De nuestros lectores
Vencer el estrés
Deseo expresarles mi agradecimiento por el artículo: “¿Puedo vencer el estrés?” de la sección “Los jóvenes preguntan...” (8 de abril de 1987). Estoy suscrita a su revista y quiero decirles lo animador que es ver puestos por escrito los propios sentimientos de una. Siempre creemos que somos los únicos que nos sentimos de cierta manera. Me ha conmovido ver el espíritu tan comprensivo que les motiva, y espero que muchas otras personas también se hayan sentido conmovidas.
S. S., Italia
Quiero darles muchas gracias por el artículo que publicaron sobre cómo vencer el estrés. Pronto voy a cumplir doce años, y algunas de mis tareas escolares me ponen nervioso, especialmente el inglés. A veces, no me veo capaz de continuar. Pero en el artículo se detallaban cinco puntos que ahora voy a tratar de poner en práctica.
M. N., República Federal de Alemania
A modo de recordatorio, los cinco puntos son: 1) Disminuye las cosas irritantes. 2) Organiza y limita tus actividades. 3) Minimiza el temor al fracaso. 4) Habla con alguien. 5) Recurre a la oración. —La dirección.
¿Qué significa la ropa?
Me gustó mucho su artículo: “¿Qué significa para usted la ropa?” (8 de febrero de 1987). Dicho artículo proporcionó consejos e ideas muy útiles en cuanto a cómo sacar el mayor provecho de nuestro guardarropa y acerca de mantener un buen equilibrio con respecto a la ropa. Es importante tener en cuenta esos factores a fin de que nuestra apariencia refleje de manera favorable a nuestro Creador.
P. T., Inglaterra
Me ayudó mucho el artículo: “¿Qué significa para usted la ropa?”. Solía gustarme la ropa de última moda, pero el artículo me mostró la necesidad de ejercer cuidado en este asunto, pues en él se recomendaba que cada persona vistiese siempre de acuerdo con su edad. Les agradezco las sugerencias que dieron para tener un guardarropa de calidad.
R. R., Brasil
Las fobias
Me sorprendió muchísimo ver que los temas de su artículo acerca de “Las fobias” consideraban mi propio problema (8 de febrero de 1987). Durante aproximadamente veinte años, ha supuesto una verdadera dificultad para mí escribir en presencia de otras personas, especialmente a la hora de firmar. Estaba convencido de que era el único al que le ocurría esto. Sin duda podrán comprender ustedes mi sorpresa cuando en la revista ¡Despertad! se mencionó este mismo asunto. Por fin supe que no estaba solo, que alguien más sabía lo que representa experimentar este temor y que probablemente esa persona también trataba de evitar las situaciones en las cuales se presenta ese problema. Creo que era el deseo de Dios que yo leyese ese artículo, y a Él le doy las gracias por haber hecho que me llegara dicho artículo por medio del hombre y la muchacha que me trajeron la revista.
J. M., Inglaterra
Tengo trece años y deseo agradecerles los temas del artículo sobre “Las fobias”. Me gustaron mucho, especialmente debido a que padezco claustrofobia. ¡Es algo obsesivo! A veces, creo que voy a volverme loca. Creía que no serviría de nada acudir al médico y que tendría que solucionar el problema por mí misma. Ahora, gracias a su artículo, me doy cuenta de que debería hablar con mi médico acerca del problema y tratar de tranquilizarme, pues me pongo nerviosa con mucha facilidad.
T. Z., Italia