Ferrocarril aéreo para barcos
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Bélgica
¡UN BARCO de 1.350 toneladas flotando a dieciocho metros de altura de la tierra sólida! ¡Y sin ninguna de las esclusas de los canales tradicionales! No, usted no está viendo visiones. Usted está en Ronquières, Bélgica.
Entre Bruselas y Charleroi este eslabón vital dentro de una vía acuática internacional hace que barcos y barcazas hasta de 1.350 toneladas salten, de una sola zancada, por decirlo así, una diferencia de niveles de agua de 68 metros. Pero, ¿cómo se llevan los barcos de un nivel al otro sin esclusas y sin un canal con agua?
En vez de un canal aéreo con agua aquí, hay vías de ferrocarril paralelas, cada una con cuatro rieles. Enormes recipientes de agua, de metal, y teniendo una capacidad de agua que varía en profundidad de tres a cuatro metros, corren por estas vías, cada uno equipado con un juego de cilindros de rodamiento que consta de 236 poleas de unos 70 centímetros de diámetro. Cada polea puede llevar una carga de 22 toneladas. Seis motores eléctricos, que desarrollan una fuerza total de 1.000 caballos de fuerza, hacen funcionar ocho cables de cinco centímetros de espesor, cada uno de unos 1.600 metros de largo. Por medio de éstos los recipientes de agua suben o bajan por la vía inclinada del ferrocarril.
Los muelles que se encuentran en los dos extremos de la instalación, aguas arriba y aguas abajo, miden más de 300 metros de largo por 60 metros de ancho. Los recipientes, de 90 metros de largo por más de diez metros de ancho, están colocados en la prolongación de estos muelles, y se pueden maniobrar independientemente uno del otro... uno puede ascender mientras el otro desciende, por ejemplo. Cada recipiente puede llevar un barco de 1.350 toneladas o varias barcazas.
Flotando, la nave entra en el recipiente sumergido que se encuentra en un extremo de la instalación, y al suceder esto tanto las puertas del canal como del recipiente se cierran. Entonces el recipiente lleva su carga flotante ya sea hacia arriba o hacia abajo por el declive que separa los dos niveles. En el otro extremo se abren las puertas del canal y del recipiente y la nave continúa. Cuando el recipiente está en operación su peso varía entre 5.000 y 5.700 toneladas.
Para asegurar la acopladura entre el malecón superior y el plano inclinado mismo, hay un puente acanalado de 290 metros de largo, sostenido por setenta columnas de dos metros de diámetro, cada una de 19 metros de altura. La porción aérea total de esta empresa se extiende unos 700 metros.
Se tuvo cuidado especial para no causar daño a la belleza de los alrededores. Pero hubo problemas más serios que hubo que prever. Por si falla la fuerza eléctrica exterior, por ejemplo, la instalación tiene su propia central hidroeléctrica. Todas las operaciones intrincadas se superentienden desde lejos por pantallas de televisión. El ‘cerebro’ del nivel inclinado está alojado aguas arriba en una sala de controles rematada por una torre de 125 metros.
Los efectos de las heladas se han mantenido controlados por medio de cubrir las paredes exteriores de los recipientes con material aislante térmico. Para evitar deslizamientos cuando el clima es frío, hay un sistema que descongela los cables. Poleas o cilindros de seguridad controlan el movimiento de los recipientes. El movimiento del agua y de las naves dentro de los recipientes fue uno de los problemas más delicados que hubo que resolver.
Un sistema de compensación corrige automáticamente cualquier irregularidad posible en el suelo debajo o en los rieles inclinados. Pernos automáticos impiden toda maniobra falsa. En los períodos de sequía, depósitos suplementarios garantizan el abastecimiento de agua.
Esta sobresaliente obra de ingeniería ha permitido que la cantidad de esclusas del canal Bruselas-Charleroi haya sido reducido de cincuenta y cinco a diez. Ha disminuido a la mitad el tiempo que se necesitaba para recorrer la distancia entre Charleroi y Amberes, reduciendo así el costo del transporte por más de 60 centavos de dólar por tonelada.
Todo el complejo también ha llegado a ser una interesante atracción turística, pues atrae cada año una afluencia de miles de personas.