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¡Despertad! 1980
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¿Qué hay de los derechos humanos hoy día?

“En todas partes del mundo crece el abuso de los derechos humanos, y las violaciones de las normas internacionales están tan propagadas que nos enfrentamos a una crisis respecto a los derechos humanos.”

Eso dijo Donald M. Frazer, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.

Al leer estas palabras, algunas personas quizás se sorprendan. Ellas quizás crean que en el mundo moderno se ha progresado mucho en cuanto a publicar y observar los derechos humanos. ¿Qué punto de vista es correcto?

Progreso en tiempos modernos

Esta generación ha sido testigo de mucha actividad internacional a favor de los derechos de diferentes grupos... ciertamente a mayor grado que las generaciones anteriores. La Organización de las Naciones Unidas ha tratado de establecer una norma internacional por medio de producir en 1948 la Declaración Universal de Derechos Humanos. Después de eso se hicieron dos pactos: uno, relativo a los derechos económicos, sociales y culturales, y el otro, de naturaleza internacional, relativo a los derechos políticos y civiles.

Puesto que la Declaración Universal fue meramente una declaración de metas, fue firmada por la mayoría de las naciones que en aquel entonces eran miembros de las Naciones Unidas. Sin embargo, los dos pactos tenían el propósito de convertir aquellas metas en ley internacional que fuera obligatoria para los signatarios. Las naciones titubearon mucho más en cuanto a firmar estos pactos.

Además de las Naciones Unidas, otras organizaciones internacionales —como Amnistía Internacional— trabajan con la meta de animar la observancia de los derechos humanos por todo el mundo. La Comisión Europea sobre los Derechos Humanos ha sido establecida para tratar con los alegatos de violaciones. La Organización Internacional del Trabajo se ha esforzado por abolir cosas como el trabajo forzado, y por evitar el desempleo.

Muchos gobiernos nacionales han aprobado leyes que protegen los derechos y las normas de vida de los trabajadores. Hasta los líderes de la cristiandad se están expresando claramente a favor de los derechos humanos. Y, más recientemente, los Estados Unidos han hecho de los derechos humanos una parte principal de su política exterior, con la esperanza de usar su poderío económico y político para animar a otros países a proteger los derechos de sus ciudadanos.

Problemas que permanecen

¿Significa toda esta actividad que los derechos humanos serán garantizados en nuestro tiempo, o en este sistema de cosas mundial que existe hoy? Desafortunadamente, tal como indicó el representante Frazer, todavía oímos acerca de violaciones de los derechos humanos en muchos países. En 1976 se publicó la siguiente declaración del que entonces era secretario de Estado de los Estados Unidos: “Ningún país, ningún pueblo, en realidad ningún sistema político, puede alegar que tiene un registro perfecto en el campo de los derechos humanos.”

En la celebración del trigésimo aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, se publicó la siguiente declaración del Papa Juan Pablo II: “El mundo en que vivimos hoy día ofrece demasiados ejemplos de injusticia y opresión.” El Times de Canberra citó el siguiente comentario de Amnistía Internacional: “Los derechos humanos son violados en la mayoría de los países, bajo regímenes e ideologías políticas de toda clase.” ¿A qué se debe esto?

Un problema es que hay violaciones que están fuera del control de los gobiernos nacionales. Ningún gobierno desea que los delincuentes violen los derechos de sus ciudadanos; no obstante, en la mayoría de los países hoy día la ‘seguridad de la persona’ de muchos ha sido violada debido a la creciente ola de crímenes.

Otro problema que es muy difícil de resolver es el del hambre mundial. Millones de personas viven en un nivel de inanición, y, por lo tanto, disfrutan de muy pocos derechos. Como lo expresó cierta persona: “¿Cómo podría la gente disfrutar de su derecho de vivir a plenitud y bien si hay pobreza y hambre?”

En las noticias de los últimos meses han sido prominentes los refugiados de Vietnam. La mayoría de la gente concordará en que, según el artículo 14 de la Declaración Universal, “en caso de persecución” estas personas tienen derecho a “buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.” Sin embargo el que éstos se hayan presentado en las costas de algunos países ha causado mucha consternación. Aparentemente amenazan la economía de estos países, y hay informes de que se les ha rechazado, a veces con resultados trágicos.

Los conflictos de intereses, o de derechos, son otro problema. Ruben Santos Cuyugen, educador filipino, lo explicó de la siguiente manera: “El proteger los derechos culturales de una minoría puede ser contrario a las necesidades de desarrollo de la comunidad mayor o de la región. De manera semejante, el proteger los derechos de propiedad del grupo de condición económica elevada puede redundar en represión de los derechos de los grupos de condición económica muy baja o de los desvalidos.”

¿Qué quiere decir él? Pues bien, imagínese un país en el que la mayor parte de las riquezas esté en manos de unos cuantos privilegiados, mientras que la gran mayoría vive en la pobreza. A fin de tratar de elevar las normas de vida de la mayoría y, por lo tanto, proteger los derechos de ésta, el gobierno quizás trate de redistribuir la riqueza del país. No obstante, al hacer eso es posible que viole los derechos de la minoría acaudalada, los cuales son igualmente válidos.

Finalmente, está la cuestión de interpretación. Algunos países occidentales a menudo señalan a los derechos de que disfrutan sus ciudadanos, sin embargo algunas naciones orientales los han acusado de violar los derechos humanos. Según el Times de Nueva York, recientemente Fidel Castro sostuvo que la llamada libertad de Occidente no es más que el derecho burgués de explotar al hombre y de conservar el sistema de clases.

Por otra parte, algunos países no comunistas llaman la atención a las muchas supuestas violaciones de derechos que se efectúan en los países comunistas, como los informes sobre campos de trabajo forzado, y la situación difícil en que, según amplia publicidad, se encuentran los disidentes. No obstante, según el periódico francés La Croix, “la Unión Soviética. . . ha optado por hacer una gran celebración de este aniversario (de la Declaración Universal de Derechos Humanos) por medio de elogiar. . . los derechos excepcionales de que disfrutan sus ciudadanos.”

Pudiera quedar la impresión de que unos y otros están hablando de cosas diferentes, y tal vez lo estén. Como dijo recientemente el Dr. Edward Norman, decano de Peterhouse de la Universidad de Cambridge, Inglaterra: “En sus críticas de los regímenes autoritarios las democracias occidentales insisten en esta clase de objeciones morales (acerca de los derechos humanos). . . en su rechazo del liberalismo occidental los estados socialistas responden con exactamente la misma clase de retórica sobre los derechos humanos. Se comparte el vocabulario de los derechos humanos, pero el contenido varía según la ideología o la clase.”

Tortura y genocidio

Algo que quizás sea peor que los problemas sociales y las diferencias ideológicas que ya se han mencionado son los muchos casos en los cuales los gobiernos tienen la norma de oprimir a su propia gente. Hace más de dos años la revista Times publicó una cita de Amnistía Internacional en la cual se decía que en la década anterior 60 países habían hecho uso oficial de la tortura. Tan solo en 1975 40 países fueron acusados de torturar a sus propios ciudadanos. Además, se acusa a varios países de tener presos políticos.

Después de la última guerra mundial el mundo se horrorizó al oír acerca de la matanza de seis millones de judíos, así como de millones de otras personas, en Europa. Muchas personas dijeron: “¡Eso jamás debe volver a suceder!” No obstante, aun ahora leemos informes de matanzas en gran escala en diferentes partes del mundo. Se acusa al gobierno de un pequeño país africano de causar la muerte de la sexta parte de su población. Se afirma que en una isla tropical murieron 100.000 personas en una invasión que se efectuó hace poco. De un país asiático, algunos informes dicen que más de un millón de personas han sido asesinadas por razones políticas.

Tal vez, al leer estos informes, usted se haya preguntado: ‘¿Por qué no se hace nada en cuanto a esto? ¿Por qué no puede ir alguien, verificar si estas cosas son ciertas, y hacer que cesen?’ La respuesta está en lo que el jurista británico lord Wilberforce llamó el “dilema insoluble en las cuestiones de los derechos humanos: un principio es que, desde la Declaración Universal, los derechos humanos son de interés internacional, y el otro es que la manera en que un Estado trata a sus propios súbditos es cuestión de interés exclusivamente interno.”

El profesor W. J. Stankiewics, de la Universidad de Colombia Británica, lo explicó con más detalle: “Parece que aun cuando un país crea que hay violación de los derechos humanos en otro estado, la ley internacional no le permite tomar acción en contra del violador, ya sea solo o junto con otros estados. Sí, un acto encaminado a poner fin a la violación de los derechos humanos sería un acto de agresión según la ley internacional. Los derechos humanos existen, y se les reconoce, pero difícilmente es posible defenderlos.”

¿Qué se necesita para garantizar los derechos humanos?

En vista de esto, es difícil ver cómo, en el presente sistema de cosas, se pudiera llegar a garantizar plenamente los derechos humanos. ¿Habrá, pues, algún modo en que se puedan garantizar estos derechos? Al examinar la historia pasada y presente de la lucha del hombre por sus derechos, parece que por lo menos se necesitan dos cosas.

Primero, parece que se necesita una comunidad verdaderamente moral, una en la que cada individuo no solo disfrute de sus propios derechos, sino que altruistamente respete los derechos de su prójimo. En segundo lugar, tiene que haber una autoridad con suficiente sabiduría como para que pueda decidir de manera justa cómo equilibrar los derechos de los diferentes grupos, y resolver las ideologías en conflicto sobre los derechos humanos. Esta autoridad también necesitaría suficiente poder como para resolver problemas sociales como los del delito y la pobreza, cosas que conducen a que a la gente se le prive de sus derechos. También tendría que ser supranacional, es decir, tener autoridad sobre las naciones, de modo que ninguna potencia terrestre pudiera matar, torturar, encarcelar injustamente o de otro modo oprimir a sus ciudadanos.

Huelga decir que bajo el presente sistema de cosas del mundo no existe tal comunidad ni tal autoridad. ¿Significa esto, pues, que el esperar que los derechos humanos sean garantizados es sencillamente un idealismo irreal? No. Hay verdadera esperanza de que los derechos humanos se realicen en todo el mundo... y en el futuro cercano. Considere los hechos que se presentan en el próximo artículo.

[Comentario en la página 9]

“Ningún país, ningún pueblo, en realidad ningún sistema político, puede alegar que tiene un registro perfecto en el campo de los derechos humanos.”

[Comentario en la página 10]

“¿Cómo podría la gente disfrutar de su derecho de vivir a plenitud y bien si hay pobreza y hambre?”

[Comentario en la página 11]

Primero, parece que se necesita una comunidad verdaderamente moral.

[Comentario en la página 11]

En segundo lugar, tiene que haber una autoridad con suficiente sabiduría como para que pueda decidir de manera justa cómo equilibrar los derechos de los diferentes grupos.

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