La mejor manera de restaurar la salud mental
CUANDO ataca la enfermedad mental es causa de gran tristeza para los afectados. Sin embargo la familia no tiene por qué avergonzarse cuando esto sucede. En muchos casos la enfermedad mental puede venir igual que algunas enfermedades físicas, como un resfriado o una afección cardíaca. Y aun cuando las causas físicas no son un factor principal, todavía hay razones para tener esperanzas y adoptar una actitud positiva. El asunto es: ¿Qué es lo mejor que se puede hacer?
A menudo lo mejor es una combinación de tratamientos. Lo más importante, sin embargo, es que el afectado debe recibir ayuda de parte de miembros comprensivos de la familia o amigos que puedan impartir verdaderas esperanzas y estímulo. Estos pueden sentirse reconfortados por el hecho de que, lo mismo que en otras enfermedades, las personas a menudo se recuperan espontáneamente de las enfermedades mentales, así como el cuerpo a veces se ajusta y se cura a sí mismo. Y hasta cuando esto no sucede, hay mucho que se puede hacer para ayudar al afectado.
La mayor necesidad de esa persona es ser amada. La importancia de esto se enfatiza una y otra vez en la literatura médica. Esto significa que la familia y los amigos deben ser pacientes, tolerantes cuando esa persona procede en forma extraviada, irresponsable, o es irrazonable o de otro modo difícil de sobrellevar.
¿Dónde se puede suministrar mejor esta ayuda necesaria al enfermo mental? ¿En algún hospital o institución para enfermos mentales? Muy probablemente no. En realidad, un libro preparado por cuatro doctores en medicina dice: “Una meta principal es mantener a los pacientes afuera del hospital cuando sea posible. Algunas veces tan solo eso es una victoria, porque con algunos de nuestros actuales hospitales para enfermos mentales, existe una probabilidad de que el paciente pueda estar mejor en casa.”
En su hogar el paciente está en un medio familiar. Él o ella reciben la atención de personas vitalmente interesadas. Se puede administrar cuidado con la meta de recuperación o mejoramiento en vista. Pero, ¿es necesaria la instrucción en una escuela mundana de psiquiatría con el fin de poder suministrar esa ayuda?
¿Es necesaria la enseñanza psiquiátrica?
Es interesante que los psiquíatras mismos reconocen el fracaso de la instrucción psiquiátrica. David S. Viscott, por ejemplo, declara que las certificaciones de las juntas psiquiátricas han “pasado por alto muchas de las cualidades más importantes que hacen un buen terapeuta, tales como su interés, su honradez, su curiosidad, sinceridad, cualidades humanas y su buena voluntad para ayudar. La mayoría de [éstas] eran cosas que no se enseñaron en la facultad.”
Además, el Dr. J. D. Frank, autor de Persuasion and Healing y coautor de Group Psychotherapy, dice que la instrucción psiquiátrica no es necesaria para ayudar a los enfermos mentales. Psychology Today de abril de 1973 explica: “Frank cree que una persona sin ninguna práctica en absoluto puede ser tan buen experto en medicina clínica como un psiquíatra. ‘Las cualidades personales del terapeuta,’ dice él, ‘quizás tengan más que ver con el éxito que su entrenamiento en un método en particular.’”
Ciertos psiquíatras han reconocido que la sabiduría y el entendimiento contenidos en la Palabra de Dios la Biblia es de mayor valor en el tratamiento de enfermos mentales que la instrucción mundana. Hacia el final de una larga y exitosa carrera, el difunto psiquíatra Dr. James T. Fisher escribió en su libro A Few Buttons Missing: the Case Book of a Psychiatrist:
“Si se hiciera la suma total de todos los artículos autoritativos que se han escrito por los psicólogos y psiquíatras más competentes sobre el tema de la higiene mental —si se combinaran y refinaran y se sacara el exceso de verbosidad— si se . . . hiciera que estas muestras genuinas no adulteradas de puro conocimiento científico fueran expresadas concisamente por el más competente de todos los poetas vivientes, se tendría un resumen torpe e incompleto del Sermón del Monte.” Ese sermón de Jesucristo está registrado en la Biblia en el libro de Mateo, capítulos cinco al siete, inclusive.
Vez tras vez, las personas mentalmente desequilibradas han recobrado su salud por medio de recibir de parte de maestros de la Biblia calificados la guía e instrucción apropiadas basadas en el contenido de ese Libro Divino. Consideremos algunos ejemplos:
Recuperaciones notables... ¿cómo?
Al paciente un psiquíatra lo diagnosticó como paranoide esquizofrénico. Después de diez años fue declarado incurable y solamente podía estar afuera de una institución mental tomando cada día treinta y tres píldoras. No tenía interés en su aspecto o en la vida en general. Entonces uno de los testigos de Jehová de visita de casa en casa se las arregló para iniciar con él un estudio bíblico, y pacientemente inculcó en él los justos requisitos de Dios y las bendiciones prometidas que han de venir a la humanidad bajo el reino de Dios. Después de ocho meses el hombre no necesitaba más píldoras, y cuatro meses más tarde fue declarado completamente curado.
También había una señora en Michigan que había recibido durante muchos años psicoterapia regular, electrochoques, y había gastado 5.000 dólares en tratamiento con drogas. Aun así, seguía amenazando con suicidarse. Sin embargo, después de estudiar la Biblia con los testigos de Jehová pudo dejar de tomar drogas así como dejar de fumar. Le telefoneó a su psiquíatra para decirle que ahora se sentía mejor de lo que jamás se había sentido antes y la causa de ello. Él contestó que deseaba que todos sus pacientes pudieran encontrar una cura como ésa.
¿Qué cambió a estas personas? ¿Cómo les ayudó la instrucción bíblica?
Como resultado de sus estudios obtuvieron una fe firme en el Creador, Jehová Dios, como un Dios personal, y un verdadero ayudante. (Isa. 50:7; Dan. 6:27) Llegaron a entender por qué Dios ha permitido la iniquidad y el sufrimiento humano hasta nuestros días, y cómo, ya pronto, el gobierno de Dios eliminará las causas de los problemas del mundo. El confiar en las promesas de Dios de las condiciones justas que pronto se disfrutarán en la Tierra, cambió todo su punto de vista de la vida. ¡Tenían esperanza!—Dan. 2:44; 1 Juan 2:17; Rev. 21:3, 4.
Pero eso no es todo. También aprendieron a vivir en armonía con principios bíblicos, incluso a cómo aplicar el amor, gozo, paz y gobierno de sí mismos en sus vidas. (Gál. 5:22, 23) Ciertas personas los han ayudado mucho a lograr esto.
Capacitados para ayudar
Debido a sus años de estudio de la Palabra de Dios y a la experiencia práctica en el manejo de los problemas personales, muchos ancianos cristianos de los testigos de Jehová están bien capacitados para ayudar a los que están mental o emocionalmente enfermos. El mandato bíblico puede estar dirigido apropiadamente a estos hombres: “Hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su apoyo a los débiles, sean sufridos para con todos.”—1 Tes. 5:14.
Guiados por ese consejo divino, los ancianos cristianos reciben ayuda para mostrar comprensión y para edificar a las personas que vienen a ellos en busca de ayuda. Manifiestan de este modo interés genuino, escuchando pacientemente a la persona perturbada. Conocen la importancia de no ser rápido para la censura, más bien tratan de concordar cuando pueden con la persona enferma, reconociendo su perturbación mental. Así están en posición de trabajar para confortar y ayudar a esa persona a recuperarse. Los ancianos bondadosos y comprensivos han ayudado a muchas personas a obtener y mantener equilibrio en este mundo turbulento.
Suministrando la ayuda necesaria
Cuando ayudan a una persona mentalmente perturbada, los ancianos cristianos tratan de determinar qué es lo que ha acelerado el desequilibrio. ¿Es un sentimiento profundo de culpa? Si es así, se puede enfatizar la misericordia de Dios, como explica la Biblia: “Si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante para con el Padre, a Jesucristo, uno que es justo.” (1 Juan 2:1, 2) Y los ancianos pueden mostrar el derrotero prescrito bíblicamente, es decir: “Al que . . . está confesando y dejando [sus pecados] se le mostrará misericordia.”—Pro. 28:13; Sal. 32:1-5.
O quizás se pueda determinar que el problema es uno de ansiedad. Aquí hay la necesidad de enfatizar la importancia y las razones para ejercer fe en Jehová Dios. Él nos invita a ‘arrojar nuestras cargas sobre él mismo.’ Una manera en que podemos hacer esto es por medio de la oración de corazón, y los ancianos pueden demostrarlo orando en favor del perturbado que escucha.—Sal. 55:22.
Obviamente, esto no quiere decir que se puede curar todo caso de enfermedad mental solamente ayudando a las personas a aplicar en su vida la sabiduría divina de la Biblia. También se pueden indicar otras medidas; una importante que merece pronta atención es un completo examen físico. Ha habido casos, por ejemplo, en que se ha hallado que algo tan simple como una muela impactada afecta el cerebro, causando aberraciones mentales, aunque no le causaba al paciente ningún dolor físico. Cuando se alivió la presión removiendo el diente, cesó el disturbio mental.
En otros casos graves, puede ser necesario el uso de ciertas drogas prescritas por el médico para ayudar a aliviar el desequilibrio mental. Y no debe pasarse por alto lo que se ha dicho del papel que puede desempeñar la nutrición.
Sin embargo, basándonos en lo que ha mostrado la experiencia, podemos confiar en que las personas mental o emocionalmente perturbadas serán ayudadas especialmente por medio del consejo y la guía provenientes de la Palabra de Dios. Es el deseo de los testigos de Jehová hacer asequibles los efectos calmantes y curativos de esta Palabra Divina a tantas personas como sea posible en este angustiado mundo de la humanidad. Si usted quiere esa ayuda, o sabe de alguien que la quiera, tenga la bondad de comunicarse con los testigos de Jehová. Ellos se complacerán en visitar y ayudar a las personas a beneficiarse, por medio de aplicar en su vida los principios bíblicos sanos y edificantes.