De nuestros lectores
Ayuda para los moribundos Soy enfermera en la unidad de cardiología de un hospital, y me interesó el tema “Ayuda para los moribundos”, de su revista ¡Despertad! [del 22 de octubre de 1991]. Sin embargo, creo que debería corregirse un ligero error, pues la revista dice: ‘Muchos médicos han llegado a la conclusión de que es ético retirar la alimentación e hidratación [fluidos] de ciertos moribundos, enfermos terminales o pacientes que están inconscientes permanentemente’. Les aseguro que sería cruel y sumamente doloroso retirar la alimentación e hidratación de una persona enferma. Por lo que he podido observar personalmente, puedo decir que este proceder provocaría aún más sufrimiento.
M. S., Francia
La frase en cuestión se citó de la publicación “The New England Journal of Medicine” y refleja el criterio de muchos médicos. La opinión médica es que muchos pacientes que tienen el cerebro gravemente dañado no pueden experimentar dolor ni sufrimiento. Además, se necesitan técnicas médicas muy elaboradas, con sus consiguientes molestias y riesgos, para administrar alimentación e hidratación a estos enfermos. Debido a eso, muchos médicos creen que los beneficios no compensan tales riesgos en ciertas situaciones. De todas formas, cada cristiano debe meditar y tomar sus propias decisiones cuando tiene que hacer frente a una situación tan dolorosa y en la que entran en juego tantas emociones.—La dirección.
Hace veinte años decidí que se dejase de mantener con vida artificialmente a mi hijo de un día de edad. El niño nació prematuro y le diagnosticaron muerte cerebral. Había asistido a mi esposa en el parto en casa, pues no pudimos llegar al hospital a tiempo. No tengo palabras para explicar el sufrimiento y el sentimiento de culpa que he padecido por años. Sin embargo, cuando leí los artículos, logré quitarme el peso que me había estado agobiando durante veinte años.
S. M., Estados Unidos
Asambleas en Europa Oriental Los artículos publicados bajo el tema “Los amantes de la libertad se regocijan en Europa Oriental” me conmovieron mucho (22 de diciembre de 1991). Puesto que se me crió como testigo de Jehová, tenía la tendencia a dar por sentado el alimento espiritual que recibimos. Sin embargo, el leer acerca de cómo los Testigos del Este recibieron por primera vez en su lengua materna publicaciones que nosotros hemos tenido por varios años me hizo apreciar más el privilegio que tengo de ser parte de una organización tan maravillosa.
T. O., Japón
Lectura Tengo trece años. El artículo “Lea para ampliar sus horizontes” (22 de julio de 1991) fue justo lo que necesitaba. Solía leer las palabras una por una, por lo que a menudo me desconcentraba y tenía que volver a leer la información para poder comprenderla. Sus excelentes sugerencias me han sido de gran ayuda.
A. K., Polonia
Rehabilitación de delincuentes Tengo un hijo en prisión que recibe una suscripción a la revista ¡Despertad!, y he orado constantemente para que en ella se publicasen artículos que le llegasen al corazón. Agradecí mucho “El poder de la verdad para rehabilitar” (22 de julio de 1991) y “Yo era ladrón profesional” (8 de septiembre de 1991). Los leí con lágrimas de profunda gratitud a Dios, quien “desea que todos alcancen el arrepentimiento”. (2 Pedro 3:9.) Espero que algún día mi hijo se arrepienta.
A. F., Estados Unidos
Críquet Aquí, en el Caribe, el críquet es uno de nuestros pasatiempos favoritos. Pero me llevé una verdadera sorpresa cuando vi el artículo titulado “¿En qué se diferencian el críquet y el béisbol?” (8 de noviembre de 1991). Nunca me imaginé que se publicaría un artículo así en la revista. Fue muy informativo, y dejé muchos ejemplares de ¡Despertad! en manos de otras personas simplemente refiriéndome a este artículo.
J. D., Jamaica