El “envase” marítimo... una revolución útil para usted
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Finlandia
SU CORAZÓN da un salto cuando la aduana le notifica que un amigo de otro país le ha enviado un paquete valioso. ¿Qué será lo que el paquete contiene? Su excitación aumenta a medida que se dirige a la estación aduanera. Entonces descubre que el envío llegó, sí... pero ¡qué desilusión! El paquete fue dañado y su contenido quedó arruinado.
O, en caso de ser el remitente, ¿qué hay si se entera de que el paquete que usted preparó con cuidado tan amoroso fue arruinado antes de recibirlo su amigo? ¡Qué frustración! O, si usted es un comerciante, ¿cómo se siente cuando sus mercancías llegan demasiado tarde para servirle al comprador? Situaciones molestas como éstas han sucedido con frecuencia cuando se han enviado paquetes por buque.
Hace muchos años, se esperaba que los viajes por buque fueran lentos y duraran varios meses. Aunque se requería varios días para efectuar la carga y descarga de un buque que llevara una gran cantidad de artículos, esto era de menor cuantía cuando se comparaba con la duración del viaje. Los brazos realizaban el trabajo y por lo general las mercancías padecían relativamente poca avería.
Pero a medida que el volumen de embarque aumentó en el transcurso de los años y la paga de los trabajadores de muelles siguió subiendo cada vez más, se mecanizó el trabajo de cargar los buques. Llegó a tenerse como meta el reducir al mínimo el tiempo que se pasaba en el puerto a fin de reducir los costos tanto para los comerciantes como para los navieros. Por supuesto, las mercancías se quebraban con mayor facilidad cuando las máquinas de movimiento rápido efectuaban la carga, especialmente cuando se ejercía cada vez más presión para que se acelerara el paso. Era difícil mantener juntos durante las diferentes etapas de un viaje largo los embarques que constaban de muchas piezas pequeñas. Se perdían algunas. Las operaciones aduaneras al cruzar las fronteras hacían más difícil el problema. Era preciso hallar la solución de estos problemas.
El desarrollo del “envase” marítimo
¿Cómo pudiera eliminarse el tener que manejar tantas piezas pequeñas? Bueno, allá en 1886 en una revista alemana se publicó la idea de transportar cargas en “envases.” Pero no fue sino hasta 1928 que se logró algún progreso importante. En ese tiempo ciertas compañías ferroviarias de Europa firmaron un contrato en Roma para transportar y trocar “envases.” Estos “envases” eran cajas grandes llenas de muchos paquetes más pequeños. Las cajas fueron selladas y luego transportadas a su destino sin que se hiciera la acostumbrada inspección en cada frontera.
La experiencia favorable que resultó de este sistema inicial inspiró la idea de transportar las mercancías por buque en envases fuertes de tamaño normal o uniforme. Se empezó a investigar esta idea en Francia en 1953 y 1954. En 1954, en armonía con los arreglos de las Naciones Unidas, una conferencia oyó los resultados de esta investigación. Se afirmó que el uso de estos envases podría reducir los gastos de embarque por tanto como el 30 por ciento. A fin de probar la idea se instalaron dispositivos de sujeción en las cubiertas de algunos buques de carga. ¡El experimento tuvo buen éxito!
Dentro de poco la ISO (Organización Internacional de Patrones) declaró que había nacido una nueva unidad de carga, el “envase.” Se designó que había de ser una caja duradera con la capacidad de un metro cúbico. El término “envase” ya se ha extendido para abarcar todo este medio de transportar mercancías, sea por aire, tierra o mar. El rasgo esencial que se tiene en común es que las mercancías se encierran en una caja fuerte que se lleva sellada a su destino.
Actualmente el envase normal es una caja mucho más grande, ya sea de 6 ó 12 metros de largo y 2,4 metros de ancho. Se parece a la caja o carrocería cerrada de un camión semirremolque, pero sin las ruedas. Su construcción es tal que puede resistir los efectos de ser levantado y transportado por grúas u otro equipo cuando está completamente lleno.
Las agencias marítimas y los navieros les alquilan envases enteros a los comerciantes, o recogen varias embarcaciones pequeñas para llenar un solo envase destinado al mismo puerto. Los envases se transportan a los muelles y de ellos por medio de vagones de plataforma especialmente diseñados para eso, así como también en remolques bajos tirados por camión.
Hay mucha más probabilidad de que las mercancías embarcadas no sufran daño, puesto que, durante el viaje, no se hace necesario mover las piezas individuales una por una. Tampoco hay tanto peligro de que se extravíen ya que el envase entero tiene indicado claramente en él el puerto de destino, y no es fácil perder una caja de seis o doce metros.
En los muelles, esto ha significado una revolución en el tiempo requerido para la carga. En un puerto cabalmente equipado para manejar envases, se puede descargar y recargar un buque de envases y tenerlo listo para el viaje de vuelta dentro de un día, mientras que un barco de carga convencional, con la mitad de la capacidad, pudiera requerir una semana o más antes de estar listo para la vuelta. Así pues un solo barco de envases puede reemplazar cuatro o más cargadores convencionales de mercaderías.
Los mayores barcos de envases pueden llevar hasta 2.500 envases de seis metros. El tráfico de envases más activo del mundo se realiza entre Europa y los Estados Unidos, donde se han construido varias instalaciones costosas para manejar los envases. La más larga ruta de transporte combinado que usa envases es la de Europa al Japón a través de Siberia. Los buques soviéticos transportan los envases desde los puertos europeos a Leningrado, donde son cargados en vagones de ferrocarril para el viaje a través de Siberia a la costa del Pacífico. Luego son llevados al Japón por barco. Aun dentro de los países individuales, se están utilizando extensamente adaptaciones del sistema de envase.
El método “ro-ro”
Hay una variación ligeramente diferente de este método de envase que se llama “ro-ro” (forma abreviada para “hacer rodar para cargar y rodar para descargar”). La carga simplemente se pone en el buque y se vuelve a quitar de él sobre ruedas, lo cual hace innecesario usar grúas. Los barcos especialmente diseñados para el método “ro-ro” tienen una puerta grande en la proa o popa por la cual se pueden conducir los vehículos. Llegan al nivel asignado por medio de rampas o montacargas hidráulicas, luego son conducidos a su sitio final.
Así, el interior del barco se parece mucho a un garaje de estacionamiento marítimo. Aproximadamente cincuenta de estas combinaciones de camión y remolque caben en un barco de esta clase, u ochenta remolques solos de doce metros. Por lo tanto, el camión, o máquina de arrastre, puede quedarse con los envases de remolque, o puede que una sola máquina remolque varios envases al barco, y los distribuya más tarde a las máquinas de arrastre que los esperan en el puerto de destino.
Hace más de quince años que se adoptó el transporte marítimo en camiones remolque en el norte de Europa y Escandinavia, donde los golfos marinos separan las zonas terrestres. La ventaja, por supuesto, es que una vez que se cargan las mercancías en el remolque ya no hay que volverlas a mover. El envase entero se mueve sobre sus propias ruedas directamente a su destino. Es de esta manera que los camiones refrigeradores llevan carne desde Finlandia a lugares tan alejados como Italia.
El uso de esta forma de embarcar mercancías ha aumentado tan rápidamente en tiempos recientes que realmente ha llegado a ser un nuevo ramo de la industria. Muchos conductores de camión viajan al extranjero de continuo, viviendo en las cabinas de sus camiones o en los buques. Muchos barcos “ro-ro” tienen cabinas cómodas a bordo para los camioneros, y también se les provee diferentes modos de pasar el tiempo, como juegos, saunas y así por el estilo.
Envases por aire
El uso de envases también se ha hecho común en el campo de transportar cargas por avión. Por supuesto, estos envases difieren en apariencia, tamaño y construcción de aquellos que se usan para el transporte por mar y tierra. Tienen que estar curvados de modo que hagan juego con las paredes del avión a fin de aprovechar todo el espacio de carga. Se han diseñado algunos aviones cargadores de mercancías de modo que o la cola o la nariz se doblen hacia atrás funcionando como puertas. Esto hace fácil meter los envases de la debida forma en el espacio para ellos.
¿Qué se puede decir acerca de aplicar el concepto de envases a la embarcación de personas por aire? La idea no es tan ridícula como le pudiera parecer a uno al principio. Los proyectistas de transporte y las revistas técnicas ya han dado alguna consideración a esta posibilidad. Las ventajas son parecidas a las del transporte de mercancías en envases. Actualmente, los aviones de reacción costosos tienen que quedarse estacionados en el aeropuerto por un tiempo muy largo mientras los pasajeros bajan de él, se descarga el equipaje, se limpia el compartimiento, se realiza el abastecimiento y se colocan en sus asientos los nuevos pasajeros.
¡Los proyectistas esperan poder reducir este tiempo construyendo aviones de tal modo que se pueda cambiar el entero compartimiento de los pasajeros! Esto haría del compartimiento más o menos un “envase” gigantesco. Los pasajeros pudieran tomar sus asientos y entonces el entero compartimiento sellado pudiera ser sujetado firmemente al cuerpo del avión. Así parte del avión se cambiaría en el aeropuerto, lo cual requeriría menos tiempo para efectuar la vuelta que el método que se emplea actualmente. Con el tiempo se sabrá si una idea tan extraordinaria llega a ser adoptada y resulta práctica.
Algunos problemas
Como ha sucedido en el caso de muchos adelantos en otros campos, se ha tenido que pagar un precio. Por ejemplo, los hombres que trabajan en los muelles ven el uso de los envases como algo que perjudica sus trabajos, puesto que reduce la necesidad de brazos y así puede causar desempleo. Por eso, desde su punto de vista, es un poco diferente el aspecto que la “revolución” de los envases presenta. Sin embargo, los trabajadores de muelles están recibiendo instrucción para que puedan satisfacer los requisitos nuevos, y muchas nuevas estaciones terminales están surgiendo donde podrán trabajar. Parece que las cargas en envases y la automación de los embarques permanecerán en uso.
Por lo tanto, aunque es posible que de vez en cuando su paquete todavía padezca avería o llegue tarde, la revolución de envases ciertamente ha contribuido a la velocidad, eficacia y calidad del manejo. Ahora usted puede confiar en que, si se le envía un paquete encerrado en un envase, hay gran probabilidad de que le llegue en buenas condiciones y a tiempo.