Grecia... décimo miembro del Mercado Común
Informe de Grecia
UN MES antes de la conferencia de cumbre de Tokio, se celebró en Atenas, Grecia, otra reunión que también tuvo que ver con asuntos económicos. En esa reunión el gobierno griego firmó un documento con representantes de las nueve naciones del Mercado Común (al que oficialmente se conoce como la Comunidad Económica Europea). De ese modo, Grecia llegó a ser el décimo miembro del Mercado Común. Según el tratado, Grecia ingresaría oficialmente en aquel grupo a partir del 1 de enero de 1981, después que las otras naciones miembros hubieran ratificado el acuerdo.
Puesto que el Mercado Común se estableció para tratar de eliminar las barreras de aduana, y unificar las normas que tienen que ver con transporte, comercio y agricultura, Grecia esperaba beneficiarse. Entre otras maneras, esperaba beneficiarse en lo relativo a la agricultura. Ante Grecia se presentaba la posibilidad de vender sus productos agrícolas en un inmenso mercado compuesto de más de 270 millones de europeos. Y había probabilidad de que obtuviera mejores precios de los que anteriormente había podido obtener. Por supuesto, para los individuos que solían comprar los productos griegos, esto significaría precios más altos también.
Sin embargo, la industria griega quizás no tenga tanto poder competitivo como las de las otras nueve naciones, puesto que es menos moderna que las industrias de esos países. Por lo tanto, muchos se preguntan precisamente cuánto se beneficiará en realidad el pueblo griego. Como comentó un periódico ateniense: “Nuestro camino no estará salpicado de flores, y no debemos pasar por alto ni menospreciar las dificultades con las cuales tendremos que encararnos.”
Tenga presente, también, que otros nueve países europeos precedieron a Grecia como miembros del Mercado Común. Es verdad que éstos han obtenido algunos beneficios económicos. Pero, ¿se han resuelto o siquiera reducido sus problemas económicos? ¿Han hallado la solución a la crisis energética de sus países, que amenaza con desmoronar los fundamentos del Mercado Común y de la economía del mundo? ¿Se ha conquistado la inflación o el desempleo en esos países?
Estas cuestiones justifican la inquietud de las personas que no se sienten tan optimistas acerca de los intentos que se hacen por resolver por medios humanos imperfectos los problemas, no solo de Grecia, sino de toda la humanidad.