Lo que los hijos necesitan de sus padres
EL ÉXITO en la educación de un niño no debería medirse simplemente por las notas que recibe. Los valores que desarrolla, sus normas morales, su comportamiento y su manera de pensar son factores de mayor importancia. Pero, ¿sobre quién recae la principal responsabilidad por el desarrollo del niño en estos campos?
“Sobre los padres —responde un tutor con muchos años de experiencia—. El principal objetivo de la educación escolar es apoyar a los padres en la formación de hombres y mujeres responsables, que cuenten con un buen desarrollo intelectual, físico y emocional.”
Los tutores con años de experiencia a menudo han aprendido lo que produce buenos resultados y lo que no en lo que respecta a formar hombres y mujeres emocionalmente estables. Con el transcurso de los años, Roddy Cameron, otro tutor experimentado, ha tratado cientos de casos. ¡Despertad! le preguntó: “¿Qué es lo que más necesitan los hijos para salir adelante?”.
Después de reflexionar un momento, respondió: “Señálenme a un niño con problemas, y muy probablemente les podré señalar a unos padres con problemas”. Al repasar las experiencias que ha tenido al hablar con tales padres, dijo: “Cuando tratan de explicarme por qué trabajan tan duro y tienen que faltar tanto de casa, casi siempre dicen que quieren dar a sus hijos lo que ellos no tuvieron”.
Pero, ¿son las ventajas materiales que tantos padres no tuvieron en su infancia lo que realmente necesitan los hijos? ¿Son un automóvil costoso, ropa elegante y vacaciones muy especiales factores importantes para llegar a ser estudiantes bien adaptados y que tienen éxito en los estudios? “¿Qué hay de malo en un abrazo, un beso, cariño y atención? —preguntó retóricamente Cameron—. Estas cosas no cuestan nada y, sin embargo, son las que más necesitan los hijos.”
Tiempo, amor e interés
Básicamente, lo que necesitan los hijos es que se les cuide con ternura y amor. Y la manera más eficaz que tienen los padres de satisfacer dicha necesidad es mediante dar altruistamente de sí mismos, dar de su tiempo y no sentirse avergonzados de demostrar a sus hijos un amor auténtico y sin inhibiciones, así como un profundo interés. Un escritor dijo que el mejor regalo que una persona puede hacer a otra es “estar ahí”.
En su folleto Plain Talk About Raising Children (Palabras claras sobre la crianza de los hijos), el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos informó acerca de los resultados de una encuesta sobre padres que habían tenido éxito en la crianza de sus hijos. De estos padres se dijo que sus hijos, mayores de veintiún años, “eran todos adultos productivos que se estaban adaptando bien a nuestra sociedad”. A dichos padres se les preguntó: “Sobre la base de su experiencia personal, ¿cuál es el mejor consejo que darían a otros padres?”. Las respuestas más frecuentes fueron: “Ámenlos mucho”, “denles disciplina constructiva”, “pasen tiempo juntos”, “enseñen a sus hijos a distinguir lo que está bien y lo que está mal”, “desarrollen respeto mutuo”, “escúchenlos con atención”, “denles dirección, no un discurso” y “sean realistas”.
¿Suena eso prosaico o anticuado? Sin embargo, los padres harían bien en preguntarse: “Si una cosa da resultado, ¿por qué sustituirla por algo diferente, algo que no va bien?”. Sí, los factores que mantienen a las familias unidas son tiempo, amor e interés. El satisfacer esas necesidades básicas de sus hijos forma parte de la tarea que los padres tienen que realizar. Si cumplen con su asignación, ayudarán a sus hijos a que les vaya bien como estudiantes y más tarde, como adultos. No hay que pensar que con proveer cosas materiales se logrará lo mismo. En esta labor no existen atajos ni sustitutos.
Comparables a plantas
En muchos aspectos, los niños crecen y se desarrollan como las plantas. Un buen agricultor sabe lo que se requiere para recoger una buena cosecha: una tierra fértil y cultivada; luz solar y calor moderado; riego; protección, y quitar la mala hierba. Muchas veces se presentan tiempos difíciles y sinsabores hasta el mismo momento de la recogida. Pero, ¡qué orgullosos se sienten los buenos agricultores de recoger lo que tanto esfuerzo les ha costado!
No hay duda de que una vida humana es más valiosa que la cosecha de un agricultor. Por consiguiente, ¿debería esperarse que con menos esfuerzo se obtuviese el resultado deseado? Según los padres entrevistados por el Instituto Nacional de Salud Mental y de acuerdo con veintenas de padres y estudiantes entrevistados por ¡Despertad! durante los últimos dos años, la respuesta es no.
Un buen padre sabe que criar un hijo requiere entrega por su parte. El ambiente del hogar tiene que ser bueno, se debe poder respirar cariño y comprensión. Los padres deben cultivar en sus hijos, de manera suave y persistente, aprecio por los estudios y por la vida. Con paciencia, han de ajustar, vigilar y compartir bondadosamente los momentos difíciles y las congojas que entristecen la vida de todo ser humano. Si los padres hacen eso, habrá muchas posibilidades de que recojan una buena cosecha: hombres y mujeres de provecho.
[Comentario en la página 6]
‘Señálenme a un niño con problemas, y probablemente les podré señalar a unos padres con problemas’
[Comentario en la página 6]
Los factores que mantienen a las familias unidas son tiempo, amor e interés