De nuestros lectores
Mi vida como hemofílico
Quiero decirles lo mucho que me conmovió el relato de John A. Wortendyke titulado: “Mi vida como hemofílico” (22 de junio de 1987). Es asombroso ver la fe que él manifestó en Jehová Dios. Actualmente estoy estudiando la Biblia con los Testigos, y el leer el relato de John ha hecho que mis problemas parezcan pequeños y que tome la determinación de no vacilar en mi servicio a Dios.
A. C., Inglaterra
De todas las excelentes experiencias que se relatan en su revista, este artículo ha sido el más conmovedor y fortalecedor de la fe que jamás he leído. Me gustaría de algún modo decirle a John Wortendyke que le incluyo a él y a su valerosa familia en mis oraciones. A medida que leía el artículo, podía notar como se me ponían tensos los músculos del estómago cada vez que leía que John había tenido otra hemorragia. Es una experiencia que tendré presente cada vez que sufra de jaquecas provocadas por la sinusitis, migrañas o ataques de artritis.
D. S., Estados Unidos
Africanos que beben leche
El artículo que publicaron con el título “¿Se librará al fin África del azote del hambre?” fue particularmente esclarecedor (8 de marzo de 1987). Sin embargo, tengan presente que la fotografía de la joven que aparece en su portada con una manzana y un vaso de leche no es lo que desearíamos ver en África. Por lo menos el 70% de la población mundial negra no tolera la lactosa. No les haremos ningún favor a los africanos nativos si les animamos a beber leche.
G. H., médico, Hawai
Nuestro corresponsal en África del Sur dice: “Consultamos a varios africanos, y nos dijeron que todos habían bebido leche cuando eran niños. Tanto la ganadería como la leche han jugado un papel importante en la vida de los negros de África del Sur antes de que los europeos se estableciesen en el continente. De hecho, en el idioma zulú existe la palabra ‘ukukleza’, con la que se describe la práctica de los vaqueros africanos de ordeñar una vaca dirigiendo el chorro directamente a la boca. Por supuesto, puede que en otros lugares de África la situación sea diferente”.—La dirección.
Librarse de las drogas
Les doy las gracias por el artículo que publicaron en la sección “Los jóvenes preguntan...” titulado “¿Cómo puedo librarme de las drogas?” (22 de septiembre de 1985). Hace algún tiempo, me sentía enfermo a causa de la ansiedad y el estrés, por lo que el médico me recetó un tranquilizante suave. En poco tiempo me sentí mucho mejor, y estaba agradecido por la medicación que me habían recetado. Posteriormente, después de enterarme de los riesgos de esos fármacos y dándome cuenta de que ya no los necesitaba, decidí no tomarlos más. Después de cuatro años y medio de haber dependido de esa medicación, sabía que se presentarían algunos síntomas de abstinencia. Pero por medio de constantemente apegarme a la guía y al consejo suministrados en el artículo, finalmente tuve éxito.
G. O., Inglaterra
¿Qué les sucede a nuestros bosques?
Deseo darles las gracias por los artículos que publicaron bajo el tema “¿Qué les sucede a nuestros bosques?” (22 de junio de 1987). Tenía que prepararme para un examen oral de geografía acerca del problema ecológico, y usé esos artículos, los cuales me fueron de gran ayuda. Conseguí una buena calificación. En el pasado he usado artículos publicados en ¡Despertad! para preparar mis tareas escolares. ¡Muchísimas gracias!
G. C., Italia