El libro Creación va a la escuela
Tengo 12 años de edad y estoy en el séptimo grado de escuela intermedia en Hazel Park, St. Paul, Minnesota. Cuando mi maestra de ciencia mencionó que nuestra próxima asignación trataría sobre los animales y el origen de estos, ella sugirió que consideráramos la evolución. Pensé que era la oportunidad perfecta para llevar a la escuela nuestro libro La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación?
Al verlo, las ilustraciones le llamaron la atención. Me preguntó si podría llevárselo a casa a fin de examinarlo con cuidado. Sucedió que tuvimos un receso de dos semanas. Cuando regresó a la escuela, me preguntó si podía comprar este libro. Por supuesto, le dije. Solo cuesta $2,50.
Ella dijo que el libro le ayudaría, puesto que hay una ley que prohíbe el que se enseñe religión en la escuela. Ahora podría presentar a sus alumnos información acerca de la creación sin que ella tuviera que enseñar religión. En muchas ocasiones, en la sala de clases, ella mantenía el libro en su mano y señalaba a ciertas ilustraciones adecuadas de acuerdo con lo que estaba enseñando ese día. Después de referirse así muchas veces al libro, invitaba a los estudiantes a llevarse prestado el libro cada vez que lo desearan. También puso a la disposición de ellos un ejemplar de la Biblia, de manera que los estudiantes pudieran leer el registro de Génesis acerca de la creación.
Cuando nuestra asignación estuvo casi completa, eché un vistazo a la lista para ver cuántos habían tomado prestado el nuevo libro Creación. Me sorprendió ver cuántos de mis condiscípulos mostraron verdadero interés en saber si evolucionamos o fuimos creados. Mi profesora dijo que anteriormente había leído nuestra literatura, pero que le había gustado mucho este libro.—A. P., Estados Unidos.