De nuestros lectores

El juego Aunque no cabe duda de que su serie de artículos “El juego, ¿inofensivo?” (8 de junio de 1992) fue informativa y oportuna, no hizo ninguna alusión a las apuestas deportivas. A diferencia del juego de cartas, las loterías, las máquinas tragamonedas, y así por el estilo, aquellas se pueden hacer a cualquier hora del día o de la noche. Ni siquiera hay que abandonar el sitio de trabajo. Creo que ese tipo de juego es una epidemia mayor que las modalidades de que tratan sus artículos. Son un medio de malgastar no solo el dinero, sino también el tiempo valioso que se podría pasar con la familia. Los apostantes dedican ese tiempo a seguir de cerca los marcadores y los resultados de los encuentros. Por eso, las apuestas deportivas son otro triste reflejo de este sistema de cosas.

C. Y., Estados Unidos

Gracias por explicarnos el comportamiento del jugador compulsivo. Sé por experiencia propia lo doloroso que es ser criada por una jugadora empedernida. Mi madre era soltera y tuvo cinco hijos. Jugaba al bingo seis noches por semana, todas las semanas. Aún sigue haciéndolo. El juego fue siempre lo primero en su vida. Le rogábamos que se quedara con nosotros, que nos preparara una comida, pero todo fue en vano. Sacrificó a sus hijos por el bingo. Gracias por ayudarme a entender mejor la razón de su comportamiento.

R. E., Estados Unidos

Hora de volver a casa Quiero darles las gracias por el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Por qué son tan estrictos con la hora de volver a casa?” (22 de mayo de 1992). Pronto cumpliré 17 años, y me parecía absurdo que mi madre todavía me obligara a regresar a casa antes de las 11.00 de la noche. Algunas veces llegué tarde por puro descuido, y ella se enfadó mucho. Agradezco que explicaran que los padres se inquietan y se preocupan porque temen lo que nos pueda suceder cuando no llegamos a tiempo a casa. En verdad fui una egoísta al inquietar a mi madre sin necesidad.

O. C., Estados Unidos

Crucigramas Quiero agradecerles los crucigramas que aparecen en ¡Despertad! Solo me gustaría que publicaran más. Estudio la Biblia con los testigos de Jehová, aunque mi esposo no está muy interesado. No lee mucho, y es difícil hallar la manera de incentivarlo para que lo haga. Pero le gusta resolver sus crucigramas. En realidad, los resolvemos juntos, lo cual nos beneficia mucho. ¡Gracias!

E. X. E., Brasil

“¡Despertad!” continuará publicando crucigramas de vez en cuando.—⁠La dirección.

Virginidad El artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Qué sentido tiene permanecer virgen?” (22 de abril de 1992) me ha sido de mucha ayuda. Perdí la virginidad antes de casarme. Aunque en ese entonces no conocía del todo las leyes de Jehová, me molestó mucho la conciencia, y he sufrido emocionalmente. Lloré al leer el artículo. Fue un consuelo saber que estoy limpia a los ojos de Dios. ¡Qué provechoso sería si los jóvenes leyeran el artículo y optaran por permanecer vírgenes! Me gustaría haber hecho lo mismo.

M. S., Puerto Rico

El universo ¡Qué insignificantes somos a la vista de Dios! Es lo que demostraron mediante el artículo “Se desvelan los secretos del universo” (22 de marzo de 1992). Los telescopios del hombre van revelando poco a poco los enigmas del universo infinito. Sus descubrimientos nos confirman que alguien mayor y más sabio que nosotros creó este misterioso universo y las leyes que lo rigen. Deberíamos ser lo suficientemente humildes como para reconocer este hecho.

M. R. S., Brasil