BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g92 8/6 págs. 3-4
  • ¿Quién desea ser millonario?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Quién desea ser millonario?
  • ¡Despertad! 1992
  • Información relacionada
  • Lotería. ¿Por qué es tan popular?
    ¡Despertad! 1991
  • Lotería. ¿Quién gana? ¿Quién pierde?
    ¡Despertad! 1991
  • Loterías y sorteos... ¿son inofensivos?
    ¡Despertad! 1982
  • ¿Son tan malos los juegos de azar?
    ¡Despertad! 1991
Ver más
¡Despertad! 1992
g92 8/6 págs. 3-4

¿Quién desea ser millonario?

PARECE que la respuesta sería: casi todo el mundo. Y la manera más sencilla de convertirse en millonario —según muchos⁠— es ganando instantáneamente una fortuna a través de la lotería o de las quinielas futbolísticas.a

A fin de complacer los gustos de la mayoría —y de recibir los ingresos adicionales que las loterías generan⁠— una gran variedad de gobiernos, desde Moscú a Madrid y desde Manila a Ciudad de México, patrocinan loterías estatales que ofrecen premios de hasta cien millones de dólares (E.U.A.).

Algunas personas se han hecho millonarias con los juegos de azar. En Inglaterra, un hombre había estado rellenando quinielas durante veinticinco años y por fin le tocó una enorme cantidad de dinero. Por tan solo 50 centavos (E.U.A.) ganó casi 1,5 millones de dólares (E.U.A.). Y aún más espectacular fue el premio que ganó una mujer de Nueva York en la lotería estatal de Florida (E.U.A.): 55 millones de dólares, cantidad que la convirtió en una de las mayores ganadoras del mundo en el juego de la lotería.

Pero estos casos son excepcionales. El caso típico es el de un empleado español de mediana edad que lleva treinta años comprando cada semana boletos de lotería. Aunque nunca ha obtenido ningún premio sustancioso, sigue comprando boletos. “Siempre espero ganar”, dice. Lo mismo le sucede a un hombre de Montreal que se gastó todo el sueldo de una semana en una lotería canadiense. Él resumió así la opinión de muchos jugadores: “Sorteos como este son la única manera que tienen las clases económicas débiles de soñar en una vida mejor”. Pero no ganó nada.

A pesar del atractivo universal que tienen las loterías, hay otra forma de juego de azar que está cobrando cada vez mayor popularidad: las máquinas tragaperras.b Estas máquinas que, como su nombre indica, se ‘tragan’ el dinero, no ofrecen al jugador la oportunidad de hacerse rico de la noche a la mañana, pero sí la de ganar en un instante un premio gordo, es decir, una cantidad sustanciosa de dinero. Y las tragaperras ya no están confinadas a los casinos. Musiquillas pegadizas, luces centelleantes y de vez en cuando el sonido de monedas que caen en cascada, anuncian su presencia en muchos cafés, clubes, restaurantes y hoteles europeos.

Frances es una anciana viuda que vive en la ciudad de Nueva York. Dos o tres veces por semana realiza un trayecto de dos horas y media en autobús hasta Atlantic City (Nueva Jersey). Una vez en su destino, entra en uno de los casinos de la ciudad y se pone a jugar a las máquinas tragaperras durante unas seis horas. “No sé lo que haría sin Atlantic City —comenta⁠—. Esta es nuestra diversión, ¿sabe?, es lo que hacemos.”

Para otros, los juegos de azar son mucho más que una mera diversión, una vía de escape de la rutina cotidiana o una tentativa optimista de conseguir riquezas. En su caso constituyen una parte importante —si no esencial⁠— de la vida.

“Yo soy jugador porque me gusta el riesgo”, explica Luciano, un hombre de Córdoba (España). “No pretendo justificarme —añade⁠—, pero el caso es que entré en una depresión que me hizo caer en el bingo [...]. Continuamente buscaba los juegos de riesgo.” También comenta: “Se siente euforia al tener el bolsillo repleto de billetes [...] dispuestos a ser jugados”. A otro jugador habitual, que había perdido su empleo de director de empresa, se le preguntó si alguna vez había pensado en abandonar su vicio. Su respuesta fue: “¿Abandonarlo? No podría. Es mi forma de ganarme la vida”.

Aunque los motivos varían, los jugadores no forman ni mucho menos un grupo minoritario. Tres de cada cuatro estadounidenses adultos participan a mayor o menor grado en juegos de azar; en España, otro país donde el juego alcanza proporciones endémicas, la situación es similar. Además, el juego es un gran negocio. En el mundo solo hay unas cuantas sociedades industriales cuyas ventas anuales superan el total recaudado por las loterías de un grupo de 39 países.

Obviamente, la magia del juego es poderosa. Pero, ¿es inofensivo su encanto, o alberga peligros ocultos? Un antiguo proverbio advierte: “El que se apresura a ganar riquezas no permanecerá inocente”. (Proverbios 28:20.) ¿Son ciertas estas palabras en el caso de los que quieren enriquecerse mediante el juego?

[Notas a pie de página]

a Juego público de apuestas sobre las predicciones del resultado de los partidos de fútbol.

b En algunos países hispanohablantes se las llama máquinas tragamonedas o máquinas de juego.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir