Los jóvenes preguntan...
¿Se puede tener un “hobby”?
SE ENTIENDE por hobby cualquier ocupación de las horas libres que se ejecuta por puro placer. Algunos jóvenes dedican su tiempo libre a nadar, jugar al fútbol o correr. Los jóvenes con inclinaciones menos deportivas quizás prefieran escuchar música, dar largos paseos o simplemente sentarse en casa y leer. También los hay que gustan de cultivar algún talento o de coleccionar cosas. El hobby de Natalie es tocar la flauta, mientras que Nikki, su hermana menor, colecciona muñecas.
Un hobby ayuda a equilibrar el trabajo y el juego, impide que la persona se aburra durante su tiempo libre y la ayuda a relajarse. Cuando el relajamiento se consigue mediante actividades apropiadas, contribuye a una mejor salud mental y física. El doctor canadiense sir William Osler dijo: “No hay hombre que sea realmente feliz o que goce de verdadera salud sin un hobby”. Y añadió: “No importa qué afición se tenga [...]. Sirve cualquier cosa, siempre que la persona dedique a ese hobby mucha atención”. No obstante, tal como un buen jinete controla su caballo, tú también deberías controlar la atención que dedicas a tu hobby en lugar de permitir que este te controle a ti. ¿Cómo puedes conseguirlo?
En primer lugar debes asegurarte de que has dado prioridad a las cosas más importantes, como asistir a las reuniones cristianas, atender las responsabilidades domésticas y hacer las tareas escolares. (Filipenses 1:10.) Entonces puedes determinar cuánto tiempo libre dedicar al hobby.
Aficiones útiles
Algunas aficiones pueden ayudarte a perfeccionar valiosas habilidades; tal es el caso del bordado, la costura o las artes culinarias. Es cierto que estas cosas atraen sobre todo a las muchachas, pero nadie puede decir que la cocina no sea propia del hombre. (Compárese con Juan 21:9-12.) Quizás no llegues a ser un gran gastrónomo, pero aprender a cocinar un poco puede serte muy útil si tienes que valerte por ti mismo. Por otro lado, a las muchachas puede resultarles beneficioso aprender algo de mecánica del automóvil o hacer reparaciones en casa.
Otro pasatiempo útil es aprender un idioma extranjero. Un joven llamado James, por ejemplo, está estudiando ruso. Si dominas un segundo idioma, quizás algún día puedas enseñar las verdades de la Biblia a otras personas en un país extranjero. Sí, en muchas ocasiones un hobby puede servir para ayudar a otros.
Por ejemplo, ¿te gusta trabajar la tierra? ¿Por qué no perfeccionas tus dotes de horticultor trabajando el huerto de tus abuelos o de otras personas mayores que tengan dificultades para atenderlo debidamente? ¿Te gusta el bricolaje? Entonces, ¿por qué no te ofreces para ayudar a alguna persona anciana o a alguna viuda con las reparaciones de su casa? Si tu hobby es la cocina y tienes una receta que te gusta en especial, ¿por qué no preparas ese plato y se lo regalas a alguien necesitado? Recuerda que Jesús dijo: “Hay más felicidad en dar que en recibir”. (Hechos 20:35.)
Un hobby hasta puede ayudarte a progresar espiritualmente. Si te gusta hacer maquetas, por ejemplo, ¿no te ayudaría a profundizar tu aprecio por la fe firme de Noé construir un arca en miniatura? (Véase el recuadro.) Hacer una maqueta del tabernáculo o del templo también puede ampliar tu conocimiento sobre la adoración que practicaban los siervos de Dios en la antigüedad. En tiempos bíblicos, el pastorcillo David tocaba el arpa en sus momentos de ocio. Posteriormente compuso hermosas canciones para la alabanza de Jehová. ¿Podrías aprender a tocar un instrumento musical tú también? Si ya lo haces, ¿por qué no usas tu talento para alabar a Dios aprendiendo algunas de las melodías del cancionero Canten Alabanzas a Jehová?a Al tiempo que tocas la música, medita en los sentimientos que transmite la letra. ¿Te gusta hacer colecciones? En ese caso, colecciona cosas relacionadas con la Biblia, o trata de llenar un álbum con fotografías de las tierras bíblicas.
Calcula el coste
Por muy útil que pueda ser un hobby, siempre es sensato que te preguntes cuánto te va a costar. (Lucas 14:28.) ¿Entra dentro de tu presupuesto? Coleccionar sellos de correos, antigüedades o hasta muñecas puede resultar un pasatiempo caro.
Recuerda que la manera de usar los recursos económicos puede influir incluso en tus perspectivas de alcanzar vida eterna. Jesús dijo: “Háganse amigos por medio de las riquezas injustas [tu dinero], para que, cuando las tales fallen, [Jehová Dios y Jesucristo] los [reciban] en los lugares de habitación eternos”. (Lucas 16:9.) ¿Te costará tanto dinero el hobby que no te va a sobrar nada para ‘honrar a Jehová con tus cosas valiosas’? (Proverbios 3:9.) ¿Tendrás que buscarte algún trabajo de tiempo parcial, quizás sacrificando algunas de tus actividades espirituales, para costearte el hobby?
Sé equilibrado
A veces ocurre que algunos se toman tan en serio el hobby, que anhelan la compañía de los que tienen su misma afición. Pero esto puede presentar varios peligros. Pregúntate: ¿Serán edificantes esas compañías? ¿Pudiera ser que ejercieran una mala influencia en ti sus normas de vestir y arreglarse, su selección de entretenimiento o su conversación? ¿Podría llegar a atraerte más su compañía que la de tu familia o tus compañeros de creencia? En todo caso, ¿permites que el tener intereses en común te conduzca a cultivar amistades perjudiciales? Recuerda que “las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. (1 Corintios 15:33.)
Y otro factor que debes tener en cuenta es la actitud que tu hobby fomenta. ¿Despierta un pernicioso espíritu de competencia? ¿Presenta graves peligros para la salud? En ese caso, quizás iría bien que recordaras las siguientes palabras del apóstol Pablo: “Porque el entrenamiento corporal es provechoso para poco; pero la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas”. (1 Timoteo 4:8; Gálatas 5:26.)
Por otro lado, Salomón dijo: “Para todo hay un tiempo señalado, aun un tiempo para todo asunto bajo los cielos”. Y eso incluye un “tiempo de reír”. En efecto, tener un hobby y disfrutar de recreación tiene su lugar, pero asegúrate de que tu hobby no absorba tanto tu atención que pases por alto las siguientes palabras de Salomón: “Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el deber del hombre”. (Eclesiastés 3:1, 4; 12:13.)
[Nota a pie de página]
a Publicado por la Sociedad Watchtower Bible and Tract de Nueva York, Inc.
[Fotografías en la página 23]
¿Es tu “hobby” una fuente de placer no solo para ti, sino también para otros?
Coleccionar fotografías de las tierras bíblicas puede ayudarte a imaginar los sucesos históricos que ocurrieron allí
[Recuadro en la página 22]
¡Yo hice el arca de Noé!
Como me encanta hacer trabajos manuales, cuando sentí el impulso de aprender más acerca del arca de Noé, decidí hacer a escala una maqueta.
Empecé estudiando minuciosamente el relato bíblico registrado en Génesis 6:14-16 con la ayuda de las obras de consulta publicadas por la Sociedad Watch Tower. Pronto me di cuenta de que el arca no se parecía en nada a un transatlántico moderno. En realidad, no era más que una enorme caja de 300 codos (133,5 metros) de longitud (casi equivalente a una vez y media la de un campo de fútbol americano) por 50 (22,3 metros) de anchura y 30 (13,4 metros) de altura. De todas formas, ni siquiera una estructura tan enorme podría acomodar a los más de un millón de especies de animales que los científicos dicen que existen. No obstante, aprendí que algunos investigadores creen que con solo 43 “géneros” de mamíferos, 74 de aves y 10 de reptiles fue posible conseguir la gran variedad de especies que existen hoy día.
Mi investigación también me ayudó a apreciar la enorme tarea que tuvo que realizar Noé: cortar árboles sin disponer de sierras eléctricas, transportar los troncos hasta el lugar de construcción sin la ayuda de camiones y levantar las pesadas vigas para el techo sin grúas. Mi trabajo era sencillo en comparación con el de Noé. Para conseguir “madera” solo tuve que cortar unos haces de hierba seca, y mis “animales” eran figurillas de barro. Tuve que conjeturar un poco en cuanto a la disposición del interior. Supuse que Noé y su familia probablemente decidieron vivir en el piso de arriba, donde tendrían más luz y ventilación. Así que coloqué a los animales en los pisos inferiores del arca.
Tras muchas horas de trabajo, la maqueta quedó terminada. Aunque algunos han dicho que es un trabajo impresionante, el arca verdadera era cien veces más larga, ancha y alta que mi maqueta. En otras palabras, harían falta un millón de maquetas como la mía para igualar la capacidad del arca original. No es de extrañar que mi trabajo me haya despertado el apetito por aprender más acerca de la verdadera arca. Y si tengo el privilegio de vivir para ver el nuevo mundo de Dios y presenciar la resurrección de los muertos, quizás pueda solicitar la ayuda de Noé para construir una nueva maqueta, una réplica exacta del original.—Contribuido.