Personas leales... ¿dónde puede uno hallarlas?
Por un miembro de la redacción
HABÍA unas 20.000 personas en el hipódromo aquel día. Yo estaba parado cerca de un rótulo que decía “Objetos Perdidos” cuando me di cuenta de que se aproximaba una mujer de edad avanzada. Era obvio que estaba perturbada por algo. Me enteré de que había perdido el bolso en el que había puesto las llaves, el portamonedas y $116 (E.U.A.). Procuró volver sobre sus pasos con la esperanza de hallar el bolso. Pero cuando no lo halló, alguien le sugirió que fuera al departamento de “Objetos Perdidos.” ¿Había hallado alguien el bolso? De haber sido así, ¿lo devolvería?
Bueno, ¡imagínese la expresión en el rostro de ella cuando el encargado del departamento le devolvió el bolso con las llaves, el portamonedas y el dinero —todo ello— dentro del bolso! Ella le dio las gracias efusivamente una y otra vez.
¿Un suceso poco común hoy? Cierto. Es tal como dijo un senador de los Estados Unidos al describir las tendencias de nuestro día: “No se fíe de nadie —no le crea a nadie— no tenga fe en nada.” Como resultado de la falta de honradez, del egoísmo y de la codicia, muchos consideran que simplemente no existen personas leales, esto es, personas que se adhieren firmemente a Dios, a principios y unas a otras a pesar de las presiones o tentaciones para que se desvíen.
No obstante, ésta no era la muchedumbre que habitualmente acude al hipódromo. Pues fuimos allí para asistir a una asamblea de la serie de asambleas que los testigos de Jehová celebraron recientemente por todo el mundo, y que destacaron el tema “Lealtad al Reino.” Lo que vi y experimenté personalmente, así como lo que he leído en los informes que recibí de asambleas que se celebraron en otras partes del mundo, me convence —y tal vez le convenza a usted también— de que se puede hallar personas leales en la Tierra hoy.
No fui el único que observó la lealtad mostrada a principios tales como la honradez. En particular, hallé que fue conmovedor leer los informes de la honradez que desplegaron los jovencitos que asistieron a las asambleas.
Trate de hacerse una imagen de lo que ocurrió en el lugar de los hechos, en Portland, Oregón: Marcy, de solo ocho años de edad, trae al departamento de Objetos Perdidos dos billetes estrujados y doblados que suman $11 (E.U.A.), que se había encontrado en la entrada del lugar donde se celebró la asamblea; algunos minutos después un jovencito, de ocho años de edad trae un billete de un dólar que había encontrado en el pasillo; otro jovencito, de 10 años de edad, trae 50 centavos (de dólar) que había encontrado cerca del puesto de refrescos; Angela, de 10 años de edad, trae un reloj digital que había encontrado cerca de una de las fuentes de agua; un niño de ocho años de edad aborda a un acomodador y le extiende 20 centavos (de dólar) y dice: “Los hallé en la máquina [de bebidas gaseosas] y no me pertenecen. ¿Pudiera echarlos en la caja de contribuciones por mí?”
Estos son solo unos cuantos de los muchos informes que se hicieron sobre la honradez que desplegaron los jovencitos. No obstante, no fue tan solo en el despliegue de honradez que se pudo observar la lealtad en las asambleas.
Familias leales
El encabezamiento del informe que publicó un periódico sobre la asamblea que se celebró en Hampton, Virginia, leía así: “Los Testigos dan énfasis a la familia.” Y fue por una razón válida que se le dio énfasis a la familia en las asambleas. El aumento vertiginoso en las tasas de divorcio, la desintegración del hogar y la desobediencia a los padres son indicativos de que está desapareciendo hoy la lealtad en la vida de familia. Así que, se apartó el primer día como “Día de la Familia,” y el programa trató directamente de la vida familiar y de la presión actual de las normas morales decadentes que dificulta que los miembros de una familia permanezcan leales.
Sobre todo, fue conmovedor observar a familias unidas en adoración, sentados todos juntos, escuchando atentamente el programa. Evidentemente, esto también impresionó a otros, pues leí lo siguiente en un editorial respecto a una asamblea que se celebró en Brasil: “Todos los miembros de la familia estaban presentes. Grupos de todas las edades estaban representados, incluso había allí bebés con sus padres. Se podía oír el ruido que hacían las páginas a medida que cada miembro de la familia buscaba en la Biblia ciertos textos que los oradores citaban.”
Pero a las familias que tienen varios hijitos, sin duda se les hace dificilísimo asistir a una asamblea. El arreglar a los hijos para la asamblea requiere esfuerzo diligente. ¿Por qué están dispuestos los padres a realizar tal esfuerzo?
“Unos cuantos días antes de la asamblea me aseguro de que la compra esté hecha y la ropa esté lavada,” declaró Jeri, madre de cuatro niños y cuyo esposo no es Testigo. “Entonces, planifico lo que voy a preparar para la cena cada noche y, la noche antes, saco la ropa que se pondrán mis hijos.” Le pregunté por qué hacía esto, y ella dijo: “Creo que vale la pena. Lo hago por Jehová y por mis hijos. Me doy cuenta de que es por medio del ejemplo que ponga que mis hijos desarrollarán aprecio por las verdades bíblicas.”
Otros notan los esfuerzos que tales padres leales hacen para entrenar a sus hijos. Por ejemplo, en un terreno para acampar de Michigan, donde acampó cierta cantidad de asambleístas, el dueño hizo el siguiente anuncio por el sistema de altavoces: “Quisiéramos . . . encomiar a los testigos de Jehová por los hijos tan simpáticos que tienen. Nunca antes en la historia de este campamento hemos tenido niños tan bien educados como los de los testigos de Jehová. ¡Agradecemos mucho tal comportamiento!”
La lealtad produce cambios
Considero que hay otra prueba sobresaliente de que se puede hallar personas leales. Esta es el cambio positivo que han hecho las personas en su vida; no solo un cambio de actitud sino, en muchos casos, un cambio drástico de personalidad. ¿A qué se debe este cambio? Se debe a la lealtad que muestran a Dios y a los principios de su Palabra, la Biblia.
Considere el caso de Neil, que se bautizó en una asamblea celebrada en Arizona. “Originalmente era ateo,” explica. ¿Qué le hizo cambiar? “Decidí comenzar a leer la Biblia. De la lectura, estudio y observación que realicé, especialmente de las profecías que se han cumplido, me di cuenta con el tiempo de que Jehová es el Dios verdadero.” ¡Qué cambio de opinión!
“Estaba envuelta en una forma de vida muy inmoral... la homosexualidad,” comenzó a decir una joven que se bautizó en otra asamblea celebrada en los Estados Unidos. “Eso creó muchos problemas en mi vida, tales como inseguridad, pérdida de amigos. . . . Pero, sobre todo, no podía ver que la vida tuviera propósito alguno. Estaba al borde del suicidio.” ¿Qué le hizo cambiar?
Pues bien, cierto día ella se dirigía a su hogar con el fin de suicidarse pero decidió pasar por la casa de sus abuelos, pues pensaba que tal vez ellos pudieran darle algún consejo. No estaban en casa, pero su tía Gladys, que es testigo de Jehová, estaba allí. Ella sigue diciendo: “Le dije a tía Gladys que lo único que me molestaba en cuanto a ser lesbiana era lo que la Biblia dice sobre este asunto. De modo que mi tía me mostró muchos textos relacionados con el tema. Entonces, me mostró la maravillosa esperanza que ofrece la Biblia para el futuro. Esa noche regresé a la casa de mi amiga y le escribí una nota que decía: ‘Hay algo mejor por lo cual vivir que la liberación de los homosexuales.’ Me fui a casa decidida a servir a nuestro maravilloso Creador, Jehová.”
Un cambio de otra índole se efectuó en la personalidad de Alicia, que se bautizó en Portland, Oregón. Ella explica: “Viví con mis padres durante 48 años y nunca hablé una palabra. Creían que yo era retardada. Esto me convirtió en una persona sumamente tímida.” Entonces, sus padres murieron en 1976. ¿Cómo se sobrepondría ella a su timidez extremada?
Alicia comenzó a estudiar la Biblia con un testigo de Jehová. Ella sigue diciendo: “Cuando empecé a estudiar, todavía era muy tímida, pero verdaderamente amaba la Biblia y pronto comencé a sentirme más confiada.” Alicia progresó gradualmente hasta el punto que ya puede abordar a otros con toda libertad, e incluso participa con regularidad en la obra de predicar a otros. ¿A qué le atribuye ella el cambio? “Jehová es el único que pudo haberme dado la confianza que ahora tengo.” ¡Estos son ejemplos realmente admirables de los cambios drásticos de personalidad que la lealtad a Dios y a su Palabra hace posible!
Amigos leales
“Un amigo es siempre afectuoso.” “Hay amigos más fieles que un hermano.” (Proverbios 17:17; 18:24, Versión Popular) Así es como describe la Biblia a los amigos leales. ¿Se puede hallar tal clase de amigos hoy? Una experiencia de Viena, Austria, contesta: ¡Sí!
Unos 5.000 Testigos de Polonia y 760 Testigos de Hungría planeaban asistir a la asamblea de Viena. Comenzaron a llegar unos cuantos días antes que diera comienzo la asamblea. No obstante, muchos de ellos llegaron a Viena entre la medianoche y las 4 de la madrugada, y cierta noche más de 2.000 Testigos llegaron a la ciudad. ¿Cómo se las arreglarían para llegar a sus lugares de alojamiento?
Como amigos que son “más fieles que un hermano,” algunos Testigos de Viena se habían ofrecido para proveer transportación a los recién llegados. Pero, cuando se les llamó en medio de la noche, ¿cómo reaccionaron? Al respecto, un informe dice: “Fue particularmente agradable ver el excelente espíritu de cooperación desplegado, ya que ni siquiera uno de ellos se enojó cuando lo despertaron en medio de la noche. Al contrario, muchos se levantaron rápidamente y acudieron personalmente a recoger a sus huéspedes.” ¡Algunos recorrieron en automóvil más de 644 kilómetros en 24 horas! ¡Qué ejemplo sobresaliente de amigos leales!
Observé un despliegue sumamente enternecedor de semejante lealtad en el interés que se mostró a los impedidos que asistieron a la asamblea.
“Tantísimas personas han ofrecido darme de comer que, si hubiese aceptado las ofertas de todas ellas, no cabría en esta silla de ruedas,” dijo Jerry, un joven con quien hablé que está paralizado del pecho hacia abajo a causa de un accidente automovilístico que tuvo hace ocho años. Además, Jerry tiene una enfermedad de la piel que le impide sentarse en una misma posición por mucho tiempo. Dio la casualidad que cierto día se sentó al lado de una familia que tenía una tumbona o silla extensible con ellos. Cuando se dieron cuenta de la condición de Jerry, ¿qué sucedió? Jerry dice: “Este hermano grandote simplemente me levantó de la silla de ruedas, me colocó en la tumbona y dijo: ‘Quédate todo el tiempo que quieras.’” De esta manera Jerry pudo recostarse de lado y escuchar el programa. ¡Qué deleite fue ver amigos que están dispuestos a ‘ser afectuosos’!
Otros aprecian la lealtad
“Me impresionó mucho ver cómo ellos trabajan juntos. Completan el trabajo. No se oyen gritos ni alaridos ni que se estén dando órdenes. Cada uno tiene una tarea asignada y la realiza. Quisiera que tuviéramos más de eso por aquí.” Eso es lo que me dijo un empleado a cargo de la limpieza del hipódromo respecto a los asambleístas que él había observado. Esto me mostró que otros aprecian la lealtad que se manifiesta al desplegar conducta honrada. Note algunos otros comentarios que me hicieron:
“Su gente es devota y dedicada. Ustedes han dejado el estadio más limpio de lo que estaba cuando llegaron. Nunca lo había visto tan limpio.”—Director ejecutivo del “Market Square Arena” de Indiana.
“Cuando vi aparecer las escobas y que las aceras alrededor del estadio estaban completamente limpias, dije: ‘¡Eso es! ¡Están de vuelta otra vez!’”—Una señora que vive cerca del Estadio Colombes próximo a París, Francia, donde a menudo se han celebrado asambleas.
“En ningún sitio se veía gente impaciente que se empujaba, ni papeles o cajetillas de cigarrillos tirados descuidadamente.”—Westdeutsche Allgemeine Zeitung, 24 de julio de 1981, en un informe sobre la asamblea que se celebró en Dortmund, Alemania.
“Nunca he visto tal cooperación ni tal entusiasmo por mantener el Centro limpio, y la conducta de su gente durante toda la asamblea fue verdaderamente loable. —Director, Departamento de Salas de Conferencias, Honolulú, Hawai.
“No queremos que ustedes vayan a ningún otro sitio.”—Ingeniero de construcción, “Coliseo Central de Ferias y Exposiciones de Kentucky,” Louisville, Kentucky.
“Imperó una disciplina excepcional para tales multitudes, tanto en las áreas de trabajo de la asamblea, como afuera en los aparcamientos o en las filas para las comidas.”—Le Dauphiné Libéré, 24 de julio de 1981, en un informe sobre la asamblea de Grenoble, Francia.
La prueba viviente que observé me convenció de que, en agudo contraste con la deslealtad tan difundida hoy día, había muchas personas leales entre los concurrentes a las asambleas.
¿Qué hay de usted? ¿Está convencido? De seguro que usted se deleitaría en asociarse con amigos que son leales, que se adhieren firmemente a Dios y a principios excelentes y que están dispuestos a serle fiel “en las buenas o en las malas.” Los testigos de Jehová le ayudarán gustosamente a aprender lo que dice la Biblia que se requiere para poseer tal lealtad. ¿Por qué no se pone en contacto con ellos y ve por usted mismo la prueba entre ellos de que se puede hallar personas leales hoy?
[Fotografía en la página 16]
Se pudo ver familias leales, como ésta fotografiada en Elmont, Nueva York, todos sentados juntos y escuchando atentamente
[Fotografía en la página 17]
Entre las 8.820 personas que se bautizaron en los Estados Unidos estuvo esta joven de Portland, Oregón
[Fotografía en la página 18]
Mientras que 1.067.850 personas asistieron a las asambleas de los Estados Unidos, se programaron asambleas para muchos otros países, como esta que se celebró en Munich, Alemania
[Fotografía en la página 20]
En Dortmund, Alemania, asambleístas leales en camino a limpiar el estadio que habría de usarse para la asamblea