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¡Despertad! 1991
g91 8/6 págs. 24-26

Visitemos la Gran Barrera de Arrecifes

Por el corresponsal de ¡Despertad! en Australia

La animada charla de los turistas va creciendo en volumen a medida que la lancha de pasajeros disminuye de velocidad al final de su trayecto de 29 kilómetros desde Cairns. La risilla contagiosa de un grupo de muchachas delata su entusiasmo: están a punto de poner pie en el cayo coralino de Green Island, una de las principales atracciones de la Gran Barrera de Arrecifes de Australia.

‘Pero, ¿qué es una barrera de arrecifes?’, quizás se pregunte. ‘Y, ¿qué tiene de especial esta en concreto para merecer semejante denominación?’

El apelativo “Gran” no es exagerado

La Gran Barrera de Arrecifes es el mayor sistema de arrecifes coralinos del mundo. Se extiende por unos 2.000 kilómetros a lo largo de la costa de Queensland, estado nororiental de Australia. El tamaño de los arrecifes individuales varía mucho, pero algunos de los más grandes alcanzan los 2 kilómetros de ancho por 24 kilómetros de largo. La superficie total del Parque Marino de la Gran Barrera de Arrecifes es de 349.000 kilómetros cuadrados, y la distancia que lo separa del litoral australiano oscila entre 16 y 300 kilómetros.

El término “barrera” se aplica a un arrecife que corre paralelo al litoral, pero más alejado de la costa que el arrecife franjeante o costero. Otro tipo de arrecife es el atolón, que se distingue porque tiene forma anular y una laguna en el centro.

El clima que reina en la Barrera de Arrecifes es muy agradable: templado en los meses de invierno y durante el resto del año unas refrescantes brisas marinas templan el calor tropical. Otro factor que no debe olvidarse es que el arrecife constituye un inmenso santuario tanto para las aves como para la fauna marina. La Gran Barrera es famosa por su variedad de peces comestibles como el atún, el mero y la trucha de mar, sin mencionar los grandes peces que son objeto de la pesca deportiva: el marlín negro, el pez espada, la barracuda y el tiburón.

En el arrecife se encuentran algunos de los moluscos más espectaculares del mundo, y también de mayor tamaño. Abundan las tridacnas, o conchas gigantes, cuyo peso supera los 230 kilogramos. Algunas de las ostras más grandes del mundo se han recogido en este arrecife; a lo largo de su lado norte incluso se han recogido madreperlas.

El magnífico color del propio coral es muy espectacular, y con él compiten los deslumbrantes colores de los peces tropicales que abundan en estas aguas y que presentan unos vívidos contrastes de azul y naranja, negro y dorado, y hasta escarlata y verde. También causan asombro las curiosas formas de estos peces, muy llamativas cuando se lanzan o deslizan por entre las hermosas y complejas estructuras coralinas.

La maravilla del coral

El coral es la “casa” o el esqueleto calizo fabricado por un minúsculo animal marino denominado pólipo. Mientras vive no deja de fabricar la “casa” de coral, y cuando muere deja el esqueleto como legado para las generaciones futuras. Al nacer, la diminuta larva del pólipo nada libremente, pero pronto se instala en el coral dejado por sus predecesores. Firmemente anclada, crece adoptando una forma tubular, con una boca en el extremo superior del tubo de la que crecen pequeños tentáculos. Después comienza a alimentarse de los diminutos animales que constituyen el plancton, principalmente pequeños crustáceos y larvas de peces.

A partir de entonces construye sin cesar, toma las sales de calcio del agua de mar y secreta una sustancia dura parecida a la piedra caliza con la que forma a sus “pies” o base un cáliz pétreo. Generaciones sucesivas continúan construyendo sobre estos esqueletos en forma de cáliz, los cuales van adoptando diferentes formas y colores según el tipo de organismo coralino que los fabrique.

El resultado es una variedad de corales impresionante y hermosa, que da origen a nombres tan gráficos como abanico de mar, coral hongo, coral cuerno de alce, plumas de mar y coral cerebro, por nombrar solo unos cuantos. Además, presentan colores preciosos: blanco, amarillo, verde, marrón, naranja, rosa, rojo, púrpura, azul o negro.

De modo que el material con el que está construida la Gran Barrera de Arrecifes es el colorido y fascinante coral. Y aunque los principales tipos de coral que se encuentran en ese arrecife son los redondeados corales estrella y corales cerebro, así como el delicado coral cuerno de alce, en esa zona hay por lo menos 350 clases de corales. El grosor del coral que forma el arrecife varía. Se perforó con dos taladros una de la islas coralinas del arrecife y para llegar a la arena de abajo hubo que atravesar 120 metros de coral.

La belleza está bajo el agua

El coral de la superficie no es muy atractivo, pues está compuesto tan solo de coral muerto y roto. Es el coral vivo de las partes sumergidas el que presenta colores impresionantes. Por lo tanto, la verdadera belleza del arrecife solo puede verse a través del suelo de vidrio de una embarcación especial, o bien buceando.

Como las aguas que circundan el arrecife son sumamente cristalinas, los embelesados pasajeros sentados alrededor de un gran panel de vidrio en el suelo de barcos especiales pueden ver sin dificultad lo que hay a profundidades de hasta 30 metros. Y como los corales de los arrecifes crecen mejor en aguas iluminadas por luz solar y la formación de arrecifes va disminuyendo a partir de los 11 metros de profundidad, desde la superficie se puede ver fácilmente hasta el coral más profundo.

Los enemigos del arrecife

El propio hombre es a veces el mayor enemigo de maravillas naturales como la Barrera de Arrecifes. Por eso, a muchos les complace que el gobierno australiano haya prohibido hasta ahora que se efectúen perforaciones petrolíferas regulares en el arrecife, aunque sí se han efectuado algunas perforaciones exploratorias.

Sin embargo, hay un “enemigo” que no se puede controlar con facilidad: una estrella de mar llamada corona de espinas por el aspecto que presenta. De su cuerpo salen hasta 23 brazos dispuestos como los radios de una rueda. Toda su superficie está cubierta de miles de agudas espinas que resultan tóxicas para el ser humano. Es una de las estrellas de mar más grandes del mundo, con un diámetro de 70 centímetros.

La estrella de mar corona de espinas se alimenta de coral vivo, es decir, de los pólipos vivos que todavía fabrican el coral, de modo que ha causado mucho daño en ciertas partes del arrecife. Estas estrellas de mar han sido objeto de intensa controversia desde que se observaron por primera vez en 1962.

Hay quienes adoptan la actitud alarmista de que toda la Barrera de Arrecifes corre peligro, y difunden advertencias como ‘Para el año 2000 ya no quedará arrecife’. Por otro lado, algunos científicos afirman que esta infestación es natural y necesaria, y la asemejan a los beneficios a largo plazo de los incendios forestales. Señalan que hasta ahora las infestaciones de la estrella de mar se han limitado a una tercera parte del arrecife.

Prescindiendo de la actitud que se adopte respecto a esta estrella de mar espinosa y el daño que causa al arrecife coralino, la opinión general es que se necesita llevar a cabo investigaciones científicas más minuciosas. Por consiguiente, en los últimos años se ha realizado el estudio más concienzudo jamás efectuado sobre un animal en aguas australianas. Solo el tiempo dirá cuáles serán los resultados finales. Mientras tanto, si usted puede viajar a esa parte del mundo, una visita a la fascinante y colorida Gran Barrera de Arrecifes de Australia sin duda profundizará su aprecio por las maravillas de la creación.

[Fotografías/Mapa en las páginas 24, 25]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Gran Barrera de Arrecifes

AUSTRALIA

[Reconocimiento]

Fotos de corales: Por cortesía del Australian Overseas Information Service

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