De nuestros lectores

Una revista docente

El presidente de un comité literario de la Iglesia Anglicana de la Santísima Trinidad, y rector de la escuela en la que enseño, calificó la revista ¡Despertad! de excelente y docente. Dijo: “La revista ¡Despertad! investiga, escudriña, interpreta, analiza y divulga fielmente los acontecimientos mundiales tal como son”. Sigan publicando esta revista excelente y docente.

V. N. E., Nigeria

Relaciones sexuales premaritales

Como joven de diecinueve años de edad que radica en La Paz, Bolivia, el otro día, por casualidad, obtuve un ejemplar de la ¡Despertad! del 22 de abril de 1986, que llevaba el título ‘SIDA’. Me quedé muy impresionado con todos los artículos publicados, especialmente el que dice ‘¿Cómo puedo decir no a las relaciones sexuales premaritales?’ [Los jóvenes preguntan...]. Leí el artículo y reflexioné sobre los muchos errores cometidos no solo por mí sino por muchos jóvenes bolivianos, puesto que aquí vivimos en una sociedad corrompida por la violencia y el sexo. Me animé a leerlo a algunos de mis amigos del barrio. Al principio, se burlaron de mí, pero sé que hizo que algunos se detuvieran y pensaran, como yo lo hice. Por eso, decidí escribir para pedirles que sigan adelante ayudando a gente joven que sigue el mal camino.

R. U. A., Bolivia

Las fobias

Les estoy muy agradecido por haber publicado los artículos que trataban sobre las fobias (8 de febrero de 1987). Soy soltero y tengo veintiséis años, y durante dos años he tenido ataques de antropofobia [temor a la gente] y neurosis de ansiedad. A pesar de que recurrí a los psiquiatras sabía muy poco acerca de mi enfermedad, y cada día sufría de ansiedad pensando que mi problema pudiera deberse a alguna deficiencia personal en mi vida cristiana. Gracias a su artículo he podido hallar una esperanza de solucionar mi problema a partir de ahora. Ahora sé que no soy el único que padece de este mal.

Y. O., Japón

Me gustó leer el artículo “Acorralados por las fobias”. Me ha sido de gran ayuda el saber que alguien comprende el problema. A los trece años sufría de agorafobia [temor a los lugares abiertos]. Permanecí en casa durante un año, aterrorizada ante la idea de salir al exterior. Llegué a aborrecer la vida. Tardé más de tres años en ponerme bien. Recientemente tuve que permanecer en el hospital para que me hiciesen unas pruebas. Comenzó a invadirme el mismo temor. No podía dejar de llorar y me sentía muy deprimida. Al regresar a casa leí el artículo sobre las fobias. Me faltan palabras para decir lo maravilloso que es el artículo. Creo que ciertamente me ha ayudado.

J. B., Inglaterra

Esperanza para los enfermos mentales

Envié algunos ejemplares del número de su revista que trataba el tema “Esperanza para los enfermos mentales” a un hospital que tiene muchos pacientes con enfermedades mentales. (8 de septiembre de 1986.) Uno de los médicos se expresó diciendo que “estaba agradablemente sorprendido por el dominio que manifestaba el artículo sobre ese tema y también por su objetividad, especialmente con respecto a la esquizofrenia”. También añadió: “Consideramos el asunto esta mañana en nuestra reunión de médicos, y haremos circular las revistas entre nuestro personal y entre los pacientes”. Otro médico expresó agradecimiento, diciendo que “los artículos en las revistas que tratan sobre las enfermedades mentales y su tratamiento, raras veces abordan el tema de una manera tan objetiva, correcta, y sobre todo, tan alentadora”.

D. N., República Federal de Alemania