Los ciervos... criaturas de gracia y hermosura
LOS ciervos son animales de sobresaliente gracia y hermosura. Ojos grandes y pacíficos atisban desde los lados de la cabeza de la criatura. Su pelo lustroso por ser corto y liso, contribuye a la apariencia agraciada y airosa del ciervo. Sea que esté inmóvil, corriendo o saltando, esta criatura delgada de piernas largas nunca se ve desgarbada o fuera de lugar.
Las cuernas definitivamente son un rasgo distintivo del ciervo. Por lo general solo los machos las tienen. Pero en el caso del reno y caribú, las cuernas coronan tanto la cabeza de los machos como de las hembras. En contraste, el ciervo nadador de China y el almizclero del Asia no tienen cuernas.
A diferencia de los cuernos de muchos animales, como los de la vaca, que realmente son capas duras de piel, las cuernas de los ciervos son huesos. Los ciervos que habitan las zonas templadas pierden sus cuernas en el invierno y, a principios del verano, les empiezan a crecer las nuevas. En cuanto a los ciervos de zonas tropicales, pueden perder sus cornamentas y empezar a crecer nuevas en otros tiempos del año.
Las cornamentas nuevas son blandas y están cubiertas de una piel delgada, de la cual crece pelo corto y fino. Esta piel vascular, con su pelo fino, nutre la cuerna. Con el tiempo la sangre deja de circular por la piel que cubre las cuernas. Cuando esto sucede, la piel se seca y el ciervo se la quita raspando la cuerna en el suelo o contra los árboles o arbustos.
Mientras más joven sea el ciervo, más cortas y pequeñas serán las cuernas. Las primeras cornamentas posiblemente le crezcan al animal cuando tiene un año o dos de edad.
Y, ¿de qué les sirven las cornamentas a los ciervos? Muchos naturalistas creen que las usan principalmente al luchar por las hembras y que también desempeñan un papel en establecer el rango del ciervo. Sin embargo, debe notarse que los ciervos que carecen de cuernas no tienen problema en hacer que sus menores los reconozca como de rango superior. También hay indicaciones de que en las batallas reñidas las cuernas desempeñan una parte insignificante. De modo que bien puede haber otras razones por las cuales el ciervo tiene cornamentas.
Comentando sobre una teoría corriente, The International Wildlife Encyclopedia declara: “Según las observaciones que se han hecho de los ciervos rojos, parece que en el verano sufren del calor. Se mantienen activos de noche y pasan bastante tiempo revolcándose. La teoría de Stonehouse es que las cuernas sirven de radiadores en el verano puesto que la piel que cubre las cuernas cuando empiezan a salir está provista de una abundancia de vasos sanguíneos, y las mediciones indican que la temperatura de la superficie de las cuernas sube cuando los ciervos están activos. Durante el verano cuando los ciervos están alimentándose acumulan una capa gruesa de grasa, de modo que necesitan alguna manera de deshacerse del calor. Las ciervas no necesitan estos radiadores puesto que ellas gastan suficiente energía cuando el feto está desarrollándose y cuando amamantan. Debido a su forma, las cuernas no se adaptan bien a pelear o a señalar, de modo que esta teoría parece presentar una explicación más razonable de la función de las cuernas, siendo el uso secundario el de pelear y señalar.”—Tomo 14, pág. 1928.
La velocidad de los ciervos y la capacidad que tienen para saltar verdaderamente son extraordinarios. Los músculos fuertes que el ciervo tiene en la parte superior de las piernas le permiten hacer saltos prodigiosos y correr rápidamente. El ciervo norteamericano de orejas largas puede abarcar una distancia de más de siete metros y medio en un gran salto. Este ciervo también puede saltar a una altura de casi dos metros y medio y correr a una velocidad de cincuenta y cinco kilómetros por hora. Se ha sabido que otro ciervo norteamericano, el de cola blanca, ha saltado hasta doce metros, y se cree que el salto máximo es aún mayor que eso.
Puesto que los ciervos son animales tan ligeros y agraciados, no sorprende que la hermosa sulamita haya dicho de su amado: “Mi amado está pareciéndose a gacela o al cervato de los ciervos.” “Vete corriendo, amado mío, y hazte como gacela o como cervato de los ciervos.”—Cant. de Cant. 2:9; 8:14.