Las revistas de tiras cómicas... cómo son hoy día
LAS revistas de tiras cómicas han cambiado mucho desde el tiempo en que los dibujos mal acabados y la redacción simplista caracterizaban a los primeros números. Hoy hasta se alaban los dibujos de esa clase de revistas en algunas esferas. Y un estilo más sofisticado de redacción quizás lleve a sus lectores de vez en cuando a una lucha por buscar en el diccionario.
El cambio más grande, sin embargo, es el hecho de que los “superhéroes” no solo tienen que combatir contra sus enemigos en esa clase de revistas, sino también contra la influencia penetrante de la televisión. Un estudio que se publicó recientemente, intitulado “La televisión y la conducta”, revela que el poder de la TV para cautivar la atención de los telespectadores jóvenes es ciertamente tremendo. ¿Cómo lucha, pues, contra ese poderoso competidor el tipo de revistas que se considera aquí?
Una de las innovaciones que se introdujeron fue publicar en forma de serie las narraciones, a fin de aficionar al lector para que siguiera comprando cada nuevo número. Por ejemplo, un número reciente de Rom contiene una narración absorbente que concluye cuando el superhéroe, Rom, y un compañero de la Atlántida, el continente perdido, se ven amenazados por un monstruo impresionante. ¿Qué pasa luego? ¡Uno tiene que leer el número siguiente para averiguarlo!
Para mantener vivo el interés de los jóvenes de hoy, que están saturados de TV, las revistas de tiras cómicas casi han pasado por alto sus “códigos” y suministrado a sus lectores grandes dosis de violencia. En cierto número de la revista Daredevil (que trata de un superhéroe ciego que viste un disfraz de diablo) se halló que 53 por 100 de sus viñetas o dibujos enmarcados describían episodios violentos. Cuando Daredevil pelea, el dibujo provee una descripción realista y detallada de la lucha, junto con ‘efectos sonoros’ intercalados. Y puesto que los leotardos muy ajustados al cuerpo son la clase corriente de vestimenta que usan los superhéroes, puede que haya lectores que se queden boquiabiertos al ver la abultada musculatura de ellos. (Las superheroínas no están vestidas menos seductoramente.) No debe causar sorpresa, pues, que los anunciantes de cursos de artes marciales y para el desarrollo de los músculos escojan a menudo revistas de esa índole como medio de publicidad.
Lo religioso y lo oculto son también atracciones de ese tipo de revistas. Por ejemplo, cierto número de Thor comienza con un falso tono bíblico: “En el principio hubo el vacío. A medida que pasó el tiempo, creció materia dentro del vacío, y la materia formó estrellas, y las estrellas formaron planetas [...] El aire que había por encima de la Tierra crujió con poder y energía vital [...] hasta que la energía misma llegó a darse cuenta de su propia potencia impresionante”. Desde ese punto en adelante se sume al lector en un relato de dioses y diosas mitológicos.
Hay escritores de esa clase de revistas que también introducen de manera sutil ideas religiosas, como la transmigración del alma, en su relato. En un número de Daredevil, una difunta es resucitada por un hombre misterioso que dice con indolencia respecto al milagro: “Sí. ¡Vaya truco!”. Las revistas que tienen nombres como El Jinete Fantasma y Yo [...] ¡Vampiro! prueban que algunos publicadores de estas revistas quieren sacar provecho del intenso interés que tiene la gente actualmente en el ocultismo.
Hasta los promotores de la pornografía han descubierto que esta clase de revistas son un medio conveniente para presentar ilustraciones de desnudos y actos eróticos. Muchas de esas revistas obscenas pueden llegar a las manos de niños.
Claro, no todas las tiras cómicas que aparecen en periódicos o en forma de revista son degradantes. Tampoco puede decirse que sólo los niños las leen. Centenares de millones de adultos leen las tiras cómicas en su periódico favorito. En las Filipinas, muchas personas —incluso adultos— alquilan una revista de tiras cómicas por unos cuantos centavos y la leen cerca del quiosco donde venden esa clase de revistas, antes de devolverla. En España es común ver a personas adultas que leen revistas de tiras cómicas en el Metro de Madrid o en el de Barcelona.
Una popular serie francesa se publica en forma de revista de tiras cómicas en por lo menos 18 idiomas. Ésta es “Astérix”, un diminuto y valiente guerrero celta que se envuelve en toda clase de aventuras durante sus viajes a través del antiguo Imperio Romano. La Encyclopaedia Britannica dice: “’Astérix’, además de ser simplemente humorística y estar llena de aventuras, abunda en sofisticados juegos de palabras, anacronismos ingeniosos, y sátiras espontáneas que han contribuido a que la tira cómica se haya granjeado la simpatía de millones de adultos europeos”.
Sin embargo, es indudablemente cierto que muchas revistas de tiras cómicas se conciben principalmente para niños y son malsanas, pues comercian con el ocultismo, el sadismo, el horror o la violencia injustificada. ¿Significa eso que los padres que se interesan en sus hijos deberían prohibirles del todo que lean revistas de tiras cómicas?
[Ilustraciones en la página 6]
Algunas revistas de este tipo dedican más de la mitad de su contenido a episodios violentos
[Ilustraciones en la página 7]
Muchas revistas de esta clase describen gráficamente lo sexual y lo oculto