EL SIDS... ¿puede prevenirse?
“En los últimos años, en un intento de prevenir el síndrome de muerte infantil repentina (SIDS), cada vez se han utilizado más los monitores domésticos en los niños considerados de alto riesgo con respecto a dicho síndrome.” (“Pediatrics”, junio de 1986.)
EN TIEMPOS recientes se ha incrementado el uso de monitores domésticos; pero, ¿son útiles para prevenir el SIDS? Miles de padres han usado o están usando estos monitores. El monitor se coloca en el niño, y da una señal de advertencia cuando hay alguna irregularidad en la actividad cardiaca o respiratoria. La revista Science News informa que en Estados Unidos se usan, según cálculos, de 40.000 a 45.000 monitores domésticos, y se fabrican de 10.000 a 15.000 cada año. Ya que el período de peligro del SIDS es el primer año de la vida, el monitor no tiene que usarse mucho tiempo. Pero, ¿realmente salvan la vida de algunos de estos niños?
El doctor Ehud Krongrad y la enfermera diplomada Linda O’Neill, del hospital pediátrico de la universidad de Columbia, Nueva York, estudiaron a veinte niños considerados de alto riesgo. El estudio indica que es extremadamente difícil catalogar con exactitud a un niño dentro de uno de los grupos de riesgo y, por lo tanto, saber que tiene necesidad de un monitor doméstico. Dicen: “No hay ninguna prueba que pueda indicar con un alto nivel de certidumbre o grado razonable de previsión que un niño pertenece a un grupo de alto riesgo”.
Según ellos, los padres son por naturaleza muy subjetivos al diagnosticar las reacciones del niño: “La mayoría de las señales de alarma percibidas por los padres como verdaderas alarmas relacionadas con cambios físicos no obedecen a una inestabilidad eléctrica cardiaca”. De hecho, sus estudios “dan a entender que una gran mayoría de los niños que mueren repentina e inesperadamente no muestran ningún síntoma notable o clínicamente útil”. Por ello, George A. Little, de la escuela médica de Dartmouth, dijo: “Si los médicos aplican los criterios del informe, preveo una significativa reducción en el uso de monitores domésticos para la apnea infantil”.
Esta conclusión sirve para apoyar el consejo del médico forense de Tottie, citado en el primer artículo: “No había nada que usted hubiera podido hacer para evitarlo. Aunque hubiera estado al lado de la cuna con un monitor, no habría podido salvarla. No se puede ni prever ni evitar. En algunos casos, todo acaba de golpe, y por el momento no hay manera de saber la causa”. Desafortunadamente, en muchos campos, ni la ciencia ni la medicina tienen aún todas las respuestas, y el SIDS es uno de ellos.
Otro factor que debe tenerse presente es que los monitores domésticos son aparatos eléctricos. Un artículo de la revista Pediatrics comentó: “Los profesionales de la salud y los consumidores tienen que ser conscientes de que la presencia de un monitor en una casa representa riesgos potenciales, especialmente si en ella hay algún niño pequeño o en edad preescolar”. Un cable suelto es una tentación para cualquier niño, y un enchufe cercano puede ser el primer paso para una electrocución o quemadura. Por lo tanto, cuando se use un monitor doméstico, debe ejercerse mucha precaución si hay otros niños en la casa.
Niños que han estado al borde de la muerte
Un niño que ha estado al borde de la muerte es aquel cuya respiración se ha interrumpido y parece estar muerto, pero ha sido descubierto a tiempo. Quizás uno de los padres se dio cuenta de repente de que el niño había cesado de respirar, lo tomó en brazos y corrió en busca de ayuda o se apresuró al hospital más cercano. Algunas veces, la acción y el movimiento repentino han hecho que el corazón funcione de nuevo y han provocado la respiración, de modo que el niño se ha salvado sin la necesidad de un masaje cardiaco o RCP (resucitación cardiopulmonar).
En algunos casos, con el tiempo esos niños han muerto de SIDS. La doctora Marie Valdes-Dapena dice que ‘los niños que han estado al borde de la muerte tienen un riesgo especial de muerte repentina’. Los doctores deducen que “estas funciones de respiración y del ritmo del corazón están relacionadas con el sistema nervioso autónomo, y parece casi seguro que los niños que mueren de SIDS tienen algún problema en el funcionamiento de esta parte automática del sistema nervioso central”. Pero la causa sigue siendo un misterio.
De modo que el SIDS se usa para definir la muerte de un niño en circunstancias que no pueden explicarse. La autopsia tampoco revela ninguna razón válida o causa de la muerte. Con los conocimientos actuales, el SIDS normalmente no puede preverse ni prevenirse. De modo que, cuando un niño muere —ya sea repentinamente o por cualquier otra razón—, ¿cómo pueden los padres enfrentarse a tal pérdida? ¿Cómo hacen frente a su pesar?
[Fotografía en la página 9]
Niño con un monitor doméstico para comprobar su respiración