De nuestros lectores

Hermandad en el mundo La información del número del 8 de diciembre de 1990 fue de un valor inestimable para mí. En mi familia existe prejuicio racial, lo cual muchas veces me irrita. Deseaba que apareciera una información como esta para compartirla con ellos. Espero que los artículos, que están presentados de forma clara y concisa, les ayuden a entender por qué debemos imitar a Dios en su imparcialidad.

T. C., Estados Unidos

Hogares divididos por la religión Muchísimas gracias por el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo puedo vivir en un hogar dividido por la religión?” (22 de enero de 1991). Cuando mis hijos y yo leímos juntos el artículo, nos dio la sensación de que ustedes comprendían de verdad lo difícil y dolorosa que puede ser una situación como esta. Se describían muchos de los problemas a los que nosotros nos estábamos enfrentando en nuestra propia casa. El consejo práctico de las Escrituras nos dio muchos ánimos.

D. H., Estados Unidos

Yo también vivo en un hogar dividido por la religión. Tal como el joven citado en el artículo, a veces siento lástima por mi padre porque cuando nos vamos a las reuniones cristianas se queda solo en casa. De vez en cuando me he sentido tentada a transigir en mi fe. Pero después de leer este artículo decidí que, aunque debo ser amable y discreta con mi padre, también debo tener mucho cuidado a fin de evitar actitudes peligrosas para mi espiritualidad.

J. O., Japón

Aceptar la crítica Desde que soy cristiano mis padres buscan cualquier motivo para criticarme, lo cual me exaspera. Pero su artículo “¿Le molesta la crítica?” (8 de febrero de 1991) me ha mostrado cómo enfrentarme a esta situación.

M. M., Estados Unidos

Gratificación inmediata Quiero expresar mi agradecimiento por los artículos sobre la gratificación inmediata (22 de enero de 1991). Llevo tiempo luchando contra esta mentalidad, producto de una dieta diaria de seis horas de televisión durante mi niñez. La lectura de estos artículos ha fortalecido mi punto de vista.

R. D., Estados Unidos

Fumar Encontré un número de ¡Despertad! que trataba sobre el tabaco en una cabina telefónica (8 de julio de 1989). ¡La calavera de la portada, desde luego, captaba la atención! Yo dejé de fumar hace cuatro años, pero pasé la revista a un hijo mío que fuma. Tengo otros tres hijos que también tienen que dejar de fumar. Los artículos me parecieron muy informativos e iban al grano. Aunque no comparto su fe, la respeto.

P. T., Estados Unidos

Mi profesora fumaba con exageración y cada vez que se dirigía a mí, notaba el olor a humo de cigarrillo. Entonces me acordé del artículo con las diez ayudas para dejar de fumar. Le llevé un número a mi profesora y tres meses más tarde le pregunté si ya había dejado de fumar. Me dijo que con la ayuda de la revista y su esfuerzo personal, lo había conseguido. Hacía veinticinco años que fumaba.

B. O., Estados Unidos

Familias monoparentales Soy una madre que, con las presiones de criar y proveer a mis hijos sin la ayuda de un cónyuge, tiendo a enfrascarme en cómo me afecta esta situación y a menudo siento que estoy sola. Su artículo “¿Cómo puedo ser feliz viviendo con uno solo de mis padres?” (22 de diciembre de 1990) me ayudó a ver las cosas desde otro ángulo, el de mis hijos. He comprendido que mis sentimientos y necesidades no son los únicos que hay que tener en cuenta.

P. G. B., Estados Unidos