De nuestros lectores
Síndrome de Down Gracias por el artículo “Nuestra vida con el síndrome de Down” (8 de agosto de 1989). Uno de los miembros de nuestra familia tiene un problema similar al que se mencionaba en la experiencia, y hemos podido comprobar que el cariño ha contribuido a una mejora más rápida. En las reuniones cristianas se sienta toda orgullosa con su Biblia y publicaciones bíblicas personales. Nos estimuló mucho la experiencia de Suzy y el amor que constantemente le mostró su familia.
L. S. B., África del Sur
Sobresaliente y amorosa Acabo de leer ¡Despertad! del 8 de octubre de 1989. Este número sobresalió de manera especial. Hay otras revistas muy informativas, pero a menudo me dejan con un sentimiento de tristeza o desamparo; mientras que ¡Despertad! menciona el propósito de Dios de resolver los problemas. Está redactada de manera comprensible, sincera y franca, pero a la vez amorosa. Casi no puedo contener el deseo de salir inmediatamente y ofrecérsela a las personas de esta comunidad. ¡Muchísimas gracias!
S. D., Estados Unidos
Esteroides Recientemente, he estado pensando mucho en su artículo sobre los esteroides (22 de marzo de 1989). Mi hermanastro obtuvo un par de medallas en los Juegos Olímpicos de invierno. Aun así, no estaba satisfecho con ser el mejor: tenía que superarse. Después de haber usado esteroides por dos años, aumentó su peso en un 50%, y todos los kilos que ganó eran puro músculo, pero también se volvió cada vez más irritable y agresivo. Aunque iba a ir en 1990 a una competición deportiva en el lago Placid, tendrá que pasar el invierno en el cementerio. Los esteroides le mataron.
A. N., Estados Unidos
Historia de la religión Acabo de leer la parte doce de la serie “El futuro de la religión en vista de su pasado”. Estos artículos me parecen muy interesantes e informativos. Hagan el favor de suscribirme.
M. K., Estados Unidos
Hablar de otros Cuando leí los artículos de “Los jóvenes preguntan...” sobre hablar de otros (8 y 22 de julio de 1989), me puse a llorar, pues me vi completamente reflejada en ellos. En cierta ocasión, participé en difundir un rumor que perjudicó a muchas personas, entre ellas yo misma, pues muchos me perdieron el respeto y se llegaron a esparcir rumores acerca de mí. No sé cómo agradecerles la ayuda que me han proporcionado estos artículos.
J. P., Estados Unidos
Canciones de amor He leído el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Es el amor tal como se pinta en las canciones de amor?” (22 de junio de 1989), y pienso que está muy bien redactado y demuestra gran perspicacia. Entiendo que las canciones de amor perjudican a los que, por circunstancias, no pueden casarse. Pero, ¿quiere decir esto que los casados también deberían dejar de escucharlas?
D. L., Estados Unidos
El propósito del artículo no era condenar categóricamente las canciones de amor, sino mostrar que muchas de ellas comunican una visión indeseable y nada realista del amor y el matrimonio. Ahora bien, el simple hecho de que una canción de amor exprese sentimientos románticos no quiere decir necesariamente que sea censurable. En el artículo se animó a los jóvenes a que escogieran con cuidado su música, y el mismo consejo aplicaría a los cristianos casados.—La dirección.
Yo creía que las canciones de amor decían la verdad en cuanto a cómo se debe amar y cómo se es amado. El artículo me ayudó a entender que hay que esforzarse para mantener una relación y ser fiel a ella, tanto cuando todo va bien, como cuando va mal.
M. Z., Estados Unidos