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  • ¿Tan solo un simple enamoramiento?

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  • ¿Tan solo un simple enamoramiento?
  • ¡Despertad! 1987
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¡Despertad! 1987
g87 8/1 págs. 20-22

Los jóvenes preguntan...

¿Tan solo un simple enamoramiento?

“¿SE ENAMORARON alguna vez de alguien cuando eran adolescentes?” El corresponsal de ¡Despertad! hizo esta pregunta a un grupo de adultos entre los 21 y 70 años de edad. ¿Cuál fue la reacción inmediata? Se oyeron risas, y un raudal de recuerdos les vino a la memoria.

“¡Cómo me enamoré! —respondió Jerrya—. No era más que un adolescente cuando me enamoré profundamente de una muchacha que era seis años mayor que yo. Era hermosísima... ¡tenía unos ojazos castaños! Pero no le dije a nadie lo que yo sentía. Ni siquiera mi madre pudo detectar que me gustaba la muchacha.”

“Me enamoré perdidamente de mi maestro de arte —recuerda Valerie, que actualmente está casada—. ¡Era tan guapo!” Jane, madre de dos hijos, no se queda atrás al decir: “Cuando era adolescente, me enamoré de mi cantante favorito. Para sus conciertos, me levantaba temprano por la mañana para poder sentarme en la primera fila. ¡En cierta ocasión un par de muchachas y yo hasta fuimos corriendo a su camerino! Pero cuando finalmente lo vi, me quedé allí parada boquiabierta”. Pues, ¡hasta el miembro de más edad de nuestro grupo recuerda haberse enamorado de alguna estrella de cine!

Sí, pregunta a casi cualquier grupo de adultos y hallarás que casi todos ellos se han enamorado de alguien cuando eran más jóvenes. A menudo se enamoraban de personas que eran inalcanzables... maestros, estrellas musicales, amistades mayores. La sicóloga Kathy Moricca dice: “El enamorarse es parte del desarrollo. Casi todos los jóvenes pasan por esta experiencia”. Y la mayoría de ellos se las arreglan para sobrevivirla... sin que el orgullo ni el sentido del humor sufran. De hecho, por lo general, años después la mayoría de ellos toma a risa dicha experiencia.

No obstante, cuando te enamoras, no parece haber nada de divertido en el asunto. “Me sentía frustrado —recuerda Jerry— porque no podía hacer nada al respecto. Sabía que era demasiado mayor para mí, pero a mí me gustaba ella. Todo aquello me tenía trastornado.” Valerie añade: “Me imaginaba casada con mi maestro. Tendríamos cuatro hijos y viviríamos en un hogar hermoso. Se me hizo muy difícil olvidarlo”.

Es doloroso querer a alguien con quien nunca establecerás relaciones románticas. Y el que se te diga que lo que sientes no es más que una ilusión pueril no te hace sentir mejor. En lo que a ti respecta, ¡tus sentimientos son reales! ‘¿Por qué nadie me cree cuando digo que estoy enamorado?’, te preguntas.

Análisis de lo que es enamorarse

“El amor es de Dios”, dice el apóstol Juan. (1 Juan 4:7.) Por lo tanto, no es pecado enamorarse de alguien... siempre que tales sentimientos no sean inmorales o incorrectos (como el enamorarse de una persona casada). No obstante, el amor cristiano se basa en principios, no en la pasión. (Compara con 1 Corintios 13:4-7.) Y la Biblia no asocia esta clase de amor con los jóvenes, sino con cristianos que son maduros en sentido espiritual, u ‘hombres hechos’. (Efesios 4:13-15.)

Cuando se es joven, a menudo “los deseos incidentales a la juventud” dominan los pensamientos y acciones de uno. (2 Timoteo 2:22.) Sí, la pubertad provoca sentimientos nuevos y potentes. A la mayoría de nosotros nos toma años aprender a controlar esos deseos. Es interesante notar que el libro The Individual, Marriage, and the Family también observa: “Debido al énfasis que nuestra sociedad da a la importancia del amor romántico, el joven [...] sueña con enamorarse mucho antes que esté listo para ello o siquiera haya encontrado a la persona apropiada a quien hacer objeto de su amor romántico”.

¡Qué sentimiento de frustración produce el que se aviven los sentimientos románticos... y no tener a nadie a quien prodigarlos! Además, muchas veces “las muchachas llegan a tener seguridad en sí mismas y a sentirse a gusto socialmente a una edad más temprana que los muchachos”, comenta la revista Seventeen. Como resultado, “a menudo a ellas les parece que sus compañeros de clase varones son inmaduros y poco interesantes en comparación con los maestros” u otros hombres mayores e inalcanzables. Por consiguiente, la muchacha pudiera imaginarse que el hombre “ideal” lo es su maestro favorito, algún cantante de música popular o un amigo mayor. Y los muchachos pueden enamorarse de igual manera.

Sin embargo, no hay casi ninguna posibilidad de que se desarrolle un verdadero romance con ese encantador profesor o sensual cantante. Obviamente, pues, cualquier tipo de amor que se sienta por esas figuras distantes se basa más en la fantasía que en la realidad. No es de extrañar que, según The Individual, Marriage, and the Family, ¡tales ilusiones tiendan a ser “más bien efímeras”! O como lo describe la revista ’Teen: “Para la mayoría de los adolescentes, el enamorarse es tan común como los resfriados”. No obstante, algunos jóvenes persisten en sus fantasías e insisten en que están enamorados de verdad.

El enamorarse... ¿inofensivo, o perjudicial?

‘Pero si casi todo el mundo se enamora alguna vez —dices—, ¿qué hay de malo en ello?’ Bueno, a ‘casi todo el mundo’ le ha dado también sarampión. El hecho es que hay enamoramientos que pueden causar daño.

En primer lugar, muchos objetos del afecto de un adolescente no son dignos de la estima de un cristiano. Un sabio dijo: “La tontedad ha sido colocada en muchos puestos encumbrados”. (Eclesiastés 10:6.) Por eso, a un cantante se le idolatra porque tiene una voz melodiosa o es bien parecido. Pero ¿cuál es su conducta moral? ¿No es el estilo de vida de muchos ídolos del “rock” uno de tontedad? La Biblia también advierte a los cristianos: “La amistad con el mundo es enemistad con Dios”. (Santiago 4:4.) ¿No pondría en peligro tu amistad con Dios el que te enamoraras de una persona cuya conducta Dios condena? También es incorrecto abrigar sentimientos amorosos para con alguien casado. (Proverbios 5:15-18.)

La Biblia también dice: “Guárdense de los ídolos”. (1 Juan 5:21.) Esto es cierto hasta cuando la persona a quien se idolatra lleva una vida relativamente aceptable. ¿De qué calificarías tú el que la habitación de un joven esté decorada de pared a pared con fotografías de su estrella musical predilecta? ¿No raya eso peligrosamente en la idolatría? “No lo idolatro en absoluto”, alega una joven con relación a su cantante favorito. Pero también admite: “Siempre estoy pensando en esta persona en particular. [...] Tengo que sacar de la mente a esa persona”.

De hecho, hay quienes permiten que sus fantasías le nublen la razón. Otra muchacha escribe lo siguiente acerca de su enamoramiento con un cantante popular: ‘Quiero que él sea mi novio, ¡y he orado por que eso se convierta en realidad! Solía dormir con la carátula de su disco porque eso era lo más cerca que podía estar de él. He llegado al punto de que si no lo consigo para mí, me quitaré la vida’. ¿Pudiera agradar tal pasión insensata a Dios, que nos manda a servirle con “juicio sano”? (Romanos 12:3.)

En Proverbios 13:12 la Biblia dice: “La expectación pospuesta enferma el corazón”. El cultivar ‘expectaciones’ románticas por una relación imposible literalmente te puede enfermar. Los médicos dicen que un amor no correspondido causa “depresión, ansiedad y agotamiento general [...] insomnio o letargo, dolores en el pecho o falta de aliento”.

Piensa también en el daño que te haces cuando permites que la fantasía domine tu vida. El Dr. Lawrence Bauman dice que uno de los primeros indicios de un enamoramiento descontrolado es “aflojar en los estudios escolares”. Otro resultado común cuando se es víctima de una ilusión romántica es el aislarse de las amistades y la familia. (Compara con Proverbios 18:1.) Una joven que “amaba” a un cantante popular confiesa: “Aun mi familia estaba enojada debido a mi comportamiento”, pues estaba desatendiendo su relación con todos los demás.

Aun cuando ninguna mala consecuencia resulte de ello, también está la humillación de hacer el ridículo. “Me avergüenza admitir esto —dice el escritor Gil Schwartz—, pero me porté como un payaso mientras estuve enamorado de Judy.” Mucho tiempo después de haberse desvanecido el enamoramiento la persona puede conservar recuerdos de cómo perseguía por todos lados a alguien o de alguna escena que tal vez haya hecho en público.

Afortunadamente, como en el caso de los adultos mencionados al principio del artículo, la mayoría de los jóvenes se sobrepone a tales enamoramientos al hacerse adultos. Y un artículo futuro ayudará a los que no han podido sobreponerse. Mientras tanto, el mejor consejo es que reconozcas una ilusión romántica por lo que es... una fantasía juvenil.

Tal vez haya algún valor que compense el ‘haber amado y perdido’. No obstante, nunca permitas que un enamoramiento sin esperanza controle tu vida ni consuma tus emociones. El escritor Gil Schwartz recuerda lo inútil que es esto. “A pesar de todas las pasiones e intrigas que invertí en Judy —recuerda él— estoy seguro de que ella nunca ha vuelto a pensar en mí.”

[Nota a pie de página]

a Se han cambiado algunos de los nombres.

[Ilustración en la página 20]

El ilusionarse con personas mayores —no disponibles— del otro sexo es bastante común

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