El auge de las bicicletas... ¿a qué se debe?
LOS ciclistas —que hace pocos años apenas se veían en muchas ciudades de los Estados Unidos— ahora son un espectáculo corriente. Se han establecido rutas para ciclistas en Boston, Chicago, San Francisco, Miami y muchas otras ciudades principales.
En el verano de 1972 unas 6.000 personas usaron bicicletas con regularidad para ir a trabajar en Washington, D.C. Muchas hacen lo mismo en la ciudad de Nueva York. La bicicleta se ha hecho tan popular que los fines de semana y días feriados se prohíben los automóviles en el famoso Parque Central de Nueva York durante las horas del día, y multitudes de ciclistas toman posesión de los caminos.
La demanda excede a la oferta
En 1960, en los Estados Unidos se vendieron 3,7 millones de bicicletas. Para 1971 las ventas aumentaron más del doble, elevándose a 8,9 millones, con un valor de 500 millones de dólares.
Si el cálculo de ventas para 1972 de 11,5 millones de bicicletas resultó verdadero, ¡la venta de bicicletas sobrepasó a la de automóviles en los Estados Unidos por primera vez desde 1897! Y con respecto a 1973, Jerry Sircus, presidente de una importante fábrica de bicicletas, predijo: “Las ventas tendrán un auge aun mayor en 1973.” La situación es parecida en el Japón. Se esperaba que la producción del año pasado llegara a los 8 millones, partiendo de 5 millones en 1970.
Ha sido un verdadero problema satisfacer la demanda del público por bicicletas en los Estados Unidos. Durante 1971, los comerciantes tuvieron que importar casi dos millones de bicicletas en un esfuerzo por satisfacer las demandas. Un vendedor de bicicletas al por menor en Washington, D.C., dijo para fines de 1971: “El mercado literalmente ha enloquecido. Para junio de este año, habíamos vendido la misma cantidad de bicicletas que habíamos vendido para diciembre del año pasado. Tenemos 50 clientes para cada bicicleta disponible.”
¿A qué se debe este fenomenal auge de las bicicletas? ¿Será duradero?
A muchos les gustaría que fuera duradero. Piensan que las bicicletas son un valioso medio de transporte. Por ejemplo, el secretario de transporte de los Estados Unidos, John Volpe, dijo: “No considero a las bicicletas una treta o una afición pasajera. En cuanto a mí, . . . las bicicletas tienen los mismos derechos que los automóviles en las calles de nuestras ciudades.”
De hecho, desde hace mucho las bicicletas han sido un importante medio de transporte en muchos lugares. En Peking, China, por ejemplo, ¡se informa que hay 1,5 millones de bicicletas! ¡En Irlanda las bicicletas son tan corrientes que no es raro ver al esposo montar una bicicleta con su esposa sobre el manillar!
En muchas ciudades europeas las bicicletas rivalizan con los automóviles durante las horas de mucho tránsito. Pero en vez de un auge en bicicletas, en ciertos lugares en Europa, tal parece que menos personas las usan de las que las usaban hace pocos años. Más bien, muchas personas ahora conducen automóviles.
Sin embargo, en los Estados Unidos donde el automóvil ha gobernado como rey por décadas, la bicicleta está preparando su retorno. Según se informa los norteamericanos poseen más de 50 millones de bicicletas, y se dice que el número de ciclistas en la última década se ha duplicado a 80 millones. La situación es parecida en el Canadá. ¿Por qué este resurgimiento de la bicicleta?
Una razón es que la bicicleta frecuentemente es un medio de transporte más rápido en las actuales ciudades congestionadas con tráfico. Dice un productor teatral de Nueva York que viaja en bicicleta, que con regularidad llega más rápido que el autobús desde su casa en Greenwich Village a su oficina en el centro de la ciudad. En Washington, D.C., un ciclista fácilmente recorrió más rápidamente que un autobús o un automóvil una distancia de siete kilómetros en una ruta de viajeros abonados.
Con poco esfuerzo una persona normal puede avanzar a dieciséis o diecinueve kilómetros por hora en bicicleta. Los buenos ciclistas pueden viajar mucho más rápidamente. Sin embargo, ha habido alguna confusión en cuanto a cuán veloz es la bicicleta en realidad. Por ejemplo, el Times de Nueva York, al informar sobre un maratón de 320 kilómetros en bicicleta en el Parque Central, declaró:
“Entre los que partieron se incluían Pamela Singer de 6 años de edad . . . y Alfred (Diablo Rojo) LeTourneur, el gran corredor de bicicleta de seis días de los años 1920 y 1930. En 1941 él estableció una marca mundial de velocidad, en Bakersfield, California, pedaleando 175,29 kilómetros por hora.”
Sin embargo, esa fantástica marca fue sobrepasada por José Miefret de Francia en 1951. Él hizo el más rápido kilómetro en bicicleta, yendo a 175,61 kilómetros por hora. ¡Eso significaría que recorrió el kilómetro en 20 segundos! ¿Le parece increíble esto?
Quizás, particularmente si ha leído en una fuente confiable que la marca de bicicleta para un kilómetro partiendo de una posición inmóvil es de 1 minuto 14 segundos y 9 décimos de segundo. Y eso es viajar, en término medio, tan solo a unos 48 kilómetros por hora. ¿A qué se debe la discrepancia?
Se debe a que los ciclistas que viajan a 160 kilómetros por hora y más, tienen ayuda. Van inmediatamente detrás de un automóvil o motocicleta. En esa posición, se produce un vacío parcial que permite al ciclista alcanzar estas velocidades.
Sin embargo, apoyándose en su propia energía para pedalear, las personas que viajan en bicicleta pueden recorrer de 95 a 160 kilómetros al día sin dificultad. Y disfrutan del aire fresco y ven mucho más paisaje.
No obstante, es la velocidad con la que se pueden recorrer distancias cortas lo que particularmente ha influido en el reavivamiento del uso de la bicicleta. Un viaje de seis u ocho kilómetros para ir al trabajo, a la escuela o para ir de compras normalmente requiere veinte o treinta minutos en bicicleta, ¡y no existe el problema de estacionar el automóvil!
Un factor estrechamente relacionado con el auge de las bicicletas es el desarrollo de nuevas bicicletas de peso liviano y con múltiples velocidades. Por lo general tienen diez velocidades; otras tienen hasta quince, pero algunas tienen tan pocas como cinco. Pesan solamente de 9 a 14 kilos, y cuestan desde 85 hasta 400 dólares y más... siendo las más caras las más livianas. Estas bicicletas hacen fácil el ascender las cuestas más empinadas.
Antes de 1969 alrededor del 85 por ciento de las bicicletas que se vendían eran las bicicletas para niños. Para 1971 las de peso liviano para adultos representaron un 25 por ciento de las ventas, y en 1972 éstas representaron la mitad de todas las bicicletas que se vendieron.
Un gerente de servicio y promoción de una importante fábrica de bicicletas dijo para fines de 1971: “Pienso que lo que nos sorprendió fue el gran porcentaje de bicicletas para adultos de 10 velocidades que se nos pidió hacer este año, y la rapidez con que surgió la demanda de ellas. Para este tiempo el año pasado, nadie hubiera podido imaginar la demanda de ellas.”
Otro factor en la renovada popularidad de la bicicleta es el interés que se ha despertado en la condición física. Los países occidentales están experimentando una epidemia en enfermedades del corazón y casos sanguíneos, y el ir en bicicleta se reconoce como uno de los mejores ejercicios para el corazón. Por lo tanto algunos doctores recomiendan el ir en bicicleta.
El conocido cardiólogo Dr. Paul Dudley White declaró: “Como bípedos necesitamos algo que nos ayude a mantener la sangre circulando hacia arriba desde la parte inferior del cuerpo. Los músculos de las piernas que se usan para ir en bicicleta son muy importantes. Cuando se contraen, exprimen las venas y de hecho bombean la sangre hacia el corazón.”
La preocupación por el ambiente es aun otro factor en el auge de las bicicletas. A diferencia de los automóviles, las bicicletas no expiden gases, ni tampoco ennegrecen los caminos con escapes de gasolina o aceite.
Desafortunadamente, el auge de las bicicletas ha desencadenado otro auge... el robo de bicicletas. “Es un problema que ha estado creciendo a una proporción colosal y no hay fin a la vista,” declaró Tom B. Golithan, un oficial de policía en Concord, California. “En 1970, hubo 92.000 bicicletas robadas [en el estado] con un valor de 5,5 millones de dólares. En 1971, hubo 500.000 robadas, con un valor de casi 30 millones de dólares.”
El problema, sin embargo, no se limita a California. Es nacional y está creciendo. Una investigación por el Times de Nueva York en una docena de ciudades principales reveló que para aproximadamente la primera mitad de 1972 los robos habían aumentado, como promedio, ¡más del 35 por ciento!
El mayor valor de las nuevas bicicletas ha resultado en un negocio enorme, según lo explica el oficial policíaco Golithan: “Hay grupos organizados que pasan velozmente por una ciudad, llenan un camión de bicicletas robadas, y las llevan a una fábrica donde las limpian con un chorro de arena a presión, les quitan la pintura y el número de serie, las vuelven a pintar, y las envían como bicicletas nuevas. Hubo un grupo aquí en la ciudad de Concord que en un año robó entre 400 y 500 bicicletas de 10 velocidades.”
Así es que, si posee una bicicleta, tenga cuidado. No la estacione solamente donde es difícil que un ladrón la pueda llevar sin ser visto; al dejarla, sea prudente y encadene su bicicleta a algún objeto inmovible, cerrándola con llave.
Necesidad de precaución
Asociado, también, con el auge de las bicicletas ha habido un aumento en los accidentes de ciclistas. En 1971 hubo 850 ciclistas muertos y 40.000 lesionados en los Estados Unidos. Es significativo el hecho de que más del 60 por ciento de los muertos y 75 por ciento de los lesionados eran niños entre los 5 y 14 años de edad. Por lo tanto un reciente estudio de la Junta Nacional de Prevención de Accidentes llegó a la conclusión de que la mayoría de los niños “no están recibiendo suficiente instrucción para asegurar que puedan operar sus bicicletas para su propia seguridad.”
Los padres no dejen concluir que es suficiente el simplemente enseñar a sus hijos a montar bien en bicicleta. Hay más implicado, como dijo un teniente de policía de Ohio: “Si pudiéramos hacer entender a los niños y a los padres que deben obedecer los reglamentos de tránsito cuando están en sus bicicletas, podríamos reducir las lesiones a la mitad.” Así es que obedezca las leyes del tránsito, y si tiene hijos, enséñeles a hacer lo mismo.
Disfrute de los beneficios de ir en bicicleta, y evite los peligros. Esté alerta a las puertas de automóvil que se abren delante de usted. Evite los desagües de tempestad y las rejas de alcantarilla en las que su rueda delantera puede trabarse, arrojándolo. Guíe con el tráfico, nunca en contra de él. Equipe su bicicleta con reflectores para ir de noche. Esté alerta. Sea cortés. Cuando se ejerce precaución, el ir en bicicleta puede ser muy placentero. No es extraño que haya habido un auge de las bicicletas.