BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g80 22/2 págs. 17-20
  • Las maravillas de la microcirugía

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Las maravillas de la microcirugía
  • ¡Despertad! 1980
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Muchos usos de la cirugía microscópica
  • Equipo y técnica
  • ¡Emergencia!... qué hacer
  • Limitaciones y beneficios
  • Desenlaces felices
  • Nuestras prodigiosas manos
    ¡Despertad! 1992
  • Pulgar
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
  • La mano... diseñada para realizar delicadas labores de precisión
    ¡Despertad! 1988
  • Pulgar
    Ayuda para entender la Biblia
Ver más
¡Despertad! 1980
g80 22/2 págs. 17-20

Las maravillas de la microcirugía

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Australia

UNA joven madre estaba trabajando en su hogar, cuando de repente oyó un grito de angustia. Salió corriendo y quedó horrorizada al descubrir que su hijito de tres años de edad acababa de seccionarle con un hacha dos dedos de la mano a su hermanita menor. Un fontanero que estaba usando una sierra circular se amputó accidentalmente el dedo del medio de la mano, y se cortó parcialmente otros dos. Un muchachito de dos años de edad que iba en la parte trasera de la máquina cortadora de hierbas de la granja de su padre se cayó de la máquina y las hojas de ésta le cercenaron por el tobillo el pie que se introdujo entre ellas. Un calderero se amputó el antebrazo derecho entre la muñeca y el codo cuando, al estrellarse contra una ventana de vidrio cilindrado, la atravesó.

Si estos accidentes hubiesen ocurrido hace 10 años, lo único que pudiera haberse hecho habría sido dar atención médica a la herida. La porción amputada se habría descartado. Sin embargo, hoy día, si el lector o algún miembro de su familia se enfrenta a situaciones como las citadas, hay excelente probabilidad de que la parte amputada pueda conectársele de nuevo y de que la curación sea completa... si puede valerse de las maravillas de la microcirugía.

Según lo que el nombre sugiere, lo que algunos llaman “microcirugía” se realiza bajo un microscopio, lo cual permite que cirujanos especialmente adiestrados unan arterias, venas y nervios, algunos de los cuales miden menos de un milímetro de diámetro. No solo se logra unir partes del cuerpo, sino que es posible restaurar la circulación de la sangre y el sentido de tacto a los dedos y miembros amputados.

Es de interés el hecho de que la técnica no es nueva. Se dieron los primeros pasos en Suecia en 1921 en conexión con la cirugía de los oídos, nariz y garganta, y más tarde, en los años cuarenta, con la cirugía de los ojos. Después, en 1965, en el Japón, se logró conectar en su lugar correspondiente un dedo pulgar amputado, mientras que un año después, en la China, se logró la primera reposición de un dedo índice. En 1968, en Sydney, Australia, por primera vez en el mundo se tuvo éxito en reponerle un dedo a un niño. Hoy, en muchas partes la práctica de fijar con éxito porciones amputadas del cuerpo en su lugar correspondiente (lo cual se llama reimplantación) se está haciendo bastante común.

Muchos usos de la cirugía microscópica

Aunque es en la reimplantación que se da a la cirugía microscópica su uso más dramático, y éste es el que generalmente recibe más publicidad, sus usos no están limitados de modo alguno a ese único campo. Muchos otros procesos quirúrgicos de importancia actualmente se valen de las maravillas de la cirugía microscópica.

Por ejemplo, en algunas operaciones quirúrgicas recientes ha sido necesario transferir colgaduras de piel, junto con las correspondientes arterias, venas, nervios y hasta hueso, de zonas como la ingle, el pecho o la parte superior del pie, a otra parte del cuerpo que ha sido lesionada. También se han hecho valiosas contribuciones al campo de la cirugía mayor cuando surge la necesidad de quitar grandes porciones de tejido, como, por ejemplo, cuando hay que formar un nuevo esófago en el caso de cáncer de la garganta. Se emplea la microcirugía para unir los vasos y nervios de la porción trasladada a los vasos y nervios del nuevo lugar, mientras que la zona de donde se obtuvo la porción tiene que ser cerrada de modo parecido, o quizás se injerte piel para cerrar la herida. El que un solo individuo esté implicado minimiza los problemas de rechazo.

Otro uso principal de la microcirugía que va adquiriendo rápido auge es la inversión de las operaciones de esterilización para personas cuyas circunstancias en la vida han cambiado. Aunque en el caso de los varones la inversión de las vasectomías requiere unir vasos de tamaño tan diminuto como la tercera parte de un milímetro, un estudio indicó que la restauración se logró en el 90 por ciento de los casos, y, en la mitad de las historias clínicas, las esposas de estos hombres concibieron poco tiempo después de la operación restaurativa. En el caso de las mujeres, se han obtenido resultados tan excelentes al volver a unir las trompas de Falopio que recientemente los titulares de un periódico declararon: “Hay probabilidad de que el 80 por ciento de las madres esterilizadas tengan hijos . . . en una nueva oportunidad.”

Se sigue efectuando investigación destinada a abrir más campos. La cirugía fetal —el operar al bebé mientras todavía está en la matriz— y el uso del rayo microlaser en la cirugía son solo dos de éstos.

Equipo y técnica

El quirófano (o recinto destinado a las operaciones) para la cirugía microscópica tiene la misma apariencia del quirófano de la cirugía general —el grupo quirúrgico con sus batas y máscaras, la mesa de operaciones, el carrito de anestésicos— junto con una añadidura muy obvia. Arriba hay un instrumento grande que se parece a una combinación, en arreglo doble, de prismáticos y una cámara cinematográfica. Por el uso de esto, en vez de mirar directamente al paciente, el “microcirujano” (y generalmente su auxiliar también) obtiene una vista estereoscópica aumentada de las diminutas partes que hay que unir.

Las agujas que se usan se parecen a pestañas de bebé y es difícil verlas a simple vista. El hilo de nilón, de 0,018 de milímetro de diámetro, la cuarta parte del grosor del pelo humano, está unido a la aguja, de modo que no hay necesidad de enhebrarla. Los cirujanos también usan tenazas ultrafinas de joyeros, pequeñas grapas vasculares, tijeras finas y un portaagujas especial.

Es preciso usar nudos individuales, puesto que la sutura continua no le permitiría el movimiento necesario a un vaso con pulso. Hasta 14 nudos se podrían colocar en un vaso que midiera más o menos un milímetro de diámetro. Cualquier persona que esté familiarizada con la costura a mano en telas o cuero puede imaginarse el mucho cuidado y tiempo que se requeriría para atar nudos microscópicos de semejante delicadeza. Hace poco se describió la técnica como “probablemente una de las tareas más difíciles del mundo. El menor temblor de la mano significa desastre.”

Al observar uno a los cirujanos mientras realizan su tarea, no puede menos que quedar impresionado por la paciencia, la concentración y la coordinación que se necesitan para lograr el resultado deseado. Los movimientos de las manos tienen que ser lentos y suaves, y por eso la mayoría de los cirujanos que se dedican a esta clase de cirugía evitan el café o las bebidas alcohólicas antes de operar, puesto que éstos pueden producir temblor de las manos, que no se discierne a simple vista, pero que bajo el microscopio se presenta como un estremecimiento.

Puesto que las técnicas que se utilizan en este campo son peculiares de él, es preciso que los que se dedican a esta cirugía reciban instrucción perita y años de adiestramiento, práctica y experimentación. Hoy se considera que Australia lleva la delantera en el campo mundial de la cirugía microscópica.

Dirijamos nuestra atención ahora a una operación que tiene por objeto restaurar la palma de una mano que fue separada por completo de ella, para ver lo que realmente acontece durante esta clase de cirugía. Habrá que reunir piel, músculos, tendones, nervios, venas y arterias en un complejo de nudos microscópicos.

Se reúnen cuatro arterias y cuatro venas para que haya circulación adecuada. Debido a sus paredes delgadas, las venas sufren colapso y se encogen, y por consiguiente el hallarlas puede presentar un problema. Una vez que se les ha localizado, es esencial limpiarlas, recortarlas debidamente y unirlas. Cuando un trozo del vaso está damnificado, pudiera ser necesario tomar una sección de otro lugar del cuerpo y formar un puente entre las partes. Por medio de unir las venas primero y las arterias después, se reduce la pérdida de sangre.

Se reparan unos 10 nervios que van a los dedos, y cada nervio tiene cinco o seis haces de fibras. También se unen nueve tendones y ocho músculos pequeños. Finalmente, hay que suturar todas las estructuras pertenecientes a la piel. En conjunto, se han insertado unos 180 puntos de sutura microscópicos y 100 puntos corrientes.

Esta operación en particular ha durado unas seis horas. Según el objetivo de las intervenciones, la duración de éstas puede variar de dos a 20 horas. La reimplantación de un solo dedo requiere de cuatro a seis horas.

¡Emergencia!... qué hacer

De repente, ¡ha sucedido! Usted, o una persona amada o su compañero de trabajo se amputa accidentalmente un dedo, una mano o una pierna. ¡No deje que el temor lo domine! Ponga la parte cortada en una bolsa limpia de plástico (o en un guante de goma) y selle bien la bolsa o guante para que no pueda entrar agua. Entonces la parte debe mantenerse fría... a temperatura de cuatro o seis grados centígrados. Por lo tanto, ponga la bolsa en agua fría que contenga pedazos de hielo y transpórtela con la mayor rapidez posible al hospital o unidad de cirugía microscópica más cercano. Si la demora es inevitable, la parte puede depositarse en un refrigerador o nevera, pero no en un congelador o heladera. No amontone hielo alrededor de la parte ni la sumerja en soluciones antisépticas o desinfectantes, puesto que éstas destruyen los tejidos y pueden hacer imposible la reimplantación. No debe siquiera lavar la parte amputada, porque es importante mantenerla seca.

Claro está que es buena idea saber dónde se encuentra la unidad de cirugía microscópica más cercana. La publicación The Lancet del 2 de octubre de 1976 hace notar lo siguiente: “Es lamentable que los oficiales encargados de atender a las víctimas de accidentes todavía estén descartando dedos amputados cuando se les debería enfriar y despachar con el paciente al más cercano practicante de microcirugía.”

El espacio de tiempo que puede pasar desde la amputación hasta una reimplantación con éxito varía para los diferentes miembros del cuerpo. Los dedos han retenido vitalidad hasta después de 10 horas sin enfriamiento eficaz, y hasta más de 30 horas cuando han sido refrigerados propiamente. En un experimento se le reimplantó la pierna a un perro después que ésta hubo estado separada y refrigerada por 48 horas.

Limitaciones y beneficios

El éxito en la reimplantación depende de muchos factores. Cuando el dedo ha sido amputado con corte preciso y directo como si fuera por una guillotina, la probabilidad de reimplantarlo con éxito es casi de 100 por ciento. Quedan reducidas las probabilidades de lograrlo si los tejidos o el hueso han sido desgarrados, aplastados o han sufrido otro daño grave. Es posible que el cirujano opte por no tratar de hacer la operación si la parte amputada está demasiado damnificada. La condición del paciente es otro factor restrictivo, pues la persona tiene que estar en suficientemente buena salud como para poder soportar una intervención larga.

Un estudio que se realizó recientemente en Australia mostró que en la reimplantación de dedos se había logrado éxito en el 70 por ciento de los casos, y en 80 por ciento en el caso de brazos. Otro informe mostró que generalmente se recobra el 80 por ciento de la movilidad normal, salvo por limitaciones en cuanto a poder extender al grado más deseable algunas articulaciones. Por lo general se necesita ejercicio y fisioterapia después de la operación para restaurar la función a lo que anteriormente ha sido parte amputada. Sin embargo, hasta la fecha los resultados de unir las partes que han sido amputadas más arriba de la mitad del antebrazo han causado desilusión.

Cuando un dedo pulgar sufre amputación, se hace un tremendo esfuerzo por restaurarlo, puesto que este dedo proporciona el 40 por ciento de la eficacia de la mano. Ha habido casos en que no ha sido posible reimplantar la porción seccionada, y los cirujanos han podido transferir a su lugar el dedo gordo del paciente. Después que se han unido los tendones, nervios, vasos y huesos del dedo gordo, el sentido de tacto del paciente es casi tan bueno como el que tenía en el dedo pulgar original.

“Es interesante lo mucho que se parece el dedo gordo al dedo pulgar una vez que se transfiere al lugar de éste,” comentó un médico. “Es un dedo más grueso que el dedo que el paciente tenía antes, pero eso puede mejorarse quirúrgicamente.” La idea de perder un dedo gordo quizás no agrade a muchas personas, pero hay que tener en cuenta que no se necesita un dedo gordo para comer ni escribir ni ejecutar un sinnúmero de tareas que el dedo pulgar tiene que cumplir cada día.

Después de un breve período de ajuste y adiestramiento, la persona puede volver a andar, correr y participar en actividades deportivas. Un futbolista profesional se cuenta entre el número creciente de australianos cuyos dedos gordos les sirven de “dedos pulgares.”

Desenlaces felices

Las maravillas de la microcirugía han beneficiado a gente de toda condición. Considere, por ejemplo, a las personas que mencionamos al principio.

A la niña mencionada, la cual ya tiene otro año de edad, se le restauraron ambos dedos, y la mano herida apenas puede distinguirse de la otra. En cuanto al fontanero, se le salvaron todos los dedos, pero él confiesa que tiene sus problemas cuando hace frío. El muchachito de dos años de edad, que ya ha cumplido ocho, corre, salta y juega fútbol normalmente. Respecto al calderero, el antebrazo quedó tan bien unido que él ha aprendido karate, y puede quebrar tejas con el brazo que se había separado del resto de su cuerpo.

Sí, la cirugía microscópica es una técnica maravillosa, que puede lograr mucho bien para los que la necesiten. Pero, aún más admirable es la asombrosa capacidad del cuerpo para curarse. Los cirujanos pueden unir varias partes del cuerpo con suturas, pero la regeneración de que nuestro cuerpo es capaz testifica de la mayor sabiduría del Diseñador del cuerpo humano. El reconocer esto con aprecio nos lleva a repetir los sentimientos del salmista, quien dijo respetuosamente del Gran Creador: “Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy hecho maravillosamente.”—Sal. 139:14.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir