De nuestros lectores
El matrimonio
Quiero darles las gracias por el artículo “’Sobreviviendo’ al primer año de matrimonio” (22 de diciembre de 1982). Hace poco me casé y ciertamente necesitaba consejo en cuanto a cómo encararme a mi nueva situación y disfrutar de ésta. Es útil saber que casi todo matrimonio pasa por momentos difíciles. Estaba comenzando a pensar que el mío era el único matrimonio que estaba experimentándolos. Pero, más que nada, me agradó el consejo sobre cómo se pueden allanar esas dificultades. Por favor, sigan adelante con su buen trabajo.
H. S., Ohio
Sencillamente tuve que escribir para decirles lo mucho que disfruté del artículo “’Sobreviviendo’ al primer año de matrimonio”. Mucho de lo que se menciona en el artículo expresa la manera como personalmente me sentía. Mi esposo y yo experimentamos mucha tensión durante la parte final del segundo año de nuestro matrimonio. ¡Los puntos específicos referentes al “ajuste respecto a lo sexual” nos aplicaron a nosotros! Muchísimas gracias. Mi esposo y yo pensamos leer juntos este artículo como parte de nuestro estudio de familia.
C. A., Nueva York
La violencia
Esta mañana me puse a leer el artículo sobre “La violencia” (8 de diciembre de 1982). Se me saltaron las lágrimas. Desde hace algún tiempo, a veces he reaccionado violentamente contra mi hijito de tres años y medio. ¡Lo amo tanto que no hay palabras que puedan expresarlo! No obstante, seguía en mi derrotero. Hace cuatro días le di una paliza a mi hijo porque hizo algo que me exasperó, pero que realmente no era nada malo. Tan pronto como lo acosté para que durmiera un rato fui a mi cuarto a orar pidiendo ayuda respecto a mi mal genio. Esta mañana tomé el número de ¡Despertad! que habla sobre “La violencia”, pero no pensé en mi problema sino hasta que leí en el primer artículo la experiencia acerca de Marjorie y sobre cómo ella trataba a su hijo. Inmediatamente recordé mi problema y mis oraciones, y me puse a llorar. Leí los artículos sobre “La violencia” y anoté los puntos que más me aplicaban (a medida que recordaba mi problema). Ahora me doy cuenta de que tengo una responsabilidad... la de obrar en armonía con mis oraciones. Gracias, muchísimas gracias por la manera excelente como consideraron este tema.
D. M., Ohio
El alcoholismo
Deseo hacerles saber lo mucho que el artículo que ustedes publicaron sobre “El alcoholismo” (22 de noviembre de 1982) benefició, por lo menos, a una persona... ¡a mí! Hace años he sospechado que soy alcohólico. He leído otros artículos tocante a la bebida, pero me excusaba pensando que tales artículos no me aplicaban. No fue así con este número de ¡Despertad! Puse a prueba los resultados médicos y los puntos mencionados en los recuadros. Me enteré de que un solo vaso de cerveza podía impulsarme a beber sin que pudiera parar. Me siento feliz de no haber tomado bebida alcohólica alguna desde que leí esa revista, y no quiero beber jamás ni siquiera una gota de cualquier bebida alcohólica, ¡pase lo que pase! ¿Cuáles han sido los resultados? Me siento muy bien, estoy durmiendo mejor, soy feliz y, más que nada, puedo usar plenamente mis facultades mentales tal como lo hacía diez años atrás cuando comencé a beber. Deseo darles las gracias de todo corazón.
A. N., Virginia