excepción. Aquí, también, se oye el clamor por la independencia.

El gobierno extranjero tuvo sus comienzos hace muchos años cuando Cristóbal Colón llegó a la costa de la isla de San Salvador (o isla Watlings), una isla en las Bahamas, creyendo por error que estaba en las Indias Orientales. Eso fue en octubre de 1492. Desde entonces las Bahamas han sido todo menos independientes o autogobernadas. En veinte años se desalojó a sus indios nativos, los arawakos y lucayos; todos ellos fueron esclavizados y embarcados hacia las minas de Cuba y la Hispaniola. Por más de 100 años después de su descubrimiento, las Bahamas permanecieron en manos españolas.

Una colonia británica

Fue por primera vez en 1629 que Inglaterra reclamó formalmente a estas islas. El 30 de octubre de ese año Carlos I le dio una concesión a su procurador general, sir Robert Heath, y las islas llegaron a estar bajo el yugo del colonialismo británico. La colonia atrajo a ingleses religiosos que procuraban libertad de adoración, mientras que al mismo tiempo servía de refugio para otros, entre éstos, famosos piratas como Edward Teach (“Barbanegra”) y Anne Bonny.

En 1718 el capitán Woodes Rodgers, el primer gobernador asignado por el rey, expulsó a los piratas. Durante dos semanas de la Revolución Norteamericana, Nassau, la capital de estas islas, fue retenida en cautiverio por la joven marina de los Estados Unidos. En 1782 las Bahamas volvieron a caer en poder de España, pero fueron devueltas a los británicos un año después.

Así es que, por más de 300 años las Bahamas han sido una colonia británica, con solo breves interrupciones de gobierno. Particularmente desde 1729 el país ha tenido una asamblea representativa gobernada por una constitución, más antigua que la de los Estados Unidos. Esta constitución es similar a la que se bosquejó para las primeras 13 colonias norteamericanas.

A diferencia de otros estados independientes de la Comunidad Británica, como son Jamaica, Barbados y Ceilán, las Bahamas dependen de las instrucciones de la Gran Bretaña en lo que tiene que ver con (1) Relaciones Exteriores, (2) Defensa y (3) Seguridad Interna, o policía. Por supuesto, la Gran Bretaña no tendrá ninguna intervención en estos asuntos cuando las Bahamas se independicen.

Partidos políticos

Los partidos políticos en las Bahamas han sido factores importantes en los pasos hacia la independencia. El Partido Progresivo Liberal (PLP) fue organizado en 1953, siendo encabezado por H. M. Taylor. Hasta ese entonces, y especialmente antes de la aplicación universal del voto secreto, las elecciones habían sido muy corruptas. En A History of the Bahamas, Michael Craton declaró: “El soborno, la intimidación y los pequeños electorados hicieron a las elecciones bahameñas similares a las de Inglaterra durante el siglo XVIII.”

Este nuevo Partido Progresivo Liberal se dedicó a la reforma. Obtuvo seis asientos en la Cámara de la Asamblea, y, por su frente unido, provocó la formación del Partido Unido Bahameño (UBP) en 1958. El Partido Unido Bahameño obtuvo la mayoría en 1958, con diecinueve miembros en la Cámara. Sin embargo, en ese entonces se hablaba poco o nada de independencia.

Una nueva constitución

Para 1962 los dos partidos del gobierno, el PLP y el UBP, estaban a favor de un mayor grado de autogobierno, y por lo tanto incluyeron esto en sus programas políticos. Se celebró una conferencia constitucional en mayo de 1963 en la Oficina de Colonias en Londres. El resultado de esta discusión fue que a las Bahamas se les darían una nueva constitución.

Por lo tanto en enero de 1964 entró en vigor una nueva constitución. Declaró sir Roland, el primer ministro de las Bahamas: “Ahora nosotros tenemos libertad interna . . . para movernos rápidamente cuando se necesita movimiento rápido, para actuar decisivamente cuando se requiere acción decisiva, y para moldear nuestro destino según nuestra mejor conveniencia.” La nueva constitución fue un significante paso hacia la independencia.

Un cambio de condición

El Partido Progresivo Liberal, el cual afirma representar principalmente a los votantes de color, llegó a ser el partido gobernante en 1967. Al año siguiente una elección general le dio una amplia mayoría en la Cámara de la Asamblea... 29 miembros del PLP, 7 miembros del UBP, un miembro del Partido de Independencia y uno del Partido Laborista.

En una conferencia ante la Cámara el 7 de octubre de 1968, el Primer Ministro Lynden O. Pindling explicó que las recientes conversaciones que se habían celebrado en Londres no tuvieron como meta la independencia, al menos no la independencia inmediata. Más bien, su propósito fue el “asegurarse de que las Bahamas tendrían mayor responsabilidad para autogobernarse internamente que la que han tenido hasta ahora.” Este propósito se logró, como se hizo evidente por el cambio de las Bahamas de colonia británica a Comunidad de las Bahamas. Aunque permaneció la tradición del sistema monárquico británico, la escena estaba preparada para obtener la independencia.

La creciente cuestión de la independencia

No ha habido lucha con la Gran Bretaña por la independencia. La Oficina Colonial hizo claro que la Gran Bretaña gustosamente renunciará a todos sus vínculos con las Bahamas, concediéndole la independencia total, si ese es el expreso deseo de la población. Pero la población como un todo no ha estado insistiendo en la independencia. La cuestión ha sido una en la que han estado envueltos principalmente los partidos políticos, y el asunto ha sido no en cuanto a si procurar la independencia o no, sino cuándo procurarla con empeño.

Una lucha por el poder entre las filas del PLP resultó en la formación del “PLP libre.” Estos miembros disidentes del PLP comprendieron que sin el apoyo de los votantes que favorecían al UBP no podían esperar ganar las elecciones generales. Por lo tanto estos dos grupos se fusionaron para formar el Movimiento Nacional Libre (FNM). Se hizo todo esfuerzo para librar esta nueva alianza de cualquier vestigio de orgullo racial y prejuicio, lo cual por muchos años ha sido una cuestión política en las Bahamas.

Mientras tanto, el nacionalismo negro empezó a afectar el pensar y la filosofía de intelectuales jóvenes y pseudorevolucionarios. La población de las Bahamas está compuesta de 85 por ciento de negros. El clamor por cambio, débil al principio, se hizo más fuerte. Creció el deseo de quedar completamente libre de todas y cada una de las restricciones coloniales. Muchos quedaron encantados con la perspectiva de la autonomía política.

El Partido Progresivo Liberal, que mantenía la mayoría en el gobierno, decidió no apartarse más de la cuestión de la independencia. Llegó a ser su deseo y propósito el hacer a las Bahamas verdaderamente bahameñas... cultural, económica y políticamente. En la ardiente búsqueda de este objetivo, se puso en marcha un seminario de la independencia a principios de 1972. Se estableció una fecha como blanco: JULIO DE 1973... INDEPENDENCIA. La cuestión llegó a ser de intenso interés público, libremente debatida, porque no todos tenían el mismo deseo de independencia.

Sin embargo, nada menos que una elección podía determinar en realidad la opinión pública. ¿Apoyaría el electorado al Partido Progresivo Liberal en su búsqueda de independencia para las Bahamas? El partido FNM de la oposición confiaba en que la población no tenía prisa por la independencia. Creía que era mejor postergar el cambio hasta que todo estuviera preparado, económica, política y socialmente.

La cuestión se resolvió pronto. Aunque no correspondía una elección general hasta abril de 1973, se disolvió la Cámara el 10 de agosto, con siete meses de anterioridad, y se fijó el 19 de septiembre como día de las elecciones.

El resultado

La fiebre electoral fue alta. Hubo varios incidentes de tiroteos, abundancia de incendios, y el vandalismo fue frecuente. Los dos campos políticos fueron objetos de fanatismo, intolerancia y abierta violencia. Abundaban los alborotadores y las reuniones en ambos bandos fueron interrumpidas, dependiendo de quién era favorecido en algún sitio en particular. La víspera de las elecciones fue tensa, rígida por la expectativa. ¿Estallaría la violencia si algunos quedaban desilusionados con el resultado?

Por raro que sea, la esperada tormenta nunca llegó. El Partido Progresivo Liberal recibió un voto de confianza, la mayoría de sus miembros fueron devueltos al poder. La cuestión estaba resuelta. Habría que poner en funcionamiento la maquinaria que cumpliría con la voluntad y el deseo de la mayoría. El 20 de diciembre de 1972, la Gran Bretaña accedió a conceder la independencia para el siguiente julio.

Pero, ¿hasta qué grado se beneficiará la gente cuando la independencia sea un hecho logrado? Esto dependerá, en parte, de ella y de sus líderes. Estos hombres todavía son solamente humanos e imperfectos, como lo son los que han dirigido los asuntos de estas islas hasta ahora. El transferir la autoridad no desarraigará al orgullo y al egoísmo. Solamente un gobierno puede hacer eso. Es el gobierno predicho en la Palabra de Dios la Biblia... el reino de Dios, el cual los testigos de Jehová están proclamando como la verdadera esperanza de la humanidad. Este gobierno justo traerá libertad a la humanidad de una manera en que ninguna administración humana puede hacerlo, porque librará a la humanidad de la enfermedad, del pecado y hasta de la muerte.—Mat. 6:9, 10; Rev. 21:4.

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