BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g84 8/5 págs. 18-20
  • ¿Qué tiene de malo reunirse para tomarse unas copas?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Qué tiene de malo reunirse para tomarse unas copas?
  • ¡Despertad! 1984
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Sin embargo, ¿por qué beben los jóvenes?
  • Las bebidas alcohólicas... ¿por qué no?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas
  • ¿Qué los lleva a depender del alcohol?
    ¡Despertad! 1978
  • ¿Puedo llegar a enviciarme con la bebida?
    ¡Despertad! 1993
  • Los cristianos y las bebidas alcohólicas
    ¡Disfrute de la vida para siempre! Curso interactivo de la Biblia
Ver más
¡Despertad! 1984
g84 8/5 págs. 18-20

Los jóvenes preguntan...

¿Qué tiene de malo reunirse para tomarse unas copas?

“SIEMPRE nos reuníamos para tomarnos unas cervezas —recuerda Bent, joven de Dinamarca—. De hecho, no podíamos divertirnos juntos a menos que estuviéramos borrachos. La situación empeoró, y cambiamos a bebidas alcohólicas más fuertes. Por último, lo único que importaba era emborracharnos.”

¿Es ése un caso aislado? ¡De ningún modo! Los jóvenes están bebiendo. Pero tú sabes eso. Y no necesitas oír un gran número de estadísticas tampoco. Sin duda has visto en la televisión noticiarios sobre el consumo de bebidas alcohólicas entre los adolescentes y las polémicas que han surgido con relación a aumentar en algunas zonas la edad en que, por ley, se pueda beber.

Quizás todo esto te haga preguntarte: ¿Es malo beber? ¿Es perjudicial? ¿Es incorrecto que yo beba, pero los adultos pueden hacerlo? La simple mención de bebidas alcohólicas pudiera hacer surgir en tu mente preguntas y dudas. ¡Y eso no es de extrañar! Hay mucha confusión hasta entre los adultos sobre la cuestión del consumo de bebidas alcohólicas.

Por ejemplo, ¿has oído alguna vez a un adulto decir: ‘¡El beber demasiado es malo para ti!’, y luego va y se toma demasiadas copas? Por tanto, ¡es un caso de ‘haz lo que yo diga, no lo que yo haga’! Entonces, también, puede que hayas visto anuncios comerciales y espectáculos de televisión o películas que describen las bebidas alcohólicas como la clave para divertirse. Y, no obstante, esa “diversión” quizás no esté legalmente a tu alcance sino hasta que tengas cierta edad.

¿Por qué existe esa contradicción? ¿Por qué hay tanta confusión? La razón es sencilla: Cuando se usan moderadamente, las bebidas alcohólicas son una fuente de disfrute para muchas personas; pero cuando se abusa de ellas, crean graves problemas. Problemas como muertes en la carretera que se relacionan con las bebidas alcohólicas, dificultades con los padres, los maestros o la policía, para mencionar solo unos cuantos. Así que la Biblia dice: “El vino es burlador, el licor embriagante es alborotador, y todo el que se extravía por él no es sabio” (Proverbios 20:1). Por eso es muy importante que tomes una decisión responsable con respecto a la bebida. Pero primero es beneficioso saber por qué beben los jóvenes.

Sin embargo, ¿por qué beben los jóvenes?

Para averiguar el porqué, un corresponsal de ¡Despertad! entrevistó a varios jóvenes de uno y otro sexo que, durante la adolescencia, habían consumido sin moderación bebidas alcohólicas. He aquí lo que dijeron:

Corresponsal de “¡Despertad!”: ¿Por qué bebías?

Roberto: En mi caso, al principio se debía al grupo en que estaba. Realmente no se ejercía mucha presión. Eso era lo que estaba de moda, especialmente durante los fines de semana.

Pablo: Cuando tenía, digamos, unos 14 años de edad, me pasó fundamentalmente lo mismo que a Roberto... quería ser aceptado, hacer lo mismo que mis compañeros. Pero más tarde fue diferente. En casa había muchos problemas. Así que la bebida era una salida.

Daniel: Comencé a beber aproximadamente a la misma edad que Pablo... a los 14 años, más o menos. Mi padre bebía mucho. En casa siempre se estaban celebrando cócteles. De niño vi que lo importante en las reuniones sociales era la bebida. Entonces, cuando crecí, trabé amistad con un grupo de jóvenes desordenados. Solía beber para que los demás muchachos me aceptaran, ya que ellos eran los que tenían todo bajo control.

Enrique: Mis amigos y yo comenzamos a tener curiosidad, primero por saber cómo era eso de fumar. En realidad, nunca me gustó fumar. Pero en el caso de la bebida el asunto era diferente. Uno podía disfrutar de ello. No tanto de beber cerveza. Solíamos comprar vino. Eso era también una salida. Como en el caso de Pablo, había muchísima tensión en nuestra familia. Quería alejarme de aquel ambiente.

Marcos: Participaba en los deportes. Supongo que empecé a beber más o menos a la misma edad, a los 15 años, con los muchachos del equipo de baloncesto. Lo hacía principalmente, creo yo, por curiosidad. Si uno quería divertirse, llegaba la noche del viernes y eso era lo que se hacía.

Juanita: No sé si en el caso de las muchachas es diferente. Pero a mí me afectaba muchísimo lo que veía en la TV. Veía beber a los personajes. Aquello parecía ser algo estupendo. Y cuando estaba sola en casa, iba furtivamente a la licorera y trataba de imitarlos. Solo tenía 11 ó 12 años de edad en aquel tiempo. Cuando miro atrás, me parece increíble que la TV haya desempeñado un papel tan importante.

Corresponsal de “¡Despertad!”: Eso es muy interesante, Juanita. Nos hace recordar algunos comentarios que se hicieron en una columna titulada “The Booze Tube” (El tubo del licor), de Nicholas Johnson:

“¿Cuándo fue la última vez que vio a alguien beberse un vaso de agua en la televisión? Eso no sucede a menudo. No, los bebedores de la TV están muy alejados de la vida real. En comparación con la proporción en la vida real, la desproporción en las veces que consumen licor en vez de agua es de 264 a 1”.

Por eso, Juanita, no es de extrañar que digas que la TV te indujo a probar las bebidas alcohólicas.

Pedro: Veo que se desarrolla un cuadro de apoyo... uno bebe debido al apoyo directo o indirecto que recibe de los demás. Por ejemplo, hay la presión que ejercen los compañeros... y la presión de los compañeros no tiene que hacerse sentir en forma directa, como que te digan: ‘Ven, vamos a tomarnos unas copas’. Sino, más bien, es más o menos un deseo de llevarse bien con otros. Uno lo hace por el apoyo que recibe del resto del grupo. Además uno tiene el apoyo de la televisión. Como Juanita, recuerdo que cuando tenía diez años de edad bebía gaseosas mientras imitaba la manera como Frank Sinatra bebía licor en cierta película. Y luego está el apoyo de la familia. Uno ve cómo beben los padres de uno y otros parientes. Todo eso dice: “¡Oye, eso es normal! Eso es lo que tú deberías estar haciendo”. Y uno lo hace.

Corresponsal de “¡Despertad!”: Muchos investigadores creen que la conducta de los padres al beber es una de las influencias más fuertes en los hábitos de beber de un adolescente. ¿Sucedió así en el caso de alguno de ustedes?

Daniel: Creo que el ejemplo de mi padre fue la influencia más fuerte en mi caso. Cuando celebraban fiestas en casa, después de unas cuantas copas, él era el alma de la fiesta. De niños lo admirábamos.

Pablo: Hablé de escapar de los problemas de familia. Verá, mi padre es alcohólico. Ahora puedo comprender que la razón por la cual teníamos muchos problemas era el alcoholismo. Yo estaba tratando de escapar de eso. Resulta irónico que ésa fue una de las razones por las que me di a la bebida. Otra razón es que mi madre había declarado tabú las bebidas alcohólicas. Aquello realmente las hizo atrayentes. Por ser muy joven en aquel tiempo, yo decía para mis adentros: ‘¿Qué hay de mágico en las bebidas alcohólicas que no podemos hablar de ellas ni acercárnosles?’.

Juanita: Por lo general, mis padres no bebían mucho. Pero hay algo que recuerdo acerca de mi papá, en las ocasiones sociales él solía jactarse de lo mucho que podía beber. Yo desarrollé una actitud parecida... pensaba que era singular. En cierta ocasión mis amistades y yo nos fuimos de parranda. Bebimos por varias horas. Aquello no me afectó tanto como a los demás. Recuerdo haber pensado: ‘Soy tal como mi papá’. Supongo que su actitud con relación a las bebidas alcohólicas realmente me afectó.

Corresponsal de “¡Despertad!”: Hemos hablado del porqué beben los jóvenes. Pero ¿por qué hay muchos jóvenes que beben demasiado? ¿Por qué beben hasta embriagarse?

Marcos: Por eso bebíamos... para emborracharnos. Realmente no me gustaba el sabor.

Corresponsal de “¡Despertad!”: Entonces, ¿bebías por el efecto que te producía?

Marcos: Sí.

Enrique: Puedo decir lo mismo. Es como subir por una escalera. Cada vez que uno bebe, trata de alcanzar un estado de embriaguez más intenso... el siguiente peldaño de la escalera.

Por supuesto, eso no quiere decir que cada vez que los jóvenes beben es para emborracharse. Las razones por las cuales los jóvenes recurren a la bebida varían. Se puede echar la culpa a la curiosidad, la presión que ejercen compañeros de la misma edad, el ejemplo que dan los adultos/padres, el deseo de escapar de la realidad, la TV y las películas, para mencionar solo unas cuantas. ¿No has sentido alguna vez la tentación de probar bebidas alcohólicas por una de esas razones? ¿Pudiera haber algo perjudicial en ello?

No es que todo lo relacionado con las bebidas alcohólicas sea malo. No hay nada malo en que personas mayores de edad beban moderadamente. Aun así, una cosa es segura: No importa lo que opines sobre la bebida, el exceso es peligroso. La Biblia advierte: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso” (Proverbios 23:20, 21). Por eso, toma una decisión responsable al respecto, cómo y cuándo has de beber. En artículos futuros examinaremos cómo puedes hacer eso.

[Ilustración en la página 19]

Uno no tiene que beber debido a la influencia de los compañeros, los padres o la TV

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir