¿Sufre usted de hemorroides?
SEGÚN los historiadores, las almorranas (o hemorroides, como las llaman los médicos) han cambiado el curso de la historia. Así es que Rudolph Marx nos dice que Napoleón no se aprovechó de una brecha en el flanco del ejército de Wellington por sentirse inseguro debido a la falta de sueño y por causa del medicamento opiado tomado para aliviar el dolor que le causaban sus hemorroides.
Las almorranas son hinchazones o dilataciones de las venas del ano; en realidad venas varicosas en la parte inferior del intestino grueso o recto. Básicamente, hay dos clases... hemorroides internas y externas. Cuando se presentan complicaciones, pueden ser muy dolorosas y hasta se pueden reventar, y sangrar. Según ciertas autoridades, la tercera parte de los adultos o más tienen hemorroides de una forma u otra. En muchos casos, sin embargo, la situación no es tal como para que la persona se dé cuenta de tenerlas.
La afección de hemorroides se remonta tanto como la historia. Registros antiguos tanto de Egipto como de Babilonia muestran que los médicos estaban familiarizados con esta afección, y en particular la Biblia cuenta acerca de ellas.—Deu. 28:15, 27; 1 Sam. 5:6-12.
Causas
En cuanto a la causa de las hemorroides... por largo tiempo se ha insistido que entre las principales causas de las almorranas están las ocupaciones sedentarias y los malos hábitos intestinales. Pero hoy se nos dice que las hemorroides se encuentran entre obreros de trabajos fuertes, personal militar y muchos otros cuyos trabajos no son sedentarios.
Entre los factores que causan hemorroides señalados por algunos están el uso excesivo de especias, el vinagre y el café. Una causa básica muy probable es una debilidad hereditaria que lo convierte a uno en un buen candidato para las almorranas.
Se cree que el estreñimiento y el esfuerzo que se hace al evacuar el vientre son factores que en gran grado deben ser culpados por la presencia de almorranas. Pero, a la inversa, un ataque agudo de diarrea puede provocar un ataque de hemorroides complicadas. La incapacidad para relajar los músculos del ano también puede causarlas, y esto a su vez, puede ser ocasionado por los métodos alimentarios incorrectos del hombre moderno. Además, las hemorroides son una de las complicaciones comunes de la preñez, lo cual evidentemente se debe a creciente presión intra-abdominal provocada por el útero dilatado.
Así, un artículo del American Heart Journal, de abril de 1973, mostraba la relación entre la trombosis venosa profunda, las venas varicosas y las hemorroides. Favoreció esta hipótesis: “Una dieta de muchos residuos promueve el rápido tránsito del contenido intestinal con la evacuación de materia fecal grande sin formar. En contraste, la dieta con pocos residuos . . . de la civilización occidental moderna resulta en prolongadas horas de tránsito intestinal con la evacuación de materia fecal pequeña, firme y bien formada. En esta última situación no solo son muy aumentadas [ciertas] presiones en el colon, con apendicitis y afección [intestinal] resultantes, sino que también es muy aumentada la presión intra-abdominal durante el esfuerzo excesivo debido a las heces fecales estreñidas.” El artículo concluye haciendo notar que “si esta hipótesis resulta solo en parte correcta,” las hemorroides y las dolencias relacionadas “en el mundo occidental podrían ser enormemente reducidas volviendo a una dieta con mayores residuos.”
Un artículo publicado en el New Zealand Medical Journal, de noviembre de 1972, hace declaraciones similares. Llamó la atención al punto de vista de un famoso cirujano de que “la dieta con pocos residuos de la sociedad occidental es el principal factor en la alta incidencia de las hemorroides . . . en nuestras comunidades comparada con las incidencias que prevalecen en las poblaciones nativas de África y la India.” No es de extrañar que las hemorroides hayan sido llamadas “una enfermedad de la civilización.”
Cómo prevenir y curar las almorranas
Para evitar las almorranas la recomendación es hacer ejercicio si uno tiene una ocupación sedentaria y asegurarse de comer abundante alimento con muchos residuos. Los alimentos que no tienen muchos residuos son principalmente los compuestos de harina blanca, también el arroz blanco o pulido, los fideos y el chocolate. Coma en poca cantidad de estos elementos pero en abundancia de los que tienen muchos residuos, como panecillos de afrecho, pan de trigo integral y cereales integrales. Coma también en abundancia de hortalizas de hoja y otras, especialmente el apio y las coles. Coma patatas horneadas con la “envoltura,” y frutas con la piel... manzanas, melocotones y frutas similares.
Hipócrates, el famoso médico griego del siglo quinto a. de la E.C., al igual que el erudito y filósofo judío del siglo doce, Maimonides, dio algunos consejos prácticos con respecto al tratamiento de las hemorroides, muy en armonía con lo que se hace notar aquí.
Si el lector ya padece de almorranas, ¿qué puede hacer? Con solo volver a una dieta natural como se hace notar más arriba puede aliviar el problema si no son graves o complicadas. Pero quizás necesite tratamiento más definitivo. Lo que en la profesión médica se conoce como “ligadura y excisión” es el tratamiento quirúrgico más común, aunque solo alrededor del 10 por ciento de los afectados necesita una cirugía de esa índole. Algunos tipos de hemorroides internas no complicadas son tratadas con buen éxito por alguna de las diversas técnicas de inyecciones.
Aun otro procedimiento emplea el uso de bandas elásticas, que son puestas de tal modo que estrangulan la masa de tejido venoso implicado. Esos métodos de tratamiento son efectuados como procedimientos de consultorio bajo anestesia local y con poca incomodidad postoperatoria para el paciente.
Una innovación más reciente es el método de “congelar,” también conocido como criocirugía. Los cirujanos que emplean este método usan el “Kryostik” para destruir por congelamiento el tejido hemorroidal. Es un procedimiento relativamente indoloro y que no produce incapacidad.
Algunas autoridades ponen de manifiesto la importancia de la dilatación (extender el orificio anal) como un medio de evitar un estrechamiento del orificio anal. Esto puede hacerse como parte del procedimiento quirúrgico en sí o puede ser aconsejado como recurso postoperatorio para ser llevado a cabo por el paciente en su casa.
De modo que hay varias maneras de tratar las hemorroides. Sin embargo, como es obvio, el tipo de tratamiento puede ser determinado hasta cierto grado por el tipo de problema y la presencia de complicaciones, tales como coagulación, fisuras o fístulas.
Pero hay que tener en cuenta que en cuanto a las hemorroides como en cuanto a muchas otras afecciones que aquejan a la humanidad la regla a aplicar es “más vale precaver que tener que remediar.” Aprenda a relajar los músculos del ano, haga más ejercicio si es un trabajador sedentario y, sobre todo, vigile su dieta y coma los alimentos que le ayudarán a mantener la “regularidad” y evitar el estreñimiento.