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  • ¿Cómo puedo superar el fracaso de un idilio?

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  • ¿Cómo puedo superar el fracaso de un idilio?
  • ¡Despertad! 1993
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¡Despertad! 1993
g93 8/5 págs. 22-24

Los jóvenes preguntan...

¿Cómo puedo superar el fracaso de un idilio?

“ÉL HACÍA que me sintiera muy especial, y lo que yo sentía era totalmente nuevo para mí. Pero después me dijo que creía que no saldría bien. Pensé que me iba a morir. Lloraba a todas horas, no comía, no dormía, perdí quince kilos en dos meses y llegué a enfermar de bronquitis. La vida no tenía sentido para mí.”—Renee.

Si te sientes herido por el fracaso de una relación sentimental, puede que este lamento te resulte familiar. Sabes muy bien lo que significa sentir algo profundamente por alguien, solo para ver tus esperanzas rotas en pedazos. La sensación de rechazo es intensa y humillante, y mientras luchas por vencer tu dolor, es posible que te preguntes: “¿Por qué no puedo dejarlo? ¿Por qué no olvido a esa persona y sigo mi vida?”. No suele ser tan sencillo.

¿Por qué resulta tan difícil?

Cierto estudio demostró que el vínculo romántico puede ser fuerte. Se le ha llegado a comparar al que existe entre padres e hijos. Aunque es cierto que el amor romántico tarda mucho tiempo en adquirir esa fuerza, las emociones pueden ser muy profundas desde el principio. No es posible encenderlas y apagarlas como si se tratara del interruptor de la luz. Y si estás en lo que la Biblia llama “la flor de la juventud”, el despertar del deseo sexual puede ser muy intenso. (1 Corintios 7:36.) Por eso resulta tan difícil superar la pérdida de un novio o novia.

Además, la inclinación a fantasear puede desempeñar un papel importante. Un estudio realizado por unos investigadores demuestra que los adolescentes son “más vulnerables a la pérdida porque cuando entran en una relación romántica, suelen fantasear sobre el futuro con su compañero. Sus fantasías pueden incluir casarse, tener hijos y pasar juntos el resto de la vida”. Resulta difícil renunciar a esos sueños, aun cuando tengan poca base real.

Todavía hay alguien que te quiere

El mismo estudio indica también que “la pérdida de un compañero romántico puede producir sentimientos de fracaso y falta de valía personal”. Jeanette recuerda: “Te sientes deprimida, como si ya no tuvieras a nadie, sin ningún aliciente. Te sientes rechazada”. Igual que ella, muchos jóvenes se sienten deprimidos, culpables e inútiles, y no son capaces de concentrarse. Algunos han llegado incluso al suicidio.

De modo que podría ser una etapa peligrosa para ti. Recuerda, sin embargo, el consejo de Jesús de ‘amar al prójimo como a uno mismo’. (Marcos 12:31.) Es necesario y conveniente cierto grado de amor propio. El que una persona no corresponda a tu amor no significa que no merezcas ser amado, ¿verdad? No tienes por qué pensar que nadie más te considerará deseable o atractivo, ¿no es cierto? ¿No tienes familiares y amigos que te quieren?

Más importante aún: ¿qué piensa Dios de ti? Es probable que Lea, una mujer de tiempos bíblicos, sintiera de forma muy intensa el dolor del rechazo. Sabía muy bien que habían engañado a Jacob, su esposo, para que se casara con ella, y que él amaba más a su hermana Raquel. No es de extrañar que se sintiera “odiada”, por decirlo así, y muy desgraciada. Sin embargo, para Dios Lea tenía muchas cosas buenas. La bendijo con muchos hijos, y tanto la línea sacerdotal de Israel como la línea real, por la que vino el Mesías, procedieron de Lea, no de Raquel. (Génesis 29:30-35.)

No hay rechazo que pueda alterar la bendición y el amor de Dios. Recuerda, el Creador del universo te ama lo suficiente como para haber permitido que su Hijo sufriera y muriera por ti. (Juan 3:16.) No es que no merezcas ser amado, ni mucho menos que no sirvas para nada.

Cuando la ruptura es en realidad una bendición

Quizás pienses que la ruptura es una de las peores cosas que te han ocurrido jamás, pero podría ser todo lo contrario. Aunque resulte difícil de creer, es muy probable que el que se haya puesto fin al idilio sea una bendición. ¿Por qué? La mayoría de las relaciones románticas de los adolescentes no suelen acabar bien. Los jóvenes aún están creciendo y cambiando; son propensos a variar sus deseos y a equivocarse en sus afectos. A pesar de ello, todos los años se casan miles de adolescentes, solo para descubrir después que fue un error. La ejecutiva de un periódico dijo después de su divorcio: “Fue un auténtico error que nos casáramos tan jóvenes. En realidad, no llegué a entender que teníamos valores y antecedentes distintos”.

El porcentaje de fracasos en los matrimonios entre adolescentes es elevadísimo. Así que por muy mal que te sientas ahora, puedes tener la seguridad de que te sentirías mucho peor atrapado en un matrimonio infeliz. Pregúntate si de verdad estabas preparado para tener un matrimonio duradero, con todas sus responsabilidades, como la crianza de los hijos. Además, ¿estaba la persona que amabas realmente preparada y era madura? Recuerda, la ruptura de un noviazgo es infinitamente menos dolorosa que la de un matrimonio.

Romper fue una auténtica bendición si habías cometido el error de enamorarte de alguien que no respetaba los principios ni las normas morales de Dios. (2 Corintios 6:14.) Shana recuerda los peligros morales de tener un novio mundano: “Siempre decía que me quería. Pero luego me pedía que tuviera relaciones sexuales con él. Yo me negaba, pues sabía que hacerlo era malo. Después de un tiempo, dejó de llamarme. Lloraba todas las noches, ¡resultó tan duro perderle!”. Sin embargo, está claro que esta ruptura impidió un desastre espiritual para Shana.

Así que quizás puedas considerar la ruptura como una experiencia de la que aprender. Proverbios 22:3 dice: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena”. ¿Te hará esta experiencia más sabio, de forma que evites problemas en el futuro?

Cómo afrontar los sentimientos

Sin embargo, aunque la ruptura haya sido lo mejor para ti, no por ello es menos dolorosa. ¿Cómo puedes controlar esos sentimientos que parecen no querer desaparecer? Fingir que no sientes nada no te va a ayudar. La revista ’Teen dijo recientemente sobre este tema: “No puedes escapar o esconderte de los sentimientos. Acaban por encontrarte”.

Lo más natural es que te sientas irritado y muy perturbado por lo sucedido. Pero no ahogues tus sentimientos y te vayas a la cama angustiado noche tras noche. Sigue el sabio consejo bíblico: “Estén airados, y, no obstante, no pequen; que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado”. (Efesios 4:26.) Desahógate con un buen amigo o un confidente. “Resultan frustrados los planes donde no hay habla confidencial”, afirma Proverbios 15:22. Tus padres o los ancianos cristianos pueden ser de gran ayuda en esas situaciones. Quizás descubras que atravesaron por experiencias dolorosas similares cuando eran jóvenes.

Otra ayuda para afrontar esos sentimientos es mantenerse ocupado. Quizás tiendas a retirarte, aislarte, soñar despierto y perder interés por la vida. Jeanette recuerda: “No tienes ganas de hacer nada, solo dormir”. Pero tal como advierte Proverbios 18:1, “el que se aísla buscará su propio anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará”. Por eso, manténte ocupado. Vuelve a asociarte en grupo con los que te animarán a seguir el camino correcto.

Una forma excelente de canalizar las energías es participar de lleno en el ministerio cristiano. El apóstol Pablo escribió: “Por consiguiente, amados hermanos míos, háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con el Señor”. (1 Corintios 15:58.) Tu vida no tiene por qué estar vacía o carecer de significado. Compartir las buenas nuevas con otros trae felicidad y satisfacción. (Hechos 20:35.)

Recuerda, además, que durante un tiempo tendrás días buenos y días malos. En los malos quizás sientas que nunca lo superarás, pero lo cierto es que lo conseguirás. Todas las heridas necesitan tiempo para curarse. No retrases el proceso empapándote de música romántica o sentimental ni soñando despierto con el amor que perdiste. Confía en la fuerza de Jehová. Él sabe exactamente por lo que estás pasando y cómo te sientes. “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu.” (Salmo 34:18.)

Vendrán tiempos mejores

El tiempo es una de las mayores bendiciones que posees cuando eres joven. Hay tanto tiempo por delante para aprender y adquirir experiencia. Así que emplea ese precioso recurso con sabiduría: cultiva cualidades que te ayuden a convertirte en un adulto estable y seguro. De esa forma en el futuro podrás tomar decisiones sabias sobre el noviazgo y el matrimonio.

Por difícil que resulte, esta etapa dolorosa pasará, y te hará más sabio. Renee, citada antes, dice: “Ahora puedo enfrentarme mucho mejor a mis sentimientos. He aprendido que las cosas solo salen bien si se hacen como Jehová quiere”.

[Fotografía en la página 23]

Resulta muy doloroso ver que la persona que te gusta se fija en otra

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