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¡Despertad! 1976
g76 8/1 págs. 8-12

Un registro bestial... ¿cuándo terminará?

HABIÉNDOSELES quitado su refugio en Mozambique, miles de testigos de Jehová empezaron a llenar los caminos principales del norte y centro de Malawi a medida que viajaban de regreso a sus propias aldeas. Para muchos fue como pasar por baquetas.

Un grupo de cuarenta Testigos, hombres y mujeres, llegaron a la plaza de mercado de Mzimba, en camino a sus hogares en el norte del país. Se reunió la gente para burlarse de los viajeros cansados, y entonces los atacaron los miembros de la Liga Juvenil de Malawi. Los sometieron a severas palizas desde las 8 y media de la mañana hasta las 14 horas. Había policías presentes pero se quedaron simplemente observando. Un hombre que fue golpeado tenía más de ochenta años de edad. Todavía les faltaba a estos Testigos caminar otros 110 kilómetros y estaban sin alimento, pues los Coligados Juveniles les quitaron el poco dinero que tenían.

Al llegar a sus aldeas, a veces se permitió inicialmente que los Testigos ocuparan de nuevo sus hogares. Pero por lo general no pasó mucho tiempo antes que vinieran los miembros de la Liga Juvenil para exigir que compraran tarjetas de miembro del partido político. El rehusar hacerlo resultaba en toda clase de tratamiento inhumano. Considere unos cuantos casos:

Aldea de Sosola, Región Central; 26 de agosto de 1975: Un grupo de hombres y mujeres, entre ellos el Miembro local del Parlamento, el Sr. Elson Muluzi, y el Presidente local del Partido, Stuart Maere, rodean las casas de los testigos de Jehová y les preguntan si se han decidido a comprar tarjetas de miembros del partido. Cuando los Testigos contestan que no pueden hacer esto, los miembros del partido saquean sus casas y los echan de la aldea, diciendo: “¡Váyanse de aquí! ¡Váyanse a un país donde no hay tarjetas!”

Región de Kasonjola; 4 y 5 de septiembre de 1975: Jóvenes del Partido del Congreso de Malawi van a los hogares de los Testigos en las aldeas de Nsambe, Kampini, Tanga, Mbalame I, Mbuziyamwana y Mselela. Exigen que se compren las tarjetas del partido. Al rehusar hacerlo los Testigos, los miembros del partido entran en sus hogares y roban todas sus posesiones: dinero, bicicletas, relojes de pulsera, platos, tazas y otros utensilios domésticos. Someten a los hermanos a terribles palizas, lo cual resulta en que uno de ellos quede inconsciente por hora y media. En dos lugares, los miembros de la Liga Juvenil (cuyo presidente se llama Mozangwila) orinan sobre la harina de maíz en los hogares, para rendirla inadecuada para alimento. Cuando un Testigo va a la policía para informar de los ataques y vuelve, lo golpean de nuevo.

Aldea de Makambale, Región Central: A cinco Testigos, hombres y mujeres, los desnudan, les dan palizas y los persiguen por once kilómetros. Los responsables: El Miembro de Parlamento para la zona de Mangochi, el Sr. Abidabilu, y miembros de la Liga Juvenil y los Jóvenes Pioneros.

Mazonda, Muso y Mingola; 2 y 3 de septiembre de 1975: A más de veinte hombres y mujeres Testigos los atacan y golpean severamente los miembros del Partido del Congreso de Malawi del distrito de Ncheu. Un Testigo queda inconsciente por dos horas como resultado de la paliza. Entonces los atacantes frotan las heridas de los hombres y también de las mujeres con habas picantes. 4 de septiembre de 1975: Los Jóvenes Pioneros Maduka y Samora dirigen a un grupo de jóvenes a atacar a los Testigos en la aldea de Beni Chauya. Golpean a hombres y mujeres hasta dejarlos inconscientes.

Zona de Lingadzi, Lilongwe; 29 de septiembre de 1975: A las 6 de la mañana una turba de oficiales del Partido del Congreso de Malawi y miembros de la Liga Juvenil llevan a catorce Testigos, hombres y mujeres, al centro de dirección de la sucursal del Partido en la aldea de Tsoka. Allí los someten a severas palizas. Los atacantes despojan a un Testigo de su ropa y, aunque le está saliendo sangre de la boca y oídos, le atan las manos detrás de la espalda y luego le frotan el cabello y los ojos con lodo. Los responsables: Presidente de la Zona Ng’ambe, Vicepresidente Syawa, y Presidente Mchezo y Vicepresidente Mchenga de la Sucursal de la Liga Juvenil.

Depravado ultraje sexual

Muchos de los informes relatan ultrajes sexuales de la clase más depravada. Estos son algunos de ellos:

Zona de Mponela, Malawi del norte: Los Testigos son llevados por el jefe de su aldea, el Sr. Kwindanguwo, a la comisaría de policía de Mponela. Los tienen allí por cinco días sin comer. Entonces les dan una carta para la comisaría de Dowa, la zona principal. Cuando llegan a la comisaría de Dowa, el oficial encargado los lleva a la oficina del Partido del Congreso de Malawi para esa zona. Hallan que ya hay otros Testigos allí. Todos reciben severas palizas. Antes que empiece el ataque, el presidente de la zona de Dowa para el Partido del Congreso de Malawi, el Sr. Kamtepa, grita: “¡Que baje Jesucristo ahora mismo e impida que los golpeemos, antes que empecemos a golpearlos!” Entonces el presidente y sus ayudantes de la Liga Juvenil se ponen a golpear a hombres y mujeres. Les quitan toda su ropa y les frotan todo el cuerpo desnudo con una mezcla de pimienta y los pelos de las vainas de las habas picantes.a Estrujan esta misma mezcla sobre los órganos genitales de los hombres y dentro de los de las mujeres. Entonces empujan a los hombres encima de las mujeres en un esfuerzo por hacerlos cometer inmoralidad, golpeándolos al mismo tiempo. Ni un solo Testigo cede bajo la tortura.

Aldeas de Bunda, Nyanga y Phatha, al sur de Lilongwe; 4 al 9 de septiembre: Todos los Testigos son ahuyentados de sus hogares y desnudados y golpeados por chusmas encabezadas por los presidentes locales del Partido del Congreso de Malawi, uno de los cuales se llama Jeke. Un grupo de atacantes se compone de más de cien individuos que vienen preparados con armas de toda clase para usarlas en los Testigos. Tratan de persuadir a los varones Testigos a cometer inmoralidad con las mujeres Testigos. Llevan a los de Bunda a la policía y estos también toman parte en golpearlos. La policía les dice a los Testigos: “El gobierno es nuestro. Vayan ustedes a Dios, si acaso hay uno, y pídanle que venga a ayudarles.” Cuando informan a la policía acerca de las otras atrocidades, su respuesta es: “Vayan a decírselo a Dios. Que él les ayude. Si él no lo hace, ustedes terminarán este año.”

Ciertamente estas palabras hacen que la mente de uno vuelva allá al pasado lejano, mucho antes del tiempo del régimen sádico de los nazis en Alemania... allá al tiempo del primer siglo de nuestra era común cuando Cristo Jesús fue falsamente acusado de sedición contra el gobierno y fue clavado a un madero de tormento. Lea en su propia Biblia como los principales sacerdotes y los escribas y ancianos de la nación “se burlaban de él y decían: ‘¡A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar! Él es rey de Israel; baje ahora del madero de tormento y creeremos en él. Ha puesto en Dios su confianza; líbrelo Él ahora si le quiere, puesto que dijo: “Soy Hijo de Dios.”’”—Mat. 27:41-43.

Hoy día, se les dice casi las mismísimas palabras burladoras a los testigos de Jehová en Malawi porque ellos, también, insisten en permanecer leales a Dios como lo hizo su Hijo Jesucristo, que un poco antes le había dicho a Poncio Pilato: “Mi reino no es parte de este mundo.”—Juan 18:36.

Kanchenche, al noroeste de Lilongwe; 31 de agosto de 1975: Los miembros de la Liga Juvenil atacan a los testigos de Jehová. Echan a tierra a los hombres, y los Coligados Juveniles les pisotean los cuellos. Desnudan a las mujeres y les dan palizas, y los Coligadores Juveniles usan teas para quemarles el pelo de las partes pudendas. Las mujeres de la localidad toman parte en golpearlas. Cinco de las Testigos casadas son violadas. A una jovencita de diecisiete años la violan tres diferentes hombres. Los que llevaron la delantera en esta persecución: El Presidente de la Zona del Partido del Congreso de Malawi, Yowase Kapulula, de la aldea de Lundu; Kanjaye, hijo de Biliyati de la aldea de Thandaza; Asedi Chavesi, hijo de Magadi de la aldea de Chilomba, y Benala Mtsukwa de la aldea de Msanda.

Aldea de Chimasongwe, zona de Lilongwe; 7 de septiembre de 1975: Se lleva a un grupo de Testigos a la sucursal del Partido del Congreso de Malawi para esa zona, donde los atacantes desnudan tanto a los hombres como a las mujeres. Entonces los atan juntos para tratar de obligarlos a tener coito y así cometer adulterio. A un Testigo de sesenta años de edad lo atan de esa manera a una Testigo jovencita; a otro joven lo atan a su misma hermana; hasta a una mujer que está menstruando la atan así a un Testigo varón. El presidente local de la Liga Juvenil, Chipukupuku, también toma una tea y les quema el pelo de las partes pudendas, pechos y sobacos a diez de los Testigos varones. Los atacadores, incitados por las mujeres que son miembros locales de la Liga de Mujeres de Malawi, toman a una Testigo —completamente desnuda— y brincan vez tras vez sobre sus piernas y vientre, golpeándola a la vez con hojas de la cabuya hasta que se desmaya. A la mujer que está menstruando la golpean hasta que echa sangre por la boca y la nariz.

Chilinde, en Lilongwe; 8 de septiembre: De noche los miembros de la Liga Juvenil golpean severamente a los Testigos. A una de las mujeres la violan cuatro hombres; a otra la encierran en su hogar, y tres hombres la violan. Cuando los Testigos informan a la policía acerca de estas atrocidades, la respuesta que reciben es: “Díganselo a su Dios. Él está haciendo que se les robe. ¿Está muerto, de modo que sus ojos no ven?”

Lumbadzi, al norte de Lilongwe; 24 de septiembre: Los Testigos refugiados vuelven a sus hogares, y el jefe de la aldea les permite entrar en la aldea. Sin embargo, esa noche el presidente del Partido del Congreso de Malawi para esa zona y una turba de Coligadores Juveniles vienen y se llevan a los Testigos a la oficina del partido en Dowa. Sus atacantes les dan palizas y luego toman a dos Testigos varones y atan los órganos genitales del uno a los del otro. Los golpean en los órganos genitales para que si uno de ellos trata de desviarse de golpes lastime al otro. Amarran ladrillos pesados a los órganos genitales de otros Testigos y los hacen andar con estos. Entre los responsables está un hombre que se llama Chilunje, de Lumbadzi. Cuando informan a la policía acerca de estas atrocidades, les contestan: “Aunque los maten, no hay ayuda para ustedes.”

Aldea de Chindamba, al oeste de Zomba; 2 de octubre: La policía de Zomba arresta a quince Testigos y los tortura. Además de privarlos de alimento y golpearlos severamente, sus atormentadores usan tenazas de madera en las partes pudendas de los hombres y mujeres en un esfuerzo por hacerlos comprar las tarjetas del partido político.

Todavía otros informes relatan que los jóvenes del Partido les metieron palos en las partes pudendas de las Testigos. Seguramente el cuadro en conjunto es a la vez trágico y asqueroso. Pero esto no es todo.

Los meten en campos de detención

A principios de octubre el gobierno de Malawi emitió una circular a todas las comisarías —no para poner coto a los ataques criminales y restaurar la ley y el orden— sino para juntar a los testigos de Jehová y ponerlos en campos de detención, como en Dzaleka, Kanjedza y Malaku. En algunas zonas estos son campos de detención grandes; en otras, son secciones cercadas de alambre de púas alrededor de las comisarías.

Pero para los Testigos, lo peor es que las órdenes exigen que solo los adultos sean puestos allí. Esto ha querido decir la separación de los padres de sus hijos, incluso hasta niños lactantes. Parece que la orden gubernamental tiene el intento de impedir que los Testigos traten de escapar a otro país, puesto que no podrían llevar consigo a sus hijos; o tal vez sea de causar tanta angustia a las madres Testigos que violen su conciencia cristiana y se unan al partido político. Ya han juntado y puesto en estos campos de detención a congregaciones enteras de testigos de Jehová. La experiencia de los testigos de Jehová en la Alemania nazista se está repitiendo... esta vez en África.

Así los Testigos quedan sin poder acudir a ninguna fuente gubernamental para conseguir justicia o protección contra la violencia. Los arrestan a ellos y no a sus atacantes. Cuando han tratado de conseguir protección de la policía, les han dirigido vez tras vez declaraciones como esta: “No tenemos tiempo que desperdiciar en ustedes, ya que no cooperan con el Partido. Aunque les causen dificultades, de nada sirve que vengan a nosotros a hacer una información, puesto que no estamos aquí para servirles. Solo les ayudaremos si nos muestran una tarjeta para el Partido, y no de otra manera. Pueden informarnos solo si alguien muere, y entonces solo escribiremos una declaración.”

En algunas zonas los únicos lugares seguros que los Testigos malawianos pueden hallar están en el matorral y los bosques... donde viven los animales literales y no hombres bestiales. Se ha recibido una lista de quince congregaciones de testigos de Jehová de la zona de Lilongwe que han huido al bosque Dzalanyama junto a la frontera entre Malawi y Mozambique. Los miembros de muchas otras congregaciones pasan sus días en el pueblo pero van al matorral cada noche para dormir, ya sea porque los han dejado sin casa ni hogar o porque quieren eludir un ataque de noche.

¿Cuándo cesarán las barbaridades?

Aunque esta persecución atroz les causa angustia, los testigos de Jehová de Malawi y los del resto del mundo no dejan que los debilite en su fe ni en su determinación de mantenerse firmes a favor de principios cristianos. Recuerdan las palabras del apóstol Pedro en un tiempo en que los cristianos del primer siglo estaban sufriendo persecución parecida porque igual a ellos ‘no eran parte del mundo’ sino que se mantenían indivisamente leales al reino de Dios por Cristo Jesús. A estos el apóstol escribió: “Amados, no estén perplejos a causa del incendio entre ustedes, que les está sucediendo para prueba, como si algo extraño les sobreviniese. Al contrario, sigan regocijándose por cuanto son partícipes de los sufrimientos del Cristo.”—Juan 17:16; 1 Ped. 4:12, 13.

Sin embargo, estas palabras no disminuyen de manera alguna la grave responsabilidad que descansa sobre los que infligen tal persecución sobre personas inocentes. Si no antes, entonces al tiempo de su ejecución de juicio sobre un mundo enemigo, Jehová Dios promete traer liberación y alivio a todos los que han confiado en él y han permanecido fieles a él bajo prueba severa. Entonces, y para todo el tiempo futuro, esta Tierra nunca volverá a ser deshonrada por escenas con semejantes actos de barbarie, brutalidad y depravación practicados contra los indefensos. Entonces, en una escala global, “los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Sal. 37:11.

Pero ¿se podría hacer que cesaran las atrocidades en Malawi antes de eso? Sí, se podría. Si los que tienen autoridad respetaran la constitución de Malawi, se podría hacer que cesaran ahora mismo estos ataques inexcusables. ¿Por qué deberían los funcionarios de Malawi dejar que elementos criminales, aunque se hallan dentro de las filas de su propio partido, se burlaran de la constitución de Malawi como si fuera un papel mojado y deshonrar a la nación a los ojos del mundo?

¿No hay en Malawi un solo hombre de autoridad que tenga la sabiduría y valor de un Gamaliel? Si lo hay, entonces ciertamente este es el momento en que un hombre de ese calibre debe aconsejar a sus compañeros, diciendo, como dijo Gamaliel respecto a los apóstoles cristianos a quienes habían arrestado: “Manténganse a distancia de estos hombres, les digo; déjenlos en paz. Porque si esta idea de ellos o su ejecución es de origen humana, se derribará; pero si es de Dios, nunca podrán derribarlos, y corren el riesgo de hallarse haciendo guerra contra Dios.”—Hech. 5:38, 39, New English Bible.

Ciertamente los que actualmente sufren persecución en Malawi merecen las fervorosas oraciones de todos los que tienen fe en Dios y en la justicia. (Compare con Hechos 12:5.) Además de esto, si el sufrimiento de estas personas inocentes sinceramente le preocupa a usted, ¿por qué no le escribe ahora al representante de Malawi en su país, o a cualquiera de los funcionarios del gobierno de Malawi cuyos nombres y direcciones están alistados con este artículo? Recomiéndeles con ahínco que hagan lo que puedan para detener las atrocidades que se están cometiendo dentro de su país.

[Nota]

a Estas “habas picantes” se llaman chitedze en el idioma chinyanja. El Scott and Hetherwick Chinyanja Dictionary dice: “Cierta clase de haba, de forma S con curva, vainas morenas aterciopeladas, que cuando están maduras y se sacuden causan el picazón más intenso; casi enloquece a uno el que los pelos se le metan en el cuello, con una rara sensación eléctrica.”

[Recuadro de la página 12]

OFICIALES A QUIENES ESCRIBIR

Su Excelencia el Presidente Vitalicio de Malawi

Ngwazi Dr. H. Kamuzu Banda

Oficinas del Gobierno Central

Private Bag 301

Ciudad Capital

LILONGWE 3

Malawi, África Central

El Honorable R. A. Banda, S.C., M.P.

Ministro de Justicia y Fiscal del Estado y Ministro de Gobierno Local

Private Bag 333

LILONGWE

Malawi, África Central

El Honorable P. L. Makhumula Nkhoma, M.P.

Ministro de Sanidad

P.O. Box 351

BLANTYRE

Malawi, África Central

El Honorable D. Kainja Nthara, M.P.

Ministro del Desarrollo de la Comunidad y Beneficencia Social

P.O. Box 5700

LIMBE

Malawi, África Central

El Honorable R. T. C. Munyenyembe, M.P.

Ministro de Educación

Private Bag 328

Ciudad Capital

LILONGWE 3

Malawi, África Central

El Honorable N. P. W. Khonje, M.P.

Presidente del Parlamento de Malawi

P.O. Box 80

ZOMBA

Malawi, África Central

El Honorable D. T. Matenje, M.P.

Ministro de Hacienda, Comercio, Industria y Turismo

P.O. Box 30049

Ciudad Capital

LILONGWE 3

Malawi, África Central

El Honorable R. B. Chidzanja Nkhoma, M.P.

Ministro de Organización de Asuntos de Unidad Africana

P.O. Box 211

LILONGWE

Malawi, África Central

El Honorable A. A. Muwalo Nqumayo, M.P.

Ministro de Estado en la Oficina del Presidente

P.O. Box 5250

LIMBE

Malawi, África Central

Sr. Aleke K. Banda

Presidente Diputado/Director Administrativo

Press (Holdings) Limited

P.O. Box 1227

BLANTYRE

Malawi, África Central

Sr. Richard Katengeza

P.O. Box 5144

LIMBE

Malawi, África Central

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