Los jóvenes preguntan...
‘¿Puede arruinarme la salud el fumar marihuana?’
Las gotas para los ojos parecen ayudar. Por lo menos le quitan la rojez de los ojos lo suficiente como para que sus padres no noten nada. Y si lo notan, siempre puede decirles que pusieron demasiado cloro en la piscina de la escuela. En cuanto al olor, lo elimina muy bien el desodorante para habitaciones que usa mamá. Es cierto que a veces a él le preocupa que algún día sus padres encuentren los cigarrillos de marihuana que tiene escondidos en su ropero. Pero él tiene la cura para la preocupación: Dar otra chupada a su cigarrillo de marihuana.
EL JOVEN que fuma marihuana tiende a considerar su hábito como un pasatiempo inofensivo. A menudo le preocupa más el mantener secreto su hábito que el posible efecto de este en su mente y cuerpo.
No obstante, una encuesta auspiciada por el Instituto Nacional Contra el Abuso de las Drogas, de los Estados Unidos, reveló que entre los estudiantes de escuela secundaria el uso de la marihuana ha disminuido. ¿Cuál es la razón? Aparentemente tiene que ver con el temor de que la marihuana haga daño a la salud.
Pero los adolescentes no son los únicos que están preocupados. El Inspector General de Salud Pública de los Estados Unidos declaró públicamente lo siguiente: “Insto a otros médicos y profesionales a que informen a los padres y pacientes sobre los efectos nocivos del uso de la marihuana y recomienden que se descontinúe su uso”. Pero ¿hay prueba convincente de que el fumar marihuana ‘contamine la carne’? (2 Corintios 7:1.)
Cómo afecta tus pulmones y tu garganta
En cuestión de minutos después de inhalarlo, el humo del cigarrillo de marihuana empieza a afectar al usuario. El pulso se le acelera súbitamente, la boca y la garganta se le secan, los ojos se le enrojecen... y a menudo el usuario se pone en un estado de euforia, aunque temporalmente. Pero después de estudiar miles de investigaciones sobre el tema, el Instituto de Medicina de los Estados Unidos concluyó que es motivo de “grave preocupación nacional” el que los usuarios de la marihuana tal vez paguen caro el placer.
Considera tus pulmones. Hasta los defensores más acérrimos de la marihuana admiten que el inhalar humo no puede ser de beneficio para ti. El humo de la marihuana, al igual que el humo del tabaco, consiste en una serie de sustancias tóxicas, como la brea. No obstante, hay quienes afirman que, puesto que hasta los usuarios empedernidos de la marihuana fuman mucho menos que los fumadores de tabaco, el peligro es mínimo.
Pero un ex usuario de la marihuana llamado David dice: “He fumado cigarrillos regulares y de marihuana, y yo diría que la marihuana es más perjudicial para los pulmones, aunque solo sea por la manera como se inhala el humo de la marihuana. La mayoría de los fumadores de cigarrillos aspiran el humo y lo retienen en la boca; entonces lo inhalan junto con un poco de aire, que diluye el humo. Al aspirar no hacen que el humo pase directamente del cigarrillo a los pulmones; pero los fumadores de la marihuana sí lo hacen. Solíamos aspirar desesperadamente el humo de un cigarrillo de marihuana, y entonces reteníamos el humo en los pulmones por el tiempo que podíamos aguantarlo. Después de todo, un cigarrillo de marihuana cuesta mucho dinero, ¡y queríamos inhalar todo el humo posible!”.
Son interesantes los resultados de la encuesta que hizo el doctor Forest S. Tennant, hijo, entre 492 soldados del ejército estadounidense que habían usado la marihuana. Casi 25 por 100 de ellos “padecían de dolores de garganta por haber fumado cáñamo de la India, y alrededor de 6 por 100 informaron que habían padecido de bronquitis”. En otro estudio, Tennant y sus asociados examinaron a 30 usuarios de la marihuana. Se halló que 24 de ellos tenían “lesiones [bronquiales] que caracterizan las etapas iniciales del cáncer”. Es cierto que no hay garantía de que estas personas de hecho vayan a desarrollar cáncer en años posteriores. Pero ¿quién quiere servir de conejillo de Indias en investigaciones relacionadas con el cáncer?
La Biblia muestra que Dios “da a todos vida y aliento” (Hechos 17:25). ¿Mostraría respeto al Dador de vida el inhalar algo que causa daño a los pulmones y la garganta?
La marihuana y tu cerebro
En Eclesiastés 12:6 se llama poéticamente al cerebro humano “el tazón de oro”. El cerebro, que es un poco más grande que el puño y pesa escasamente 1,4 kilogramos (tres libras), no solo es el receptáculo precioso de tus recuerdos, sino también el centro de mando de todo tu sistema nervioso. Pero el Instituto de Medicina advierte: “Podemos decir con confianza que la marihuana produce efectos graves en el cerebro, incluso cambios químicos y electrofisiológicos”. (Las cursivas son nuestras.)
No se sabe exactamente cómo la droga realiza los trucos que alteran la mente. Tampoco hay prueba concluyente de que la marihuana cause daño permanente al cerebro. El doctor Robert Heath ha hecho algunos experimentos en que ha expuesto a monos a grandes dosis de marihuana. El examen que se hizo del cerebro de los monos reveló que las células del cerebro habían sufrido daño. Sin embargo, se han criticado los estudios de Heath por ser limitados (se informa que solo se examinó a cuatro monos) y carecer de controles científicos. No obstante, como reconoció el Instituto de Medicina, no se puede descartar a la ligera la posibilidad de que la marihuana cause daño al “tazón de oro”.
¿Defectos congénitos?
Quizás te parezca que todavía falta mucho para que llegues a ser padre. Pero probablemente has considerado en algún momento la posibilidad de casarte y tener hijos. ¿Pudiera constituir una amenaza para tus hijos aún no nacidos el que fumes marihuana? Los investigadores temen que sí.
La publicación Marijuana Effects on the Endocrine and Reproductive Systems (Los efectos de la marihuana en los sistemas endocrino y reproductivo) informa que la marihuana parece provocar abortos espontáneos en las ratonas. Parece que la droga también suprime la producción de ciertas hormonas en los machos. Es cierto que un hombre no es un ratón. No obstante, los investigadores dicen: “Los estudios clínicos [sobre los efectos de la marihuana] en los sujetos humanos generalmente concuerdan con los hallazgos entre los animales”. Todavía no se sabe exactamente cuán importante o hasta peligroso sea el efecto en el sistema reproductivo. Sin embargo, los investigadores advierten que parece que la marihuana presenta una amenaza más grave para los adolescentes, puesto que el sistema reproductivo de ellos todavía está en desarrollo.
El Instituto de Medicina también informa que se sabe que la marihuana “causa defectos congénitos cuando se administra en grandes dosis a los animales que se usan en experimentos”. Es cierto que “no se han llevado a cabo estudios clínicos adecuados para determinar si el uso de la marihuana perjudica al feto humano”. No obstante, “tal vez en los estudios que se han hecho hasta la fecha no se detecten los efectos lentos o sutiles [de la marihuana en la progenie humana]”. (Las cursivas son nuestras.) Esto se debe a que los defectos congénitos no siempre se manifiestan inmediatamente.
Por ejemplo, hace varios años los médicos administraron la hormona DES para evitar los abortos. Los hijos de madres que usaron esta droga parecían perfectamente sanos. Pero años después, cuando algunas de las niñas crecieron, desarrollaron cáncer. De igual manera, pudiera tomar años para poder probar que la marihuana produce defectos congénitos. Pero el Instituto de Medicina reconoce que “realmente pudieran existir anormalidades del sistema nervioso, y disminución de peso y de estatura [de la criatura] al nacer” debido a que los padres hayan usado la marihuana.
Por consiguiente, el doctor Gabriel Nahas dice que el fumar marihuana pudiera ser una “ruleta genética”. ¿Se arriesgaría alguien que considere a los hijos “una herencia de parte de Jehová”? (Salmo 127:3.)
‘No hay nada que lo iguale’
Por lo tanto, hay muchas razones para no fumar marihuana. La Biblia dice: “La hermosura de los jóvenes es su poder” (Proverbios 20:29). ¿Por qué arriesgarte a perder la salud y su consecuente vitalidad por los placeres de una droga que altera la mente?
El libro Self-Destructive Behavior in Children and Adolescents (Comportamiento autodestructivo de los niños y los adolescentes) declara que el usar drogas “sigue siendo una de las pocas opciones placenteras para muchos jóvenes; quizás sea una manera confiable y previsible de dar realce a una existencia que de otro modo sería poco remuneradora”. Pero hay maneras menos peligrosas de dar mayor significado a la vida. Un ex usuario de la marihuana dice: “Ya no necesito ponerme en un estado de euforia. Conozco la verdad y tengo una relación con Jehová Dios... y no hay nada que iguale a esto”.
Así, en vez de contaminar tu cuerpo, ¡esfuérzate por desarrollar dicha relación con Dios! No es muy difícil hacerlo. De hecho, Dios hace esta promesa a los que se esfuerzan por ‘limpiarse de toda contaminación de la carne y del espíritu’: “‘Yo los recibiré.’ ‘Y yo seré para ustedes padre’” (2 Corintios 6:17–7:1). Cuando disfrutes de la amistad de Dios, tú, también, dirás que ¡no hay nada que lo iguale!
[Recuadro en la página 16]
La marihuana... ¿nueva droga maravillosa?
Se ha hecho mucho ruido con relación a las afirmaciones de que la marihuana quizás tenga valor terapéutico para tratar la glaucoma y el asma, y para aliviar las náuseas que experimentan durante la quimioterapia los pacientes que padecen de cáncer. Un informe del Instituto de Medicina reconoce que hay algo de verdad en estas afirmaciones. Pero ¿significa esto que en el futuro cercano los médicos estarán recetando cigarrillos de marihuana?
Es poco probable. Pues, aunque algunos de los más de 400 compuestos químicos de la marihuana puedan resultar útiles, difícilmente sería lógico fumar la marihuana para ingerir dichos compuestos como medicina. “El usar la marihuana —dice el doctor Carlton Turner, eminente autoridad en la materia—, sería como dar de comer a las personas pan enmohecido para administrarles penicilina.” De modo que si algunos de los compuestos de la marihuana llegaran a ser alguna vez medicinas auténticas, lo que los médicos recetarían sería los “derivados” de la marihuana o “sustancias análogas”, compuestos químicos similares a ella. No es de extrañar, pues, que el Secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos haya escrito: “Se debería recalcar que los posibles beneficios terapéuticos de ningún modo modifican la importancia de los efectos negativos que la marihuana causa a la salud”.
[Ilustración en la página 15]
¿Vale la pena correr los riesgos de fumar la marihuana?
SISTEMA REPRODUCTIVO DAÑADO
CÁNCER PULMONAR
Daño cerebral