El abuso del alcohol... ¿hasta qué grado una amenaza?
Hoy más personas que nunca tienen problemas con las bebidas alcohólicas. Por todo el mundo hay decenas de millones de personas que dependen del alcohol a tal grado que están dañándose la salud. Pero el abuso del alcohol no solo amenaza el bienestar de estos individuos, sino que también afecta a millones de otras personas para quienes el beber no es un problema.
LA PALABRA “abuso” quiere decir el mal uso o uso indebido o excesivo de algo que puede tener un lugar apropiado en la vida de la gente. Pero el hecho de que algo se usa mal no quiere decir necesariamente que hay que condenarlo para todos.
Los que desean usar bebidas alcohólicas pueden, por lo general, disfrutar de ellas, en moderación y bajo control, sin efectos malos. Pero cuando se usan en demasía, entonces esto se torna en un abuso del alcohol, que es dañino, aun mortífero, tanto a los que abusan de él como a otros también.
La Biblia nos deja ver que no es necesario condenar las bebidas alcohólicas. En ella se nos dice que Dios ha arreglado un tiempo futuro de felicidad para la humanidad en que, entre otras cosas, él proveerá “un banquete de platos con mucho aceite, un banquete de vino.” (Isa. 25:6) Ciertamente el Creador no usaría el vino como símbolo de la felicidad si fuera un artículo prohibido a la humanidad. Además, Jesucristo hizo “vino excelente” en una celebración de bodas, lo cual indica que puede tener su lugar apropiado.—Juan 2:1-10.
¿Quiénes son los alcohólicos?
Es común la idea de que el alcohólico es un borracho perdido echado en la acera. Pero tal descripción es la excepción, no la regla.
Se calcula que alrededor del 95 por ciento de las personas que tienen un problema grave con el beber no son borrachos habituales, desesperanzados. Tampoco pertenecen a cierta clase en particular. Forman un grupo compuesto de personas que se hallan en cualquier vecindad, individuos que están empleados, que cuidan de sus casas, que crían sus familias.
Se hallan personas de toda edad entre los que abusan del alcohol. Sin embargo, hoy el aumento más rápido ocurre entre los más jóvenes y las mujeres. Triste es decirlo, pero muchos más niños de menos de trece años de edad están empezando a abusar del alcohol.
Por supuesto, el que bebe inmoderadamente de vez en cuando no es necesariamente un alcohólico. Por ejemplo, tal vez en alguna ocasión se descuide, beba demasiado y pierda el control de sus sentidos. Pero después de eso puede que domine muy bien su beber y no repita su indiscreción.
Sin embargo, las personas para quienes el beber definitivamente es un problema tienen esto en común: a un grado menor o mayor dependen del alcohol. No quieren estar, bueno, les parece que no pueden estar, sin él.
Hay otra cosa que tienen en común: el tener que depender del alcohol daña su vida de algún modo... emocional, física, económica o socialmente.
Una amenaza creciente
La revista World Health declara: “En cualquier avalúo que se hiciera, las inhabilidades relacionadas con el beber serían clasificadas entre las mayores amalgamas de los problemas de salud del mundo.” Esta publicación también hizo notar: “En casi toda parte del mundo se nota su aumento, a veces con una velocidad espectacular.”
En los Estados Unidos, se calcula que actualmente hay 10 millones de personas que dependen del alcohol, un aumento de varios millones en años recientes. Otros millones de personas están adquiriendo hábitos necios de beber que pudieran llevarlos al alcoholismo.
La amenaza que el abuso de las bebidas alcohólicas presenta a la vida y felicidad es muy real; no es broma. Por ejemplo, el conductor de un vehículo que ha estado bebiendo es una verdadera amenaza a la vida. Cada año, en tan solo los Estados Unidos, se calcula que 25.000 personas mueren en accidentes de tránsito relacionados con el alcohol. Eso es más o menos la mitad de las muertes que ocurren en las carreteras. Y los conductores ebrios lesionan a unas 500.000 personas. La mayoría de los conductores que habían estado bebiendo no eran simplemente ‘bebedores de tertulia,’ sino bebedores que tienen un problema, bebedores que dependen del alcohol.
En California, en un estudio que se hizo de 1.000 conductores que fueron lesionados fatalmente, el 65 por ciento de los que cargaban con la responsabilidad de los accidentes estaban bajo la influencia del alcohol.
Además, en los Estados Unidos cada año hay aproximadamente 20.000 muertes que resultan de accidentes relacionados con el alcohol, aparte de los accidentes que ocurren en las carreteras. Casi dos terceras partes de los asesinatos y casi la tercera parte de los suicidios están relacionados con el alcohol, y también lo están la mitad de las muertes causadas por incendios y ahogamientos. Miles de personas mueren de enfermedades relacionadas con el alcohol.
De hecho, en los Estados Unidos, muchas más personas mueren o son lesionadas cada año debido al abuso de las bebidas alcohólicas que las que murieron o fueron lesionadas durante cualquier año de la guerra de Vietnam. Además, los informes de la Oficina Federal de Investigación indican que más del 40 por ciento de todos los arrestos envuelven casos relacionados con el alcohol.
El beber se ha hecho tan general y tan molesto que aproximadamente un estadounidense de cada cinco abarcados en una encuesta dice que está causando graves dificultades en su familia. Estas dificultades tienen a algunos tan agitados que alrededor del 20 por ciento actualmente favorecen un regreso a la prohibición legal de la manufactura y venta de bebidas alcohólicas.
Hay otra manera en que el abuso de las bebidas alcohólicas amenaza a personas inocentes. El Dr. Fritz Henn, profesor de siquiatría en la Universidad de la Escuela Médica de Iowa, dice: “En nuestros estudios y en otros, parece que el alcohol está implicado en una gran cantidad de violaciones y abusos sexuales de niños. Probablemente es el rasgo singular que encontramos con más frecuencia en cualquiera de estas ofensas.”
Aproximadamente uno de cada 10 obreros en los Estados Unidos depende de las bebidas alcohólicas hasta cierto grado. Esto resulta en una pérdida para la economía de unos 25 mil millones de dólares anuales debido a enfermedad, absentismo, ineficacia y accidentes. U.S. News & World Report declara: “El beber en exceso le ocasiona más pérdida a la industria que todas las otras enfermedades en conjunto.”
En la Unión Soviética, la prensa recuerda de continuo a sus lectores que una gran porción de los delitos, accidentes de tráfico, divorcios, absentismo de los trabajos, delincuencia juvenil y ahogamientos se debe al abuso del alcohol. El gobierno ha subido el precio de las bebidas alcohólicas en su esfuerzo por detener la marea creciente del alcoholismo.
Francia considera el alcoholismo como su mayor problema doméstico. Un juez de la ciudad de Lila dijo que la queja más común entre las mujeres que procuran divorciarse es el hecho de que sus esposos beben. En Brest, un jefe de policía declaró: “He visto tanto alcoholismo que me ha causado traumatismo... y no puedo evitar pensar en todos los casos que se nos eluden.” El 60 por ciento de los accidentes industriales del país se atribuyeron al abuso del alcohol.
En un país sudamericano, un oficial encumbrado llamó el abuso de las bebidas alcohólicas la “enfermedad social más grave” de su país. De nación tras nación, vienen informes similares.
Por lo tanto, no hay duda de que una plaga del abuso del alcohol —de grandes proporciones— se extiende sobre muchas partes del mundo. Pero, ¿cómo y por qué se desarrolla el alcoholismo en una persona? ¿Cómo se puede saber si alguien está en camino a depender del alcohol, o ya depende de él? ¿Cómo se les puede prestar ayuda a los que tienen graves problemas con el beber?