Hermosos recuerdos con solo pulsar un botón
¡Con cuánta ilusión va usted a recoger las fotografías que sacó en las últimas vacaciones! Pero, ¡qué decepción! Algunas han salido oscuras y otras, deslavadas o desenfocadas. “Es la cámara”, dice usted frustrado. Pero, ¿es realmente así? ¿No será más bien el fotógrafo?
SU BODA, lugares impresionantes que ha visitado, amigos que se han ido a vivir a otro lugar, abuelos y otros parientes, los primeros pasos de su hijito... todos estos recuerdos pueden captarse en película con solo pulsar un botón. Pero resulta decepcionante cuando las fotografías salen mal, o ni siquiera salen. Sin embargo, lo más probable es que la clave del éxito no consista en comprarse una cámara nueva, sino en dominar bien los principios básicos de la fotografía.
¿Cómo funciona una cámara fotográfica?
En términos sencillos, una cámara es una caja hermética a la luz que dispone de un “ojo” —el objetivo— por el que esta entra y se enfoca para impresionar una imagen sobre una película. La superficie de la película contiene una emulsión sensible a la luz que debe recibir la cantidad adecuada de luz para que quede bien expuesta. Si pasa demasiada luz, las fotografías saldrán deslavadas, y si no pasa la suficiente, saldrán demasiado oscuras.
Cuando usted saca una fotografía, el obturador de la cámara se abre durante una fracción de segundo, y permite así que se impresione una imagen en la película. Por lo tanto, una manera de controlar la exposición de la película es regulando el tiempo que estará abierto el obturador. En luz de día normal se puede sacar una fotografía a una velocidad de obturación de 1/125 de segundo. Muchas cámaras disponen de varias velocidades de obturación, pero en general siempre se debe utilizar la velocidad más rápida que permita el nivel de luz existente. Cuanto más tiempo mantenga abierto el obturador, más probabilidades habrá de que mueva la cámara y la fotografía salga borrosa. No obstante, esto lo puede evitar si coloca la cámara sobre un trípode y toma la fotografía con la ayuda de un cable disparador o del disparador automático de la cámara.
Otra forma de controlar la exposición de la película es mediante ajustar la abertura del objetivo (lo que se conoce también por pasos de diafragma). Pudiera compararse a tener los ojos abiertos, entreabiertos o casi cerrados del todo. La abertura del objetivo controla la cantidad de luz que entra. Muchos objetivos disponen de un aro de diafragma que ofrece diversas posiciones o pasos de diafragma entre los que elegir. Cuanto mayor sea la abertura, más luz entra y mayor será la exposición de la película. Algo que confunde un poco al principiante es que los números que indican los pasos de diafragma están en relación inversa a la abertura del objetivo. Por ejemplo, f-2,8 corresponde a una abertura grande, mientras que f-32, a una muy pequeña. En la actualidad, existen muchas cámaras que controlan la exposición de forma automática y llevan un fotómetro incorporado que indica con precisión los valores que hay que fijar. Incluso hay algunas cámaras que fijan los valores de forma automática. Hasta pueden enfocar la imagen por usted.
¿Qué película escoger?
Al igual que sucede con las cámaras, existe una gran variedad de películas y no dejan de salir otras nuevas. Las películas de negativos en color se utilizan para sacar fotografías en color, que pueden enseñarse y distribuirse con facilidad y, por relativamente poco dinero, también se pueden hacer copias y ampliaciones. Otra ventaja de este tipo de película es que debido a su gran latitud —margen de exposición— hasta de un negativo subexpuesto se puede sacar una fotografía aceptable. Por otra parte, las películas reversibles de color se utilizan para hacer transparencias o diapositivas en color. Lo que sucede es que para disfrutar de ellas también hay que comprarse un proyector y una pantalla. Las diapositivas son menos indulgentes y exigen más exactitud en la exposición, pero puede sacar copias en papel de bastante calidad.
Las películas varían según su sensibilidad a la luz y se clasifican por los valores numéricos ISO o ASA.a Algunas son muy poco sensibles (películas lentas) —por ejemplo, ISO 25— y otras muy sensibles (películas rápidas) —por ejemplo, ISO 3.200—. Una buena película para uso general sería la de ISO 100 luz día, una sensibilidad media apropiada para tomar fotografías normales con luz de día. Una película más sensible, ISO 400, va bien para ambientes de poca luz, como sería cuando empieza a anochecer, en días nublados y en interiores. Sin embargo, por regla general, cuanto menos sensible sea la película más definidos quedarán los detalles, mientras que las películas más sensibles tienden a producir ampliaciones con más grano.
Si en su cámara se puede ajustar la sensibilidad, es muy importante que el valor numérico de ISO, ASA o DIN corresponda al de la película. Pero ahora viene el aspecto crucial:
Cómo hacer una buena fotografía
La mayoría de los principiantes sacan instantáneas. Apuntan y disparan. El fotógrafo experimentado dedica un poco de tiempo, delibera y hace una fotografía, la compone. Por composición de una fotografía se entiende la colocación apropiada del motivo o punto de interés que se desea fotografiar, pues la fotografía no queda necesariamente mejor si se coloca el motivo totalmente centrado. En el ejemplo de esta página, observe que el motivo puede captar mucho más la atención si se desplaza ligeramente del centro de la imagen, y se sitúa en el tercio superior de la fotografía o en uno de los tercios laterales. Este procedimiento se llama la regla de los tercios.
También es importante aislar el motivo de todo lo que hay detrás. Un fondo lleno de cosas puede distraer del motivo. ¿Hay una pared de color claro o algún segundo plano neutro que pudiera utilizarse de fondo para fotografiar a personas? Si no se encuentra un fondo ideal, utilice una mayor abertura del objetivo (un paso de diafragma inferior), y conseguirá que el motivo quede enfocado y el fondo difuminado. (Véase el ejemplo de página 24.)
Para garantizar la exposición correcta también se aconseja utilizar la técnica de la exposición escalonada (sacar dos fotografías más con la velocidad de obturación o la abertura del diafragma un paso por encima y un paso por debajo de la recomendada). Esto significa que si usted saca una fotografía a f-8 y a 1/125 de segundo, podría sacar otras dos sin cambiar la velocidad pero a f-5,6 y f-11 respectivamente. De esta forma se aumenta la latitud para esas condiciones de luz. Por otro lado, si no desea sacrificar la profundidad de campo, entonces saque dos fotografías adicionales aumentando o disminuyendo la velocidad de obturación (1/60, 1/125 y 1/250 de segundo) pero dejando constante el paso del diafragma.
La luz también es importante. Si el fondo es muy brillante o detrás de su motivo hay una luz muy fuerte (nieve, mar o playa en un día de sol), esto puede confundir a su cámara y hacer que la fotografía quede subexpuesta. Para solucionarlo colóquese más cerca del motivo y mida la luz. Luego retírese hasta la posición original y dispare la fotografía según los valores escogidos. Los fotógrafos experimentados acostumbran a utilizar un flash electrónico durante el día como luz de relleno para iluminar bien el motivo y compensar así los contraluces o eliminar las sombras.
Cuando el Sol es fuerte y está encima o detrás de la persona puede producir sombras oscuras debajo de los ojos, la nariz y la barbilla. Para evitarlo, colóquela en la sombra o utilice un flash de relleno. Incluso podría usted colocarse de forma que el Sol quedase detrás de la persona o a un lado —sin que le dé en el objetivo—, de manera que el cabello iluminado produzca un efecto de halo.
El flash electrónico tiene sus limitaciones, pues muchos solo alcanzan unos 10 metros como máximo. Por lo tanto, si trata de fotografiar con flash el escenario de un teatro (o la plataforma de una asamblea cristiana) o el perfil de una ciudad, lo único que conseguirá será agotar las pilas. El flash directo tiende a crear sombras o a resaltar los defectos del rostro. ¿Cómo evitarlo? Cubra el flash (no el objetivo) con un pañuelo de papel o de tela y así eliminará brillos o zonas sobreexpuestas. Otra posibilidad es hacer rebotar el destello del flash contra un techo blanco, lo que también requerirá que se compense la exposición. Y también puede reducir las sombras si coloca a la persona contra un fondo más oscuro.
El efecto de los ojos rojos es otra peculiaridad de la fotografía con flash, sobre todo cuando la cámara lo lleva incorporado. Si no puede separar el flash de la cámara (utilizando una empuñadura para flash), entonces haga que la persona mire primero hacia una luz brillante y así no tendrá las pupilas dilatadas cuando le saque la fotografía, o bien puede indicarle que no mire directamente al objetivo.
Retratos que hablan
Un buen retrato no se limita a reproducir los rasgos faciales de la persona sino que deja traslucir su personalidad y carácter. Para sacar esa clase de retratos debe dominar bien la mecánica de la fotografía. Así, en lugar de concentrarse en el equipo, podrá concentrarse en el modelo.
Ante todo, permita que la persona se relaje. Si utiliza un teleobjetivo para sacar los primeros planos evitará intimidarla por acercarle la cámara demasiado. Un poco de música apropiada también ayuda a relajarse. ¿Cómo conseguir que la persona se olvide de la cámara y adopte una expresión natural? Háblele, hágale preguntas para que se exprese y que le provoquen las emociones que desea captar. Cuando fotografíe a niños, convierta el momento en un juego, o cuénteles una historia, deje que sean espontáneos y juguetones. Algo que también contribuye a que la persona se relaje es tener al lado algunos accesorios. Si fotografía a un músico, hágalo que pose con su instrumento; si se trata de un obrero, que salga con sus herramientas.
Al fotografiar a un grupo no es necesario que todos estén bien alineados. Coloque algún accesorio —una o dos sillas— y sitúe a las personas a su alrededor, quizás en una composición triangular. No hace falta que cada uno sonría a la cámara. Ahora, antes de pulsar el disparador, contemple la escena con atención. ¿Tienen todos la ropa y el cabello bien colocado? ¿Hay elementos en un segundo plano que distraen? ¿Se va a tomar la foto desde el ángulo que más favorece? (Si coloca la cámara un poco más abajo que el rostro de la persona se consigue el efecto de acortar una nariz larga o de disimular unas entradas.) ¿Todo en orden? Pues, ¡adelante!, saque varias fotografías y, una vez reveladas, escoja la mejor.
Con un poco de esfuerzo y práctica su cámara puede darle mucho placer y ayudarle a conservar preciados recuerdos, captados con solo pulsar un botón: el disparador.
[Nota a pie de página]
a ISO es la sigla de la Organización Internacional de Unificación de Normas; ASA, la de la Asociación Norteamericana de Normalización. Además, en parte de Europa también se utiliza el sistema DIN, sigla de Normas Industriales Alemanas. Una película clasificada ISO 100/21 es lo mismo que 100 ASA o 21 DIN.
[Fotografías en la página 24]
Una mayor abertura (menor paso de diafragma) hace que la flor se destaque del fondo; una menor abertura mantiene enfocado tanto el motivo como el fondo
[Fotografías en la página 25]
El flash de relleno compensa las sombras oscuras de la fotografía de arriba
[Fotografías en la página 26]
Si aplica “la regla de los tercios” se evita que el punto de interés esté justo en el medio de la foto
[Recuadro en la página 26]
Cómo evitar la decepción de unas fotos mal tomadas
1. Lea y siga con cuidado las instrucciones de su cámara.
2. Asegúrese de que ha ajustado la sensibilidad de la película al valor numérico correcto.
3. Asegúrese de que ni sus dedos ni la tapa del objetivo cubran el flash ni el objetivo.
4. Colóquese en otro lugar o utilice un zoom para componer y encuadrar la fotografía.
5. Sostenga la cámara con firmeza y presione el disparador.