Los caracteres chinos... ¿por qué se escriben así?
EL NIÑITO sentado ante el escritorio es el vivo retrato de la concentración mental. Apoya la mano izquierda sobre una hoja de papel de arroz que tiene cuadrículas grandes. Tiene la cabeza inclinada un poco hacia la izquierda y los ojos enfocados en la punta de un pincel hecho de un tallo delgado de bambú, el cual agarra verticalmente en la mano derecha. Mueve el pincel de manera lenta y controlada, y a intervalos lo mete en un tintero. Con mucho esmero está procurando aprender a escribir... en chino.
Al ojo occidental, lo que llegue a estar escrito en el papel quizás parezca complicado hasta el grado de ser imposible de comprender y completamente confuso. No obstante, mediante incesante práctica y repetición, el muchachito, al igual que millones de otros alumnos jóvenes de China, está aprendiendo, quizás de la única manera práctica, los rudimentos de la escritura china.
Un registro de ideas
Lo que distingue al idioma chino de la mayoría de otros idiomas es el hecho de que no tiene abecedario. Debido a esto, los caracteres chinos no se escriben por medio de simplemente deletrear los sonidos, como se hace en el español u otros idiomas que tienen abecedario. Básicamente, la escritura china no es un registro de sonidos hablados, sino que es un registro de ideas.
En el lenguaje de los lingüistas, la escritura china es ideográfica, o escritura de ideas. Cada palabra o carácter, mediante su forma y apariencia, transmite al lector cierta idea. Si la idea es sencilla, el carácter que la representa quizás simplemente sea un dibujo de ella. Los lingüistas se refieren a este tipo de caracteres como pictográficos, o escritura mediante dibujos. Entre dichos caracteres figuran palabras que se refieren a objetos comunes conocidos en la vida diaria, como:
SOL LUNA ÁRBOL HOMBRE BOCA [Arte: caracteres chinos]
Al mirar las palabras que se presentan arriba, usted tal vez las reconozca como dibujos, o quizás no. Esto se debe a que, con el transcurso de los años, estas palabras pictográficas han pasado por etapas sucesivas en las que han sido simplificadas a fin de que se hiciera más fácil escribirlas. Pero si usted examinara las versiones más antiguas de dichas palabras, se haría bastante evidente el hecho de que son dibujos. En la tabla que acompaña a este artículo, usted verá los cambios por los cuales han pasado algunos caracteres, desde caracteres puramente pictóricos, los cuales se muestran en la parte izquierda de la tabla, hasta adquirir la forma estilizada que se usa hoy.
Obviamente, un sistema de escritura compuesto tan solo de palabras que consisten en dibujos sería muy limitado puesto que solo hay cierta cantidad de ideas que se pueden representar mediante dibujos sencillos. Por eso, para expresar ideas más complicadas y abstractas, los caracteres usualmente consisten en varias palabras pictográficas sencillas arregladas de tal manera que las personas puedan reconocer las ideas, basándose en su propia experiencia común. Por ejemplo, el “Sol” y la “Luna” en conjunto significan “brillante”, el “hombre” apoyado contra un “árbol” significa “descanso”.
SOL + LUNA = BRILLANTE [Arte: caracteres chinos]
HOMBRE + ÁRBOL = DESCANSO [Arte: caracteres chinos]
Tal vez sea fácil comprender por qué estos dos caracteres se forman así. En tiempos pasados, cuando la vida era más sencilla, probablemente no había nada más brillante que el Sol o la Luna, y una breve pausa bajo un árbol proporcionaba reposo.
Algunas ideas poco comunes
Pero hay ciertas palabras que aparentemente están asociadas con relatos sumamente extraordinarios, relatos que no parecen tener relación alguna con la experiencia corriente de la vida diaria. Considere, por ejemplo, el carácter para “barco”. Ésta ciertamente no es una idea excepcionalmente complicada de expresar. Sin embargo, es sorprendente el hecho de que el carácter correspondiente es bastante complejo. Consiste en tres caracteres sencillos:
NAVE + OCHO + BOCA = BARCO [Arte: caracteres chinos]
La tercera parte, “boca”, es un carácter muy común que también puede significar “gente”, al igual que en la expresión “otra boca que alimentar”. Así, el carácter para la palabra “barco” se deriva de la idea de que hay “ocho personas en una nave”. Curioso, ¿no es cierto? ¿De dónde provino tal idea?
Considere otro ejemplo. El carácter para “codicia” o “codicioso” se escribe con dos caracteres para “árbol” encima del carácter para “mujer” o “hembra”.
ÁRBOL + ÁRBOL + MUJER = CODICIA [Arte: caracteres chinos]
La parte superior de la palabra, los dos árboles lado a lado, es en sí el carácter para “bosque”. No obstante, pictóricamente, parece que todo el carácter representa a una mujer enfrente de dos árboles, o tal vez mirando hacia arriba a ellos. ¿Por qué se representaría de esta manera la idea de la “codicia”?
Es posible analizar muchos otros caracteres y llegar a conclusiones parecidas. Dichos caracteres relatan cuentos fascinadores que aparentemente no tienen relación alguna con las experiencias diarias y comunes de la gente. Parecen revelar un fondo o fuente de ideas muy diferente de lo que la mayoría de las personas, especialmente los chinos mismos, considerarían como algo típico. ¿De dónde provinieron tales ideas?
¿Una posible conexión?
Si usted conoce algo de la Biblia, quizás haya notado algo familiar en el relato tras el carácter para “barco”. ¿No le parece que hay una semejanza impresionante entre éste y el relato bíblico acerca de Noé y su familia, que dice que un total de ocho personas sobrevivieron al Diluvio en un arca? (Génesis 7:1-24.)
¿Qué hay de la idea tras el carácter para “codicia”? Bueno, quizás usted recuerde la descripción que se da del jardín de Edén en la Biblia, donde se mencionan dos árboles específicamente por nombre: “El árbol de la vida en medio del jardín y el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” (Génesis 2:9). ¿No fue el deseo excesivo de Eva de tener el fruto de uno de aquellos árboles lo que con el tiempo resultó en la caída del género humano?
¿Son éstas meras casualidades, o se trata de algo más? En el libro intitulado Discovery of Genesis, los coautores, C. H. Kang y Ethel R. Nelson, analizaron docenas de caracteres chinos ideográficos, incluso los dos mencionados arriba, y observaron que, “cuando se dividen conforme a sus partes componentes, los caracteres reflejan vez tras vez elementos de la historia de Dios y el hombre registrados en los primeros capítulos de Génesis”.
Pero quizás usted se pregunte: ¿Qué relación podría haber entre la Biblia y la escritura de la antigua China? De hecho, parecería difícil imaginarse cosa alguna que podría ser más remota con relación a la Biblia que el idioma de los misteriosos orientales. Pero el considerar y comparar de manera objetiva lo que se registra en la Biblia y lo que se sabe mediante la historia establecida nos ayuda a ver que dicha conexión no es irrazonable.
Clave basada en la Biblia
Desde hace mucho tiempo los historiadores han señalado a las llanuras de Mesopotamia como el hogar original de la civilización y del idioma. Esto, de hecho, está completamente de acuerdo con lo que se registra en la Biblia. En el capítulo 11 del libro de Génesis, se describe un suceso que tuvo lugar en la tierra de Sinar, en Mesopotamia, que proporciona la clave que necesitamos para nuestra investigación.
“Toda la tierra continuaba siendo de un solo lenguaje y de un solo conjunto de palabras”, dice Génesis 11:1. Pero las personas usaron de mala manera dicha unidad para desafiar el propósito de Dios para con ellas. “Ahora dijeron: ‘¡Vamos! Edifiquémonos una ciudad y también una torre con su cúspide en los cielos, y hagámonos un nombre célebre, por temor de que seamos dispersados por toda la superficie de la tierra’”. (Génesis 11:4.)
La torre, por supuesto, fue la infame torre de Babel. Así, fue en la tierra de Sinar, en Mesopotamia, donde Dios confundió el lenguaje del hombre. “Por eso se le dio el nombre de Babel, porque allí había confundido Jehová el lenguaje de toda la tierra, y de allí los había dispersado Jehová sobre toda la superficie de la tierra”. (Génesis 11:9.)
Una controversia
Está claro que la comunidad científica no acepta de buena gana este relato bíblico. Según ella, realmente no hay acuerdo alguno sobre cómo se desarrolló el idioma de China. Además, entre los eruditos hay opiniones contradictorias en cuanto a si la escritura china se desarrolló en China o si fue importada, por lo menos inicialmente.
Por ejemplo, I. J. Gelb en su libro A Study of Writing (Un estudio de la escritura) escribió: “El que la escritura china se derivara directamente de Mesopotamia, como sugieren algunos eruditos que se basan en comparaciones formales de los signos chinos y mesopotámicos, nunca se ha probado por un método científico riguroso”. De manera parecida, David Diringer escribió en su libro The Alphabet: “El intento de algunos eruditos de probar el origen sumerio de la escritura primitiva de China implica por lo menos grandes exageraciones”.
Pero se debe notar que la Biblia no dice que todos los demás idiomas se hayan desarrollado o derivado del “un solo lenguaje y conjunto de palabras” que usaron las personas de Sinar. Lo que indica es que los idiomas que resultaron de la confusión fueron tan diferentes los unos de los otros y tan poco relacionados los unos con los otros que la gente tuvo que abandonar el proyecto de construcción y dispersarse “por toda la superficie de la tierra”, pues ya no podían comprenderse los unos a los otros ni comunicarse los unos con los otros.
Evidentemente lo que sucedió fue que el proceso de confusión borró los patrones del idioma original de la mente de las personas y los reemplazó con unos nuevos. Así los nuevos idiomas que hablaron eran completamente diferentes del que habían conocido antes. No eran ramificaciones ni productos del “un solo lenguaje” original.
Sin embargo, lo que se debe tener presente es que aunque sus patrones de lenguaje cambiaron, evidentemente no cambiaron sus pensamientos y recuerdos. Sus experiencias, tradiciones, temores, amores, sentimientos y emociones permanecieron. Las personas llevaron estas cosas consigo adondequiera que fueron, las cuales influyeron profundamente en las religiones, la cultura y los idiomas que se desarrollaron en los extremos de la Tierra. En el caso del idioma chino, parece que tales recuerdos surgieron también en los caracteres pictográficos e ideográficos.
Por lo tanto, no es sorprendente que, después de exponer su objeción a la teoría de que la escritura china se derivó directamente de la escritura sumeria, Diringer, a quien citamos anteriormente, haya admitido que “el concepto general de la escritura quizás se haya tomado, directa o indirectamente, de los sumerios”.
¿Qué podemos concluir?
Nuestro breve examen de las ideas tras los caracteres chinos ideográficos saca a luz la cuestión de su fuente. Como hemos visto, a los eruditos se les hace difícil aceptar la proposición de que la escritura china se haya derivado de una fuente externa. Pero su objeción se basa en la falta de una similitud formal o externa. Hasta que se haga disponible más prueba arqueológica, el asunto tal vez permanezca sin resolver.
En cambio, hemos notado que la similitud entre los pensamientos tras muchos de los caracteres chinos y el registro bíblico de la historia primitiva del hombre no es nada menos que asombrosa. Aunque la evidencia sea solo circunstancial, no obstante, es fascinador pensar que hay la posibilidad de que la caligrafía china que está practicando nuestro estudiante jovencito podría tener su base en las ideas transportadas desde Sinar como resultado de la confusión y dispersión que se llevó a cabo en la torre de Babel.
[Ilustración en la página 22]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
El desarrollo de algunos caracteres chinos en el transcurso de los siglos
CABALLO
TORTUGA
PEZ