De nuestros lectores
Acoso en la escuela Me alegró mucho recibir el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Qué puedo hacer para que me deje en paz?” (22 de mayo de 1991). Este es mi primer año en la escuela secundaria, y muchos chicos ya me están presionando para que salga con ellos. Hay uno que sencillamente no me deja en paz. Me ha invitado a ir al baile escolar, a cenar y hasta a pasar un fin de semana en la montaña. Un simple “no” no le hace desistir. Sin embargo, el artículo ha fortalecido mi resolución de rechazarlo.
P. B., Estados Unidos
Aunque solo tengo diecisiete años, ya me he visto ante situaciones como las que describe el artículo. No obstante, como me agradaba la atención que se me prestaba, nunca intenté rechazarla. Ahora entiendo que he de rechazar tales propuestas de inmediato.
L. A. R., Brasil
El artículo me ayudó a saber cómo comportarme ante la creciente inmoralidad que hay en mi lugar de trabajo. Señalaba los peligros, y apoyaba los razonamientos con ejemplos bíblicos. No hay duda de que estos artículos no solo ayudan a los jóvenes, sino también a las personas solteras de todas las edades.
K. H., Alemania
El artículo me ayudó a reafirmarme en mi determinación de ser un “muro”, como la joven sulamita.
E. S., Filipinas
Síndrome de la ATM Gracias por el artículo “Un trastorno mandibular: el gran impostor” (22 de junio de 1991). Pasé dos años con un fuerte ruido en los oídos debido al síndrome de la ATM. Su artículo me ayudó a decidir a qué especialista consultar. Me parece que Jehová nos dio este artículo a mí y al gran número de personas que sufren del síndrome de la ATM.
R. B., Estados Unidos
Aunque “¡Despertad!” no ofrece consejo médico, nos alegra proporcionar información útil a nuestros lectores. No sorprende que el artículo sobre el síndrome de la ATM haya tenido tanta aceptación entre los lectores de todo el mundo.—La Dirección.
Tabaco Después de leer los dos artículos sobre el tabaco que aparecieron en “Los jóvenes preguntan...” (8 y 22 de agosto de 1991), no puedo más que confirmar lo que se escribió. Comencé a fumar con trece años porque mis amigas de la escuela me indujeron a ello. Sin embargo, estas “amigas” me abandonaron cuando a los quince años dejé de fumar y llegué a ser cristiana. Tiempo después, mis compañeros de trabajo de nuevo me presionaron para que fumara. Afortunadamente, ahora trabajo para un compañero cristiano, y el aire que me rodea es limpio, tanto en sentido literal como espiritual.
B. S., Alemania
Rehabilitación Gracias por el artículo “El poder de la verdad para rehabilitar” (22 de julio de 1991). En la actualidad cumplo condena en prisión, y me anima saber de alguien que también está cambiando su vida. Las autoridades tratan de rehabilitar a los delincuentes, solo para que regresen al mundo de Satanás y reincidan de nuevo. Con la ayuda de algunos ministros de los testigos de Jehová muy comprensivos, he hallado que hay que servir y buscar a Dios para disfrutar de una rehabilitación duradera.
J. S., Estados Unidos
Espacio vital Quiero agradecerles el artículo “¡Gane la batalla por el espacio vital!” (22 de abril de 1991). Vivimos en un apartamento muy pequeño, y parece que siempre tenemos demasiadas cosas. El artículo nos ayudó mucho, porque decidimos deshacernos de todo lo que no usamos, aunque no ha sido fácil y seguimos en ello. Muchas gracias, pues parece que el artículo se escribió pensando en nosotros.
L. C., Guatemala