Una búsqueda próspera
NOS pareció a mi cónyuge y a mí que algo faltaba en nuestra vida. Ella quería aprender más acerca de la Biblia y dijo que lo que nos faltaba era ir a la iglesia. Pero según mi experiencia con las iglesias lo único que quieren es dinero. No obstante, mi cónyuge escogió una iglesia pentecostal y fue. Cuando volvió a casa estaba asustada; la gente corría de un lugar a otro gritando. Lo único que pude decir fue: “Te lo dije.”
Entonces se enteró de otra organización religiosa que ofrecía estudios bíblicos, pero había que pagar. Más tarde, un testigo de Jehová le ofreció un estudio bíblico gratuito, y ella lo aceptó. Con el tiempo fue al Salón del Reino, y cuando volvió a casa realmente estaba animada debido a lo que había aprendido. Yo no lo podía creer. La gente simplemente no vuelve a casa de la iglesia sintiéndose feliz. “¡Y sabes qué,” exclamó ella, “ni siquiera hacen una colecta!”
Le dije que todas las iglesias pasan el platillo, que simplemente no lo había notado. De modo que decidí ir el siguiente domingo con el único propósito de probar que sí hacen una colecta. El título de la conferencia fue “La autenticidad de la Biblia.” Estuvo tan bueno el discurso que se me olvidó fijarme en el asunto del platillo. Así es que tuve que volver la siguiente semana para ver. La segunda semana la conferencia fue más interesante que la primera, y de nuevo se me olvidó buscar el platillo. La tercera semana, para el fin de la reunión, sabía que habíamos hallado lo que había faltado en nuestra vida. Yo, también, acepté un estudio bíblico de casa, y actualmente nos regocijamos por haber aprendido la verdad de la Palabra de Dios.—Contribuido.