Los proclamadores del Reino informan
Recompensada por buscar la verdad
LA BIBLIA nos dice: “Busquen a Jehová, [...] clamen a él” (Isaías 55:6). Jehová informó a Salomón: “Si tú lo buscas [a Jehová], él se dejará hallar de ti” (1 Crónicas 28:9). Cierta joven de Finlandia buscó la verdad acerca de Jehová y fue recompensada abundantemente.
Pertenecía a la Iglesia Estatal de Finlandia y asistía a la Escuela de la Confirmación con la esperanza de hallar la verdad acerca de Dios. No obstante, quedó desilusionada. En la escuela casi no se leía la Biblia. De hecho, el sacerdote le advirtió que no la leyera, pues trastornaría su equilibrio mental.
Sin embargo, ella empezó a leer la Biblia después que terminó sus estudios escolares. También fue a la iglesia, pero no halló contentamiento allí. Entonces fue a la Iglesia Pentecostal, donde “entró en la fe”. Ellos oraron por ella y le dijeron que ahora había adquirido fe. Pero ella no se sintió más cerca de Dios de lo que se había sentido antes.
En busca de ayuda, escribió al “Centro de Servicio respecto a Pandillas y Gente de la Calle”, pero ellos solo le proveyeron un número telefónico. Cuando telefoneó, una persona metodista recibió la llamada, oró por ella y le dijo que no importaba a cuál iglesia ella asistiera, ¡siempre y cuando no se uniera a los testigos de Jehová ni a los mormones!
Asistió a la Misión del Pueblo y ellos le dieron para distribuir unos tratados titulados: Los testigos de Jehová, la decepción del tiempo del fin. Esto tampoco satisfizo su búsqueda de la verdad ni le proveyó un propósito en la vida.
Luego visitó a su tía, quien la sorprendió al decirle que creía que los testigos de Jehová estaban enseñando la verdad. La tía le leyó tranquilamente algunos textos bíblicos que probaban que el propósito de Dios era convertir la Tierra en un paraíso, y entonces le dio el libro La verdad que lleva a vida eterna. La joven leyó el libro a fin de criticarlo —para refutarlo—, pero en vez de eso se dio cuenta pronto de que éste contenía la verdad y le mostraba el propósito de la vida, lo cual ella había estado buscando. Escribió a los publicadores y pidió otros libros y que alguien la visitara. Solo dos días más tarde, dos precursoras llegaron al hogar de ella. Se hicieron arreglos para conducir un estudio bíblico con la joven, quien empezó a asistir a las reuniones en el Salón del Reino y quedó profundamente impresionada y conmovida por el ambiente amoroso que había allí. Siguió estudiando la Biblia, fue bautizada un año después, emprendió el servicio de precursor y asistió a la Escuela del Servicio de Precursor. “Por fin puedo ser feliz”, dijo ella. Su búsqueda de la verdad fue recompensada.
Experiencias como ésta se han repetido miles de veces durante ‘la conclusión de este sistema de cosas’, cuando Jesús, el Pastor Excelente, está juntando a las “otras ovejas” como se predijo en Juan 10:16 (Mateo 24:3). Felices son, pues, los que buscan la verdad de la Biblia y a quienes Jehová recompensa. (Mateo 7:7.)