De nuestros lectores
Guía creadora
Durante el pasado año he disfrutado de la revista de ustedes más de lo que las palabras pudieran expresar. Como escritor comercial, hallo continuamente guía creadora en la revista que ustedes publican. Pero más importante aún, prescindiendo de quién sea uno o dónde esté, prescindiendo de la situación en que uno se halle... ¡cada vez que uno lee el número más reciente de la revista es como si lo hubieran escrito precisamente para uno!
L. H., Canadá
Ayuda para hacer la tarea escolar
Recientemente recibí la asignación de efectuar una investigación sobre las revistas de tiras cómicas, y mi maestra me dijo que fuera a la biblioteca pública. Un amigo mío y yo fuimos a una, pero se nos dijo que allí no había disponible esa clase de información. Regresé a casa preocupado, pero sentí gran alivio cuando mi madre me dio el ejemplar de la edición en italiano de la revista de ustedes que contenía los artículos sobre las revistas de tiras cómicas (22 de septiembre de 1983, en español). Allí conseguí la información que necesitaba. Al día siguiente mi maestra dijo a toda la clase que mi investigación sobre la asignación que había recibido había sido sobresaliente, y leyó a toda la clase mi informe. Cuando terminó de leer, todos aplaudieron. Gracias por las maravillosas revistas que ustedes publican.
S. T., Italia
El papa de viaje
Sencillamente tenía que escribirles para felicitarlos por el espléndido artículo que escribieron acerca del papa (8 de marzo de 1984). El mundo no es perfecto y nunca lo será, pero el hecho de que él se deje ver por todo el mundo ayudará un poco. Ahora permítanme hablar de la parte importante de mi carta. Evidentemente ustedes no aman a su madre. Parece absurdo, pero eso es lo que ustedes están diciendo. Ustedes saben que nuestro Señor AMA a su madre. Mientras moría en la cruz, él miró hacia abajo y pensó en su madre.
R. A. D., Illinois, E.U.A.
¡Por supuesto que amamos a nuestras respectivas madres, como enseña la Biblia! (Éxodo 20:12; Proverbios 6:20.) Jesús amó mucho a su madre; sin embargo, no animó a que otras personas le dieran trato preferente a ella. Cuando alguien dijo a Jesús: “Tu madre y tus hermanos están de pie fuera, queriendo verte”, él contestó: “Mi madre y mis hermanos son estos que oyen la palabra de Dios y la hacen” (Lucas 8:20, 21). Es cierto que, cuando estaba sufriendo en el madero, Jesús mostró interés amoroso en su madre y la dejó al cuidado de un discípulo amado (Juan 19:26, 27). Pero mientras agonizaba, sus pensamientos se dirigieron a su Padre, al declarar: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46). No nos animó a que rindiéramos homenaje a María.—La dirección.