BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g85 8/3 págs. 20-21
  • “¿Has entrado en los depósitos de la nieve?”

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • “¿Has entrado en los depósitos de la nieve?”
  • ¡Despertad! 1985
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • ¿Es único cada copo de nieve?
  • Nuestra capa “térmica”
  • Nieve
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
  • Un manto invernal
    ¡Despertad! 1996
  • Nieve
    Ayuda para entender la Biblia
  • Las maravillas del invierno
    ¡Despertad! 1970
Ver más
¡Despertad! 1985
g85 8/3 págs. 20-21

“¿Has entrado en los depósitos de la nieve?”

MIENTRAS el fuego ardía y calentaba el interior, una capa blanca había empezado a cubrir la casa y la tierra silenciosamente y poco a poco. Estaba nevando. En el caso de algunas personas, momentos como ése hacen que la mente busque la respuesta a una pregunta que se planteó hace siglos: “¿Has entrado en los depósitos de la nieve?” (Job 38:22, Nueva Biblia Española). Aun hasta el día presente, la nieve —su origen y el desarrollo y diseño de los copos— desconcierta la mente de científicos.

Pero ¿qué es en realidad esa capa de cosas suaves y livianas? En términos sencillos, la nieve es una aglomeración de cristales de hielo que se forma del vapor del agua en el aire. La temperatura, la humedad y la presión barométrica contribuyen a esculpir las hermosas formas simétricas de los cristales de hielo. Cuando la temperatura cerca del suelo está a más de 0 °C (32 °F), puede que la nieve nos llegue en forma de lluvia. Pero si la temperatura está a menos de 0 °C, los diminutos cristales se aglomeran para formar un copo de nieve.

Pero tiene que tener algo en torno a lo cual se forme la humedad, algo que sirva de “semilla”. ¿Qué se puede utilizar? Cualesquier partículas microscópicas que estén flotando en el aire pueden servir... polvo, sal o hasta contaminación ambiental. En torno a dichos núcleos, los cristales de hielo se desarrollan hasta formar estrellas planas de seis puntas, pilares hexagonales o agujas brillantes. A medida que la nieve cae lentamente hacia la tierra desde una altura de hasta 10 kilómetros (6 mi), puede que choque con otros cristales y se adhiera a ellos, o tal vez se haga pedazos y forme más “semillas” para más cristales.

¿Es único cada copo de nieve?

He aquí dos estadísticas que quizás le sorprendan: Veintiocho decímetros cúbicos (1 pie⁠3) de nieve puede contener 10.000.000 de copos de nieve. Y se ha calculado que hasta la mitad de la superficie de la Tierra y 10 por 100 del mar, aproximadamente 124.000.000 de kilómetros cuadrados (48.000.000 mi⁠2), pueden estar a veces debajo de esa capa invernal. Dado que hay tanta nieve, ¿es posible que no haya dos copos de nieve iguales? ¡Sí!

Para tratar de comprender a qué se debe esto, consideremos tan solo unos cuantos datos más. Millones de moléculas de agua, que pueden disponerse de muchas maneras diferentes, tal vez formen un solo cristal de hielo. Y se requieren entre uno y más de cien de dichos cristales de hielo para formar un copo de nieve. De acuerdo con Charles Knight, físico del Centro Nacional Estadounidense de Investigaciones Atmosféricas, si se introdujeran todos estos números en un ordenador, se hallaría que hay todavía más combinaciones posibles de moléculas en cada copo de nieve que la cantidad de copos de nieve que ha caído en toda la historia de la Tierra.

Además, el aire en torno a un copo de nieve influye en el desarrollo de éste. Como se mencionó anteriormente, la humedad, la temperatura y la presión barométrica esculpen la nieve. Sin embargo, el viento también la moldea. Los cuatro factores pueden variar de un momento a otro. La nieve, al caer, puede atravesar masas de aire de temperaturas variables. El viento quizás se la lleve a través de un sinnúmero de gamas de temperatura y humedad durante su descenso. Y puesto que no es probable que dos copos de nieve sigan el mismo camino hacia la tierra, cada uno ciertamente debe ser único.

Nuestra capa “térmica”

Tal como muchas personas disfrutan de una manta suave y caliente en una noche fría de invierno, así la Tierra tiene su propia manta o capa invernal. Gracias a la nieve, las fluctuaciones de temperatura del suelo se moderan. El suelo conserva el calor que había absorbido antes de que quedara cubierto. Así las semillas quedan protegidas y las siembras van a crecer para la próxima época de cosecha.

No obstante, la capa de nieve no solo sirve de aisladora para la tierra; también la fertiliza. ¿Cómo lo hace? Depositando nitratos vitales en la tierra. En la década de los setenta se calculó que una nevada de término medio en las granjas de las praderas depositaba nitratos por valor de aproximadamente $20 por cada media hectárea (1 acre).

Y, ¿sabía usted que se ha dicho que la nieve es la “represa” más eficaz de todas? El agua se conserva o almacena en forma de nieve. Se mantiene en esta forma hasta que se libera al derretirse la nieve en la primavera. Por lo tanto, la nieve conserva el agua como lo hace una represa. Aun entonces, debido a que refleja los rayos del Sol, la nieve se derrite gradualmente, y así gran parte del agua se va filtrando en el suelo en vez de simplemente irse fluyendo.

Hace más de 2.500 años, la Biblia bosquejó estos beneficios de la lluvia y la nieve al declarar: ‘La lluvia fuerte desciende, y la nieve [...] y realmente satura la tierra y la hace producir y brotar, y realmente se da semilla al sembrador y pan al que come’ (Isaías 55:10). Sí, para muchos habitantes de la Tierra, el agua que beben y el alimento que comen, y hasta la electricidad que usan, quizás resulten directa o indirectamente de aprovechar “los depósitos de la nieve”.

[Recuadro en la página 21]

Se ha preguntado usted alguna vez...

¿De qué color es la nieve?

“Blanca”, respondería la mayoría de la gente. Sin embargo, la nieve es transparente; es clara. Está compuesta de miles de millones de prismas diminutos. A medida que la luz pasa por cada prisma de cristal, ésta se descompone en todos los colores del arco iris. Los ojos, al no poder captar todos esos colores al mismo tiempo, simplemente los suma y refleja su totalidad... el blanco.

¿Por qué me duele la espalda después de mover nieve con la pala, si los copos de nieve son livianos y delicados y se los lleva el viento?

El peso de millones de copos de nieve amontonados uno encima del otro es considerable. Por ejemplo, si sacara la nieve de una acera que midiera 15 metros (50 pies) de largo por 1,5 metros (5 pies) de ancho después de una nevada de 38 centímetros (15 pulgadas), ¡usted habría levantado aproximadamente 900 kilos (2.000 libras) de nieve!

[Ilustración en la página 21]

Todos los cristales de hielo son simétricos y tienen seis facetas; no obstante, no hay dos iguales

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir