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  • La cosecha... una epidemia de enfermedades venéreas

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  • La cosecha... una epidemia de enfermedades venéreas
  • ¡Despertad! 1984
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¡Despertad! 1984
g84 22/2 págs. 6-8

La cosecha... una epidemia de enfermedades venéreas

“LAS enfermedades que se transmiten por contacto sexual (STDs, siglas en inglés) se han propagado hasta el grado que se las considera hiperendémicas.” Esa declaración del Journal of the American Medical Association da tan solo una indicación de la manera como la actual epidemia de inmoralidad ha resultado en epidemias literales de la carne. Al creer que la medicina había conquistado las enfermedades venéreas, esta generación ha ido en pos de lo sexual de tal modo que rivaliza con la Roma del tiempo de Nerón y con las ciudades de Sodoma y Gomorra. Pero la nueva moralidad ha sido contraproducente.

Se pensaba comúnmente que la penicilina, droga milagrosa, había resuelto el problema de la gonorrea de una vez para siempre. Pero recientemente una publicación para los militares estadounidenses, Pacific Stars and Stripes, informó que durante el período de un año 8.000 soldados destacados en las Filipinas y Corea del Sur habían contraído un nuevo tipo de “supergonorrea” resistente a la penicilina.

De Canadá procede este informe: “La gonorrea, de la cual se calcula que hay 120.000 casos, está ‘fuera de control’ en Canadá, pues hay más casos que nunca antes... incluso más que durante la II Guerra Mundial” (The Toronto Star). En Inglaterra se han publicado estadísticas parecidas. “La cantidad de mujeres que actualmente contraen gonorrea es casi dos veces mayor que durante la guerra.” (The Sunday Times.)

Un relato parecido proviene de África. El periódico Fraternité Matin, de Abidján, Costa de Marfil, informa esto sobre un país vecino: “La mitad de las mujeres adultas [...] han padecido o están padeciendo de enfermedades venéreas”.

Cierto agente patógeno cuyo nombre es poco corriente —Clamydia— también se transmite comúnmente mediante la actividad sexual. Produce un estado conocido como uretritis no gonocócica (en inglés, por las siglas NGU), que tiene cierto parecido con algunos síntomas de la gonorrea y que está amenazando con eclipsar la gonorrea como la principal enfermedad que se transmite por contacto sexual.

La plaga del herpe

Otra epidemia alarmante de la actualidad es el herpe (o herpes). Los virus herpéticos causan una amplia variedad de enfermedades; entre ellas la varicela, la mononucleosis y el herpe labial. No obstante, el que con más frecuencia se transmite por contacto sexual es el herpe simple II, el herpe genital. Éste produce unas vesículas o ampollitas en los órganos sexuales o cerca de éstos, a menudo está acompañado de fiebre, dolores musculares e inflamación de glándulas linfáticas... “como si alguien pusiera un soldador contra la piel de uno”, para citar a una víctima.

El herpe genital no solo causa incomodidad dolorosa, sino que puede ser mortal. Es la causa más común de ceguera contagiosa en los Estados Unidos, y puede resultar en una mortal infección cerebral, problemas cardíacos, esterilidad, defectos congénitos, abortos, nacimientos de niños muertos y, posiblemente, cáncer en el cuello del útero.

Los virus herpéticos son más difíciles de combatir que las infecciones bacteriales. Cuando esos virus no están atormentando activamente a sus víctimas, permanecen latentes en el cuerpo. “Los virus herpéticos pelean una guerra de guerrillas mientras se ocultan en algún lugar del sistema nervioso y lanzan ataques por sorpresa. Los investigadores creen que una vez que los virus se introducen en el cuerpo, se quedan para siempre”, según un comunicado de Prensa Asociada. Hasta el momento, la medicina no reconoce ninguna cura para esta enfermedad que se transmite por contacto sexual, y acerca de la cual los CDC anunciaron que estaba propagándose en los Estados Unidos con mayor rapidez que cualquier otro virus, excepto el resfriado común y la gripe (o influenza).

Hace poco una nueva enfermedad monopolizó los titulares: SIDA, o síndrome de inmunodeficiencia adquirida. ¿Qué es eso?

Dicho sencillamente, las víctimas de SIDA pierden la inmunidad a las enfermedades, y muchas de ellas sucumben a otros males, tipos muy raros de pulmonía o cáncer.

En julio de 1982 se habían identificado 471 casos de SIDA en nueve países. Para agosto de 1983 se habían identificado casos de la enfermedad en 16 países, incluso 1.972 víctimas en los Estados Unidos y Puerto Rico. De éstas, 759 habían muerto, lo cual representa uno de los índices de mortalidad más altos que se hayan registrado tocante a cualquier enfermedad en la historia. Un informe de 1982 mostró que el índice de mortalidad era mayor de 60 por 100 entre los que habían tenido la enfermedad por más de un año.

¿Cuál es la causa del SIDA? Nadie sabe. ¿Cómo se transmite? Nadie está seguro, pero los médicos opinan que la mayoría de los casos se han transmitido por contacto sexual. Algo sí es seguro: La enfermedad surgió entre jóvenes homosexuales activos. Y continúa reclamando su mayor cantidad de víctimas entre los de ese mismo grupo. En mayo de 1983, según la revista Health, 71 por 100 de los casos de SIDA habían ocurrido entre hombres cuyo comportamiento era homosexual o bisexual.

Sí, la inmoralidad —un mal del espíritu— ha segado una cosecha abundante de epidemias físicas.

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